O1O.
Kim SeokJin se encuentra tensamente sentado en la mesa del restaurante en donde hasta hacía un par de momentos solamente estaban su madre y hermano mayor, sentados.
Admirando al hombre de cabellera negra frente a él, Jin siente su ego algo herido y es que el haber sido engañado por el hombre frente a él lo hace sentirse un tanto más temeroso con respecto a la gente, ya que el menor nunca espero, o bien nunca imagino que aquel hombre sería un mentiroso total.
La música dentro del restaurante está comenzando a volver todo un poco más y más irritante para él menor de los dos, casi tan irritante cómo la música que ponen dentro de los ascensores.
Las piernas cruzadas de Jin y su semblante serio están empezando a hacer sudar frío a Kim Taehyung, puesto que lo último que quería el mayor de los dos, desde que sintió su corazón latir de manera tan ansiosa por dicho joven enfrente suyo, se decepcionara tan terriblemente de él. Aunque lo que Taehyung también quería era ya no esconderle más cosas al chico con el que esperaba pasar gran parte de su tiempo más adelante.
Las manos de Taehyung no dejan de juguetear entre sí, todo producto de los nervios que recorren desde la parte trasera de su cabeza hasta la planta de sus pies.
Con algo de temor, Taehyung abre y cierra su boca al menos tres o cuatro veces pues no sabe exactamente qué decirle al hombre frente a él, que no muestra una clara expresión en su rostro mientras le mira.
Admirando como la figura de Jin se acomoda sobre su lugar, Taehyung se mueve en una acción equivocada de no dejar que el menor se vaya de ahí sin antes escucharle.
—No te...
Hablando inmediatamente por instinto, Jin sonríe algo sarcástico y tan pronto como lo hace Taehyung se da cuenta de que está más que molesto, pero vamos, ¿quién no lo estaría?
—No me voy a ir —dice receloso Jin mientras le da una mala mirada a Taehyung. —, no sin que antes de que me des una buena explicación de lo que hasta hace un momento dijiste —callando por un par de segundos, Jin aparta su vista de Taehyung y vuelve a hablar con un poco de más seguridad —. A menos que consideres que no la merezco.
—La mereces —interrumpe Taehyung acomodándose lentamente en su lugar.
—Te escucho.
Mirando por encima del hombro de Jin, Taehyung mira a la madre del menor frente a él y acto seguido baja la mirada y suspira —Conocí a tu madre hace dos años, poco después de que mi esposa falleciera.
Jin mentiría si no se dijera así mismo que aquello que había dicho Taehyung no le estaba incomodando, para nada le agradaba que su madre y el hombre que había llamado su atención se conocieran desde hace un buen tiempo.
—Ella y yo nos hicimos cercanos por mis hijos, ella me ayudo en muchas cosas mientras yo lidiaba con la perdida de mi esposa —Con la voz amortiguada, Taehyung mira a Jin y con dolor sigue hablando —. Sunni y yo nos conocimos en el primer año que empecé a trabajar y sin que nos diéramos cuenta cada vez nos frecuentábamos más y más. Una noche salimos a beber y entre tanto alcohol terminamos involucrándonos el uno con el otro. No hicimos nada aquella vez, más que besarnos pero a raíz de eso nuestra relación de noviazgo inicio. Quizá pueda sonar tonto pero poco después de un año la idea de casarnos surgió y sin tener alguna objeción ni por ella, ni por mi, al siguiente mes nos casamos. Ella no tenía familia y yo... —Guardando silencio la primera lágrima sale de los ojos de Taehyung y sin perder tiempo corre por sus mejillas.
—Entiendo, puedes omitir esa parte de tu familia. —La historia de la familia de Taehyung, Jin sí la sabía, se la había contado poco después de involucrarse y desde luego que ahora entendía el dolor y pesar en su voz al recordar todo aquello por lo que el pelinegro había pasado.
—Bien pues, para ninguno de los dos era tan difícil tomar la decisión de empezar una familia que nunca habíamos tenido, fue fácil la convivencia entre ambos desde un principio, eso al menos hasta que ella se embarazo de Jimin y Hobi y que tan solo un mes y medio después, el cáncer la invadió y ella me pidió que no le pidiera que abortará por salvar su vida porque a ella le interesaban más nuestros hijos, y yo ciertamente no le dije nada por más que quisiera hacerlo.
—¿Te arrepientes? ¿Estabas molestó con la decisión que ella tomó por ambos en un principio? —cuestiona el menor de los dos, haciendo que Taehyung le sonría levemente.
Negando, Taehyung tomó su celular que estaba encima de la mesa para enseguida desbloquearlo y enseñarle su razón de vivir cada día.
Fueron pocos los segundos en que a Taehyung le tomó encontrar la foto que tanto buscaba en dónde no sólo se encontraban sus niños sino Jin también, quien muy amablemente había aceptado tomarse una foto con sus pequeños cuando se encontraron en el centro comercial sin imaginar Jin que aquel atractivo hombre que iba a verlo bailar casi todas las noches y al que se comía con la mirada sin importar que ropa usará, tenía dos adorables hijos.
Claro que a Jin nada de eso le importó y los acepto más que feliz, pues muy en el fondo a Jin le maravillaban los niños.
—Ellos son mi razón de vivir —confiesa el pelinegro, haciendo a Jin sonreír inevitablemente —. Y respondiendo a tu pregunta, te puedo decir que me dolía su decisión pero que de haber estado en su lugar habría hecho exactamente lo mismo.
Dejando salir un par de lágrimas más, Taehyung observa a Jin y piensa que es momento de seguir contándole.
—Para cuando los meses siguieron pasando y nuestros niños nacieron, ella murió, no sin antes conocerles un poco y poder cargarlos entre sus brazos —Recordando a la mujer que tanta alegría le había dado tiempo atrás, Taehyung ríe —. Al mes de todo aquello conocí a tu madre y ella en verdad me salvó de terminar haciendo un desastre con mis niños.
Tragando duro, Taehyung sabe que la parte más difícil está empezando para Jin y sin dudarlo Taehyung coloca su mano encima de la del menor que afortunadamente él no quitó.
—Yo no sabía todas las cosas que los niños necesitaban, que era lo que había que hacer ante ciertas situaciones y tu madre me ayudó totalmente. No me enteré que tenía familia hasta cuatro años después que tú hermano mayor vino a mi casa y le preguntó a mi hijo quien era la mujer que estaba con ellos y él sin saber la verdad le dijo que era su madre.
Con los ojos algo aguados, Jin sonríe dolido y habla con la cabeza baja. —Namjoon me lo contó cuando mi madre y mi padre se separaron. Me contó que mientras nosotros estábamos aquí, extrañándola, pensándola y queriéndola, ella se hacía cargo de sus otros hijos que al parecer si le importaban —Mordiendo sus labios, Jin sabe que tiene que contar todo aquello que tenía dentro de si molestándolo durante un buen tiempo con el hombre que creía era el culpable del abandono de su madre con sus hijos —. Recuerdo como tanto Namjoon, papá y yo sufríamos por la cantidad de días que mamá no iba a la casa, inclusive cuando le llamábamos y le decíamos que era una urgencia por la que tenía que venir y sin importar que dijéramos ella nunca entraba por la puerta de la casa ese mismo día, ni al siguiente hasta una semana o dos después. ¿Qué hacía por tus hijos? —pregunta el menor, lastimándose más y más. —. ¿Estuvo ahí cuando se cayeron y se abrieron la frente? ¿Estuvo ahí cuando hicieron su primer dibujo en todo el pasillo de la casa sólo por llamar su atención?
Quedando nada más que en silencio, Taehyung se acerca temeroso hasta Jin para abrazarlo y dejarlo llorar sobre su persona sin importar nada.
—Llora —le aconseja al menor apoyado en su pecho —Llora todo lo que quieras, libera todo eso que te está haciendo daño y perdónala, porque no importa que seas su hijo y ella no haya sido una madre modelo, tú no eres nadie para juzgarla. Sé un mejor hijo, mejor persona y mejor padre que ella. No la justifico, ni la protejo, pero sólo ella sabe porque hizo tales cosas y recuerda que a pesar de todo es la mujer que te dio la vida y que por ella estás aquí hoy.
Dejando a sus ojos sacar todo aquello que había oprimido su pecho con tal dolor, Jin podía oír y sentir como aquellas palabras poco a poco iban cobrando más y más sentido dentro de su mente y corazón sumamente heridos.
—Aún si ella hubiera sido la madre más horrible del mundo, los hijos nunca vamos a poder juzgar a nuestros padres por sus acciones. Nosotros decidimos quienes ser en la vida, y hasta donde te conozco, no eres una mala persona —Tomando la mejilla de Jin entre sus manos largas y calientes, a Taehyung la mirada se le ilumina —. Además, si bien es cierto que su actuar fue algo no usual, por ella nos pudimos conocer.
Separándose de Taehyung con algo de brusquedad y un puchero en berrinche formado en sus esponjosos y carnosos labios, Jin susurra —Sigo enojado contigo, no me toques —Haciendo reír al mayor de los dos, este mismo se dispuso a poner una cierta distancia entre ambos sin que el menor no se lo permitiera —. No te vayas, aquí quédate, pero date cuenta que sigo enojado —alego robandole una sonrisa al mayor.
—Lamento que estés enojado conmigo —Viendo al menor disfrutar de su cercanía, Taehyung se dispuso a seguir hablando —. Poco después de que tú hermano fue a mi casa, tu madre fue un tanto autoritaria conmigo y me ordenó hablar con ustedes para confesar una relación que no había entre nosotros. MIN YOONGI —haciendo énfasis en dicho nombre, Jin trago duro y evitó mirar a los ojos a Taehyung por al menos un par de segundos —. Él se encargó de conseguir los datos tanto de tu hermano como de ti y me llevó hasta donde ambos trabajaban en ese entonces y sin imaginarlo ambos terminamos en un antro de muy mala pinta en dónde dude enormemente encontrar a uno de los hijos de So Hyun bailando en ropa por demás diminutiva para hombres que simplemente se lo comían con la mirada —receloso Taehyung hizo a Jin recordar aquel día en dónde ambos sintieron el deseo de conocer al otro o tan siquiera volverse a ver.
—Recuerdo haberte visto entre todo el montón de hombres que se encontraban en la parte de atrás del antro. Fue casi imposible no notarte, resaltabas entre los demás con tu ropa y semblantes tan finos. Me gustaste desde el primer momento.
—En ese entonces sólo me querías en tu cama —dijo Taehyung sabiendo que aquello era más cierto que nada.
—Cierto —asentía Jin ganándose una mirada indignada por parte del mayor que sabía era cierto —. Nunca esperaste querer a un hombre, ¿verdad? —pregunto algo temeroso Jin.
—Más bien no esperé encontrar a la persona que me quitaría el sueño bailando a mitad de la noche en un tubo para hombres que sólo harían mis inseguridades relucir más.
—¿Cuándo te diste cuenta que te gustaba? —Quiso saber el menor de los Kim. Ganándose una mirada traviesa de Taehyung.
—Cuando te encontré en el centro comercial con mis hijos y no te importó en lo absoluto aquello sino que por el contrario comenzaste a frecuentarnos mucho más. ¿Cuándo te diste cuenta tú? —abordo temeroso Tae.
—La tercera vez que nos vimos en el antro, después de habernos encontrado en el centro comercial esa tarde. Por la noche fuiste a verme al antro, al terminar mi último baile te fui a buscar a mi camerino y tan pronto como entre me besaste y me dijiste que esa noche no querías más volver a tener sexo conmigo sino hacerme el amor por lo que restará de tu vida. —murmuro algo sonrojado el menor.
—Y aquello sigue siendo verdad. Te quiero hacer el amor por lo que me reste de vida, así que en ti está la decisión de que aquello suceda. Lamento todo lo que tuviste que pasar cuando joven pero ninguna vida es perfecta y lo que más importa en ellas siempre es, el como superas cada obstáculo que la vida te ponga.
Haciendo a Jin pensar en todas aquellas palabras, Taehyung se levanta de su lugar y recordando las últimas palabras de Sunni, saca un pequeño estuche de terciopelo de color rosa y se inca ante Jin a mitad de aquel elegante restaurante mientras la madre del mismo chico y su hermano comenzaban a mirarles con más atención, ocasionando así que el propio Taehyung mantuviera su esperanza en poder tener una vida con el chico frente a él sin más engaños o mentiras.
—Kim SeokJin, ¿me permitirías pasar el resto de mi vida a tu lado?, ¿te gustaría casarte conmigo?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro