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Antes de leer, les comentó que esto estaba listo desde el martes y no lo subí solamente por maldad jajajajajjaja bueno, igualmente espero mes guste esto y disfruten lo jejeje
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Había llegado a su hogar decidido a decirle todo a Charles, Erik sentía que a cada segundo lejos era una tortura para él.
Pero Azazel le había pedido que le llevará los documentos de los negocios con Stark y decidió salir temprano, para estar pronto en casa.
Pero las cosas se habían complicado un poco y antes de que Erik perdiera la paciencia, Azazel le "sugirió" que fuese a casa.
Raven le llamó mientras entraba al edificio.
-Raven, no tengo tiempo para hablar de tonterías- el alemán tomó el ascensor y maldijo lo lento que era.
-no era contigo con quien quería hablar, amargado- la chica se escuchaba muy molesta, pero quien podría culpar a Erik si ahora que ella pensaba casarse no dejaba de hablar de ello- quiero hablar con Charles.
-llamalo a casa, debe estar ahí- dijo Erik frunciendo el ceño.
-es por eso que te estoy llamando, él no responde.
Erik se extraño de ello pero no pensó en nada malo, después de todo, la última vez que no atendía el teléfono fue porque se estaba dando una ducha.
Le prometió a su hermana que le llamaría cuando lo viera y ella no dudo en molestarle con que no fuese cruel con el pobre chico.
Al fin había llegado a su piso y prácticamente corrió a la puerta de su hogar temporal.
Abrió rápidamente y entró decidido, tal cual había imaginado que lo haría.
-¡Charles!- grito mientras sonreía, pero no había respuesta- ¿dónde estas?
Comenzó a caminar por el departamento y noto que no estaba, le extrañó no sentir el delicioso aroma de la comida que preparaba el pequeño pero todo se vio eclipsado cuando noto el dinero sobre la mesa.
-¿qué demonios?- tomó la gran cantidad de dinero que había en el lugar y luego vio una nota pulcramente doblada con su nombre escrita en ella.
La tomó y comenzó a leer, cuando terminó, necesito leerla otra vez, para al fin lograr reaccionar a aquello.
Erik:
Siento mucho no hacer esto de manera personal... Pero mi corazón no podría resistirlo.
Los días que pase junto a ti fueron los mejores de mi vida en años. Disfruté cada momento a tu lado y es por ello que las despedidas duelen tanto.
Siempre quise que me vieras como alguien especial y no como el prostituto que conseguiste con dinero.
Pero tengo noticias... Nunca fui un prostituto...
De hecho, eres el primer hombre con el que duermo... Y creo que serás el último.
En este mes, hermoso mes, comencé a sentir algo en mi pecho que no me permitía estar en paz.
Te amo, Erik, me enamoré de ti en cuanto tus labios tocaron por primera vez los míos. Pero tu no me amas...
Entiendo que tú y yo nunca podríamos estar juntos, pero aún así el sentimiento que hace latir mi corazón es más fuerte y no puedo controlarlo.
Me gustaría estar junto a ti por siempre, pero el tiempo no perdona y el mes que compartimos se acabó en un abrir y cerrar de ojos.
Te amo, Erik, aunque no me ames y está bien, entiendo cuál es mi lugar.
El dinero que está sobre la mesa es el que cada noche dejaste sobre mi velador, no podría estar en paz si me pagarás por entregarte mi corazón.
Espero que encuentres a una persona que seas capaz de amar por siempre, una persona increíble, tal cual lo eres tú.
Te amo y te amaré por siempre.
Siempre tuyo,
Charles Francis Xavier
Erik miro alrededor esperando que de algún lugar el chico saliera y le dijera que es mentira... Pero nunca pasó.
-no... ¡No!- desesperado, comenzó a teclearle a todos los que conocía por si habían visto al chico, pero ninguno podía ayudarle.
Corrió a la habitación que usaba el chico y busco en todos lados algo que le diera un indicio de donde se podría encontrar Charles... Pero no había nada, sólo estaba la ropa que el había comprado.
Bajo corriendo las escaleras, hablo con el portero, le preguntó de la manera más calmada que su respiración le permitió y el chico le dijo que se había ido hace algunas horas, e incluso, le dijo en que dirección había caminado.
A pesar del tiempo que había pasado, Erik corrió hacia aquel lugar. Busco en cada lugar que pensó que podría estar el chico, cafeterías, bibliotecas, tiendas comerciales, pero nada... No había rastro del chico por ningún lado.
Volvió al lugar que compartió con Charles y le dejó en claro al portero que apenas viese al chico le diera aviso de inmediato.
Tomó el ascensor mientras tomaba su teléfono para llamar a Darwin.
Erik estaba decidido a encontrar a Charles...
Fuese como fuese...
Camino sin rumbo fijo durante varios minutos, decidió que necesitaba algo líquido mientras caminaba y entró al supermercado.
Tomó una botella de agua, luego entró los pasillos recordando esa vez que había salido junto a Erik, y su expresión de confusión cuando estaba escogiendo los alimentos.
Una sonrisa iluminó su rostro al recordar la escena pero pronto fue reemplazada por una mueca de tristeza.
Cuando fue a pagar, pensó que la suerte le cambiaba un poco. Luego de hablar con Ororo durante algunos minutos, ella le comentó que necesitaban un cajero, por lo que Charles no dudo en hablar con el encargado y pedir el empleo.
Comenzaría el día siguiente, y mientras, Ororo le había ofrecido que se quedará en su casa.
Charles estaba más tranquilo ahora, pero no podía evitar pensar en Erik... Su corazón le exigía que volviera corriendo a casa y rompiera esa estúpida carta. Pero ya no podría.
Además de que le valdría hacerlo si Erik no lo amaba.
Luego de acordar los términos de su contrato, Charles salió a informarle a Ororo. La chica le dio un papel con la dirección de su hogar y le dijo que podía ir sin preocuparse por nada. Charles asintió y comenzó a caminar.
Encontró sin dificultades el lugar, estaba prácticamente cerca, pero no entro y prefirió quedarse paseando por lo alrededores durante algunas horas.
Mientras esperaba, vio a Ororo a la distancia por lo que la chica lo regañó y lo llevó a casa.
Ororo vivía junto a una chica, Jean, entre ambas le habían dicho que no se preocupara por nada, que su presencia no era una molestia ni nada parecido.
Esa noche, Charles no pudo dejar de pensar en Erik, miraba el techo y pensaba si acaso el alemán había comido, si estaría dormido, soltó una pequeña risa al pensar en el pobre Darwin siendo regañado por Erik al no hacer un buen café... Y una lágrima recorrió su mejilla.
Su primer día no fue difícil, sus compañeros de trabajo eran muy amables con el y le explicaron todo lo que necesitaba saber. Pero las noches eran difíciles.
El recuerdo de Erik siempre estaba presente.
Recordaba aquellos días en la playa y los fuertes brazos de Erik rodeando su cintura.
Recordaba las caricias en su piel mientras sonreía... Y lloraba.
Una semana aproximadamente había pasado de desde que se separó de Erik... Y seguía la misma rutina.
Trabajar, esquivar el recuerdo, llegar a casa y llorar.
Pero ese día, las chicas habían decidido sacarle de su miseria. Le habían "pedido" (más bien Ororo le había obligado a ir) que fuese a Central Park.
Charles, atrapado entre las insistencias de las chicas, no le quedó de otra que aceptar.
A pesar de que llevaba mucho tiempo en New York, eran contadas las ocasiones en las que había pisado Central Park.
Temeroso, aquella tarde fue en dirección al parque, evitando pasar frente, e incluso, cerca del hotel de Erik...
Aunque claro, a esas alturas Erik ya se había ido, y hacer todo eso era inutil... Era lo que Charles siempre se reprochaba.
Camino hasta llegar al lugar indicado, las chicas no habían llegado aún y decidió dar una vuelta por el lugar.
Pero sus planes se vieron interrumpidos por la presencia de una bella dama.
-¡Charles, cariño!- Charles se volteó y vio a Eddie, la madre de Erik.
-Señora Lehnsherr- se acercó el a saludarle y la mujer soltó una pequeña risa.
-sólo Eddie está bien, Charles- él sonrió aceptando lo dicho mientras veía en ella algunos rasgos de su príncipe alemán.
Charles sentía como se oprimía su pecho con la actitud de Eddie, tan cariñosa, tan amable.
-¿te molesta si te hago compañía unos minutos?- Charles negó con una sonrisa y ambos procedieron a sentarse cerca del lugar.
Eddie le hablaba de lo histérica que se encontraba Raven con los planes de su boda, pero Charles podía notar que Eddie se alegraba mucho por su hija, porque luego de cada comentario, sonreía de la misma manera en la que Erik lo hizo cuando le informaron la noticia.
-me alegra que estés apoyándola, Charles, esto es algo muy importante para ella y necesita que alguien la acompañe en algunas decisiones.
-ella es una mujer increíble...- susurro Charles- sabrá hacer lo correcto.
Eddie sonrió mientras veía a Charles.
-eso espero... Y se que tu también harás lo correcto- ella se puso de pie dejando un tanto desconectado a Charles, pero poco duro su desconcierto al ver la imponente figura detrás de ella.
-Erik...
Su madre le había enviado un mensaje para que fuese al Central Park, y sin mucho ánimo Erik se había levantado.
La búsqueda de Charles no había traído frutos, tenía a algunos detectives privados en ello pero aún no le entregaban resultados.
Había dejado de preocuparse por si mismo durante aquella semana, y todos sus cercanos se habían percatado de ello.
Pero no fue hasta que su madre le regaño que comenzó al menos a comer... Luego de tres días.
