Capítulo 16._ No queda más
«Jos»
_____ se había quedado dormida, por lo que me dirigí a una de las habitaciones donde estaban Alan y Alonso según Amanda me había dicho cuando fui a preguntarle.
Estaba dispuesto a entrar para animar un poco el ambiente, cuando escuché las burlas de Alan hacia Alonso. Mi madre siempre me repetía que no es bueno escuchar conversaciones ajenas, pero me fue imposible no detenerme a oír su conversación cuando el nombre de _____ salió.
—¿Así que _____? —se escuchó la risa de Alan dentro de la habitación —¿Desde cuándo te gusta? —aquellas palabras se enterraron muy bien en mi mente, y corazón, estaba tan sorprendido que me alejé de la puerta como si esta ardiera en lava
—¿Qué? —murmuré bajando la mirada sin creer lo que había escuchado, tenía que ser un maldito error
—¿Cómo... tú...? —comenzó a decir Alonso en un tono de voz confundido. Mi gran cabezota actuó sin pensar
—Dinos Alonso ¿quién te gusta? —entré a la habitación molesto, empujando tan fuerte la puerta que azotó con fuerza. Mi voz los sobresaltó —Díganme ¿de quién hablaban? Yo también quiero saber —me acerqué al pelirrojo de mi mejor amigo con los puños cerrados, lo suficiente para obligarlo a levantarse quedando frente a mí —¡Dime Alonso! ¿Hay algo que me ocultes y seas tan cobarde para decirme? —comenzaba a elevar mi tono de voz, la ira abarcaba cada parte de mi cuerpo. Los dos estábamos jodidos
Alan se puso de pie, tratando de calmarme —Jos... —rápidamente alejé de un golpe sus manos, no podía contenerme, quería explotar frente a ellos
Alonso suspiró rendido y bajó la mirada, evitando la mía —¿Te gusta _____? ¿eh? —le exclamé alterado, sentía la sangre hervir. Empujé al ojiazul con ferocidad —¡Contesta, idiota! ¿Por eso has estado tan raro conmigo? ¿Por esto te ponías así cuando estaba con ella? —comencé a reír sin ganas —Debí de haberlo imaginarlo. Qué idiota soy —escupí señalándolo con un dedo acusador
El moreno intentó hacernos recapacitar de lo que estábamos haciendo, o más bien del problema que yo acababa de originar —Por si no se han dado cuenta, estamos en un funeral y hay gente abajo. Hay gente tratando de descansar, como _____, si van a discutir háganlo fuera o bajen la voz antes de despertar a todo el fraccionamiento —odiaba que Alan tuviera razón. Me obligué a controlar mi respiración, con el pecho subiendo y bajando cada segundo
—Jos... —el pelirrojo comenzó a llamarme Alonso, conocía aquel tono de voz, cansado
Lo detuve —No... ni siquiera te me acerques idiota que no pienso contenerme.
—Esto no tenía que ser así —dijo Alonso negando repetidas veces con la cabeza, se veía arrepentido —No debías...
—¿Enterarme? —lo interrumpí con una falsa sonrisa, extendiendo los brazos a los costados —¿Pues qué crees? Ya lo hice, y no fue por que tú me lo dijeras, vaya cobarde.
—Oigan, escuchen mañana pueden seguir con esto y...
Lo ignoré rotundamente —Ya bajamos la voz, ahora cierra la boca Navarro —bufé, también quería golpearlo a él. Ni un segundo despegué los ojos del "deseable Alonso Villalpando", casi me echaba a reír, ojalá todas las chicas que tenía a sus pies supieran que le faltaban huevos para decir la verdad —¡Se supone que eras mi mejor amigo, imbécil! ¿Por qué me hiciste esto? —abrió la boca dispuesto a defenderse —No tienes que responder —volvió a cerrarla, dejándose insultar —¡Es mi culpa! Te conozco a la perfección, debí de imaginarlo. Tus cambios repentinos de actitud, tu forma de ser conmigo, tu comportamiento con _____... —negué esta vez yo, dándome cuenta de cosas obvias que no fui capaz de ver —He sido tan tonto. Tienes razón, esto no debía de ser así.
—Jos, escúchame —me pidió más calmado. Sus ojos azules traicioneros lucían serenos —Quizá debí decírtelo o no, pero entonces me di cuenta... —por su expresión, sabía que le costaba hablar de esto. Sus siguientes palabras me dejaron en el papel de imbécil, a mí —...en cómo la mirabas —logró decir con los labios fruncidos en una fina línea —Sabía que te gustaba desde hacía tiempo, era una razón. Pero luego todo en ti cambió con ella, no solo te atraía... tú ya te habías enamorado. La forma de dirigirte a ella, todos sabemos que no tardaría mucho para que algo pasara entre ustedes dos. Me di cuenta de que de verdad la querías. Y yo no podía arruinarlo, no a ti.
Lo miré entrecerrando los ojos —Alonso...
—No Jos, déjame terminar —su rostro mostraba culpa y preocupación —Me guste o no debo aceptarlo, eres mi mejor amigo, cabroncísimo. Tú te la ganaste. Si esto es necesario para verte contento, si ella es ese "bien", entonces no importa. Quiera o no, aunque me moleste, ustedes dos deben de estar juntos. Y te juro que yo no haré nada para interponerme entre ustedes —terminó de decir con una sonrisa triste —He arruinado tantas relaciones y arrebatado tantas cosas a las personas, pero esto no te lo puedo hacer a ti. Ella no es para mí.
Bajé la mirada.
—Solo te pido que no hables de ella como si fuera un objeto. No pienso competir por ella Jos, no lo vale —dejó caer los brazos rendido —Eso es lo que querías, ¿no? Tú ganas, quédatela, es tuya.
—Yo... —me quedé callado, asimilando la situación. Él tenía razón, la había tratado como si fuera un florero en venta —Las cosas no tienen que cambiar entre nosotros —respondí en un susurro, pues no estaba seguro de lo que decía; había sido un completo tonto
—Costará aceptarlo, pero a partir de ahora cambiarán —contestó, probablemente era verdad —¿Crees que será fácil vernos sabiendo esto? Hace menos de un minuto querías golpearme. —dijo un poco divertido, tratando de apaciguar la tensión crecida
—¿Qué sugieres? ¿Dejar de ser amigos? —una punzada de dolor en mi pecho, por él, por mi mejor amigo de toda la secundaria y preparatoria
—Aclarar sentimientos y relaciones. Para mí ya habrá alguien más... —intentó sonreír mirando al techo. Se alejó hacia la cama para colocarse los zapatos
—No queremos que te distancies. Oigan, ella no me bien y mucho menos por esto —intervino Alan haciéndose notar después de tanto tiempo ignorado, me sentí mal por él —Y sé que los demás opinarán lo mismo. Tenemos una regla, ¿lo olvidan? Una chica no lo vale, hay muchas más.
—A este punto Alan, deberías de saber que ella no es solo una "chica". ¿No te das cuenta? —lo corrigió Alonso con una mueca
—Bien. Pero yo no los quiero peleados ¿de acuerdo? Quiero a mi grupo de mejores amigos, completo y bebiendo cerveza —nos miró amenazante. De los cinco él era el más sensato, maduro y realista de todos, aunque su cabello no lo mostrara —Por favor chicos. Simulen que nada pasó, pero no se separen.
Me acerqué a Alonso —¿Sin remordimientos? —extendí mi mano. Él se levantó quedando frente a mí muy cerca, él era más alto que yo por poco. Mi piel lucía extremadamente blanca a la luz de la luna que se colaba a través de la única ventana que había en la habitación
Alonso hizo una mueca y tardó en aceptar.
—Supongo que sí —terminó dándome la mano —Creo que debo irme, díganle a _____ que estaré ahí a las nueve puntual.
—Ya es tarde Alonso, no jodas.
—Descuida Alan, estaré bien —se colocó su chamarra caminando hacia la puerta. Se detuvo tomando la chapa para mirarme —Cuídala —no le dije nada, aunque pareciera que él esperaba que lo hiciera
—Hey, Alon —lo detuve luego de que él soltara un suspiro dispuesto a irse —¿Me avisas cuando llegues? —la sombra de una sonrisa atravesó su rostro antes de desaparecer tras la puerta
«Alonso». Quería estampar mi cara contra la pared de mi cuarto. No había vuelta atrás, no quedaba más. Acababa de renunciar a ella.
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Perdón que sea corto😞 Aunque debo de admitir que realmente me gustó el capítulo, les prometí que habría acción juju. Ha sido de mis favoritos, así que espero lo disfruten
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—Su fiel escritora Frida :')
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