¿Estas bien..?
Paraguay era un joven conocido por su constante sonrisa, su actitud optimista y su capacidad para hacer que los demás se sintieran bien. En cada reunión, en cada conversación, siempre estaba allí para escuchar a los demás, para ofrecer un consejo, para animar a los que lo rodeaban. Nadie sospechaba que detrás de esa fachada de felicidad, se escondía un corazón que no lograba encontrar consuelo.
La verdad era que Paraguay se sentía vacío, triste, pero no podía compartirlo con nadie. No podía. Su imagen de ser el amigo alegre, el que siempre daba todo de sí, era más importante que cualquier otra cosa. Vivía con la constante presión de mantener esa máscara de felicidad. Nunca mostró su tristeza. El temor a ser visto como débil o incompleto lo frenaba. Si los demás supieran, ¿qué pensarían de él? ¿Cómo podrían verlo como alguien digno de confianza si su propio país —su propio ser— no podía enfrentarse a sus propios demonios?
En sus momentos más solitarios, se sumía en sus pensamientos, dejando que las sombras lo envolvieran. Se sentaba en el balcón de su casa, mirando las estrellas sobre el río Paraguay, y deseaba que alguien pudiera ver más allá de su sonrisa. Pero no, nadie lo hacía. Estaba atrapado en la soledad de su propio escondite emocional.
Un día, mientras se encontraba con su amigo Brasil, él notó algo en Paraguay. Un leve cambio en su tono, una tristeza fugaz en sus ojos. Sin embargo, Paraguay rápidamente se recompuso, devolviendo la sonrisa, como siempre.
—¿Estás bien, amigo? —preguntó Brasil, con preocupación en su voz.
Paraguay asintió, sin dudar.
—Sí, claro. Solo estoy cansado, nada más.
Brasil no insistió. Sabía que Paraguay nunca compartía lo que sentía, y no quería presionarlo. Pero dentro de sí, un nudo creció. No podía entender por qué Paraguay, su amigo tan cercano, nunca dejaba caer las barreras.
Paraguay, por su parte, se sintió aliviado de haber podido mantener su fachada. Nadie debía saber lo que realmente sentía. Nadie debía cargar con sus sombras.
Cada día, Paraguay se despertaba decidido a seguir sonriendo, decidido a hacer feliz a los demás, mientras su corazón cargaba con el peso de sus propios pensamientos no dichos. Y aunque a veces deseaba que alguien pudiera ver más allá de su fachada, sabía que lo que más necesitaba era seguir siendo el amigo fuerte y alegre. Porque, en su mundo, ser feliz para los demás era más importante que ser honesto consigo mismo.
𝘾𝙤𝙣𝙩𝙞𝙣𝙪𝙖𝙧𝙖...
Lo se, lo se, es corto pero no tenía mas ideas aunque así cortinitos serán los cap, bueno en fin ¿que les pareció?, la idea se me ocurrió al ver que casi todos los videos de Paraguay son felices o las historias y como soy única y detergente decidí darle la vuelta a la sartén y ¡CAPAUM! apareció la historia,ojalá les halla gustando mi gente bella sin mas que decir.... ¡CAMBIO Y FUERA!
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