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Capítulo 26._ Tic toc




—¿Cómo está la chica más hermosa de todas? —me tomó por la cintura una vez que me detuve frente a él. Inclinó su cabeza para poder darme un beso rápido pero lleno de cariño


Era miércoles por la mañana. Cuando ocurrió la trágica situación con mis padres, dejé de asistir por casi dos meses, Sofía había venido a una junta con el director para investigar si valía la pena meterme a un curso muy intensivo para poder terminar el año o si sería mejor que repitiera semestre el siguiente ciclo. Mientras ella estaba en la oficina con él, caminé por los pasillo sola. No podía llegar como si nada, aparentando que todo estaba bien.

Los que me conocían aunque no hablaran conmigo, me miraban algo sorprendidos. Seguramente pensaban que me había ido de aquí o algo por el estilo, rezaba no ver a una persona en específico y hasta el momento el deseo iba muy bien. Busqué a Jos en su casillero, como lo esperaba él estaba ahí con Bryan y Freddy. Lo poco que sabía era que Alan y Alonso ya no se juntaban mucho con ellos, al menos eso era algo que el pelinegro ya no mencionaba; esos dos nombres.


—¿Ya vas a entrar a clases?

Jos arrugó la nariz sin soltarme —Faltan quince minutos.

—Supongo que es suficiente —le sonreí abrazándolo, los dos castaños de amigos que tenía en frente nos miraron sonrientes

—Vaya... ¿de qué me perdí, eh? —Bryan arqueó una ceja, divertido

—¿Es oficial?

—Claro que sí Freck, esta nena es toda mía —le sonrió antes de volver a besarme. Cuando estábamos a escasos centímetros, fue cuando lo vi


Lucía impecable, mejor de lo que alguna vez lo había visto; parecía imposible pero no, ahí estaba él. Su cabello estaba arreglado de una forma despeinada haciéndolo lucir sensual, llevaba una playera blanca pegada que escondía debajo de esa chamarra negra de cuero que tanto le había visto, unos músculos que se amoldarían a aquel corte de mangas. Sus jeans eran de mezclilla negra junto con sus típicos botines.

A su lado, una chica de cabello negro y tez pálida caminaba. Sus tacones eran altos y ese tono azabache brillaba misteriosamente. Se me hacía familiar, pero en ese momento no sabía de dónde. Se sonrieron. Aquel labial rojo en ella se veía casi ridículo ante su piel casi transparente, la fantasma, mas no podía negar que ella era guapa. Mucho más que yo.

Entonces, sus ojos celestes se conectaron con los míos y fue mi señal, la venganza debía comenzar.

Miré a Jos tomándolo del cuello y él unió nuestros labios en un beso. Segundos después ya separados, disimuladamente miré ahí. Esa chica me miraba de una forma extraña, pero él ya no estaba.


—¿Todo bien? —Jos seguía sonriendo, pero esta vez su ceño se fruncía y miró hacia atrás

—No, creí ver a alguien —le resté importancia, asintiendo segura

—¿Ah sí?

—Tenía la esperanza de verla —seguía mirándome de forma rara  —Ya sabes, Amanda y sus extraños colores de cabello, anoche dijo que lo había cambiado.

El pelinegro sonrió coqueto —Entonces deberías de preguntarle ello a Freddy, él seguramente te podrá decir lo que sea de ella.

—¿Cómo? —miré al castaño con una sonrisa

Se encogió de hombros —Creo que deberías de hablar con ella, te extraña —afirmó metiendo la mano en los bolsillos de sus jeans

—Supongo que sí, la iré a buscar, ¿te molesta?

—Para nada preciosa —sin embargo Jos no estaba mirándome, sorpresivamente me tomó de la cintura para besarme nuevamente. A unos metros de nosotros, Alonso estaba muy pegado a aquella pelinegra


Ignorando su mirada que fácilmente comparaba con cuchillas, caminé en busca de mi mejor amiga. Me sentía culpable de no haberla buscado últimamente, además tenía tantas cosas que contarle. Luego de un largo camino por los pasillos di con ella platicando con algunas chicas del comité. Decidí acercarme a saludarla, si es que no estaba ocupada.

Al notar mi presencia sus ojos brillaron y me abrazó, comenzamos a reír.


—¿Qué haces aquí, chica libertad? —se burló un poco mirando mi cuerpo

—Creo que te he dejado un poco en el olvido —contesté sin quitar mi sonrisa, tomé sus manos entre las mías —Necesito hablarte.

—Yo también —sonrió, luego miró a las chicas —Que sean blancas de ese lado, en un rato las busco ¿de acuerdo?

—Sí Amanda —dijeron al unísono Jary y Malegna alejándose con sus portapapeles en mano

—¿Qué se traen?

—El comité está muy ocupado con los eventos próximo, pero van a estar bomba, nena. Espero verte ahí —me jaló lejos de ahí luciendo su lindo cabello castaño con mechones más claros, claramente teñidos. El cabello natural de Amy solía ser castaño cenizo hacía unos años, pero sabía hacerse cambios de look muy lindos y únicos. Nos sentamos en la cafetería tomando nuestros ricos cafés de olla —¿Qué me querías decir?

Suspiré pesadamente —Hay tanto que contar... —bajé la mirada jugando con mis pulseras, entre ellas estaba la que usaba a juego con Amanda

—Entonces será mejor que empieces de una vez, tic toc —señaló su reloj guiñándome un ojo. Comencé a contarle absolutamente todo y ella hacía lo mejor que siempre supo hacer, escucharme —Llevas tanto dentro, ¿eh?

—Vino a empeorarlo todo —sacudí la cabeza intentando espantar las lágrimas, escondiendo mi rostro en la superficie de la mesa. Sin cuidado lo limpié con el dorso de mi mano 

—Creo que eres idiota por enamorarte de él —cuando abrí la boca, me calló con un ademán —Pero más idiota eres por haberlo ido a buscar.

—¡No sabía qué hacer!

—Ariel y yo te lo dijimos _____, te advertimos que saldrías lastimada. —dio otro sorbo a su bebida, con su clásico mirada de "Te lo dije", y es que sinceramente sí lo había hecho

Estaba tan cerrada que exploté —¿Por qué nunca respetan mis decisiones?

—¡Lo hacemos, es lo que siempre hemos hecho! Te protegemos —exclamó ella también, alterada —Si no querías saberlo entonces simplemente te callas y lo haces, en vez de preguntarnos qué hacer para luego guiarte por todo lo contrario.

—¿Por qué nunca me escuchan? —grité comenzando a llorar

—¿No escucharte? ¡Mírate! —se levantó también, con ojos brillantes —La que no escucha eres tú, siempre hemos estado ahí para ti. ¿Cuándo me has escuchado tú? Siempre tienes que ir primero ¿o qué? Ni siquiera me preguntaste cómo estoy —sus mejillas se empaparon rápidamente —No digas que no lo hice porque es lo que siempre he hecho, y no por obligación, más bien porque te quiero.

Me quedé sin palabras —Am...

—Te apuesto a que ni siquiera sabías que Freddy y yo estamos juntos, _____ —sonrió triste tomando sus cosas

—Dios mío, lo lamento tanto.

Negó —Déjalo así _____, ya no importa.


Bien hecho _____, la volviste a cagar.



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¡Llegó el final del maratón! Espero les haya gustado muuucho💕 

No se les olvide votar, comentar y agregar la novela a sus bibliotecas y listas + 

Las quiero mucho♥

¡Muchas gracias por leer! Y sigo agradeciéndoles por los 1.1k, puede que sea poco, pero para mí es un gran comienzo al ser mi primera novela


Su fiel escritora Frida :')

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