Al despertar esa mañana de lunes, Ryu se propuso a si mismo ir directamente al salón de Miyamura y decirle en palabras simples "Hey, puedes dejar de fingir que el beso nunca pasó, nos hemos besado antes, pero esta vez parece haberte molestado, lo siento, olvídalo y sigamos como era hasta ahora" o por lo menos el plan era que las palabras no se le atascarán en las garganta y terminara como en los otras veces.

Sin embargo, no contaba con que, en esos momentos, la "prestigiosa" preparatoria Shuzaku no era más que un laberinto eterno de ir y venir. Sus pasillos se asemejaban a callejones sin salida que se lo iban tragando a cada paso, alejándolo de su objetivo cada que estaba a punto de alcanzarlo...

¿Era eso o simplemente Miyamura lo estaba evitando a toda costa?

Tendría mucho sentido y explicaría el porqué, a donde sea que Yamada iba Miyamura desaparecía en menos de lo que canta un gallo, disparado hacia otro lugar, murmurando (y en más de una ocasión casi gritando) excusas. En la mañana, cuando Yamada llegó a su salón completamente decidido, Miyamura de repente recordó que tenía que ir al concejo a recoger unos materiales para la clase de artes y salió apresurado, luego, en el recreo, no se presentó a comer en la sala del club como era la costumbre de todos los miembros, y Yamada con todo y pan de yakisoba, se la había pasado buscándolo hasta que se cansó y se resignó a comer su pan (ya frío) para recuperar energías. Y ahora, en plena sala del club, Yamada esperaba junto a Shiraishi a que Miyabi y Miyamura llegarán.

Urara ya estaba al tanto de toda la situación, o por lo menos enterada de las partes importantes (Yamada se había ahorrado la parte en la que, bajo el efecto del hechizo, Miyamura se le había tirado encima) y había aceptado la situación tan sólo con un asentimiento de cabeza y dejándole en claro, que si necesitaba ayuda no dudara en llamarla, alegando que si se quedaba con las cosas sólo para él sólo terminaría sintiéndose más sólo ante la situación, Yamada pensó, algo dolido, que si la rubia le decía eso era porque ella conocía el sentimiento mejor que él.

-No lo han arreglado aún, ¿verdad? – preguntó la rubia, dejando de ver su libro por unos instantes para dirigirle a Yamada una de esas miradas de reproche sereno que daban miedo si las mirabas el tiempo necesario

-No precisamente- empezó a alegar Ryu- bueno, el viernes me ayudó con una raspada que tuve, pero no tuvimos tiempo de hablar

- ¿Ni siquiera cuando iban de camino a su casa?

-Traté, pero sólo conseguí tener mi cara en el suelo y la rodilla raspada- se lamentó, dejando su cabeza caer hacia adelante y dando un suspiro- ah, sí, claro, además de molestarlo cuando se estaba muriendo de sueño

-Eso no suena bien- comentó la rubia, sin saber bien que es lo que debería decir, toda la situación parecía sacada de algún programa, de esos que Miyabi le solía contar

-No sólo eso, no me he cruzado con Odagiri cuando fue ella la de la idea de toda esta locura- comentó, casi jalándose los cabellos- es como si se hubiera evaporado y todavía está la investigación de las brujas... ¡Mi cabeza va a explotar!

A Yamada le molestaba estar quejándose a cada rato, no era de los que andan gritando sus problemas a los cuatro vientos, pero realmente necesitaba largar todo lo que tenía encima durante lo que se sentían como meses, a pesar de sólo haber pasado unas semanas, y Urara le había dicho, de manera directa que lo primero era dejar de contener sus preocupaciones sólo para él y lo demás "pasaba por si sólo", aunque no sabía bien a que se refería eso.

La puerta del club se abrió estrepitosamente y la figura de Miyabi se hizo presente portando una cara de alerta.

- ¿¡QUÉ PASÓ!? ¡¿QUIÉN ESTÁ LOCO?! ¡¿NOS HAN ROBADO EL CUADERNO DE LAS BRUJAS?!- la castaña gritaba y empezaba a revisar los cajones buscando algo que faltara

Detrás de Miyabi, venía no sólo Miyamura, sino que Meiko Otsuka caminaba tímidamente junto a ellos, cosa que desconcertó bastante a Yamada, ¿Qué no se suponía que ella estaba en el club de manga?

La exaltación de Miyabi duro poco, pues en cuanto hubo comprobado que el cuaderno seguía en el mismo lugar en el que lo habían dejado, fue como ver a un globo desinflarse y la calma volvió a la sala del club, o, por lo menos llego la incertidumbre, pues tanto Urara como Ryu no despegaban la vista de la chica de pelo verde que miraba de un lado a otro como si quisiera escapar de ahí.

-H-hola- tartamudeo la chica, haciendo un gesto nervioso con la mano que casi le tira los anteojos

-Aah, sí- Miyabi pareció recordar algo y rodeo a la peliverde con un brazo lleno de confianza- Meiko ha venido a hablar con Yamada, ¿verdad?

-E-em, si, algo así- susurro la chica bajando la mirada avergonzada

La chica se veía nerviosa, y Yamada no tenía muchas ganas de hablar con nadie, mucho menos cuando Miyamura había pasado justo a su lado ignorándolo por completo, pero sabía que si le respondía de mala manera era probable que Meiko saliera corriendo dolida y él recibiera una tunda por parte de Miyabi, por lo que dando un vistazo rápido a Shiraishi, se levantó dispuesto a hablar con la chica.

-Vamos afuera- indicó el chico tratando de usar un tono no fastidiado

Sabía que con lo tímida que era, a Otsuka se le facilitaría decirle lo que sea en privado. Ambos salieron del salón y dudando un poco la chica empezó a hablar.

-S-se que están m-muy interesado en las brujas- empezó a decir jugando con sus dedos- y yo quería agradecerte por ayudarnos en el examen y-y

La chica estaba divagando mucho, pero agarro valor y en un susurro lo suficientemente alto para que el chico la escuchara.

-Se quien es la siguiente bruja- dijo por fin

La sorpresa no se hizo esperar en la cara de Yamada y casi se le escapa un grito de no ser porque pensó que aquello podría espantar a la peliverde.

- ¡¿En serio?!- se asombró silenciosamente

La chica asintió y Yamada tuvo que contenerse para no preguntarle por qué no se lo había dicho durante el viaje a la playa, pues de ser así todo el club habría tenido algo en que ocupar la mente y de seguro no habría caído en el truco de Odagiri, con lo que se hubiera evitado toda la situación actual.

-Es María Sarushima- dijo la chica, colorándose un poco ante sus palabras y en menos de lo que se dice pío, ya se alejaba del lugar trotando sin mucha velocidad- s-sólo quería que supieran

La peliverde desapareció por los pasillos y Yamada tuvo que hacer un esfuerzo para que el nombre proporcionado no se le escapara de la mente, pues estaba seguro que Meiko no lo repetiría. Entró rápidamente a la sala del club y se abalanzó sobre el escritorio tomando un papel cualquiera y lápiz con mala punta para anotar el nombre de la bruja.

- ¿Qué pasa Yamada? ¿Qué te dijo Meiko? – como siempre, Miyabi era la primera en hacer preguntas

- ¿Acaso se te declaró? – comentó Miyamura sin mirarlo a la cara, su voz no sonaba muy animada que digamos.

- ¿Qué escribes? - preguntó Urara, que parecía la única persona completamente serena de la sala

Yamada ignoró todas estás preguntas mientras escribía el nombre de la chica tanto hiragana como en katakana, para asegurarse de no olvidarlo y en cuanto acabó levantó la hoja de manera triunfante, con los ánimos por los cielos y una sonrisa que aceleró el corazón de cierto albino en contra de su voluntad.

Yamada explicó lo que la peliverde le había dicho alegando que debían ponerse a ello cuanto antes (su emoción fue seguida por Miyabi casi al instante) y preguntando si alguien sabía quiera la tal María.

-María, María, María- repetía Miyabi llevándose la mano a la cabeza- ay, no recuerdo a nadie con ese nombre, al menos no que esté en mi clase

-Creo que he oído su nombre antes- Urara atrajo la atención de todos, con su comentario- durante el pase de lista en clase de matemáticas, creo que se dio por ausente más de una vez ¿Lo recuerdas, Yamada?

El peliazul por supuesto que no lo recordaba, las clases de matemáticas no eran un momento en el que permaneciera totalmente despierto, para no decir que esa hora la ocupaba para dormitar plácidamente en su silla a esperas de que el profesor le llamará la atención, anunciando el fin de la clase.

-Yo sé dónde vive- habló Miyamura callando en un instante los intentos de Yamada por recordar y los regaños de Miyabi sobre la responsabilidad- he ido un par de veces con el concejo estudiantil

El chico seguía viéndose algo demacrado, pero tenía buen color y su voz sonaba un poco más animada que en la última reunión, al menos eso parecía aparentar cuando de forma animada se dio a si mismo como voluntario para ir a hacerle una visita la chica y comprobar si era realmente una bruja.

-Eso sería peligroso- alegó Shiraishi- al menos lo sería yendo tu sólo...

La mirada de la chica se posó en Yamada y el chico comprendió lo que trataba de decir, ¿Acaso Shiraishi no iba a descansar hasta que arreglara las cosas con Miyamura? Porque si era así terminaría por deberle mucho a esa rubia, claro, si es que su "Ryu idiota y enamorado" no salía a relucir en la siguiente oportunidad que tuviera

-...Yamada debería acompañarte- sentenció Shiraishi y Yamada casi pudo jurar que estuvo a punto de sonreír con maldad

Y a pesar de la cara de espantado que se dibujó en Miyamura, su respuesta no hizo más que subir las expectativas de Yamada sobre poder hablar claramente con el albino.

-Ah, ok, me parece...bien

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¡Wenasss!

Bueno, bueno, bueno, voy a explicar un par de cosas para que no anden perdidos:

-Primero, mi intención es seguir más o menos la línea del anime (obviamente con cambios 7w7) así que digamos que el viaje a la playa no fue hace mucho

-Segundo, Hice este capítulo porque en esta "línea temporal" (ah, me sentí re profesional diciendo eso :V) Otsuka no le dijo lo de Sarushima durante el viaje, sino que se esperó hasta ahora(?

-Y POR ÚLTIMO, desde acá las cosas se empiezan a poner más activas, por así decirlo, ya que las brujas estarán involucradas

Sin nada más que aclarar (creo)

¡Nos leemos pronto! :3