Capítulo 8: El viaje.
Terminé de empacar mi maleta y salí de mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro, bajé las escaleras y me encontré con mi madre apunto de abrir la puerta.
- Martin está afuera - me dijo mi madre.
- ¿ya llegó? - le dije entusiasmada.
- sí, acaba de llegar - dijo y abrió la puerta.
- bien, mamá... gracias por dejarme hacer este viaje con Martin, te veré en unos días - le dije y nos abrazamos.
- hola señora - Martin saludó a mi mamá.
- hola Martin, cuídense mucho ¿sí? - dijo ella y salí afuera.
- prometo cuidarla - le dijo Martin y me ayudó con mi maleta.
- pásenla bien - dijo ella desde el umbral de la puerta y le dijimos adiós con una ademán desde el auto.
Suspiré alto al pensar en todo lo que nos esperaba en este viaje, será magnífico.
- ¿estás contenta? - me preguntó Martin al arrancar el carro.
- como no estarlo, anhelé tanto este viaje contigo, es como vivir un sueño -
- será inolvidable - dijo él sonriendo.
- lo será -
- Annie... tengo tu regalo -
- oh ,yo también tengo el tuyo, que emoción, ya quiero abrirlos -
- ¿te parece si paramos en una gasolinera para que los abramos? -
- si, hagamos eso -
- hay una a 10 minutos -
- paremos en esa - le dije y le regalé una de mis mejores sonrisas.
- Annie ¿me das un beso? -
- ¿qué? ¿desde cuando me pides besos? - le dije y me heché a reír.
- desde hoy - contestó y miró mis labios con deseo, cosa que me pusó nerviosa.
- cuando lleguemos a la gasolinera te doy el beso -
- ¿porqué no ahora? -
- no quiero que tengamos un accidente en nuestro primer aniversario -
- buen punto...pero me debes un beso por cada minuto que pasé -
- eso no es justo -
- ¿no quieres besarme más de 1 vez?, prometo hacerlo muyyy bien - dijo relamiendo sus labios de una forma sexy.
- me convenciste - le dije y dejé un beso en su clavícula.
- estoy ansioso por llegar - reí por su comentario.
Al llegar a la gasolinera me quité el cinturón fui a la cajuela y saqué el regalo de Martin de mi maleta.
- esto es para ti - le dije y le entregué una caja envuelta en papel color cielo.
- lo envolviste con papel de mi color favorito - comentó, le sonreí como respuesta y me devolvío la sonrisa de la manera más dulce.
- vamos, ábrelo ya - le dije impaciente al ver como quitaba el papel con cuidado.
Sacó de la caja un perfume.
- Annie, no sé que decir...no puedo creer que lo hayas comprado, llevaba tanto tiempo queriéndolo comprar - dijo feliz, y me llenó de besos la cara.
- ponté un poco - le pedí.
- ¿y? ¿qué tal huele? - me dijo para que me acercará.
Me acerqué a su cuello y lo olisquee, era el olor más delicioso, hundí mi cara en el pasando mi nariz y rozando mis labios por todo su cuello y clavícula.
- para Annie, me comerás vivo - dijo Martin bromeando y reímos juntos.
- vamos ven, siéntate en mis piernas -
- hay más en la caja - le dije, me senté en su regazo y él recostó mi cabeza en su pecho con cariño.
- veamos... ¿qué otra sorpresa tienes para mí? - dijo mirándome sonriendo.
- ¡es la foto que tomé de nosotros en el amanecer cuando nos conocimos !, debo decir que es mi favorita, pondré este cuadro en el buro de mi habitación para recordarte cada vez que me levanté - dijo romántico y me derretí con sus palabras, me dediqué a sonreír y besar sus mejillas.
- hay más dentro Martin -
- vaya...un conjunto de piyamas, supongo que uno es para ti y otro para mí ¿verdad? -
- sí, Martin, usemolós estas dos noches en la cabaña y hagamos una piyamada-
- me gustan tus ideas - dijo y me dio un corto beso en los labios.
- menos uno, te debo 9 besos -
- tramposa - dijo y me encogí de hombros.
- gracias Annie por...el perfume...el cuadro y la piyama, me ha encantado, eres una chica muy detallista y atenta, se nota que te esforzarte en este regalo y valoro eso -
- eres mi novio, el más dulce de todos, claro que me esforzaré, más cuando lo valoras y lo reconoces - le dije orgullosa de nuestra relación.
- estoy muy orgulloso de lo que somos juntos, te amo Annie -
- también lo estoy, te amo demasiado Martin -
Sus ojos me admiraban, podía verlo.
- eres hermosa - sonreí al ver su manera de mirarme.
- me miras como si fuera una obra de arte o el paraíso - le dije algo nerviosa.
- eso es poco comparado a ti, eres lo más hermoso que existe en el universo -
- deja la labia a un lado Martin - le dije ante esa frase tan profunda, no es que no me haya gustado si no que me pareció demasiado bueno para ser verdad.
- es mi manera de expresar el amor tan inmenso y profundo que siento por ti , no es labia, odio la labia, estoy siendo sincero -
- te expresas bellísimo, gracias por tu sinceridad Martin -
- es lo que mereces - dijo y me arrebató un beso que me tomó de sorpresa.
Nos enredamos entre besos, mi espalda estaba al volante y mis piernas rodeando su espalda, sus manos bajaban y subían por mi cintura haciendo que me desintegrara con cada toque.
Pusé mis manos en su cuello y profundizé el beso.
Me separé cuando ya no podía respirar.
- lo siento ya no podía respirar -
- tienes los labios hinchados - se rió de mí.
- ja, tu también -
Nos hechamos a reír hasta que Martin me volvió a besar y ocupé mis labios en besar los suyos.
Se separó de la nada en medio de pleno beso dejándome con ganas de seguirlo besando.
- traeré tu regalo - dijo y salió del coche para ir a la cajuela.
- ¿porqué te separaste así? - le dije cuando regresó.
- perdóname preciosa pero tenemos toda la vida entera para besarnos - dijo y me dio una caja envuelta en papel metálico color morado, con un moño plateado.
- entonces...¿te casarás conmigo algún día? -
- porsupuesto, no ahora porque eres pequeña pero dentro de unos años sí - sonreí ante su respuesta.
Quité el papel de la caja y el moño con cuidado, la abrí y saqué un ramo de tulipanes rojos, mis ojos brillaron.
- gracias Martin... son preciosos - le dije y le tomé una foto al ramo.
- sabía que te gustaría, no son margaritas pero se que siempre habías querido que te regalaran tulipanes rojos -
- las dos son mis favoritas - le dije sonriendolé.
Después saqué un paquete de libros envueltos en hule.
- ay no puede ser, ¡son muchos! - chillé emocionada.
- abre el paquete, te encantará -
Saqué el primer libro: Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, el segundo libro que saqué fue: Culpa Mía de Mercedes Ron , el tercer libro fue Eleanor y Park de Rainbow Rowell y el cuarto y último libro que saqué fue Nosotros en la luna de Alice Kellen.
- muchas gracias Martin, estoy muy feliz, no sabes lo mucho que extrañaba leer, me hacían falta libros -
- lo sé preciosa, por eso los compré para ti - me dijo y agarró mis mejillas con sus dedos de una forma cariñosa.
- te daré un beso solo por eso - le dije y junté sus labios con los míos sin entreabrirlos, simplemente estampandolos y sintiendo sus labios cubriendo los míos.
- eso no es un beso - dijo el al apartarme.
- quería sentir tus labios -
- para eso me hubieras besado -
- los dos, no solo uno -
- fue perfecto, un acto muy dulce y tierno de tu parte - me dijo y estampó sus labios en los míos sin entreabrirlos, haciendo lo mismo que habia hecho yo hace un instante.
- se volverá parte de nuestra relación este gesto - le dije.
- si, es un gesto muy bonito -
- ahora vamonós porque se hará tarde -
- cierto, vamonós que ya quiero llegar - le dije y Martin arrancó el carro saliendo de nuevo a la autopista.
- ¿cuánto falta para llegar? - pregunté al despertar de una larga siesta.
- hola bella durmiente, llegaremos en 30 minutos - dijo y acarició mis labios tiernamente.
- ¿cuanto tiempo dormí? -
- 2 horas -
- vaya, si que estaba cansada -
- ¿no dormiste anoche Annie? -
- no, estuve pensado en todo lo que podríamos hacer en Durango y hice una lista de actividades -
- Annie tienes que dormir, eso podríamos haberlo hecho hoy juntos -
- lo sé pero no me aguante, estaba muy ansiosa, ¿quieres verla? Y así agregas algo si quieres -
- aver, léeme tu lista de actividades -
- uno:caminar y dar un recorrido por el bosque de mexiquillo, dos:meternos a la cascada, tres:ir al centro y comprarnos algo lindo ahí como recuerdo de este viaje, cuatro:acampar, hacer una fogata y quemar bombones, cinco:hacer un intercambio de regalos con lo que hayamos comprado en el centro -
- debo reconocer que me has sorprendido, te esforzaste también en esto, en hacer esta lista, valoro mucho la importancia que le das a este viaje Annie y... me parece perfecto, hagamos todas esas cosas -
- genial, ¿quieres agregar algo a la lista lindo? -
- si, ¿qué tal si agregas ver películas en la cabaña? -
- espera...¿hay netflix o algo así en la cabaña? -
- si, y también internet -
- cada vez se pone mejor este viaje - le dije sonriendo.
- lo sé, tu haces que sea único y especial Annie, eres increíble -
- tu también eres increíble, tenemos una maravillosa relación - me sonrió y sentí como todo mi ser se llenó de luz.
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