Manejo cerca del lugar buscando con la mirada a su madre. Ella solamente le había enviado cinco palabras
"Ven a Central Park AHORA"
Por suerte solo debió manejar un poco alrededor y logró verla... Junto a Charles...
Sintió su corazón acelerarse y sus manos temblar de manera alarmante, pero ahora que veía al chico sabía que su corazón no mentía...
Estaba más que enamorado de Charles...
-hola, hijo- su madre le saludó y Charles le miraba con los ojos abiertos de par en par.
-Erik...- habían tantas cosas que quería decirles, tantas confesiones que hacer.
-los dejaré a solas- dijo su madre comenzando a alejarse.
-Erik... Como... ¿Cómo has estado?- dijo el chico sin siquiera mirarle pero Erik ya había tomado una desicion.
-te estuve buscando...- fue lo primero que salió de sus labios.
-yo... Bueno... Estuve por ahí...- susurro el pequeño chico pasando su mano por su cuello y sin mirar a Erik.
Por otro lado, Erik no podía quitar su mirada de Charles. Avanzó un par de pasos hasta quedar a tan sólo unos centímetros de él.
-Charles- la voz de Erik sonó tosca pero por dentro, el alemán sentía que su corazón saldría por su boca- ¿lo que dice la carta... Es cierto?
Charles se quería morir... No... No se quería morir, quería que se abriera un gran agujero en la tierra y le tragara por siempre.
-yo...- era tanto el nerviosismo que sentía Charles en aquel momento que no podía ni mirar a Erik.
-Charles...- Erik puso su mano en la mejilla del nombrado guiando su rostro para que ambos pudieran mirarse- Ich liebe dich...
Charles no alcanzó a preguntarle al hombre frente a Erik el significado de aquellas palabras cuando sintió aquellos deliciosos labios sobre los suyos...
En un comienzo se encontraba sorprendido, pero luego se dejó llevar por la pasión que aquellos labios le trasmitían.
Erik fue quien se separó de él y lo miro fijamente. Fue en aquel momento en que noto aquellas pequeñas ojeras que tenía Charles, y lo rojo que se encontraban sus ojos... Y sus labios...
Charles también estuvo mirando a Erik... Si en algún momento pensó que no podría ser más sexy, con aquella barba de hace días le hacía ver realmente como el macho rudo que era.
-¿querrías hacer otro contrato conmigo?- Erik rodeaba su cintura mientras lo miraba fijamente sonriendo con aquella preciosa sonrisa que le encantaba.
-¿y por cuanto tiempo sería eso?- pregunto Charles mientras pasaba sus brazos por el cuello de Erik.
-¿qué te parece por el resto de nuestras vidas?- sonrió Erik mientras quería estar en aquella posición por siempre.
-te saldrá caro...- respondió Charles soltando una pequeña risa.
-tengo dinero...- susurro el alemán pero no pensó que Charles haría lo siguiente.
-no es suficiente...- por un momento el pánico invadió a Erik- así que quiero esto a cambio.
Y fue Charles quien unió sus labios en un apasionado beso... Erik sentía que su corazón latía de nuevo, mientras que Charles pensaba que en cualquier momento despertaría de aquel perfecto sueño...
-te amo...- ronroneo Charles cuando Erik comenzó a repartir besos por su mejilla hasta llegar a su oído...
-ich liebe dich- susurro de nuevo Erik y Charles fue capaz de comprender aquel significado de inmediato...
-no se alemán... Erik...- habló mientras soltaba algunos suspiros.
-quizás con esto tengas alguna idea...- Erik apretó a Charles a su cuerpo mientras lo besaba otra vez.
Sus manos comenzaron a descender lentamente hasta apretar las nalgas de Charles.
-¡Erik!- gritó Charles más que sonrojado y Erik sólo le robó un pequeño beso antes de seguir hablando.
-te amo...- hablo por fin Erik mientras veía a Charles sonreír como nunca.
Ambos estaban sumergidos en su propia burbuja cuando Charles noto que alguien los miraba.
-¡Charles! ¡Te hemos esperado por casi una hora!- gritó Ororo mientras el chico la veía intentando que Erik sacara sus manos.
-¡lo siento, cariño! De inmediato voy.
-No- respondió secamente Erik apretando a Charles cerca de su cintura- nosotros aún tenemos cosas que hacer así que si nos disculpan.
Sin derecho a reclamo, Erik tomó a Charles en sus brazos y camino hacia su auto.
-voy a recuperar toda la semana que me tuviste abandonado.
Charles sonrió y a la vez temió por su seguridad, pero con Erik, ya no era algo que le importara... Aunque dudaba que fuese capaz de ponerse de pie el día siguiente...
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Y este fue el final... ¿Malo, verdad? En fin, espero que les gustara.
Les agradezco mucho por cada voto que dieron, por cada comentario, por cada lectura 😄 me hicieron muy feliz.
Gracias por seguir esta historia que nació de la nada y bueno, espero verlas/os en otra historia.
Muchas gracias por leer
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