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Capítulo 13: La fiesta.

Allison

Han pasado varios días y he notado mucha tranquilidad, poco a poco volvimos a nuestra rutina olvidando lo sucedido.

No he visto más a Brian y agradecí que no se molestara en preparar otro encuentro como aquel.

Mateo está más calmado y eso me alegra. Se ha esforzado por demostrar que confía en mí como dijo ese día. De verdad espero que no se vuelva a descontrolar la situación porque a veces siento que estamos sobre una cuerda floja y si no sabemos bien dónde pisar terminaremos cayéndonos.

Este fin de semana es el cumpleaños de Ariana y teníamos planeado ir a un bar pero el regreso de su hermano cambió todo. Me escribió que iba a hacer una fiesta y por supuesto no podía dejar de asistir.

Desde que Ari me dió la noticia de su celebración he estado deliberando cómo decirle a Mateo que tenemos que compartir toda una noche con su "mayor enemigo", que es el sobrenombre que ahora tiene Brian, aunque eso no sea cierto. No lo veo como una amenaza para él, es verdad que su llegada ha sido un reencuentro entre mi pasado y mi presente, pero yo estoy muy segura de los sentimientos que tengo hacia Mateo.

Al final le envié un mensaje y le aclaré que no podía faltar porque era el cumpleaños de mi mejor amiga. No se cómo, pero aceptó.

El sábado llegó y desde temprano fui para la casa de Ari a ayudar. Por suerte su mamá era organizadora de fiestas y solamente teníamos que apoyar. Su creatividad se reflejaba por todas partes, con lindos detalles que lograban un ambiente cálido y juvenil.

Escogimos la terraza por su amplitud. Decoramos los arbustos, ventanas y el marco de la puerta con pequeñas luces navideñas. En el techo colocamos una bola de espejos y luces.

Llenamos todo de globos rosados y blancos y en la pared colgamos unos globos plateados formando su nombre y un dieciocho enorme.

Colocamos la mesa de madera en la esquina para que estorbara menos donde estaría la nevera con las bebidas, los platos, vasos y cubiertos desechables, todos de color rosado, que era el favorito de Ari.

Un pequeño cake de cobertura de chocolate adornaría la mesa, además de rollitos de jamón, queso y aceitunas, Pringles y una variedad de dulces finos acompañados de una fuente de chocolate para mojar sorbetos de fresa.

Alejamos el columpio para tener más espacio y que funcionara el lugar como escenario. Pusimos sillas alrededor y en la puerta que daba al pasillo se leía un cartel que decía: Bienvenidos a mi fiesta.
Contratamos a un DJ que estaba de moda entre los jóvenes.

Brian no se apareció en todo el tiempo que estuvimos decorando y arreglando la casa, según Ariana él se tenía que encargar de recoger toda la comida y bebida. Así que estuve relajada y activa todo el tiempo.

Trabajamos horas y horas porque mi amiga celebraba sus dieciocho por todo lo alto. Cuando estábamos al borde de desfallecer nos bañamos y comencé a maquillarla. Utilicé tonos marrones y oscuros con un delineado perfecto que combinaban con su vestido dorado.

- Gracias por ayudarme hoy - dijo mirándose en el espejo.

- Sabes que lo hago con mucho gusto, eres mi mejor amiga - contesté mientras comenzaba a alisar su ondulado cabello rubio.

- Es que todo lo que ha pasado con​ mi hermano, la escuela y tu relación con Mateo te ha tenido​ un poco tensa y preocupada estos días cuando se supone que estarías disfrutando esta semanita de vacaciones - afirmó.

- Tranquila, que nada en el mundo arruinará esta increíble fiesta que hemos planeado minuciosamente - expresé con voz baja.

- Lo sé, por eso es que te quiero tanto - sonrió y se levantó para abrazarme.

Correspondí a su abrazo y antes que las lágrimas de emoción comenzaran a salir la separé.

- Ya, que no podemos echar a perder esta obra maestra - dije refiriéndome a su maquillaje.

- No he abierto tu regalo, alcánzamelo, está dentro del clóset - señaló a mi izquierda y caminé para buscarlo.

Ahí, encima de sus ropas dobladas, se encontraba la cajita envuelta en papel de regalo con un lazo. Pasé un día entero pensando en qué le iba a comprar hasta que me decidí por una cadena de oro, una fina pieza que solo estaba completa con la otra mitad que yo poseía. Símbolo de nuestra amistad.

Cuando la abrió comenzó a gritar de alegría y sabía que había acertado con mi elección.

- ¡Qué linda! - exclamó.

- Sabía que te gustaría.

- Cómo no me va a gustar si me conoces mejor que nadie, pero gustar se queda corto, a mi me encantó - me volvió a abrazar.

- Vamos a dejarnos de sentimentalismos - dije con una pequeña sonrisa y comencé a vestirme.

Al terminar nos miramos en el espejo para admirar el resultado final. Ella parecía mayor y lucía radiante. Sus botas de tacón le daban un look más moderno y diferente. Mi vestido era de brillo plateado con mangas tres cuarto y apenas llegaba a mitad del muslo. Recogí mi pelo en una trenza elegante y completé mi vestuario con unos puntifinos negros.

Al mirarnos daba la sensación de que éramos la luna y el sol y recordé lo importante que era para mí estar juntas. Lo mucho que la había extrañado estos meses.

Después de muchas selfies en distintas poses luciendo nuestro atuendo bajamos a la terraza para que Ari recibiera a sus invitados.

Habían venido muchos compañeros nuevos de su grupo actual pero también viejos amigos.La decoración quedó impecable por lo que recibimos varios elogios y su mamá estaba satisfecha. Gozábamos de un ambiente agradable.

Miré por todo el lugar y me pude percatar de su presencia. Mateo estaba en una esquina, de espaldas a mí. No podía ver su cara pero esa figura la reconocería hasta con los ojos cerrados.

Su chaqueta de cuero indicaba que se encontraba en camiseta. Sus jeans eran apretados y seguro rasgados en la rodilla. Llevaba unas botas militares en carmelita claro y su pelo estaba mojado. Me acerqué y lo abracé por detrás.

- Te ves muy sexy, caballero oscuro- sonreí ante mi ocurrencia porque lo que vestía era tan negro como una noche sin estrellas.

Giró para mirarme detalladamente y su sonrisa maliciosa era muestra de sus pervertidos pensamientos.

- Sin embargo, nunca lograré competir contigo porque si de verse sexy se trata tú siempre ganas medalla de oro - me besó con ímpetu y de mi parte fue recíproco, necesitaba sentir su sabor.

- ¡Allison dejen el romance y vengan a bailar! - ordenó Ariana desde la improvisada pista de baile.

- Ya oíste a la cumpleañera, ¡vamos a bailar! - lo arrastré y nos unimos a mi amiga.

Sonaba música electrónica, todos brincaban alocados y aproveché los ánimos y la diversión para acercarme al DJ. Le grité que me hiciera el favor de parar el tema que se encontraba en reproducción. Al instante todos abuchearon por lo que cogí el micrófono mientras que él buscaba la canción que le pedí poner.

- Siento interrumpir, pero antes de que pierdan sus cuellos con esos movimientos - comenzaron a reír - quería aprovechar para decir unas palabras - continué y todos me miraban interesados.

Ariana salió de atrás para colocarse más cerca de mí. Mirándola seguí mi pequeño discurso.

- A esa personita que está allá - dije señalándola- la conozco desde que tengo uso de razón, hemos compartido juntas tantos momentos que más que una amiga la considero mi hermana, sonará un poco cliché - escuché risas nuevamente - pero, esa enana me ha apoyado en todo momento, me ha querido por lo que soy y estoy segura que daría la vida por mi, así como yo lo haría por ella. Para no extenderme mucho y seguir con la fiesta, me gustaría terminar deseándole muchas felicidades y esto es para tí - dije y enseguida por los altavoces comenzó a sonar Sunflower de Post Malone.

Mirando al público empecé a mover mi cuerpo al ritmo de esa melodía que embriagaba a mis oídos. Ejecuté pasos sencillos y suaves que se correspondían con esa música fusión. Mi vestido no me impidió realizar los movimientos que deseaba y bailé tan entusiasmada como si se me fuera la vida en ello. Mi pelo alborotado me obstruía la vista pero hasta con los ojos cerrados podía repetir la coreografía. Pasé las manos por mi torso de manera sensual y una sonrisa adornaba mi rostro. Los aplausos y los gritos me enardecieron durante los dos minutos y treinta y ocho segundos que duró la actuación.

Al terminar tenía los brazos de Mateo a mi alrededor y besó mi frente. Mi amiga corrió a mi encuentro y me aplaudía todavía emocionada.

- Te superaste a ti misma con ese baile - expresó.

- Está vez estabas inspirada - añadió Mateo.

- Muchas gracias, hoy era la ocasión perfecta para mostrárselos - comenté.

Después de las felicitaciones continuamos bailando.

Había pasado más de una hora y como era típico Ari y yo nos habíamos apropiado de todo el "escenario". No paramos hasta que la necesidad de satisfacer mi sedienta garganta logró que dejara de moverme para ir en busca de algún trago. Había estado tan entretenida que no me di cuenta que Mateo había salido con Jonatan, el novio de mi amiga. Según lo que me dijo Thomas se fueron hace un rato y ni siquiera lo noté.

Me senté tomando mi vaso de refresco rapidísimo. Ya mis pies comenzaban a sentir dolor por bailar tanto con los asesinos tacones, así que decidí pedirle prestadas alguna sandalia a Ariana.

- Ya no resisto los zapatos - suspiré cansada.

- Cámbiate, ponte unas sandalias mías - como siempre mi amiga leía mi mente.

- Lo mismo estaba pensando - dije.

- Está bien, no te demores - ordenó - ven rápido que la fiesta apenas está empezando - continuó bailando como una loca y reí.

El interior de la casa se encontraba oscuro por lo que subí las escaleras con mucho cuidado. Cuando me disponía a abrir la puerta del cuarto de mi amiga una voz grave proveniente del pasillo me asustó.En la penumbra se encontraba Brian quien se apresuró a mostrarse por completo para calmarme.

- Lo siento, no quería asustarte - se disculpó muy bajito acercándose a mí.
No sabía qué decir así que me quedé callada y desvíe la mirada al piso.

- Sé que te encanta bailar, por cierto lo sigues haciendo increíble - susurró en mi oído - pero hoy estás imparable. Me ha costado resistir las ganas de seguir tus pasos y moverme contigo como antes - sus palabras no me interesaban así que le di la espalda para entrar al cuarto, con la esperanza de que no me siguiera.
Impidió que continuara mi camino obstaculizando la puerta. Molesta por su insistencia lo empujé con todas mis fuerzas, la sorpresa se apropió de él y se corrió para un lado.

- Eres experto en alejarte así que vuélvelo a hacer y déjame en paz - dije y cerré la puerta en su cara.

Me senté en la cama para cambiar mis zapatos. No dejé de pensar qué pasaría si Mateo hubiera visto cómo me había acorralado Brian. Todavía me encontraba nerviosa, tenerlo cerca despertaba sentimientos encontrados que no he descifrado bien aún. Era una mezcla de ira, odio y a la vez me sentía atraída por ondas de pasión.

Alejé todos esos pensamientos y ya un poco más relajada salí para volver a la fiesta. Sentí pasos tras de mí y por supuesto era Brian; seguía tan terco como siempre y se había quedado a esperar que saliera, maldije en voz baja.

- Sé que no quieres verme ni hablar conmigo, pero algún día tendrás que darme la oportunidad, Al - dijo y me llamó como solo lo hacía él y por un segundo extrañé esa cercanía nuestra, las noches que pasábamos hablando por teléfono aunque nos acabáramos de ver, pero tan rápido como aparecieron así se esfumaron esos recuerdos que solo llegaban para atormentarme.

- No te confundas, la oportunidad la perdiste al cortar el lazo que nos mantenía unidos. Tenías que haberlo pensado mejor antes de poner miles de kilómetros entre nosotros sin decirme nada - respondí sin apenas mirarlo y caminé apresuradamente hacia la terraza.

Mateo

Fui a acompañar a Jonatan a comprar algunos cigarros, no acostumbro a fumar pero hoy me encuentro demasiado inquieto. Necesito alejar de mi mente que el antiguo novio de Allison llegará en cualquier momento y se acercará a ella. Debía haberme quedado pegado a su cuerpo toda la noche pero no quise ponerme paranoico y la dejé bailando divertida. Además, le había prometido confiar en ella y le estaba demostrando que así era, no podía fallar.

No nos demoramos mucho y cuando regresamos lo primero que vi fue cómo contestaba algo a una persona sin girarse, por su cara estaba siendo ruda, como acostumbraba. Desde el ángulo que me encontraba no veía quién era y no soporté la idea de que alguien la molestara.

Me dispuse a ir a su encuentro pero salió a la terraza y continuó caminando hasta la mesa de las bebidas y la vi servirse un vaso de agua. Segundos después el estúpido de su ex novio salió - claro que era él quien la perseguía -pensé.

Contuve las ganas de darle un puñetazo en la cara y me dirigí a donde estaba ella, la agarré del brazo bruscamente sacándola de allí. Bordeamos la casa y nos detuvimos en un estrecho rincón, en el que apenas cabíamos donde había más privacidad.

- ¿Qué hacías hablando con él nuevamente?- ella sabía a quien me refería e inmediatamente cruzó los brazos en el pecho y comenzó a discutir.

- No voy a permitir que me hables así - dijo señalándome con un dedo - tampoco que me arrastres de esa manera y formes esta escena, aquí no - concluyó firmemente.

- Lo siento pero no aguanto verlo cerca de tí - me desesperé.

- Estamos en su casa, en el cumpleaños de su hermana ¿qué esperabas? ¿que no estuviera? Te dije que controlaras tus celos y si no sabes comportarte o tener la madurez suficiente para estar en el mismo lugar que él sin hacer un escándalo es mejor que te vayas - sentenció.

- ¿De verdad? ¿quieres que me vaya? - pregunté.

- No Mateo - suavizó su voz - quiero que te pongas los pantalones de hombre y actúes como tal.

- Es muy fácil para ti decir eso cuando no conoces la sensación de ver como otro hombre se acerca a la mujer que amo.

- ¿Ah no?- río irónicamente- que rápido se te olvidan las cosas - gritó enfurecida.

Ariana

Allison se había ido hace un rato para cambiar sus tacones y no había regresado. Íbamos a comenzar el karaoke y no estaba por ningún lado.

La busqué por todas partes y se esfumó. Si se fue sin avisar le esperaría un largo tiempo ignorada porque no pensaba hablarle.

Mientras iba para la entrada que era el único lugar que me quedaba por mirar de la casa sentí unos gritos, provenían de un pasillo lateral y me acerqué a ver que ocurría. Definitivamente era la voz de mi amiga y mantenía una fuerte discusión con Mateo.

Me sentía mal por ella, sus problemas empezaron al regresar mi hermano y aunque quería ponerme de su parte en esta guerra, lamentablemente, tenía que permanecer neutral.

Me escondí escuchando a la espera de una señal que me dejara intervenir si las cosas se ponían muy feas. Pude oír cómo Mateo la acusaba de no sentir lo que él estaba experimentando.

-¿Ah no?, que rápido se te olvidan las cosas - dijo Allison. Sabía que se refería a lo que pasó con Lauren.

- ¿Qué tengo que recordar? Porque con Lauren fue una cosa distinta - dijo Mateo. Por supuesto tenía que mencionarla ¿será estúpido?- pensé.

- No fue una cosa distinta. No te hagas el inocente porque mientras que Brian solo ha querido hablar y yo lo he estado evitando tu querida "amiguita" fue mucho más lejos - sabía que hablaba de cuando lo besó delante de ella.

Recuerdo que fue una de las peores situaciones en las que se ha encontrado Ali, solo comparado con lo que pasó al irse mi hermano.

Fue un período en que las cosas fueron difíciles, se veían poco, estábamos estudiando tanto para las pruebas que no teníamos tiempo de nada. En múltiples ocasiones me quedaba en casa de Allison o ella en la mía.

La única vía que utilizaba para hablar con Mateo era por mensajes o llamadas, pero sabía que no era suficiente porque para mí no lo era. Extrañé demasiado a Jonatan así que me imagino como se sintió ella.

Lauren fue una piedra grande en su camino y desestabilizó la relación en un abrir y cerrar de ojos.

Hace 7 meses...
Recuerdos de Ariana

- Ali no te entretengas - la regañé - llevas una hora con el teléfono, ya tendrás tiempo para hablar con él.

- No te hagas que si no fuera porque tu novio está de viaje estarías igual.

- Está bien, pero como no es el caso - aproveché su distracción para arrebatarle el celular.

- ¡Eso es trampa! Pequeña criminal - dijo fingiendo disgusto.

Estudiamos toda la noche hasta quedarnos dormidas. A la mañana siguiente teníamos por fin la última prueba que definía nuestro futuro, Matemática. Era la asignatura menos favorita de Ali y la ayudé mucho porque a mi se me daba mejor. En eso eramos contrarias, ella era la reina de las Letras mientras que yo me coronaba como la de las Ciencias.

Me encontraba temblando de los nervios y mis manos sudaban muchísimo. En ésta tenía que salir excelente, regalarme la máxima nota era mi prioridad. Opté por carreras de Ingeniería y esta prueba lo significaba todo.

Allison parecía una gelatina al terminar pero me aseguró que sacaría una buena nota y confiaba en que la iba a conseguir. Estábamos tan contentas que la alegría no cabía en nuestros cuerpos. Nos abrazámos y gritábamos como locas, aunque ahora tocaba esperar los resultados y sería el fin de tanto estrés.

- ¿Mateo te recoge hoy?- le pregunté.

- Si, después que salga de la escuela viene directo para acá - me responde.

- Estaba pensando, ¿por qué no vamos a alguna pizzería a celebrar? - propuse - sé que quieres disfrutar algún tiempo a solas - me burlé - pero por favor vamos a salir, por fis- rogué y le puse los ojitos del gato de Sherk para convencerla.

- Está bien se lo diré cuando llegue - dijo resignada, pero sabía que le gustaba el plan.

A la entrada de la escuela se encontraba la moto azul de Mateo pero él no estaba. Nos acercamos a esperarlo y nos dimos cuenta que no estaba muy lejos. Una pelirroja con short corto y una blusa negra finísima, que en mi opinión no combinaba para nada, coqueteaba con él sentada en el muro. El parecía divertido y sonreía a lo que ella decía. Todavía no nos había visto y mi amiga se impacientaba a mi lado, confundida.

- ¡Mateo!- gritó su nombre.

Él miró por encima del hombro y su cara de preocupación era un poema. Lo habíamos cogido infraganti. La muchacha le dijo algo que no logré entender y sin esperarlo le plantó un beso. Mis ojos se abrieron tanto que amenazaban con salirse. Tomé la mano de mi amiga y la saqué de allí. Allison en shock caminaba por inercia. Los gritos de su novio la hacían mirar atrás y lágrimas rodaban por sus mejillas. De pronto me apretó más fuerte y ahora era ella quien dirigía nuestros pasos alejándonos de allí.

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