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3.- Mi yo interno.

-Mamá, ya no lo soporto. Su lado izquierdo es cada vez más...

-¿Dónde está mamá?

-¡Levantate! Recuerda que fue eres mi mejor creación que cumplirá por fin mi único sueño en la vida.

-¿¡Qué son esas estupideces de ser un maldito marica!?

-Pasara el resto de su vida encerrada en ese hospital.

-Eres solo una creación perfecta.

-¡Enji, no lo golpees, por favor!

Todos aquellos recuerdos golpearon mi mente al mismo tiempo, causando un nudo en mi estómago y un escalofrío que me recorrió toda la espina dorsal.

Nueva no era. Esta sensación era ya tan bien conocida para mi que hasta podría decirse que ya me encontraba acostumbrada a ella por el simple hecho de que siempre se presentaba cuando mi padre lo hacía, o cuando existía algún tipo de problema familiar.

Me quedé un momento pensando, tomando la madera del marco de la puerta corrediza estilo japonesa. Detrás de esto se encontraban nuevamente, después de tantos años, mis padres juntos.

No iba a ocultarlo. Odiaba a mi viejo, pero sabía que muy en el fondo no solo era gracias a él, sino también a mí, al no saber expresar y deshaogar mis emociones de manera correcta. Pero, ¿que podía hacer después de que él me quitó a mi madre?

En cierta manera, ahora agradezco aquello, ya que cuando apenas solía ser un niño, mi mente no podía con tal madurez para ver las cosas desde la perspectiva en que las veo hoy. Mi madre fue más feliz dentro del hospital, puesto que se alejó por fin de la violencia de mi padre.

Yo no fui su desgracia, yo jamás fui su desgracia, sino su salvación, pues una vez mi padre obtuvo lo que quiso, mi madre ya no era algo que quisiese conservar, por lo que no se contuvo mucho para poder mandarla a encerrar en la primera oportunidad que tuvo, fuera de su alcance y donde ella pudiese estar en paz.

¿Qué iba a entender un niño de eso?

Por fin, después de un suspiro, intenté poner mi mente completamente en blanco al momento en que ejercí fuerza para correr la puerta y que el sol me diera de lleno en los ojos.

Ante esto, sólo un último pensamiento surcó mi mente.

-No dejes que la sangre defina lo que quieres ser...

Al abrir lo suficiente ésta, mi cuerpo se quedó inmóvil y sin oxígeno, incapaz de poder seguir las ordenes que mi cerebro le mandaba. Ni siquiera podía respirar de manera adecuada, pero ahí estaba, parado frente a mis padres que hablaban animados al lado de mis dos hermanos mayores, mientras estos, al lado de mi padre, bebían de unas latas de cervezas mientras reían, y mi madre, disfrutaba de un té con una cálida sonrisa en el rostro.

Al verme, todos apretaron las mandíbulas al voltear hacia mí, quizá sorprendidos por mi presencia o demasiado sorprendidos por la cara que cargaba.

El primero en reaccionar de entre todos fue mi padre, quien se levantó y caminó hacia mí, con los brazos cruzados, pero con una mirada relajada.

-Creí que estarías con el chico pupilo de Yagi -me dijo, sorprendiendome de una manera que no demostré por su tono de hablar. Estaba distinto a como lo conocía -. Supongo que la sorpresa quedará arruinada -y al decir eso, regresó a su lugar, indicándome que lo siguiera.

Así lo hice, sentándome frente a mi madre, aún sin creer que ella realmente estuvieron ahí. Su mirada, ya no era la de siempre, ahora también tenía un rostro más pacífico y relajado, acompañado de unas delicadas lágrimas que salían de sus ojos hasta resbalar por sus mejillas, todo decorado por una sonrisa enternecedora.

-¿A que sorpresa te refieres? -pregunté. Sabía que mi cuerpo me pedía abrazar a mi madre y gritar de felicidad por saber que estaba de vuelta en casa, de donde jamás debió haberse alejado, pero una parte de mí aun no comprendía cuales eran los planear de mi padre ni que era lo que ocurría en ese momento.

Todos sonrieron bajo una sonrisa cómplice, dejando escuchar el ruido de la puerta ser nuevamente abierta, dejando ver a las dos personas que había dejado en la sala principal.

Fuyumi con una sonrisa cómplice y un Izuku algo nervioso, siendo empujado hacia el interior por mi hermana mayor.

-Shouto, hace unos días, el médico de tu madre nos dijo que ella estaba lista para salir del hospital, pues su tratamiento había terminado, más quise esperar para poder hacerlo en este día -explicó, con una calma que lograba exasperarme mientras Fuyumi sentaba a Izuku a mi lado y ella al otro extremo de la mesa, contrario a mi padre.

-No tiene sentido. Tu y ella jamás bn sentido nada, su boda fue una simple farsa. ¿Por qué regresaría a tu lado después de todo el mal que le has hecho? -escupí, sintiendo el apretón de una mano temblorosa sobre mi muslo. Izuku me pedía que me tranquilizara.

Mis hermanos no quería sostenerme la mirada, la sonrisa se había borrado del rostro de todos y ahora el ambos te era un poco tenso, incluso el viejo se veía un poco nervioso.

-Veras, Shouto, tu padre y yo en ningún momento perdimos contacto -aquello me hizo alzar una de mis dejas, en duda -. Pudimos hablar y escuchar, pedir perdón y perdonar y, como en ninguno de nuestros años pasados de matrimono, nos conocimos. Nos dimos cuenta de que tenemos más en común de lo que podíamos creer y, ahora, si ustedes nos dan una segunda oportunidad, les aseguro que podremos ser una familia estable y amorosa, como nunca llegamos a ser -dijo, tomando mis manos y entrelazandolas por sobre la mesa, bajo la atenta mirada de todos, incluso un pecoso bastante incómodo y avergonzado.

-Sabemos que esto no será de un día para otro pero lo intentaremos -ahora fue mi padre quien habló, mirándolos tanto a Izuku como a mí -. Aun quedan unas diferencias por cubrir, pero les aseguro que podemos afrontarlo como familia, apoyandonos mutuamente -su tono de voz no era tan suave, pero era lo suficiente sutil como para darme a entender que hablaba con la verdad.

Yo me encontraba en un tipo de shock, algo confundido y desorientado. ¿En qué momento me había perdido tanto que hasta mis hermanos tomaban esto tan natural? ¡No lo sabía!

Diablo, creo que ahora comprendo los sentimientos de frustración de Bakugou al ver como Izuku se supera cada día más dejándolo un poco atrás. No son los mismos, pero son parecidos.

-Shou-chan, decidimos hablar contigo hasta el final porque sabíamos que tu eres un caso un poco más... -antes de terminar su oración, mi hermana fmdirigió una mirada desapercibida a Izuku -especial... -mis hermanos asintieron mirándome también -. Tus hermanos y yo estamos de acuerdo a este cambio, pensamos que podría favorecerte a ti y a todos en ésta casa, pero principalmente a ti, y eso es lo que nos preocupa mayormente, pues todos aquí sabemos que a quien le afectó más la partida de mamá de ésta casa fue a ti -explicó, convencida completamente de sus palabras.

No sabía que responder, en ese momento me había quedado completamente en silencio repasando los últimos sucesos de mi vida, todos y cada uno bajo la sombra llena de odio del maldito viejo, viviendo siempre ofmdiandolo y contradiciendolo, así como también desobedeciendo.

¿En verdad podría aceptar este cambio tan repetido a cambio de la felicidad de mamá y mis hermanos?

-Nunca pongas tu felicidad por sobre las personas que realmente deseas que sean igualmente felices, siempre y cuando esas personas sean importantes para ti...

