Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11 - Despedida.


El fuerte olor a café recién hecho inundó mis fosas nasales esa mañana, abrí los ojos y lo primero que observé es que él no se encontraba en la cama, y mis ropas estaban secas y bien dobladas sobre la cama, más que listas para que me las colocase. Busqué el móvil y miré la hora, parecía que aún era pronto, aunque tenía que pasarme por casa de Olivia a recoger mis cosas.

Me levanté de la cama y me metí en el baño, me aseé un poco y me vestí. Tenía buen aspecto, a pesar de haber pasado la noche en casa de mi amante. Sonreí, divertida, me había convertido en una mujer fatal, y no estaba ni un poco arrepentida, a pesar de tener un novio esperándome en España.

El olor a pan chamuscado invadía el lugar al llegar a la sala. Sonreí, divertida, observando las tostadas raspadas con aceite de oliva y tomate sobre la mesa, un zumo y un café. Él había querido currarse un desayuno español, y lo había hecho bastante bien, debo admitir.

Me senté en la mesa y me preparé para probarlas. Estaban ricas, a pesar de saber un poco a quemado. Se sentó sobre mí y me observó, como si fuese un mono de feria, su actitud me hizo sentir incómoda, y más cuando sujetó mis cabellos detrás de mi oreja, haciendo que fuese más fácil seguir disfrutando de mi comida.

- Se me han quemado un poco – dijo, mirando hacia las tostadas. No hacía falta que lo jurase, ya me había percatado de este dato.

- Están ricas – aseguré, y era cierto, a pesar del sabor a quemado, no estaban mal del todo. Agarró una de ellas de mi plato, y dio un bocado, en seguida hizo una mueca de desagrado, logrando que rompiese a reír.

- ¿Cómo puedes comer esto? – se quejó, quitándome la tostada de la mano, levantando el plato, con la intención de servirme otra cosa.

- No está tan mal – me quejé, volviendo a quitarle la tostada, dándole otro bocado. Volvió a quitármela, se levantó y caminó hacia la cocina, mientras yo le seguía detrás, intentando detenerle.

Mi teléfono comenzó a sonar en el salón, en el interior de mi bolso. Sonrió, dándome un cálido beso en la mejilla, y entonces habló.

- Te prepararé algo rico, tú ve a contestar – asentí, marchándome al salón.

- Dime, Olivia – pedí a mi amiga.

- Vas a perder el avión si sigues perdiendo el tiempo con el señor sexy – se quejó. Sabía que estaba molesta, no había más que escuchar su tono - ¿es que piensas pasarte hasta el último minuto teniendo sexo con un desconocido en vez de venir a despedirte de tu mejor amiga?

- Ya voy para allá – prometí – estoy desayunando, me ha preparado un desayuno típico español, con tostadas y todo.

La reprimenda siguió un poco más, mi amiga estaba enfadada de que pasase tanto tiempo con él y la dejase de lado, cuando la verdadera razón del viaje era verla y estar con ella. Tenía razón, me estaba comportando como una pésima amiga.

Me tomé el zumo y el café, todo lo rápido que pude, más que decidida a marcharme a casa, justo lo había hecho, y me ponía en pie, cuando él llegó con un par de sándwiches, muy bien preparados.

- Come algo sólido antes de irte – me agarró de la mano y tiró de mí hacia el sofá, apoyando el plato en la mesita, para luego levantar una de las mitades y detenerla frente a mi boca. Abrí la boca, dejando que me alimentase, y mordí el sándwich, estaba rico. Era de jamón york, queso, tortilla de vegetales, tomate y tenía una salsa extraña que no podía definir bien, con un toque picante – siento si has tenido problemas con tu amiga por mi culpa – me dio un segundo bocado, y lo mastiqué con calma, mirando hacia él, guardando cada detalle de su persona en mi mente, quería recordarlo todo cuando ya no le tuviese frente a mí, aunque tenía miles de fotografías que nos hicimos el día anterior - ¿tienes dinero para el taxi? – asentí, dando un nuevo bocado, saboreándolo, disfrutando de esa delicia que él me había preparado – Escríbeme cuando llegues, para saber que llegaste bien – acepté de nuevo, terminándome esa mitad del sándwich. Alargó la mano para coger la segunda, pero antes de haberla cogido si quiera, yo me abalancé sobre sus labios, besándole apasionadamente. Lo cierto es que había echado de menos demasiado que alguien cuidase de mí de esa forma. Siempre me he considerado una persona independiente, que cuida de sí misma, pero a veces, me gustaba sentirme apoyada, protegida, por alguien más.

No tardé mucho en subirme sobre él, con las respiraciones aceleradas, dejando salir ese incansable deseo al exterior, mientras metía sus manos por debajo de mi blusa, queriendo más de mí, pero se nos agotaba el tiempo.

- Debo irme – dije, echándome hacia atrás. Él asintió, dejando que me pusiese en pie, prosiguiendo mis pasos, acortando las distancias entre ambos, con esa gran sonrisa que me hacía feliz, por lo que rompí a reír – Kang Hyuk Shi – me quejé, ensanchó la sonrisa.

- Vale – contestó, bajando los brazos, justo cuando yo me colgaba de su cuello, haciéndole reír – estaré allí pronto – prometió, dejándome claro que aquello no era una despedida, solo un hasta pronto.

- ¿De verdad vendrás? – insistí. Él sonrió, rozando sus labios con los míos un momento, antes de contestar.

- En cuanto dejes a ese novio tuyo – bromeó. Sonreí, como una tonta – no quiero llegar allí y tener que compartirte – se quejó.

- Te echaré de menos – le dije, aquella vez en coreano. Sonrió, ilusionado, le gustaba mucho escucharme hablar en su idioma. Era buena pronunciando, siempre he tenido un don para los idiomas.

- Yo también.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro