Capítulo 21: Pequeño infinito
Allison
Llevaba varios minutos a su lado. No hablábamos, simplemente nos limitábamos a observar el horizonte. Solo se oía nuestra pausada respiración, el latido constante de nuestros corazones y el ruido de fondo de los carros transitando por la cuidad.
Cuando pensaba que esto era una pérdida de tiempo y que no debía continuar volviendo al pasado, rompió el silencio.
— Me trae muchos recuerdos bonitos este lugar — dijo un poco inseguro.
— ¿Para qué querías verme?— pregunté indiferente; mientras más rápido habláramos más rápido podría largarme de allí, pensé.
— Quería despedirme y decirte que lo lamento mucho, lamento ser un idiota por haberme ido — habló mirándome a los ojos, sus bonitos ojos color esmeralda.
Sus palabras me tocaron el corazón, pero ya no lo conocía, ya no sabía en quién se había convertido.
— ¿Por qué? Es mi única pregunta ¿Por qué me abandonaste? ¿ Por qué?— volví a repetir, esta vez alzando la voz.
—Meses antes de marcharme recibí una llamada de mi padre. Se había mudado a Rusia después de su recorrido por varios países. Me dijo que había fundado una agencia de viajes y que le estaba yendo de maravilla —comenzó a explicar.
— ¿Qué tiene que ver eso con nuestra relación?
— Te voy a explicar todo ¿sí?— expresó acariciando mi mejilla tiernamente.
Recuerdos de Brian
Meses antes de su partida.
Sonó el teléfono mientras me daba un baño. Lo había dejado en la repisa y solo tenía que estirar el brazo para alcanzarlo, pero lo dejé sonar y la melodía que tenía de tono retumbaba en las paredes del lugar.
No contesté y al cuarto timbre colgaron.
Al salir me sequé y me puse ropa cómoda para irme a dormir. Tenía que descansar, mañana comenzarían los exámenes para entrar a la universidad.
Cuando comprobé la llamada perdida, me percaté de que se trataba de un número del exterior. Devolví la llamada, solamente podía tratarse de mi padre y no me equivoqué. Me lo confirmó su ronca voz al otro lado del teléfono al contestar.
—¿Te encuentras ocupado? — preguntó sin tan siquiera saludar. Muy típico de él.
— No, habla ¿ Qué sucede ? —contesté en un tono hostil. Hacía casi un año que no teníamos comunicación.
—Te tengo una propuesta extremadamente importante. He logrado asentarme en Rusia y como sé que estás por graduarte, quiero que vengas a cursar aquí la universidad — dijo autoritario.
No podía creer lo que escuchaban mis oídos. Después de tanto tiempo sin dar señales de vida, todavía se creía con el derecho a darme órdenes. Tenía que tratarse de una broma. Esperaba el anuncio de que había sido participe de una cámara oculta. Sin embargo, eso nunca llegó. Estaba viviendo la cruel realidad.
— Me tomas por sorpresa, no estaba en mis planes semejante opción —dije lo más calmado posible.
— Brian desde niño te han gustado los idiomas, manejas el inglés a la perfección y me imagino que quieras estudiar algo que tenga que ver con eso. Aquí hay excelentes universidades y después el trabajo no te va a faltar —continuó hablando.
Tenía razón en lo que decía, pensaba estudiar Lenguas Extranjeras o Turismo. Mi pasión por el inglés surgió desde muy pequeño y recientemente había obtenido también el título de francés en una prestigiosa academia.
Pero eso era muy diferente a estudiar en otro país y sobretodo, a convivir con el hombre que se fue y se olvidó que era mi padre.
— Mis gustos han cambiado, no me interesa lo que propones— mentí.
— En ese caso puedes estudiar Economía, Turismo o Dirección de Empresas que es el nombre que aquí tiene esa carrera. Además, dentro de unos años heredarás mi Agencia...
¿Pero, qué estaba diciendo? Después de su ausencia, después de que nos abandonó para cumplir sus ambiciones personales ahora, de pronto, quería que formara parte de su vida y me brindaba su importante "herencia", así como así.
No reconocía al hombre que se encontraba detrás de aquellas palabras. Aborrecía el hecho de quererlo tanto y que el odio solo fuera un sentimiento secundario.Aún así, a pesar de sus errores, era mi padre. Recordaba cuántos momentos disfruté a su lado, cómo vivía orgulloso de ser su hijo y la felicidad de nuestra convivencia. Hasta el día que desapareció, sin dejar rastro, dejando a una familia vacía tras su partida.
Tuve que crecer más rápido gracias a su abandono. Convertirme en un hombre aún sin serlo asumir parte de las responsabilidades que le correspondían a él. Ocuparme de mi hermanita, siendo el niñero de aquella rubiecita hermosa que alegraba mis días. Esforzarme el doble en los estudios para obtener siempre los mejores resultados que me permitieran lograr una buena carrera quitarle esa preocupación a mi madre.Así fue como cambió mi vida.
En solo segundos los recuerdos se incrustaron en mi mente. No oía la voz de aquel hombre que no dejó de hablar.
— ¿Me estás escuchando Brian?— preguntó ajeno a los sentimientos de rabia que se acumulaban en mi interior.
— Si — mentí.
— Entonces, la semana que viene espero tu respuesta. Viajaré a allá por motivos de negocios y nos veremos para aclarar mejor las cosas. No se lo comentes a tu madre todavía. Me gustaría saber tu decisión sin su influencia —dicho esto, colgó sin esperar mi respuesta.
Me sentía mal, como si fuera una moneda de cambio para él. Un simple negocio. Era triste comprobar cómo tu propio padre te podía utilizar para satisfacer sus propósitos, sin importar lo que pensaras o creyeras correcto.
Me acosté para tratar de dormir y olvidar esa horrorosa conversación. Desearía haber podido borrar esos pocos minutos o hacer como si no hubieran ocurrido, pero ahí estaban tan presentes y latentes en mi memoria.
Volvió a sonar el teléfono, esta vez era Allison, mi novia. Una sonrisa cambió mi rostro. Lo único bueno en lo que podía pensar en ese momento era el placer de poder llamarla así después de tanto tiempo, porque a los ojos del mundo, Allison era mía.
Ya no me tenía que ocultar tras las paredes para robarle un beso, no tenía que esperar que fuera de noche para colarme por su ventana, ni fingir que era solo la amiga de mi hermana.
El sueño de tenerla entre mis brazos y poder andar por la calle tomados de las manos se había hecho realidad.
Por eso, ahora que esa llamada de mi padre revolvía extraños sentimientos en mi interior, no quería alejarme de Allison al fin tan cerca de mí.
Dejé de pensar en la conversación de minutos antes para solo enfocar mis sentidos en su voz.Después de tener mi dosis diaria de su ternura podía dormirme solamente pensando en ella.
Actualidad
Brian
— De verdad lo siento, perdóname por ser un estúpido inmaduro que no supo defender lo que quería y se dejó manipular por alguien que no le importaba mi bienestar sino solo lograr lo que se proponía.
Me miraba fijo interiorizando cada una de mis palabras. Parecía buscar en su mente algún recuerdo. Se mojaba sus finos labios de vez en vez de forma sensual y pausada. Tenía que controlar todos mis impulsos carnales para no robarle un beso.
— Todavía no has respondido a mi pregunta ¿ Por qué te fuiste con él ? ¿ por qué me dejaste? ¿ por qué te escudaste en el silencio dejando que me yo me consumiera lentamente sin saber nada de ti? — dijo caminando unos pasos hasta la baranda rústica de madera — ¿Por qué no fui tu prioridad? Dime, ¿por qué ? — volvió a gritar enfocando mis pupilas, cuando una pequeña lágrima corría por su mejilla.
Sentía cómo sus preguntas quemaban mi interior, desgarrando cada órgano, estrujando a mi culpable corazón, martillando mi cerebro, rasgando mis emociones...
Nunca me había sentido tan débil como en esos segundos en los que sus gritos se colaron por mis oídos.
Creía que tenía miles de respuestas, creía que sería fuerte al aceptar mi error, creía que lograría su perdón después de unas explicaciones. Sin embargo, no podía estar más errado en mis pensamientos.
No había frase capaz de enmendar lo destrozada que la dejé. No había abrazo que curara su soledad, porque simplemente mi distancia se encargó de aprisionarla a ella en la cárcel del abandono.
— Fui un cobarde. No quería actuar como él, no deseaba estar nunca en sus zapatos y fue lo primero que hice. Manipuló mis sueños de manera arrolladora y producto a mi inmadurez lo seguí hipnotizado por sus astucias — le dije.
Su cara tenía un sombrío semblante. Continuaba en la misma posición atendiendo a lo que yo decía como si de las instrucciones para salvar al mundo se tratase.
— Tuve que dejar el país rápidamente, me había conseguido una beca en una de las universidades de allá y enseguida tenía que abordar un avión para encaminarme hacia el destino que él planificó a su conveniencia — continué.
— Dices a su conveniencia, pero pudiste rechazarlo. Sin embargo, no quisiste. Si hubieras querido, tu madre no habría llorado todo lo que lo hizo, tu hermana no habría crecido sin el hermano que la protegía y yo no habría borrado cada promesa que nos hicimos — dijo acercándose a mí hasta quedar frente a frente, mientras con sus ojos cristalizados recorría lentamente mis facciones.
— Pero...— me interrumpió.
— Si no fueras tan egoísta, todo habría sido diferente. Solo pensaste en ti y en cómo su propuesta te beneficiaría — expresó con rencor.
— ¡No solo pensé en mí!— grité — pensé en un mejor futuro para mi familia y gracias a esos estudios lo conseguiría.
— ¡Mentira! — gritó también, enfrentándome — Aquí tenías las mismas oportunidades y sin renunciar a toda tu vida por perseguir un sueño impuesto.
No pude evitar pensar que llevaba razón en lo que decía, pero en aquel momento no actué de la mejor forma y hoy estoy pagando las consecuencias. Aquel día me fui sin despedirme porque no tuve el valor de mirarla a la cara. Quería irme y volver glorificado, siendo un mejor hombre para mi madre, mi hermana y para ella, sin darme cuenta que no tenía que ir tan lejos para lograrlo.
— Me equivoqué, no me voy a cansar de repetirlo. Destruí a mi familia y lo que habíamos construido lo derrumbé tan fácilmente que no hubo un día que no me arrepintiera de haberme marchado.
— Ya no hay vuelta atrás. No puedes pretender que todo se quede en el mismo lugar donde lo dejaste. La vida no funciona de esa manera. El viento nunca vuelve al lugar por donde ha pasado — su voz se quebraba con cada frase.
Sentía todo el dolor de ella en ese momento.
Sin poder controlarme la abracé. La abracé como si mi vida dependiera de su calor. Mi cuerpo añoraba su contacto. Tenía mis cinco sentidos puestos en ella. Mi vista para admirar cada tramo de su piel, mi olfato para absorber su fragancia, el oído para escuchar el latido de su corazón, el tacto para sostenerla sempiternamente y el gusto para saborear sus dulces labios.
No me di cuenta que mis manos temblorosas se encontraban en sus mejillas y que lentamente mi boca era atraída por la suya. Hasta que un imperceptible roce me devolvió a la realidad cuando la frialdad de su toque me sorprendió.
Con un leve movimiento de cabeza se alejó y enseguida mis labios extrañaron los suyos. Querían correr para volverlos a alcanzar, pero su distancia fue suficiente para entender que los de ella no me reclamaban.
Bajé la mirada hacía la tierra a mis pies y una lágrima bajaba por mi cara. Volví a mirarla. Vi como tocó el árbol de los lamentos y sin girarse volvió a hablar.
— Aquí dejamos nuestras iniciales marcadas, pero hasta la naturaleza conocía nuestro destino, porque han desaparecido, así como desapareció nuestra historia — miré la corteza del árbol y tenía razón. Los trazos que habíamos hecho sobre ella, se habían borrado.
— Yo no quiero que desaparezca — entrelacé nuestros dedos — Si me das la oportunidad me quedaré para siempre a tu lado.
— No Brian. Tú tuviste tu oportunidad y la desaprovechaste. Fuimos muy ingenuos al creer que lo nuestro sería infinito — dijo y comenzó a bajar los peldaños dejándome solo. Corrí para alcanzarla y le contesté.
— "Hay infinitos más grandes que otros ... Pero no sabes cuánto agradezco nuestro pequeño infinito" ¹ —nos fundimos en un fuerte abrazo, cálido y transparente.
***
¹ frase tomada de la película "Bajo la misma estrella".
Espero que les haya gustado.
Hasta aquí la historia de Brian y Allison.
¿ Qué les pareció tantas revelaciones?
Por favor, dejen saber sus opiniones...
Un beso, Dani.
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