Capítulo 2: ¿por qué ella?
Mateo
Me quedé paralizado en el instante que dio la primera pirueta , después siguieron muchas otras que me hipnotizaron. Su elegancia podía dejar boquiabierto al mejor crítico. Derrochaba sensualidad sin dejar de ser delicada y su figura esbelta la hacía resaltar aún más. Me asombró la fuerza, la pasión y el ímpetu con el que se movía por aquella pequeña sala. Quería solo verla bailar por el resto de mis días, pero cuando más entusiasmado me sentía el ruido de libros cayéndose por el pasillo la sobresaltó y me miró asustada parando aquella danza. Sin pensármelo mucho trate de disimular mi pérdida de aire aplaudiendo escandalosamente, algo que no le hizo mucha gracia porque comenzó a recoger las pocas cosas que había esparcidas en el suelo. Me quedé tan concentrado en la manera en que fruncía el seño o se mordía el labio inferior que no noté que la tenía muy cerca de mí. Sin proponérmelo me interpuse entre ella y la puerta del aula y su delgado cuerpo cayó al piso tratando de no chocar conmigo. Mientras la ayudaba a levantarse soltó unas frases rudas que me dieron gracia , sin embargo, el cromañón que hay en mi interior le contestó sarcásticamente y me retiré dejándola sola.
Ha pasado una semana de ese encuentro y todos los días he soñado con ella, con sus largas piernas, sus finos labios, con la forma en que su pelo largo se balanceaba al compás de la música. Hubo momentos en los que imaginaba cómo sería su sonrisa. No comprendo está obsesión repentina por una muchacha, pero ¿por qué ella? Esta pregunta se repetía constantemente en mi mente y a pesar de formular diversas respuestas ninguna me parecía la más acertada.
Iba de camino al lavado de autos de mi primo Thomas, lo cual era mi trabajo a medio tiempo solo los fines de semana, pero esta vez me tocaba cubrir turnos. De pronto siento mi bolsillo vibrar, el tono me alerta que tengo un nuevo mensaje en mi móvil.Para mi sorpresa era de un número que no tenía registrado y me apresuré a leerlo.
Desconocido:
Hoy a las 7 pm te esperamos.
Imaginando el asunto que iba a suceder solo unas horas más tarde, regresé a mi departamento. Sin ánimos para responder el cuestionario de preguntas que seguro me haría Thomas cuando le dijera que no podía ir trabajar, le envié un mensaje escueto y comencé a correr.
Había llegado demasiado puntual para el gusto de Jonatan, Joni para los amigos y CRJ para los "negocios" como él mismo decía. Lo conocía desde hace dos meses cuando me mudé a la ciudad porque un amigo en común nos presentó. Él, era muy desafiante y le gustaba siempre tener la razón, cosa que a mi me disgustaba, sin embargo, es muy decidido y valiente por lo que se ganó mi respeto.
Me encantan las motos y cualquier deporte de alto riesgo. Desde que tengo 15 años me he obsesionado con ser el mejor y el más arriesgado, pero viviendo en un pueblo apartado no tenía muchas opciones. Por eso, cuando mi abuela murió y mi tío me invitó a vivir con él, su mujer y mi primo no me lo pensé mucho, aunque no quería perder la casa que mi mamá me había dejado, me fui lo más rápido que pude a cumplir los objetivos que me había propuesto.
Esta noche se celebra una de las competencias más importantes de moto organizada por Jonatan. Esta vez nos habíamos dado cita en las afueras de una fábrica abandonada. Muchos de los presentes eran estudiantes que no reconocía y me imaginé que Jonatan había comenzado a reclutar a competidores más jóvenes.
Cómo llegué tan temprano me alejé y me senté en el suelo cerca de unos contenedores rojos. Viendo el panorama me percaté que algunas chicas habían venido, había una muy bonita, lucía incómoda y le estaba protestando algo a la rubia que la acompañaba. De pronto gira y su mirada se dirigió a un punto lejano detrás de mi, quedé paralizado al reconocer esos ojos, esa boca y esa figura con la que tanto había soñado.
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