Cap 01
Miraba a través del gran ventanal de su oficina a las tantas parejas que pasaban por la avenida tomadas de la mano. Sonreía con tristeza al recordar que hace dos años pasaba por la misma calle acompañado de una pequeña mujer capaz de poner su vida patas arriba en tan solo un segundo. Y ahora, todo eso ya no existía más, los días de adrenalina extrema solo eran recuerdos, los días en que llegaba tarde a la empresa solo quedaron como anécdotas, la rutina se había apoderado de Christopher Von Uckermann.
Desde hace dos años, "vonuckermannconstruction" se había convertido en toda su vida, revisar obras y dibujar planos era lo que hacía durante el día. Ya por la noche llegaba a casa, le regalaba una débil sonrisa a su hermana, Para luego subir a su habitación con un solo propósito: revivir su historia con fotografías, videos, letras de canciones y cualquier cosa que le recordase a ella, su pequeña.
Su pequeña, ¿Qué estará haciendo en estos momentos? ¿Habrá logrado ya sus objetivos ?, talvez hasta conoció a alguien y se enamoró perdidamente. No, ese simple pensamiento hacía que le hirviera la sangre de puro coraje, sintió que no iba a soportar verla con alguien más.
Christopher estaba seguro de que ella debería rehacer su vida, pero la pregunta que siempre rondaba su mente era ¿qué sería de él entonces? Solo obtenía una respuesta, trataría de sobrevivir, así como lo venía haciendo desde hace dos años.
Unas ganas inmensas se apoderaron de él. Necesitó saber que estaba haciendo, que había logrado y al menos verla en fotos. Así que sin pensarlo mucho le dio vuelta a su silla, encendió el ordenador para segundos después teclear el nombre que ya sabía de memoria. No pasó mucho tiempo hasta que la información que quería ya estaba ante sus ojos.
¡Seguía hermosa!
*** una de las arquitectas más importantes en los Ángeles, presenta su nuevo proyecto, un hotel en medio del bosque. Aunque esta idea suene descabellada, la hermosa mujer de 25 años asegura que es todo un sueño para los amantes de la adrenalina. El establecimiento no solo cuenta con habitaciones en los árboles, incluye circuitos aéreos para motos y un lugar exclusivo de paracaídas.
"Creo que es un buen lugar para salir de la rutina que el trabajo y la ciudad te ofrece, lo que busco con este hotel es diversión sin límites, una adrenalina jamás vivida y porque no, una muy buena luna de miel en pareja si lo prefieren" -Fueron las palabras que la gran *** mencionó al inaugurar el lugar que ya tiene más de 1000 reservaciones en cuestión de horas.
Era su sueño, un proyecto que para los profesores de la universidad no tenía futuro. Pero ahí estaba, ya inaugurado, y como siempre dejando a los que nunca creyeron en ella como idiotas e ignorantes. Christopher había confiado en ella desde el principio, estuvo ahí corrigiendo algunos pequeños errores, aplaudiendo cada nuevo espacio que la mujer de su vida diseñaba; y, sobre todo, animándola a seguir cuando se sentía derrotada.
–Lo lograste, hermosa –Christopher sonrió a la foto que tenía en la pared–. Si las cosas hubieran sido diferentes talvez ahora estaría contigo, y créeme, sería el más feliz porque siempre creí en ti.
Miró la imagen por última vez y se volvió a su escritorio, de uno de los cajones sacó un pequeño cuaderno en el que, durante estos dos años había escrito lo que sintió en formato de canciones. Lo abrió sin prisas, disfrutando de cada hoja ya rellenada hasta por fin llegar a la última; tomó un lapicero y dejó que todo fluya sin presión.
No, no hay excusas esta vez, me pediste no volver a cruzarme en tu camino.
Vez, el destino ha sido cruel, entre nosotros ya lo sé, hay un abismo.
Me mal acostumbraste a ser feliz, me diste todo y lo perdí,
Hui de ti para no encontrarme a mí.
Te dejé enfrentar la vida sola, sin el refugio de mi abrazo que curaba el corazón.
Y así, pueden pasar diez mil años, y jamás encontraré un amor igual en otros brazos.
Perdóname, si al final te hice mal me equivoqué.
No, no solo fue tuyo el dolor
Para mí no fue mejor alejarme.
Perdóname, si al final te hice mal fue sin querer.
Veo cómo eres ahora, todo lo que pasaste, todo lo que viviste
Y estoy orgulloso de ti».
Suspiró mientras unas lágrimas caían por su rostro, la extrañaba, su vida no era lo mismo desde aquel maldito día, el peor de todos. El silencio de su oficina no se parecía a ella, solo es un reflejo de lo que dejó aquí, la tristeza no se parecía a la mujer que le había robado el corazón desde el primer momento. Pensarla le hacía bien, no olvidarla le devolvía un poco de lo perdido, pero cuando la imaginaba sonriendo al vacío caía, pero lento.
–Dime, Lupita –Suspiró al contestar el intercomunicador que sonaba con insistencia.
–Señor, la Dra. Perroni está aquí ¿la hago pasar? –La secretaria respondió del otro lado.
Maite Perroni, una de las ginecólogas más importantes, mejor amiga de su hermana y una de las personas que realmente apreciaba. A veces, era quien le daba los mejores consejos; y aunque nunca estuvo de acuerdo con lo que hizo dos años atrás seguía para él, Mai prometió apoyarlo siempre.
–Que pase, y por favor archívame los planos del hotel Pardo.
–Sí señor, por cierto, la señorita llamó esta mañana, pero usted todavía no llegaba.
–Gracias, yo le hablo luego, por favor has lo que te encargué –una sonrisa se formó en sus labios antes de colgar la comunicación.
"Lupita me dijo que habías llamado, aún no estaba en la constructora. Te hablo luego, te quiero y salúdame a tu novio"
Envió ese mensaje y sonrió con la respuesta que recibió solo segundos después, la quería, y estaba dispuesto a protegerla siempre.
"está bien, espero su llamada señor arquitecto, ah, por cierto, acaba de inaugurar un hotel, estoy muy feliz por eso"
"Y yo, se merece eso y más, al rato te escribo"
–Pasa, Mai –guardó su celular mientras la puerta se abría poco a poco.
Al ver a la morena cruzar la puerta se puso de pie para saludarla como era debido. Un fuerte abrazo y un beso en la mejilla fueron suficientes para sacarle una pequeña sonrisa.
–¿Cómo estás? –Mai preguntó analizando la oficina a detalle.
–Bien, con mucho trabajo –se frotaba la frente mientras trataba de ocultar la tristeza que le embargaba.
Las cosas habían cambiado en estos dos años, Maite veía a Christopher totalmente mal, ya no era el mismo, era alguien totalmente diferente. Si ella siguiese aquí habría hecho hasta lo imposible por no verlo así. Su vida era el trabajo, su refugio recordar lo que él mismo se encargó de destruir; Perroni sabía que no estaba bien juzgar, porque no conocía las verdaderas razones de la traición que tanto lastimó, pero por más vueltas que le daba a las cosas no hubo justificación a la acción.
–Vine a verte porque Muriel fue a mi consultorio.
–¿Y eso? –preguntó prestando atención.
–Quiere darte un hijo.
Entonces su rostro palideció por completo, un hijo, con Muriel Hernández ¡por supuesto que no! Ya mucho había hecho casándose, no iba a tener un hijo con alguien que no amaba.
–¿Qué le dijiste?
–Sabes que con su enfermedad no es recomendable un embarazo, se lo dije y su tristeza era notable. Pero ¿sabes? –Christopher negó–. Hubo algo que me dejó totalmente impresionada, ustedes no tienen intimidad, porque me preguntó si era factible que iniciara vida sexual.
–No entiendo por qué te sorprende, Muriel está mal y yo...
–Y tú no la amas, no estás dispuesto a tocarla y todo eso me hace pensar que tú escondes algo ¿qué es? –Lo interrumpió con determinación.
–Claro que no, Mai. Por favor no quiero preguntas –Suspiró despeinando su cabello–. ¿qué le dijiste?
–La verdad, sería un buen ejercicio para mejorar su salud, está científicamente comprobado –El tono de obviedad que usó no pasó desapercibido.
Maldita sea, mil veces maldita sea.
–¿Puedes hacerme un favor?
–El que quieras querido amigo –Mai sonrió con tristeza al ver la imagen en la pared–. Si Muriel vendría a esta oficina y viera la foto ¿qué te pasa? ¿Por qué no las sacas de aquí?
–Vi que cumplió su sueño, el hotel más arriesgado del mundo –sonrió mirando en la misma dirección.
–Sí, lo logró, todos los maestros de la universidad han de estar totalmente impresionados, otra vez les calló la boca –Mai rio y Christopher lo hizo con ella–. Si no habrías cometido la estupidez de hace dos años ella estaría contigo, o tú estarías en ese hotel.
–Mai, hay cosas que aún no entiendes.
–Lo único que hay que entender es que fuiste el más idiota o ¿hay algo tras todo esto?
–No, pero por favor escucha lo que voy a pedirte –La morena asintió–. agenda otra cita con Muriel, invéntale algo para que le quites la idea de tener intimidad.
–Eso va en contra de mi juramento como profesional –Mai gritó alarmada.
–Lo sé, pero hazlo por mí, Mai te lo suplico, por lo que más quieras dile algo para que le saques esa idea de la cabeza –suplicó desesperado.
–Está bien, mira lo que me haces hacer, le estoy faltando a mi ética profesional por ti –suspiró derrotada.
–Te quiero Mai, y siempre voy a estar agradecido contigo, gracias –Christopher la abrazó con fuerza.
El abrazo duró poco porque la morena recibió una llamada, se disculpó y tubo que alejarse para hablar con tranquilidad.
–¿Hola?
–Mai, te estaba llamando para decirte que todo salió bien, fue perfecto –se escuchó del otro lado y ella sonrió.
–Me alegra, y ¿cómo estás?
–Feliz, muy feliz ¿cómo van con los preparativos de la hadita?
–no quiere contratar a una organizadora, está empeñada en hacerlo todo sola. Vamos a necesitar tu ayuda.
–Claro que sí, yo encantada.
–Perfecto, porque necesitamos que vengas pronto.
–Mai, me están hablando debo dejarte –la morena sintió como la voz del otro lado se cortaba.
–Claro que sí, el corazón te está hablando –No obtuvo respuesta y solo oyó el timbre que indicaba el corte de llamada–. perdón, era algo importante.
¿Acaso era ella? ¿Acaso era su arquitecta favorita ?, el corazón comenzó a latirle con fuerza al pensarlo. La extrañaba, daría su vida por tenerla una vez más entre sus brazos.
–No te preocupes, ¿entonces quedamos así? –Trató de mantener la compostura.
–Sí, no te preocupes que lo haré, me gustaría quedarme más tiempo, pero tengo paciente esperándome.
–No te preocupes, cuídate y ve con cuidado –Christopher besó la mejilla de su amiga y ella salió.
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