Ryu estaba que se despedazaba las uñas de preocupación, Miyamura se había desplomado de la nada y tuvo suerte de haberse encontrado a Urara en el camino a la enfermería y que la misma enfermera siguiera en la escuela.

Había hecho pasar a Yamada con Miyamura en brazos y el chico ahora reposaba en una de las camillas de la enfermería, luego de describirle como es que el peliblanco se había colapsado, la enfermera dijo que quizá había sido producto de un ataque de pánico y le preguntó si es que el chico había estado en alguna situación de presión.

-Quizá... yo lo puse mucha presión encima- había respondido,

La enfermera no preguntó más, ya que el peliazul parecía tratando de mantener sus propios nervios bajo control, y efectivamente, los sentires de Yamada oscilaban entre la culpa y la preocupación.

-Yamada, deja de morderte las uñas- ordenó la rubia, sentándose a su lado

-Fue mi culpa, Shiraishi- afirmó cubriéndose ambos ojos con las manos, sintiéndose al borde de las lágrimas

-No debes culparte de todo, Yamada... tú no...

- ¡Sí, la tuve!, ¡Todo esto sucedió por no haberme callado mis estúpidos sentimientos! - trataba de no hacer ruido para no despertar al peliblanco, pero eso sólo hacía que su voz sonara quebrada - ¡Él debe detestarme ahora! ¡Estoy seguro que le doy asco!

La rubia lo miraba sorprendida y no dijo absolutamente nada cuando el chico la abrazó escondiendo su rostro en su hombro, en el poco tiempo en que lo llevaba de conocer, Ryu jamás había llorado y en ese momento se veía tan indefenso que no se parecía en nada al chico que había caído sobre ella en la escalera. Entendía, y ya venía sospechando de sus sentimientos hacía Toranosuke, pero era doloroso ver como se derrumbaba a causa de ese chico que siempre se mostraba petulante.

Urara siempre había pensado que jamás tendría un amigo al que considerara casi como un hermano, pero ahora estaba casi segura que así era como se sentían las hermanas mayores al ver a su pequeño hermano con el corazón roto.

-Todo estará bien, Ryu – le dijo- ambos lo arreglarán y estoy segura de que él no te odia

Su papel como hermana consolando, pareció triunfar cuando el chico dio un suspiro y separándose lentamente de la chica, se limpió las lágrimas a la vez que asentía, tal vez, un poco más tranquilo que antes.

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Wenas, instantaneas :v

Aquí está el siguiente cap

Creo que no hay mucho que decir más que aclarar que en este fic, Urara será algo así como la mejor amiga de nuestro querido Yamada, todos necesitamos un amigo soporte en esta vida ¿No creen?