Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9: La cabaña.

Martin bajó las maletas mientras yo me dirigía a la cabaña admirando y contemplando el cielo nublado que hacía contraste con los enormes árboles que albergaban en el bosque.

- ¿podrías abrir la puerta?, la llave esta debajo de esa maceta - me pidió Martin detrás de mí con las manos ocupadas.

- claro - respondí gentilmente y abrí la puerta emocionada.

- mmm...huele a madera - dije al entrar dentro.

- ¿te gusta? -

- es enorme...me gusta, tiene un estilo muy bonito y rústico -

- vayamos a desempacar y después hacemos lo que tu quieras de tu lista -

- vamos - le dije y subimos las escaleras que daban al cuarto.

- está muy cómodo el colchón ‐ le dije al sentarme y comenzar a sacar las cosas de mi maleta.

- cierto, dormiremos bien esta noche - dijo y se sentó enfrente de mí para desempacar su maleta.

Terminamos de desempacar y nos recostamos un momento para descansar del viaje.

- ¿qué quieres hacer pequeña? - me preguntó Martin mientras acariciaba mi mano con suavidad.

- vayamos a caminar y después regresemos y hagamos la piyamada -

- tenemos 2 días así que vamos, aprovechemos cada segundo -

- vamos no puedo esperar más - le dije sonriendo y me levanté de la cama.

Él me tomó de la mano y salimos de la cabaña.

Comenzamos a caminar por el bosque, todo se sentía tan mágico, él y yo tomados de las manos y a nuestro alrededor los árboles de más de 5 metros, el cielo nublado, el clima fresco, el olor a tierra mojada.

Me sentía como en sueños.

Después de estar caminando y recorriendo gran parte del bosque comenzó a llover.

- ¿qué haremos?, estamos a 30 minutos de la cabaña - le dije algo estresada, escondidos bajo un árbol frondoso.

- disfrutemos la lluvia - sonrió tentandome.

Le tomé la mano, lo jalé y salimos de debajo del árbol para mojarnos.
- se siente increíble - le dije.

- ¿qué Annie? -

- la sensación de estar contigo en un bosque tomados de las manos mojandonós con las gotas de la lluvia -

- es de las mejores sensaciones - sonrió mostrando su blanca dentadura, tenía la sonrisa más bonita de todas.

- demos vueltas - le dije y le tomé las dos manos.

Él agarró mis manos con fuerza y nos impulsó haciendo que diesémos vueltas, los dos reíamos por la adrenalina y la felicidad que sentíamos hasta que por accidente Martin cayó encima de mi, el lodo salpicó nuestras caras y nuestra ropa se empapó de lodo.

Lo miré nerviosa al sentir su cuerpo sobre el mío, nunca nos había pasado algo similar, nunca habíamos tenido tanto contacto, la blusa blanca que traía puesta se pegó a mi cuerpo lográndose apreciar el sostén.

Martin quitó una mancha de lodo de mis labios con la yema de su dedo para después entrar en ellos y besarlos salvajemente, le devolví el beso y metí las manos debajo de su camisa, acaricié su abdomen y su pecho con desesperación, él siguió besándome mientras acariciaba mis muslos y los apretaba, sentí cosquilleos por todas partes, derrepente sentí como mordío mi labio inferior con suavidad: algo que me volvió loca, metí mi lengua dentro de su boca y busqué la suya hasta que se encontraron y comenzamos a jugar con nuestras lenguas, estábamos envueltos en besos mojados y ardientes.

Sentí como con cada toque quería más de él.

Derrepente soltó mis labios y se quitó de encima de mí. Me paré y traté de quitar el lodo de mis pantalones.

- Martin... - le dije pero me interrumpió.

- no digas nada Annie, se que fue incomodó para ti por eso me quité, sentí que estábamos haciendo algo indebido -

- no, no digas eso, no me sentí incómoda, fue delicioso -

- pero fue indebido Annie -

- no...bueno tal vez solo un poco, ni si quiera llegamos a los extremos Martin, ya no somos adolescentes, no tenemos 15 años -

- si, tienes razón, es solo que sentí que te estaba faltando el respeto y quiero respetarte -

- no me faltaste el respeto Martin -

- tienes que saber que no haremos más nada de lo que ya hemos hecho -

- sí, me parece bien -

- ven acá - me dijo y me acercó a él abrazándome, yo lo abracé también y olí su perfume.

- hueles delicioso - dije y sonrió.

- vamos, ven - cruzó su brazo por mi hombro y caminamos de regreso a la cabaña.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro