O7.
La mirada de SeokJin no podía apartarse del hermoso paisaje que iluminaba las calles de Seúl. Las ansias recorriendo su cuerpo lo hacían sentirse total y completamente miserable por estar haciendo algo que malditamente no quería hacer.
La gran necesidad que SeokJin tenía por fumar un cigarro en esos precisos momentos en los que se encontraba en el auto con su hermano Namjoon aun lado suyo era casi cegadora, puesto que se dirigían prácticamente a su funeral o al menos así lo veía Jin.
-¿Te sientes bien? -preguntó de pronto el mayor de los dos, dentro de aquel sedan negro, el cual era el máximo orgullo del mismo mayor quien luego de sumo esfuerzo por años entre él y su padre pudo comprarlo.
-Quiero vomitar -confesaba exageradamente Jin, sin apartar la vista de las calles de Seúl.
-Vamos, no es como que vayamos a ver a la persona más detestable del mundo... -ganándose una mirada algo furiosa por parte de su hermano, Namjoon volvió a centrarse en el camino al frente.
-Esa mujer es la persona más detestable del mundo para mí -discutió SeokJin con bastante rencor en su voz -Creí que también lo sería para ti -se callaba un par de segundos, obteniendo una mirada algo confusa por parte de su hermano mayor -, pero por supuesto que de nuevo te subestime -volvía a pausar -. Eres demasiado blando para odiarla.
-No soy blando, tan solo comprendí que de nada sirve odiarla y sabes, ¿por qué? -interpelaba sin despejar la vista del camino. -Porque al final del día ella es y va a seguir siendo nuestra madre.
-Lo será para ti, mas no para mi.
-¿Podrías al menos no ser tan grosero con ella? -pedía con mucha amabilidad el mayor a su lindo hermano que puchereaba por la situación que los abordaba.
-Trataré.
Guardando silencio un par de segundos, el mayor soltó la bomba hasta ahora más grande de la noche. -Él, va a estar ahí.
-Tienes que estar bromeando... -bufaba el menor, intentando abrir la puerta de su lado del copiloto, intentando salir aún con el auto en movimiento.
-Oye, oye, ¿estás loco o qué demonios te pasa? -frenando pocos segundos después, el mayor vio la figura de su hermano menor quedarse inmóvil y recargada sobre la misma puerta, comenzando a oír como este empezaba a soltar pequeños sollozos.
-No quiero hacer esto -se sinceraba SeokJin, sin darle la cara a su hermano -Por favor -pedía con la voz entrecortada -Déjame bajar.
-Lo siento -se disculpaba el mayor, al darse cuenta de lo lastimado que seguía su hermano aún con los seis años que ya habían pasado de que su madre los había dejado -Si te dejo ir ahora, nunca vas a sanar las heridas que tienes.
-Perfecto -dándole la cara a su hermano mayor, Jin limpio lo mejor que podía las lagrimas que habían recorrido sus mejillas, intentando que aquello acabará lo más pronto posible. -Conduce, acabemos con esto.
Y es que, lo que más le importaba a Namjoon era que SeokJin perdonara a su madre, que pudiera sanar y perdonarla al fin como él había hecho pocos años atrás.
♡
-Buenas noches -los saludaba cortésmente el chico encargado de llevar a los clientes a sus respectivas mesas -¿Tienen reservación? -preguntaba sonrientemente el chico de nombre Jeon.
-Sí -respondía rápidamente el mayor de los dos, dejándose hipnotizar por los lindos y hermosos ojos azules del chico frente a ellos -Es decir, nos están esperando -se corregía el mismo.
-¡Hijos! -exclamaba a lo lejos una voz femenina, una que había helado en su totalidad el cuerpo del menor.
¿Con que descaro ella se atrevía a llamarlos "hijos"?
Enfocando su mirada en la resplandeciente figura de su madre, tanto Namjoon como SeokJin se encaminaron hasta la elegante mujer a unos cinco metros delante de ellos, posándola velozmente en el acompañante de fino traje negro que se hallaba a un lado de la pelinegra.
Y maldición que SeokJin no pudo haber esperado tener una venganza así jamás en su vida.
El tipo al lado de su madre era nada más y nada menos que Kim Taehyung, su atractivo y sensual amante con el que hacía año y medio se acostaba.
Inmediatamente una sonrisa traviesa apareció en su lindo rostro, caminando ahora mucho más seguro que antes.
-Amores -hablaba su madre al verles ya cerca de ella y a su esposo.
-Hola mamá -le saludaba primero Namjoon, invitando discretamente a Jin a hacer lo mismo.
-Hola -con una voz por demás cortante, el menor de los Kim saludaba a su madre y enseguida a su amante quien lo veía aun con sorpresa -Hola Taetae -le provocaba, atrayendo la mirada de su madre y hermano.
-¿Us-ustedes se conocen? -preguntaba estoica la mujer, mirando primeramente a su hijo y luego a su esposo.
-¿No le dijiste de nosotros, cariño? -cuestionaba el menor, soltando una sonrisa por demás coqueta a Taehyung, a su Taehyung.
-No, aún no le decía nada, amor -respondía a cambio Taehyung dejando totalmente boca abierta a su madre y al hermano mayor de Jin -Estaba esperando el momento perfecto para hacerlo pero al parecer es este -mencionaba sin más el pelinegro, viendo como poco a poco los ojos de Do Hyun se empezaban a cristalizar.
¿En que momento se había vuelto una mierda así, Taehyung?
-Mami -hablaba dulcemente el menor de todos en aquel restaurante mientras colocaba uno de sus brazos alrededor de sus pequeños hombros, muy diferente a los anchos hombros que eran los de Jin -Te presento al hombre por el que no he podido asistir a nuestras comidas -sonriéndole de manera sensual al mayor frente a él, SeokJin se alejo de su madre para poder quedar frente a Taehyung no dándole oportunidad a nadie de reaccionar al instante en que sus labios se juntaron en un beso voraz.
-¡Papi! -exclamaba el pequeño Jimin mientras zangoloteaba a su papá que se encontraba dormido sobre el sillón de su habitación.
Tardando un par de segundos en despertar, el mayor miro a su pequeño y le sonrió dulcemente. Todo había sido un muy mal sueño al parecer, aunque estaba más que seguro que aquello pudo haber pasado si es que de verdad hubiera ido a cenar con So Hyun y sus hijos, haciendo muy difícil poder seguir viéndose con SeokJin, puesto que en cuanto este se enterara rompería cualquier lazo entre ellos y eso era lo que menos quería Taehyung, no después de haberse enamorado del menor a quien tan solo intento acercársele por su madre y en un intento porque este no la odiara mandando al carajo claramente todo aquello en el preciso instante en que vio al hijo menor de So Hyun bailar en ropa por demás diminutiva en un bar de mala muerte.
Taehyung había dicho demasiadas mentiras desde que él y el menor se conocieron, algo que lo tenía un tanto aturdido, pues todo se le había salido de las manos en el mismo momento en que se encontró a si mismo babeando por el hijo de su pareja.
Poco a poco todo comenzaba a salírsele un tanto más de las manos, y él sabía que era cuestión de tiempo para que todo se descubriera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro