Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo

Para mi sorpresa hoy desperté con mucho dolor en su vientre, miró al otro lado de la cama, pero Luis Manuel ya no está, se había ido temprano a trabajar. Intento llamarlo, pero su llamada fue rechazada. Por lo tanto, solo pudo enviar tímidamente un mensaje de texto para decirle que he llegado la hora y que espero que él pueda regresar a casa lo antes posible.

Espero toda la mañana a que él aparezca en mi búsqueda, pero nada, las contracciones cada minuto son más dolorosas. Como resultado, decido no contar con su presencia, sé que hoy no volverá temprano a casa, me lo había dicho la noche anterior.

Dicho esto, me doy una ducha rápida y cuando estoy a punto de partir, la puerta se abre violentamente con un fuerte golpe.

Levante la cabeza para confirmar que es él y me alarmo al ver su rostro susto y a la vez temor. Mi corazón empezó a latir fuera de control y en ese momento, deseo llorar desconsolada en sus brazos, no sé si de alegría o de dolor.

—¡Luisma! —susurro su nombre. Él tenía una sonrisa en el rostro.

—Aquí estoy mi amor —contesta para tranquilizarme.

—El bebe va a nacer —digo con dificultad

—Lo sé —responde tocando mi rostro con sutileza

Las contracciones aumentan conforme vamos llegando al hospital. Ya en camilla para entrar a sala de parto, miro de reojo al hombre que tanto amo sonreír de alegría, mientras mi cuerpo entumece aún más de dolor.

Después de varias horas en labor de parto, el niño nace, su carita tierna y su piel suave, nos recuerda que el amor es para siempre.

—Ten cuidado por donde caminas mi amor, no quiero que lastimes al bebe.

—Ha sido usted quien ha chocado conmigo —dije arrugando el entrecejo, ante el rostro de asombro, amor y admiración de Luis Manuel. Que durante todo este tiempo en el hospital no ha cambiado en absoluto.

—No voy a discutir contigo mi amor, hoy es el mejor día de mi vida y nada puede empañar esa felicidad —contesta con una sonrisa en su rostro.

Aparto la mirada para continuar mi camino

—¿Quieres alzar al niño? —pregunto estirando los brazos para dárselo.

—¿Yo? Pero... Yo nunca he alzado a un recién nacido —contesta asustado.

—Te enseñaré —respondo tranquilamente al ver que él tenía razón.

***

Un año después...

El día de la boda llego y me sentía la mujer más feliz y afortunada del mundo.

Estoy enfundada en un vestido blanco realmente hermoso de encaje y seda, con mangas que llegaba hasta las muñecas de mi mano, con un detalle muy hermoso en el pecho, la espalda descubierta y una larga cola. Tengo el cabello recogido hacia un lado y una tiara de diamantes que brilla sobre él. El maquillaje glamuroso, resaltando aún más mis grandes ojos negros y mis labios gruesos tienen una pizca de brillo.

Bajo la mirada hasta el anillo de compromiso que me dio Luis Manuel meses atrás en un lujoso restaurante en Dubai. Debo admitir que es realmente hermoso, mejor que el anterior que le había devuelto un año atrás. Este era mejor, mucho mejor, este tenía una joya principal con diamante blanco, rodeado de pequeños diamantes más pequeños.

Escucho que tocan la puerta y un instante después entra mi padre por ella.

—Vine a ver si ya la novia más linda de la ciudad estaba lista —afirma acercándose a mí.

—Si papá ya estoy lista —respondo dando una última mirada al espejo.

Mi padre se coloca a mi lado y me ofrece su brazo, para luego adentrarnos al interior de la iglesia.

—Te amo hija —dice justo en el momento que comienza a sonar la música anunciando mi entrada. Comienzo a caminar por aquel pasillo angosto y al levantar la mirada me encuentro con los impresionantes ojos azules de Luis Manuel que me esperan en el altar.

Él está enfundado en un traje negro que le ajusta como un guante a su espectacular cuerpo, y de lejos me tira un beso.

Llegó hasta al final donde mi amado me toma de la mano mientras me observa con admiración, le sonrio y vuelvo a ver al sacerdote. Cuando la ceremonia inicia me pierdo en mis pensamientos. ¿Cuántas cosas hemos pasado para poder llegar hasta aquí? Y ¿Cuántas cosas más tendremos que pasar?

—Señorita Selena —habla el sacerdote delante de mí, sacándome de mi ensueño —¿Acepta como esposo al señor Luis Manuel para amarlo, respetarlo, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe? —siento que el aire abandona mis pulmones al oír esas palabras. Aún no me podía creer que me estuviera casando con el hombre de mis sueños.

—Acepto —contesto, mientras deslizo el anillo que él me dio por su dedo.

El sacerdote repite lo mismo haciendo que mi prometido deslice la argolla en mi dedo anular junto donde tengo el anillo de compromiso.

—Por el poder que me es conferido, yo los declaró marido y mujer —declara el sacerdote —puede besar a la novia. —él toma sutilmente mi cintura y me pega a su cuerpo, para besarme apasionadamente. Luego se aleja de mí un poco, para mirarme a los ojos, y termina diciendo te amo, te amo, te amo delante de todos los invitados quienes aplauden sin parar.

FIN

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro