Son las 6 de la mañana aproximadamente, al menos es lo que puedo intuir de la luz solar que está comenzando a entrar por la ventana de mi habitación.

No he podido dormir nada, de nuevo mamá y papá han estado discutiendo durante toda la noche, como casi todos los días cuando ella está. Los días que realmente aquello no pasa, es sumamente raro y da escalofríos, claro qué, tampoco quiere decir que esos días se lleven bien, sino que se cansaron de ello por ese único momento.

Mi mente de adolescente no me permite entender porque rayos ellos siguen juntos, porque motivo viven en la misma casa, si se odian tanto.

Mamá, tiene un amante. Al menos eso es lo que mi papá dice cuándo está harto de ella y le grita que se largué con el otro hombre que hay en su vida...

No entiendo bien cuál es la posición de papá en todo esto, como pude decir algo así de mamá. La mujer a la que juro amar por su eternidad frente a un altar.

-Oye -llamando a mi puerta, vuelvo la vista dentro del cuarto, más exactamente a la persona dentro de ella.

-¿Ya es hora de irnos? -pregunto, tomando mi mochila del suelo -Porque cualquier lugar es mejor que esté -menciono, observando a Namjoon sentarse sobre mi cama perfectamente bien tendida.

-¿Los oíste? -rodando los ojos, suspiro y asiento.

-Apuesto a qué todo el vecindario los oyó -musito, posando mi vista directamente a fuera de la habitación por la pequeña y fría ventana bajo la cabecera de mi cama.

-Tranquilo, al regresó de la escuela seguramente ya estarán bien -intentando hacerme pensar diferente, Namjoon, me miente.

-Obviamente no te crees eso, ¿cierto? -interpelo, sonriendo sarcásticamente.

-No -afirma -Es momento de que nos vayamos o vamos a llegar tarde.

-Bien pero me comprarás el desayunó otra vez, no quiero entrar a la cocina, seguramente es un campo de guerra -bromeo, levantándome de la cama al mismo tiempo en que Namjoon lo hace y me es tan divertido el hecho de que me responda con señas como si yo fuese un general.

Tan pronto ponemos un pie en el pasillo, tanto los gritos de mamá, como de papá, retumban fuertemente en nuestros oídos.

-Entonces... ¡pongamos fin a esta relación! -oímos gritar fuertemente a mamá.

-Bien, ¡lárgate con él!

Mis pasos, al igual que los de Nam, se detienen antes de que siquiera puedan ver qué estamos ahí. Nunca se habían dicho algo así.

-¡Perfecto! -canta -Pero mis hijos se van conmigo...

Los ojos de mi hermano se centran en los míos, tomando segundos después una de mis manos entre las suyas.

-¡Ni siquiera lo pienses!

-¿Por qué no? Acabas de decir que no quieres nada de mí y hasta donde recuerdo, ellos nacieron de mí. ¡Soy su madre...!

-Una madre que nunca se ha encargado de ver ni velar por ellos, una madre que se encargo de cuidar a sus otros hijos -reprochando demasiado alto, alcanzo a ver a mi padre de reojo con los ojos sumamente inundados de lágrimas -Ellos solo son tus hijos cuando de molestarme se trata -asegura mi padre con dolor en su voz.

-¡Son míos! ¡Yo los di a luz! -grita mi madre, mirando imponentemente a mi padre.

-Que ellos decidan con quién quieren quedarse... -chilla mi padre -Con su madre... aquella que los ha engañado y despreciado por sus otros hijos o con su padre que se ha matado día con día, trabajando por ellos. Un padre que sólo se a dedicado a ver y darles amor, un amor que nunca recibieron de su madre...

Encerrándome en mi mente, por fin comienzo a entender porque mamá casi nunca está, y porqué cuando está no muestra un mínimo interés por nosotros. Es porque no somos ellos...

-¿Qué fue lo que dijiste, papá? -sin pensarlo más, me hago presente en su pelea, y rápidamente siento los brazos de mamá rodear mi cuerpo.

-No deberías estar de camino a la escuela, cariño -alejando lo mejor y menos grosero de mamá, me paro frente a mi padre y veo sus ojos enormemente cristalizados.

-Que no pasé por tu mente decir nada, Kim -amenaza mi madre, al otro lado de la cocina.

-Por eso es que nunca estás -digo para mí mismo con dolor en mi voz.

-Y-yo, yo puedo explicar este mal entendido...

-¿Mal entendido? -adentrándose a la cocina, Nam muestra una expresión por más furiosa -Yo te vi, te vi en otra casa con tu otra familia, con la familia que si quieres y por la cual te desvives.

-Se-seguramente viste ma-mal, estás confundido -sollozando, mi madre intenta acercarse a Namjoon, cosa que él evita al instante y toma un lugar al lado de nuestro padre, sujetándolo por los hombros, demostrándole que él va a estar con él, pase lo que pasé.

-Yo vi una foto tuya besando a ese hombre. Hable con esos niños y ellos me dijeron que tú eras su madre -confesó derrotado mi hermano -Yo me voy a quedar con papá -asegura sin pensárselo dos veces.

-Bien, pero Jin si se va a ir conmigo, ¿verdad, amor? -mirándome tiernamente, la mano de mi madre empieza a extenderse hasta a mi persona -Toma mi mano, vamos a casa, a nuestra nueva casa -dice sin dolor ni pesar en su voz.

Cediendo por un segundo, estiro mi mano hasta ella, entonces vuelvo y diviso los ojos de mamá, los de papá y finalmente los de Namjoon.

-Lo siento -me disculpo, dando un par de pasos lejos de mamá -, pero tú, no eres una buena madre -confieso con amargura -, al menos no eres la madre que me gustaría tener, pero papá sí lo es, él ha sido madre y padre para nosotros. Ni siquiera creo que conozcas la definición de buena o de madre... -finalizó, parándome del lado de mi padre y Namjoon.