Capítulo 7: Bulma
A medida que Krilin se detenía en el estacionamiento del pequeño bar, lo único que podía pensar era que Vegeta y posiblemente Goku iban a desollarlo vivo una vez que se enteraran de que había dejado que las tres arpías le convencieran de llevarlas fuera. No había ningún club al que las chicas pudieran ir, por lo que había sugerido amablemente un bar.
Sí, pensó Krilin. Caminé directamente a la trampa.
—Esto va a ser genial. —Milk sonrió cuando abrió la puerta y bajó del Hummer.
—Estoy bastante segura de que tendré una actitud más positiva una vez que me hayan presentado a este maravilloso amigo que se llama vodka del que he escuchado tanto en este país —se quejó Bulma.
—Definitivamente nada de bebidas —anunció Krilin.
Las tres chicas se detuvieron a medio paso y miraron a Krilin, la una a la otra, y luego rompieron a reír.
Krilin gruñó, lo cual solo les hizo reír más. Esta era una muy mala idea, pensó Krilin mientras abría la puerta del bar. El interior oscuro se iluminó brevemente por la luz de la calle y el sonido desde el interior llenó la noche mientras las chicas entraban con Krilin en la retaguardia.
Las tres chicas se detuvieron y permitieron que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad. Entonces Bulma tomó la iniciativa y se dirigió directamente a la barra. Krilin aceleró el paso y la encontró allí al mismo tiempo.
—Oye, Liam —se dirigió Krilin al camarero quien era también un miembro de la manada—. Nu alcool pentru art.hot trei mosqueteras (Nada de alcohol para las tres mosqueteras)
Bulma se volvió hacia Krilin. Levantó una ceja y sonrió con malicia. Krilin tragó, no le gustaba la mirada en los ojos de la loba-sin-importar-cuán-latente-estuviera.
Bulma se volvió a mirar a Liam y sonrió cálidamente.
—Oye, Liam. Te he visto alrededor de la mansión, pero no creo que nos hayan presentado formalmente. Soy Bulma, y estas son mis dos mejores amigas, Milk y Pan. —Las chicas sonrieron y saludaron.
Liam les dio un guiño, haciendo que se sonrojaran. Ese guiño fue todo el ánimo que Bulma necesitó. Se inclinó más sobre la barra y batió sus pestañas al joven lobo.
—Así que, hemos estado esperando una noche de fiesta para, ya sebes, relajarse. ¿Seguramente puedes ayudar a una chica?
Liam sonrió ampliamente, luego miró a Krilin quien estaba diligentemente tratando de mirar al lobo en sumisión. En gran medida para diversión de Bulma, Liam le guiñó un ojo a Krilin.
—No creo que una pequeña bebida vaya a doler mucho, Krilin.
—Tenemos dieciocho años, después de todo —intervino Bulma.
Pan levantó la mano.
—Bueno, yo no...
Bulma golpeó su mano hacia abajo antes de que pudiera terminar.
—Pan es mayor y odia ser agrupada con nosotras las mujeres más jóvenes —encubrió mientras miraba a Pan fulminante, desafiándola a contradecirla.
Pan miró a Milk, quien simplemente se encogió de hombros.
Bulma se volvió hacia Liam, otra vez sonriente.
—¿Unul deget mic un bea apoi atunci, dragoste? (¿Un trago entonces, amor?) —preguntó en casi impecable rumano.
Krilin se quedó en silencio sorprendido, al igual que Pan y Milk. Liam se recuperó más rápido y sirvió tres tragos de vodka. Se volvió y miró a Krilin.
—Tu ai luat al tău chipeş plin, frate (Tienes las manos llenas, hermano) —le dijo Liam con una sonrisa.
Una vez que cada una de las chicas tomó un vaso de chupito, los chocaron entre sí.
—Este va por los lobos rumanos ardientes. —Bulma le dio un guiño al camarero, y luego bebió el trago. Las tres chicas tosieron cuando el vodka les quemó las gargantas.
Liam se rió entre dientes.
—Se hace más fácil con cada vaso —les dijo mientras les vertía otro.
Krilin gruñó con frustración.
—Maldita sea, es mejor que me des uno de esos. Cuando Goku y Vegeta me despellejen quiero estar un poco sedado.
Liam se rió de nuevo.
—Todo irá bien, viejo. Ellas solo quieren tener un poco de diversión, y aquí están a salvo. Todo el mundo aquí sabe que ella —asintió en dirección a Milk—, es la compañera del Príncipe. Nadie se va a meter con ellas.
—No me preocupa que alguien se meta con ellas, Liam.
Liam vio como Bulma enganchó su iPhone a los altavoces de su equipo de sonido al otro lado de la barra y manipuló el volumen. A medida que la música se vertía empezó a bailar alrededor de la sala.
Vio cómo su cuerpo se balanceaba al ritmo perfecto de la música, todos en la sala quedaron hipnotizados por la belleza peliazul.
Liam miró a Krilin de nuevo.
—Vas a necesitar otro de estos —le dijo mientras le servía otro trago. Luego se sirvió uno para sí cuando las tres chicas comenzaron a bailar alrededor de la sala, escogiendo diferentes hombres para bailar.
Krilin observó con atención a las chicas. Aunque Liam tenía razón en que todos los clientes del bar sabían quiénes eran esas chicas y ninguno se atrevería a intentar cualquier cosa, él todavía iba a pasar por un infierno.
Una hora y media más tarde, Krilin vio con horror absoluto cómo Bulma bailaba en la barra alguna canción sobre extraterrestres.
Pan rió y aplaudió.
—Ese es su tema principal —gritó ella por encima del ruido.
—¿Qué? —gritó Milk en respuesta.
—¿Recuerdas que te conté de ella emborrachándose con aquel enfermero en el hospital de modo que yo pudiera ir a verte en la UCI? —preguntó Pan.
—Sí, ¿qué pasa con eso? ¿Era realmente necesario?
—Bueno, tengo que admitir que no fue nuestro mejor plan, pero ese no es el punto. —Pan lo descartó con la mano—. Lo que estoy tratando de explicar es que después de la pequeña escapada de Bulma, la encontré en la ducha de la habitación del hospital, cantando a todo pulmón bastante ebria esta canción de Katy Perry, solo que reemplazó la mayoría de las palabras con términos de hombre lobo. Fue jodidamente hilarante. ¿La mejor parte? —Hizo una pausa, con las cejas levantadas—. ¡Vegeta la escuchó hacerlo!
—¡Cállate! —Milk dio una palmada a su amiga en el brazo.
—¿No te dije esa parte? —preguntó Pan.
—Um, no. Creo que me acordaría de eso. Recuerdo que me dijiste que salió del baño desnuda, y tuviste que dar a Vegeta una mano.
—Oh, hombre. Ahora eso no tiene precio. No sé lo que estaba diciendo pero se estaba volviendo loco. —Las palabras de Pan fueron cayendo a medida que dejaba escapar un pequeño suspiro—. Colega, qué buenos tiempos.
Ambas chicas vieron como Bulma siguió con su algarabía. Los chicos de todo el bar le animaban. Nadie la tocó, sobre todo con Krilin lanzándoles dagas con la mirada. Liam le entregaba a Bulma un vaso de chupito de vez en cuando, pero estaba tan ida en ese momento que ni siquiera se daba cuenta que solo le estaba sirviendo soda.
La cabeza de Pan se alzó de golpe cuando escuchó a Milk maldecir.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó Pan, preocupada mientras veía el pánico llenar los ojos de Milk.
—Él está en camino.
Milk y Pan se giraron para mirar a Bulma quien ahora estaba arrastrándose como un gato a través de la barra, su escote peligrosamente bajo amenazando con revelar todos sus secretos.
La cabeza de Milk giró bruscamente al sentir el poder de su compañero llenar la habitación, y justo detrás de él estaba un muy grande y muy enojado Vegeta. Milk miró de nuevo a Bulma. Mierda, pensó. Él entró justo cuando uno de los clientes ebrios tuvo el valor suficiente para meter un billete de cinco dólares en el bolsillo trasero de sus pantalones. Para su crédito, lo hizo con tanto cuidado que su mano nunca se puso en contacto con su cuerpo.
Bastante impresionante, pensó Milk. Pero fue abruptamente sacada de sus pensamientos cuando la habitación ruidosa de repente se hundió en el silencio. Bueno, a excepción de una borracha y cantarina Bulma Brief. A este punto cantaba a todo pulmón "It Girl" de Jason Derulo.
—Oh, cielos. Aquí vamos —murmuró Pan en voz baja.
—Puedes ser mi chica, nena eres la... —Vegeta intervino directamente en frente de Bulma, empujando con eficacia a los otros hombres fuera del camino e interrumpiéndola antes de que pudiera continuar.
Bulma miró a su alrededor, dándose cuenta por primera vez que la música se había detenido. Le devolvió la mirada a Vegeta, luego miró por encima a sus dos amigas. Una gran sonrisa se extendió por su rostro cuando vio a Pan y Milk.
—¡Holaaaaa! —Las saludó como si no las hubiera visto en toda la noche. Vegeta tomó su mano.
—Bulma, es hora de irse. Ahora. —Vegeta esperó a que ella comenzara a bajar de la barra. Cuando solo se le quedó mirando, dejó escapar un gruñido—. Bulma, no me empujes en estos momentos. Vamos.
—No estoy lista para irme —dijo simplemente mientras retorcía la muñeca de su agarre—. Además, Liamy aquí tiene otro trago para mí ¿no es así, îndrăgostit băiat (amorcito)? —Bulma se rió cuando los ojos de Liam se agrandaron. Se alejó de la barra cuando los ojos brillantes de Vegeta cayeron sobre él.
Liam levantó las manos.
—Beta, le he estado dando soda desde hace un tiempo —trató de razonar.
Vegeta gruñó, pero se volvió hacia Pan y Milk.
—¿Cuándo en el jodido infierno aprendió rumano?
Pan y Milk se encogieron de hombros.
—Ella ha estado haciendo toda esa cosa del rumano desde que llegamos aquí. Tu conjetura es tan buena como la nuestra —le dijo Pan.
—Ella está de pie —comenzó Bulma cuando saltó de la barra, tropezando contra un hombre lobo, quien tuvo la desafortunada suerte de estar demasiado cerca de la chica borracha—, aquí mismo. —Tropezó de nuevo—. Quiero decir, aquí. Ella, yo, estoy parada aquí mismo.
Vegeta la apartó del lobo con el que había tropezado.
—Sí, todos podemos ver lo bien que estás de pie allí.
La cabeza de Bulma se alzó de golpe ante sus palabras.
—Ouch —murmuró Milk.
—Hmm, no fue una buena elección —susurró Pan.
Goku gruñó a su compañera y su amiga.
—¿Podrían dejar de empujarlo? —Habló igual en voz baja que ellas.
Bulma apartándose de Vegeta trajo la atención de nuevo a ellos.
—¿Qué quiere decir eso, tú, tú, te refieres...? —gruñó Bulma por lo bajo mientras se esforzaba por pensar a través de la bruma del alcohol—. Lobo estúpido —terminó.
Vegeta dio un paso más cerca de ella.
—¿Lobo estúpido? Realmente, cariño, ¿eso es todo lo que tienes?
Bulma lo fulminó con la mirada, la frustración de los últimos dos meses alzándose en sus pensamientos inducidos por el alcohol.
—¡Oh, cielos, estamos en problemas! —murmuró Milk en voz baja.
—Oooh, bonita referencia a Harry Potter. Me gusta —susurró Pan a su vez con una sonrisa y chocando los puños.
Bulma apartó la mirada de Vegeta. Sus ojos recorrieron la zona a su alrededor hasta que cayeron en lo que buscaban. Sonrió dulcemente mientras cautelosamente rodeaba a Vegeta, quien la observaba con ojos cautelosos. Bulma se inclinó sobre la barra y enganchó la pistola de soda junto a Liam, quien estaba tratando muy duro de verse invisible.
