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— Amor... — NamJoon me llamó y apenas le pude contestar pues estaba más concentrado en comer mis chocolates y en la película que en él y sus tontas conversaciones cada vez que se aburría. — Necesito que me prestes atención. — volvió a hablar.

— Te estoy escuchando, amor.— le dije sin despegar mi vista de la gran pantalla, que de pronto se volvió negro. — ¿Qué rayos?

Miré a todos lados y luego a mi regazo, NamJoon estaba mirándome directamente y era claro que estaba algo enojado.

— Está bien, ¿Qué es lo que ocurre? — pregunté esta vez comenzando a acariciar su cabeza y tratando de ser un buen novio.

— Quería hablar sobre JiHyo.— y entonces tuve tantas ganas de empujarlo y dejar de ser un buen novio. NamJoon se dio cuenta de lo que causó, pues rápidamente se reincorporó y sentó a mi lado.

— ¿Qué es lo que sucede con esa chica? — trate de ser sutil al mencionar lo último, pues no creo que a Nam le hubiera gustado escuchar que yo ande insultando a esa rata.

— Cariño, ella es buena persona y ten por seguro que una chica muy inteligente, no solo en las materias, sino también en los talleres. — Rodeé los ojos de inmediato y traté de buscar en control remoto, pues quería encender la televisión nuevamente e ignorar por completo a NamJoon. — SeokJin, ella no es mala y creo que deberías incluirla un poco más en tu grupo de...

— ¿Qué rayos tratas de decir? — esta vez no traté de ser sutil y se lo grité.

— Cariño, Jin, ella es buena onda y lo sé porque hemos hablado un poco más durante los entrenamientos.

— ¿Entrenamientos? ¿Qué entrenamientos? — fruncí mi entrecejo y ya estaba preparado para golpear a Nam y botarlo de mi casa.

Nam de pronto se vio nervioso y poco después sonrió como si nada, tomando mi mano delicadamente. Sin embargo, la aparté y mi mirada le estaba dando a entender que tenía que abrir la boca.

— E-es que... JiHyo entró al taller de deportes y formarán un equipo de fútbol femenino, por lo que el entrenador me pidió que le apoyara en todo lo que ella necesite.

Por un momento sentí que mi tic nervioso estaba regresando, después de casi cinco años, pero solo fue una suposición, pues seguía frunciendo el entrecejo.

¡Maldita seas, JiHyo!

— ¿Cómo es posible que haya entrado a un taller que es propio de hombros? — dije más que alterado.

NamJoon se encogió de hombros.

— El entrenador está tratando de incluir a todos los que amen el deporte.

— ¿Entonces yo también puedo entrar?

Mi novio abrió sus ojos en par y sabía que posiblemente me diría que no, pues la única vez que pisé la cancha deportiva fue para esperar a Nam y aún recuerdo haber recibido un golpe tan fuerte de una pelota que desperté en la enfermería. No fue un buen día, pero tampoco tan malo.

— Cariño, recuerda lo que sucedió la última vez.

Miré a Nam y luego suspiré. Tenía razón, aunque no me gustara aceptarlo, el deporte no era lo mío, no me gustaba, por lo que entrar al fútbol sería en vano.

— Está bien, me importa un pepino tu taller, pero eso sí, nada de incluir a JiHyo en mi grupo de amigos. No vale la pena.

— Pero cariño, ella es...

— Sé lo que es y lo que no es, así que por favor deja de insistir o tendré que pedirte que te retires.

— Está bien... — el suspiro que salió poco después de los labios de mi novio me dio a entender que no estaba tan feliz, pero nada que el sexo no pudiera solucionar.

[♕]

— ¿Qué tal va el plan, EunJi? — le pregunté a mi amiga, viéndola de reojo a través de mi laptop. Ella recién había salido de la ducha y estaba con una toalla alrededor del cuerpo, mientras buscaba algunas prendas en su armario.

— No hay mucho que decir.— dijo de repente, saliendo con una falda corta en mano y una blusa a cuadros. — JiHyo se creyó absolutamente todo eso de que ya no quería ser tu amiga y ahora me anda llamando cada dos horas. — su risa se escuchó y yo no pude evitar hacerlo, pues realmente era chistoso.

Dejé secar mis uñas por un rato, mientras veía como la capa protectora hacía su trabajo. No quería arruinar mi ardua labor por las constantes risas que estaba soltando, mientras EunJi me narraba que JiHyo ya hasta le había entregado una pulsera en símbolo de su amistad. Qué idiota.

— ¿P-puedes creer que la idiota me contó que en su antigua universidad tampoco tenía amigas? — EunJi comenzó a reír y desapareció de mi vista; sin embargo, continuó narrando todos los momentos al lado de JiHyo.

— Está claro que nadie querrá juntarse con esa idiota. — reí y observé mi trabajo terminado. Mis uñas ya estaban listas.

— Además prometió que me contaría su más profundo secreto cuando llegáramos al medio mes de amistad. ¡Es tan ridícula! — terminó gritando mi amiga, mientras nuevamente aparecía en la pantalla, pero esta vez se encontraba vestida.

— ¿Su más profundo secreto? ¿Qué tipo de secreto? — la curiosidad me embargó y traté de averiguar a qué se refería. Esa chica apenas llevaba un mes en nuestra escuela, ¿Qué tipo de secreto puede tener?

— Algo así, la verdad es que no le presté atención.— y realmente parecía no prestarle atención a nadie, pues estaba maquillándose mientras me hablaba. — lo que sí sé es que tiene muchas asignaciones y que en la mayoría es pareja de tu novio.

— Ni me lo recuerdes.— maldije por lo bajo y esta vez miré de reojo mi celular, este no había sonado y eso era demasiado extraño, tomando en cuenta que NamJoon siempre me llenaba de mensajes, incluso los fines de semana.

— Pues la mayoría de veces que he estado con ella, Nam ha estado ahí para coordinar cada asignación e incluso, hablar del taller de deporte.

— Esa estúpida se metió en el taller de mi novio y...

— Y lo peor no es eso, SeokJinnie.— ella me miró por un momento y sonrió.

— ¿A qué te refieres? — fruncí mi entrecejo.

— En todas las ocasiones JiHyo ha insistido en hacer todas las tareas bien en su casa o en la de tu novio. — Y juro que si no estaba en mi cama, me hubiera caído completamente. — ¡Oh por dios! — la risa de EunJi me sacó de mi pequeño trance. — ¡Hubieras visto tu rostro, SeokJin! — su risa escandalosa, no tanto como la mía, se escuchó en toda mi habitación y la maldije por asustarme.— aunque estoy diciendo la verdad, justo me acaba de mandar un mensaje diciéndome que está ocupada haciendo las tareas con Nam.

EunJi me mostró su celular y efectivamente ahí estaba el mensaje, además de una foto en la que salía con Nam, mi Nam, quién estaba sonriendo de lo más feliz a su lado.

— Me las va a pagar y tú... — miré a EunJi, quién se asustó un poco al escuchar mi tono de voz.— quiero que te esfuerces y le saques cualquier tipo de información vergonzosa para dentro de una semana. Ni un día más, ni un día menos.

Cerré con mucha fuerza la laptop y supe que mi fin de semana se había arruinado gracias a JiHyo, esta chiquita me estaba sacando de quicio y aunque no me gustara hacer el trabajo por mi cuenta, ya me veía ensuciando mis manos con tal de mantenerla alejada de mi hombre.

[♕]

La semana empezó como cualquier otra, NamJoon vino a recogerme, saludó a mi padre y hermano, quienes estaban saliendo detrás de mí, y luego plantó un suave y rápido beso encima de mis labios. Le iba a corresponder cuando él se alejó. Quise pensar que fue porque quizás estábamos apurados, pero durante todo el camino lo único que hizo fue escuchar su asquerosa música e ignorarme, por lo que me dije mentalmente que dos podíamos hacer lo mismo.

Bajé de su auto con mucha rapidez y no me importó dejarlo atrás, tampoco ignorarlo, tal y como él había hecho conmigo, al momento en el que gritó mi nombre. Maldito, recién se daba cuenta que tenía novio.

Caminé a paso firme hasta llegar al jardín de la institución, donde se encontraba mi grupo ya reunido, claro que no estaba completo, pues EunJi estaba pasándola muy mal al lado de la nerd.

— ¿Y cómo va el plan? — pregunté al sentarme al lado de JiMin, quien tenía una sonrisa plasmada en su rostro mientras tecleaba algo en su móvil. Posiblemente estaba hablando con JungKook.

— Todo bien, según EunJi, hoy estaría todo el día con JiHyo y cenaría en su casa, es decir...

— Conocerá a sus padres.— completé, viendo con una gran sonrisa a Hyorin, quién asintió, también sonriendo.

— ¿Cuándo vamos a terminar por destruirla? — preguntó esta vez TaeHyung, apartando la mirada de su móvil.

— JiMin, ¿Sabes sobre algún plan de esos mocosos?

JiMin solo asintió, manteniendo su vista fija en el móvil.

— Según JungKook, hoy dejarían sin almuerzo a la nerd.

— ¿Solo eso? — TaeHyung volvió a hablar, mirando a su mellizo y bufando al ver que este solo se encogió de hombros y no lo miró.

— Eso no importa, lo importante aquí es que todo pronto acabará. Lograremos hacer lo mismo que hicimos con SunHee.

Me coloqué de pie y comencé a caminar, siendo seguido por Minah, quien comenzaba a hablarme de todos los pendientes que tenía en mi agenda para este día. Desde lo ocurrido con Nam, le había encargado a mi cuñis que mantuviera una agenda y lista de todas las cosas que haría en cada día. Por ejemplo, hoy tendría una reunión con todos los chicos del taller de Diseño después de clases.

— Oye Jin... — llamó mi cuñis cuando nos detuvimos delante de mi aula. La miré, esperando a que hablara. — JiHyo cenó el día de ayer con nosotros. — susurró lo suficiente bajo como para que yo solo escuchara y aunque quería decir que no me sorprendía, no era así, pues definitivamente me sorprendía. — y no te estoy diciendo esto para que la odies más, sino porque... — se mordió el labio inferior y tras un suspiro, dijo lo que nunca pensé escuchar de ella. — es una buena chica, me devolvió mi blusa lavada y también porque hemos estado hablando un poco más... y le agrada a mis padres.

Fruncí mi ceño y sin despedirme de ella, entré al salón. Me senté al fondo, esperando a que cualquiera de mis primos entrara, para así sentarse a mi lado, pero ninguno de ellos logró ingresar al aula y toda la clase de Aritmética fue un asco, en especial porque no entendía nada y no solo porque no presté atención, sino también porque al parecer Nam tenía otros asuntos que atender.

Salí con dirección al aula de Biología y ahí es donde encontré a NamJoon, guardándome un sitio y sonriéndome al verme entrar. Quise, realmente quise sentarme a su lado, pero el orgullo me estaba matando y lo único que traté de hacer fue seguir hasta llegar al fondo, donde se encontraba TaeHyung y HoSeok. Sin embargo, una mano alrededor de mi muñeca me lo impidió.

— SeokJin, no quiero que estés enojado conmigo. Hablemos, bebé.— la cara llena de tristeza de NamJoon me doblegó un poco y sin ganas, asentí, para luego sentarme a su lado.

JiHyo estaba detrás de nosotros, pero en esta ocasión se encontraba sola, pues EunJi tenía un horario diferente al de nosotros. Podríamos estar en el mismo nivel, pero cada alumno tenía un taller y una sección diferente, por lo que muchas veces compartía cursos con NamJoon, mis primos o sus novios. Era muy raro el sistema, pero funcionaba muy bien, por lo que nadie se quejaba.

El profesor ingresó a los pocos segundos y comenzó su clase, además de pedir el trabajo que dejó en parejas hace algunas semanas atrás. Todos se acercaban y yo ya iba mirando a TaeHyung, quién se mantenía algo "distraído" o fingiendo demencia para decirme que efectivamente no hizo su parte del trabajo, y aunque yo tampoco la hice, habíamos quedado en... La verdad es que ni se nos había pasado por la cabeza aquel trabajo, por lo que estábamos totalmente condenados.

— Toma. — NamJoon me extendió una carpeta. Rápidamente la tomé y lo miré con algo de confusión.— Es tu trabajo, amor, por esa razón no hablamos ayer en todo el día y en esta mañana solo estaba enojado porque no fuiste capaz de pedirme ayuda o decirme qué tema... — lo callé de inmediato con un corto beso, razón por la que fui reprendido por el profesor, quien nos dijo que en su salón de clase no debían haber muestras físicas de amor.

Le entregué la carpeta al profesor, no sin antes decirle que le bajara cinco puntos a TaeHyung, pues no había trabajado casi nada, cosa que no era cierto, pues ninguno de los dos habíamos hecho esfuerzo alguno por presentar el trabajo de aquel curso.

No presté mucha atención a la clase, como casi siempre, pero en esta ocasión fue por culpa de NamJoon, quien se aprovechaba de la situación para apretar mis muslos de forma discreta o estar acariciándome por debajo de la mesa. Era un total pervertido, pero sabía que estaba en deuda, pues no solo había salvado mi pellejo, sino también el de mi primo, aunque claro estaba que TaeHyung no tenía que pagarle con nada.

Salimos de la clase agarrados de la mano y caminamos juntos hasta la cafetería. Todo iba bien, él me comentaba de su fin de semana, evitando a toda costa mencionar a JiHyo, pensando que yo no lo sabía, (Pff, tremendo idiota mentiroso) hasta que la dueña de mis desdichas hizo acto de presencia delante de nuestra mesa, siendo acompañada por EunJi, quién nos sonrió discretamente.

— NamJoon, el entrenador me dijo que te avisara que hoy también habría entrenamiento, ya que se acerca el campeonato y yo... yo quisiera saber si me quieres ayudar en mis movimientos. Sabes que aún me falta perfeccionar.

Todos nos quedamos totalmente mudos, mientras esperábamos la respuesta de mi novio. Yo estaba dispuesto a decirle que me tenía que llevar a casa, pero Nam contestó y tuve tantas ganas de darle un zape por ser tan idiota.

— Claro que sí, JiHyo, muchas gracias y nos vemos en la cancha deportiva.

JiHyo se fue de ahí, siendo seguida por EunJi, quién le estaba codeando y sabía que eso no significaba nada bueno.

— ¿Y quién me llevará esta vez? — pregunté con claro enojo. NamJoon dejó de comer y me miró por un momento sin decir absolutamente nada, hasta que poco después abrió lentamente la boca y se dio cuenta de lo que había hecho. Perfecto idiota.

— Lo siento, cariño.— hizo un puchero y aunque se veía totalmente hermoso, solo quise darle un puñete por ser tan idiota.— pero JungKook te puede llevar, me dijo que la última vez te llevó hasta tu casa y yo confío en...

— ¡La última vez casi me mata al no estar viendo al frente por estar comiendo la boca con mi primo! — Vi en JiMin intenciones de decir algo en su defensa, pero Nam habló y lo calló.

— ¡Pero Jin...! — ese tono lleno de queja, tal y como de un niño que está a punto de hacer berrinche, me dio a entender que no iba a ganar esta partida.

— ¡Está bien, quédate en tu estúpido entrenamiento! — continúe devorando mi almuerzo poco después de gritarle a NamJoon y poco me importaba si todas las miradas estaban encima de nosotros. Para este momento me importaba muy poco si es que el director se había detenido a chismosear nuestra pelea.

NamJoon efectivamente se quedó en su entrenamiento y después de terminar mi reunión con el taller de Diseño, tuve que aferrarme a mi mochila mientras me subía al auto de JungKook, en quien iba a confiar por segunda vez mi vida.

El camino a casa fue tranquilo, mientras JungKook me narraba que JiHo tenía una mejor broma para la nerd y que lo concretarían el día de mañana. Quise saber de qué se trataba, pero el novio de mi primo no quiso decir absolutamente nada y tampoco le insistí, pues sabía que no podía y no quería arruinar la sorpresa que me llevaría.

EunJi me llamó a las nueve de la noche, comenzó a contarme sobre su día con JiHyo y aunque al principio todo era aburrido, poco después se puso interesante, pues me terminó contando sobre la reunión con los padres de la nerd.

— Nada fuera de lo común, la señora es muy parecida a ella y el señor tiene un aura algo inquietante, prácticamente obliga a su hija a estudiar e incluso me vio como una amenaza a la concentración de su hija. ¡Está loco el tipo!

— ¿Algún tipo de chisme o secreto que la destruya?

EunJi dejó su pañito húmedo a un lado, al igual que yo, y luego de pensarlo por unos cinco minutos (ok, exagero, pero mi amiga es algo bruta) sonrió y asintió.

— ¿Sabes cuál es lo más extraño de su casa, incluso, de su habitación?

— Es obvio que no, así que suéltalo, maldita.

EunJi sonrió en grande.

— No tiene ni una sola foto de niña, absolutamente nada de nada.— continuó pasando la toallita húmeda por su rostro mientras se miraba al espejo, dándome así una vista de su perfil.— Y en su habitación la historia es la misma.

— ¿Estás tratando de decir que ella escondió todas sus fotos de pequeña?

— No lo estoy tratando de decir, es un hecho que lo hizo, pues la única foto que tiene en su habitación es de ella en su antigua universidad.

Maldije por lo bajo y aunque sonaba algo extraño, no era suficiente para divulgarlo en la universidad. No todos tienen fotos de cuando eran niños, por ejemplo, yo sí las tengo, ya que soy muy bello, incluso cuando era niño, pero mi hermano era un patito feo, por lo que escondió la mayoría de sus fotos en su habitación, a la que nadie entra así de la nada.

— Sigue averiguando, quiero saber algo más ridículo que tener que esconder fotos de tu infancia.

EunJi rodó los ojos y asintió, para luego despedirse.

Me quedé hasta tarde esperando a que Nam me llamara, aunque sea para decirme que ya había dejado el entrenamiento o que seguía vivo y que no había sido asaltado o yo qué sé, sin embargo, él no llamó y yo terminé quedándome dormido.


Maratón 1/2

La verdad es que estoy actualizando este fic con mucha rapidez, ya que tengo la mayoría de los capítulos escritos y además, como será corto, pues quiero terminarlo right now y así continuar con otra historia.

Espero que les vaya gustando, bebés. ♥

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