Aquellas palabras de mi madre me llegaron como balde de agua helada hacia todo el cuerpo, obligandome a velar por su felicidad ahora más que nunca si es que ella estaría aquí con nosotros, no me importaba si tenía que llevarme bien con el viejo.

-Yo... -titubeo, sin siquiera saber qué decir realmente -. No sé realmente qué decir, pero en verdad quiero que esta familia sea feliz... Principalmente mamá -expliquébapenado, tomando la mano de Izuku por debajo de la mesa, entrelazando nuestros dedos y mirando a mi padre -. Pero no sé si pueda afrontar todo tan fácil -aquello lo dije mirando a mi padre, quien tenía una leve mueca en sus labios.

La sala se formo en un silencio algo tenso y nervioso, quizá por lo anterior sobre mis palabras, pero era obvio que debieron esperarse que no aceptara a la primera, o por lo menos que se las pusiera un tanto difícil.

¿Cómo querían que afrontara toda una vida retorcida, llena de maltratos y chantajes en un momento?

-Shouto -dijo mi padre, tomándome las manos de mi madre a su lado -. No espero que me perdones, o por lo menos no pronto, pero en verdad quiero iniciar un nuevo capitulo al lado de tu madre y ustedes; quiero remediar todo el daño que hice, y si tengo que renunciar al primer puesto sólo por ustedes... Lo haré -eso si me sorprendió, a lo que busqué una sola pista de duda desesperada en su mirada, sin encontrarla.

Estaba hablando en serio. Mi padre hablaba en serio. Él estaba dispuesto a renunciar a ser el héroe No.1 por comenzar una nueva vida con su familia. Aquello definitivamente movió algo dentro de mí, algo que jamas había sentido en mi corta vida.

Mis hermanos seguían en silencio e Izuku permanecía con la vista baja, apretando de vez en cuando el agarre de nuestras manos, las cuales comenzaban a humedecer por los nervios.

-Seremos la familia que mamá y nosotros siempre soñamos, ¿no? -todos asintieron, a lo que proseguí a levantarme de mi lugar -Entonces, si las cosas serán así de hoy en adelante, quiero presentarles a alguien -acto seguido, jala el agarre de la mano mía y de Izuku, levantándolo de su lugar y mostrando nuestras manos unidas -. Familia, él es Midoriya Izuku, compañero de clases, amigo, rival de batalla y... Mi novio -dije, a lo que todos e incluso mi padre se levantaron para darnos un abrazo.

-Sé bienvenido a esta familia, hijo -le dijo, antes de abrazarlo.

Y bueno, realmente no sé que fue lo que pasó entre mis padres pero con el tiempo todo cambió a como ellos querían, formando una linda familia, la familia que todo el mundo creía que tenía el nuevo héroe numero uno de todo el mundo.

Aunque bueno, mi relación con Izuku también creció, al igual que otras relaciones también eran reveladas dentro de la clase A, lo que me hacía sentir sumamente feliz, pues me di cuenta de que mi familia jamás se había desmoronado, sino que ellos siempre estuvieron ahí y yo me negaba a verlo. Principalmente tú, mi pequeño pecoso, que jamás me soltaste y me sacaste de aquel abismo en el que cada día iba callejeo más y más profundo, en el que solo yo era el responsable de hundirme en mi propia miseria.

Ahora, para el mundo, nuestros amigos y rivales, seremos, sólo tu y yo...

Fin





Whaaaaaaa... Corto, lo sé, pero ni yo sabía cómo terminar esta parte... Siento que quedó algo seco.. En fin, puedo poner un extra si me lo piden, ya sea alguna cita entre nuestros chicos, un lemon (cursi o rudo XD), no sé, lo que gusten pedir se los haré con mucho gusto.

También los invito a pasar a leer mi nueva novela, titulada "Amor y guerra" es un KatsuDeku, el primero en esa pareja, o tal vez no... No lo sé...

Gracias por acompañarme hasta aquí en este corto fanfic... Los amo!!

Mohiri_Taisho

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