—Bulma —le advirtió Vegeta.
—Oh, Vegi, ¿qué te preocupa? ¿No será que tienes miedo de que una pequeña loba latente en mí pueda patear tu gruñón, mandón, antipático y buen trasero? —apuntó la boquilla hacia él.
—Esto no va a terminar bien. —Pan se estremeció.
Milk asintió en un acuerdo silencioso.
—Bulma —gruñó Vegeta su nombre mientras trataba de quitarle la pistola de soda de su mano—. No te avergüences a ti misma. Vamos a terminarlo por esta noche.
Bulma estaba tratando de averiguar en dónde estaba el gatillo, pero poco a poco, peligrosamente notó sus palabras.
—¿Avergonzarme? ¿Me estás tomando el pelo? —Arrojó la pistola de soda en la barra y se dirigió a sus dos mejores amigas—. Me largo. ¿Ustedes dos vienen?
Sin esperar, Bulma se dirigió a la salida. A pesar del alcohol en su organismo estaba echando humo, y a decir verdad, el alcohol probablemente no estaba ayudando a contener su temperamento.
Podía sentir los ojos de Vegeta en ella mientras se alejaba de él y sabía que el enfrentamiento no había terminado. No, él definitivamente tenía más por decirle, pero él no era el único que tenía palabras por soltar. Sonrió para sus adentros. Si Vegeta quiere bailar, pensó, entonces, bailaremos. Ya veremos si se sabe los pasos y puede seguir el ritmo.
Una vez en el estacionamiento, Bulma se volvió hacia la puerta, con los brazos cruzados sobre su pecho, lista para la batalla.
Vegeta irrumpió fuera del bar con Krilin, Pan, Milk, y Goku detrás de él. Caminó hacia ella, sus cuerpos a solo un soplo de distancia.
—¿En qué diablos estabas pensando? ¿Bailando en un bar, bebiendo con un grupo de hombres? —Como si de repente recordara su parte en esto, Vegeta se volvió a Krilin, quien dio un paso automático hacia atrás—. ¿Y qué estabas pensando al traerlas aquí?
—Ellas querían salir esta noche. No pasó nada, Vegeta. Todo el mundo sabe quiénes son y a quién pertenecen. —Krilin intentó calmar al lobo enfurecido.
—¿Puedes controlarte un poco, colega? —dijo Bulma entre dientes—. No es como si me estaba desnudando o dejando que alguno de esas bolas de pelos me toque, así que no sé cuál es tu jodido problema.
—¿Mi problema? —Vegeta fulminó a Bulma—. Mi problema es que tienes diecisiete años.
—Dieciocho —dijeron Bulma, Pan, y Milk al mismo tiempo.
Vegeta miró a las otras dos chicas, quienes de repente se interesaron mucho en la grava en el suelo.
—Lo que sea —continuó Vegeta—. Eres demasiado joven para estar en un maldito bar bebiendo, lanzándote por ahí como...
Bulma lanzó su puño en su pecho, cortando sus palabras.
—Será mejor que pienses muy bien sobre lo que está a punto de salir de tu boca, bolsa de pulgas, porque no lo podrás deshacer y yo no voy a olvidarlo —le advirtió.
Los labios de Vegeta se apretaron juntos, sus ojos entrecerrados.
—Simplemente vámonos. Podemos terminar esta conversación más tarde. —Vegeta procedió a tomar el brazo de Bulma para conducirla hacia el vehículo en el que él y Goku habían llegado. Ella sacudió su brazo y siguió a Pan y Milk al Hummer de Krilin.
Se volvió hacia Vegeta, sin dejar de caminar hacia atrás.
—Tienes que ganarte el privilegio de mi compañía. Y solo un consejo: siendo un cabeza hueca gruñón, egoísta, pesimista, amargado y aburrido, no es exactamente el camino para llegar a que viaje en tu auto. Así que, aquí está tu insulto creativo, Vegeta: ¡mete eso en tu pipa y fúmatelo! —Con eso se dio la vuelta y siguió al vehículo, subiendo en él sin mirar hacia atrás.
Cuando Vegeta dio un paso en su dirección, Goku lo agarró del brazo para detenerlo.
—Solo déjala ir, Vegeta. Ambos necesitan calmarse. Puedes hablar con ella una vez que llegues a la casa.
Vegeta no hizo ningún comentario, pero continuó mirando fijamente el auto en el que Bulma había subido, el cual ahora se estaba alejando.
°•°•°•°•°•°
—¡Qué CORAJE! —gritó Bulma con frustración mientras salía del Hummer con Pan y Milk justo detrás de ella—. Arruinó por completo mi noche.
Pan puso los ojos en blanco.
—Bueno, por supuesto, despelleja al lobo por atreverse a meterse con tu noche.
Bulma se volcó a Pan.
—Ese no es el punto. El punto es que él piensa que, por alguna razón, tiene el derecho de decirme qué hacer.
Las chicas se dirigieron por las escaleras hacia la habitación de Bulma.
Una vez detrás de la puerta, se arrojó sobre la cama y se quedó mirando el techo.
—¿Estás bien? —preguntó Milk con verdadera preocupación en su voz.
—Estoy confundida y todo este vodka dando vueltas en mi cerebro no está ayudando a las cosas.
—El vodka lo hace todo el tiempo —intervino Pan—. Se mete con las ondas cerebrales y otras cosas.
Milk miró a Pan.
—¿De qué mierda estás hablando?
Pan se encogió de hombros.
—Solo digo.
Bulma se rió.
—Esa es mi línea, Thelma.
—Mi error, Louise. Iba con el momento —bromeó Pan.
Milk se sentó en la cama junto a Bulma.
—Realmente creo que tienes que hablar con él. Sé contundente. Quiero decir, las dos sabemos que luchas por ser contundente, pero podrías darle una oportunidad.
Pan y Bulma se rieron del sarcasmo de Milk.
—Es solo que no sé a dónde nos va a llevar esto —dijo Bulma con exasperación.
—Por cierto... —Pan miró a Bulma, cruzando los brazos sobre el pecho—. ¿Cuándo y dónde aprendiste a hablar rumano exactamente?
—Sí —añadió Milk indignada.
Bulma se rió.
—Lo aprendí de Internet, elegí algunas frases que sabía que si las usaba en el momento adecuado, me metería en la mente de Vegeta. —Bulma siguió sonriendo—. Funcionó como un embrujo. ¿Vieron su cara?
—¿Qué has dicho?
—Cuando hablé con Liam por primera vez... por cierto, ¿notaron cuán ardiente es? Está bien, no es el punto. De todas formas, le dije: "¿un trago entonces, amor?".
Pan y Milk se rieron.
—La segunda vez que hablé con Liam —continuó Bulma—, le dije "amorcito".
—Eh, no me extraña que Vegeta estallara —expresó Pan.
—¿Así que has aprendido más?
—Oh, sí, pero me las estoy guardando. Tiene que ser el momento justo y cuando menos se lo espere —explicó Bulma.
Milk inclinó la cabeza hacia abajo a sus manos y se frotó la cara, riéndose entre dientes.
—Te lo juro, Bulma, no puedo decidir si eres una genio o una lunática.
—Admito que es una línea muy fina —dijo Bulma con total naturalidad—, y voy a ser la primera en confesar que un día de estos mi dedo va a rozar más un lado que el otro.
Las tres se rieron justo cuando alguien llamó a su puerta. Se congelaron, mirándose entre sí, y luego observaron a medida que la puerta se abría.
—¿Estás bromeando? —murmuró Bulma en voz baja—. Toca, esperas, eres invitado a entrar; es realmente un concepto simple. ¿Pero el molesto hombre lobo lo entiende? Noooo, claro que no. ¿Eso sería demasiado cortés, maldición?
Vegeta entró. Sus ojos se posaron en Bulma y su enorme cuerpo pareció hacer que la habitación se redujera de tamaño. Milk se levantó y comenzó a caminar lejos de la cama. Bulma tomó su mano, suplicando con los ojos a Milk para que se quedara. Milk negó y tiró de su mano libre.
—Habla con él —le articuló a Bulma.
Cuando Pan y Milk salieron de su habitación, Bulma murmuró en voz baja:
—Traidoras.
Bulma oyó el chasquido de la puerta al cerrarse, un sonido siniestro que le provocó piel de gallina en sus brazos. Continuó tumbada en la cama, pero después de varios minutos de silencio finalmente se sentó.
Bulma miró al lobo de pie al otro lado de la habitación. Se había apoyado contra la pared, con los brazos cruzados sobre el pecho. La clásica pose de Vegeta, pensó con una sonrisa mental.
Ninguno habló mientras ambos seguían mirándose fijamente el uno al otro. Bulma se encontró con su mirada fija en ella, pero finalmente permitió que sus ojos vagaran. Nunca se cansaría de mirarlo. Su cabello negro estaba muy corto en los lados, y largo en la parte superior. Sus cálidos ojos color ónix podría jurar que podrían abrir un agujero en una persona. Tenía una nariz recta y afilada, y labios carnosos.
Tenía un rostro cincelado y suave, como si fuera tallado en piedra. Era muy atractivo, demasiado atractivo.
No estaba segura de lo alto que era, pero coincidía con Goku en altura y Bulma recordaba a Milk diciendo que Goku medía un metro noventa y tres. Sus anchos hombros llenaban la ajustada camiseta blanca que llevaba. Su tono de piel era de un cálido bronceado dorado, un color que tomaría a Bulma semanas de estar acostada fuera en el sol para lograrlo. Tenía una cintura estrecha y, largas y poderosas piernas.
Vegeta se aclaró la garganta, haciendo que la cabeza de Bulma se alzara de nuevo a su rostro. Parecía satisfecho, lo cual solo sirvió para sacar a Bulma más de sus casillas.
—¿Qué quieres, Vegeta? —preguntó, y se complació al escuchar su voz tan firme cuando se sentía todo lo contrario.
Vegeta siguió mirando fijamente a Bulma, emociones arremolinándose dentro de él que no era capaz de conseguir controlar.
—Yo... —comenzó, pero parecía estar confundido acerca de qué decir—. No puedes ir por ahí bailando en bares y bebiendo vodka como si fuera agua.
Bulma se puso de pie, con los brazos rígidos a su lado.
—¿Lo dice quién? ¿Tú? Bueno, esta es una noticia de última hora: tú no eres mi padre, no eres mi hermano, y NO ERES MI GUARDIÁN. —La voz de Bulma se hizo más fuerte a medida que su ira se encendía.
—SOY TU CO... —rugió Vegeta, empujándose de la pared. Pero se contuvo antes de terminar la frase, casi mordiéndose la lengua en el proceso. Su respiración se había incrementado, estaba sorprendido por las palabras que casi vuelan de sus labios.
No entendía de dónde había venido pero se sentía cierto, correcto. Estos pensamientos se habían abalanzado a toda velocidad a través de su mente en cuestión de segundos. Continúo fulminándola con la mirada y volvió a hablar, ya no gritando, pero sus palabras fueron firmes. Eran ley.
—Soy tu Beta, y como tal, recibes órdenes de mí y las seguirás. —Vegeta ladeó la cabeza hacia un lado, de repente recordando algo—. ¿Y en qué momento aprendiste rumano?
Bulma sonrió ante eso.
—El Internet es un lugar maravilloso para aprender cosas nuevas, Beta. Sería un gran lugar para que tú aprendas una cosa o dos.
Vegeta dio un paso hacia ella.
—Tengo la sensación de que estoy un poco por delante de ti en el departamento de educación de la mayoría de las áreas. —Sus ojos brillaron con malicia.
—Oh, mi pequeño amigo peludo, te sorprenderías de lo que sé —dijo Bulma, a juego con su todo sugerente palabra por palabra, sílaba por sílaba.
Vegeta entrecerró los ojos en ella.
—¿Qué se supone que significa eso?
Bulma se encogió de hombros mientras le daba la espalda, después de haber aprendido de sus lecciones en etiqueta de manadas, sabía que eso era una enorme bofetada en la cara a un lobo dominante. Oyó a Vegeta gruñir y dar un paso hacia ella. Mi Beta, mi trasero, pensó mientras seguía ignorando al lobo acosándola.
Podía sentir su cercanía y sabía que si daba un paso hacia atrás chocaría contra su cuerpo. Un delicioso pensamiento, pero lo cortó abruptamente mientras se recordaba que él estaba en su lista negra por el momento, y que posiblemente se había encontrado una reserva permanente en ella.
—Ya sea que lo creas o no —la boca de Vegeta estaba lo suficientemente cerca de su oído como para sentir el aire caliente de su aliento cruzar su piel y causarle un escalofrió—, es por tu seguridad que puse esas reglas.
—Tú no eres mi Alfa. Bardock sabía a dónde íbamos y no tuvo ningún problema con ello.
La voz de Bulma era baja, pero no menos potente que la de él.
—Eso puede ser cierto, pero una vez que tu comportamiento puso en peligro tu seguridad tuve todo el derecho a pedirte ponerle fin de inmediato.
Bulma podía sentir su sangre comenzar a calentarse, su rostro enrojecer.
—¿Mi comportamiento? —dijo a través de sus dientes apretados—. No soy una niña, Vegeta. No necesito tus órdenes.
—Eres un miembro de esta manada. Seguirás las órdenes, te guste o no, por la seguridad de la manada así como la tuya. Tienes que acostumbrarte a ello, Bulma. —Vegeta colocó sus manos sobre sus hombros y suavemente le dio la vuelta. Colocando dos dedos debajo de su barbilla, levantó su rostro para mirarlo.
Vegeta apretó los dientes y cerró brevemente los ojos cuando vio las lágrimas contenidas en los ojos de ella.
—No fue mi intención hacerte daño, Bulma.
—No te hagas ilusiones, Beta. No estoy a punto de llorar porque me hayas lastimado. Estoy enojada. —Bulma no apartó los ojos de Vegeta mientras decía enfurecida—: Podría venirte realmente bien una lección de modales. Añade esas a tus clases de cachorro y aprender a tocar y no irrumpir en las habitaciones, y eso debería mantenerte ocupado lo suficiente para que no tengas tiempo de preocuparte de mis actividades extracurriculares.
Los labios de Vegeta parecieron elevarse en una leve sonrisa y una vez más sus ojos brillaron con malicia. A Bulma no le gustaba la idea que, obviamente, apareció en su cerebro.
—Ya que estás tan empeñada en que aprenda modales, tal vez deberías ser mi maestra.
Vegeta dio un paso atrás y siguió mirándola con una sonrisa maliciosa.
Bulma no pudo evitar su propia pequeña sonrisa en respuesta a él. Así que demándela, él era adorable cuando sonreía de esa forma.
—En tus sueños, Beta.
—Tal vez —dijo en voz baja. Cuando se volvió para irse, Bulma le oyó decir en voz baja—: Dios sabe que no puedo conseguir soñar otra cosa que no seas tú en mi cabeza.
Bulma se sonrojó ante sus palabras, pero pensó que seguramente le había oído mal. Él se volvió hacia ella antes de cerrar la puerta.
—Espero que hayas disfrutado de tu pequeña aventura de esta noche, Bulma, porque en los sucesos futuros te acompañaré. —Sus palabras fueron inflexibles—. De hecho, si dejas la mansión por cualquier razón, voy a ser tu escolta. —Vegeta le guiñó un ojo, cerrando la puerta justo antes de que un cepillo para el cabello volara por la habitación y se estrellara contra ella ruidosamente. Las palabras fuertes de Bulma siguieron el ruido.
—¡El único lugar al que me vas a escoltar es al veterinario para que puedan sacarte el pie que voy a empujar en tu trasero!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro