Capítulo 12: Quiero recuperarla.
Allison
Los gritos de mi madre me sacaron del trance en el que me encontraba. Estaba segura de que me había convertido en una momia, inerte sobre la cama. Las horas pasaron lentamente. Las lágrimas se extinguieron después de tanto llanto.
Se me unió el cielo y la tierra porque aunque prometí ser fuerte, no es fácil para mí soportar que mi antiguo y nuevo novio se hubieran juntado casualmente para arruinar mi existencia.
El primero regresó para tratar de comportarse como un héroe ante mis ojos, especulando que lo sabe todo de mí, cuando se fue en el momento que más lo necesitaba. El otro tenía una forma muy peculiar de marcar su territorio. Su trato sólo evidenció su desesperación por alejarme de Brian; sin embargo, solo consiguió que me alejara de él.
Sin verificar el estado en que me encontraba me dirigí siguiendo el sonido de la voz de mi mamá, que me trajo de vuelta a la realidad.
Mientras bajaba las escaleras vi que se encontraba acompañada, por supuesto, tenía que ser Brian.
— ¡Que emoción! — dije para mis adentros. Deseé con todas mis fuerzas que se tratara de un espejismo, pero no, ahí estaba él.
Se veía más alto y definitivamente más fuerte. Ya no era el debilucho jovencito que me gustaba sino un apuesto hombre que aparentaba más fuerza que Hulk. Posiblemente si no lo conociera y nos hubiéramos encontrado en una fiesta, me pasaría todo el tiempo mirándolo o tratando de llamar su atención. Pero no era el caso, lastimosamente una mejor imagen no cambia lo que ocurrió entre nosotros, aunque parezca una persona distinta, sigue siendo el mismo que me dejó y se fue.
Sus ojos verdes me retrataron como si mi imagen se hubiera esfumado de su memoria y quisiera traerla de vuelta. Como siempre sus facciones mostraban madurez y tranquilidad.
— Mira quién te vino a ver — dijo mi madre extrañamente emocionada. No perdí tiempo para demostrar mi inconformidad ante su reacción.
— No tengo ganas de ver a nadie, menos a él— y ya me disponía a subir de nuevo a mi habitación cuando mi madre dijo:
— Ali habla con él, escucha lo que tiene que decirte.
No podía creer lo que oía, sabía que al principio no le gustaba Mateo pero había ido aceptándolo. Por eso no me explicaba que tratara de alejarme de él imponiéndome a Brian, que fue lo que me dió a entender con su actitud.
— No tengo... — interrumpí mi frase cuando me percaté de la presencia de mi novio en la puerta. Su cara, además de molesta, parecía decepcionada e inmediatamente sentí que una punzada en el corazón me debilitaba.
Por su expresión comprendí al instante que malinterpretó lo que estaba sucediendo y se fue.
Sin dudarlo salí corriendo detrás de él. Antes de que arrancara la moto logré detenerlo y llamar su atención.
— No es lo que parece — dije jadeando.
—¿Ah no? Entonces, ¿qué es lo que parece Allison? — dijo sin mirarme, como si mis palabras no importaran.
— No sé por qué vino y no tengo la intención de escuchar nada de lo que tenga que decir — traté de defenderme.
— No pareció que estabas molesta porque haya venido a hacerte la visita sino que estabas muy cómoda con él— su comentario logró enfurecerme.
— Tú eres un inseguro que no confía en la persona que tiene al lado. Ahora no te escudes detrás del reproche para no reconocer que estás equivocado — levanté la voz y sus ojos llenos de ira me enfocaron.
— ¡No te hagas la víctima! — exclamó — no vires la tortilla para hacerme parecer el culpable.
— ¿Quién es la culpable? ¿Yo?— pregunté al aire—Mateo, no trataré de explicarte porque parece que ya has escrito tu propia historia. Contra eso no puedo competir.
Me disponía a marcharme cuando su respuesta hizo que me detuviera.
— Puede que esté equivocado — empezó — ¿pero, qué esperas que piense si te veo tan tranquila ante él?
— Solamente en que yo no controlo las situaciones que ocurren y que no puedo ponerle una orden de restricción para que no se acerque a mi casa y a mi familia.
— ¿Eso quiere decir que estás dispuesta a hablar con Brian sin importar lo mucho que deseo que no lo hagas? — bajó de la moto para estar más cerca de mí. El temor se instaló en sus ojos.
— Quiere decir que vas a tener que soportar que aclare los temas pendientes que tengo con él y debes estar seguro de que no va a cambiar lo que yo siento por ti, porque lo que me hizo no se puede borrar.
— No quiero perderte y los celos me están comiendo vivo — reconoció.
— No me vas a perder jamás, pero tienes que confiar en mí — dije y acarició mi mejilla.
— Yo confío en ti — concluyó.
Brian
Fui detrás de ellos. Sentía curiosidad, no negaré que fue muy grato para mí que nos viera aunque eso no significara nada. Él no me gustaba para ella, pero ¿a quién voy a engañar? No me gusta que nadie esté cerca de ella.
En este tiempo tuve que suprimir las ganas de besarla, tocarla, verla reír y hablarle ¿Si estoy tan cerca por qué debo retener mis impulsos? Era un infierno saber su número de memoria y no poder marcarlo para oír su voz o aguantar la tentación de ver sus fotos en las redes sociales.
Sabía lo que arriesgaba al irme pero el egoísmo fue mayor.
Me coloqué en un lugar poco visible. Ella hablaba muy alto, gesticulaba y estaba agitada. Él bajó de la moto y lo que ella dijo hizo que suavizara su mirada. Se acercó para acariciar su rostro.
No soportaba la conexión que veía entre ellos, la manera en que su cuerpo respondía cuando la tocaba y odié el abrazo que le dió, porque tenerla entre mis brazos era lo único que deseaba.
Supuse que lograron arreglar ese pequeño encontronazo porque sellaron el momento con un intenso beso. Sin ánimos de permanecer allí me despedí de la mamá de Allison y regresé a mi casa.
El camino de vuelta me recordó todo lo que viví a su lado. Observé los disímiles lugares que fueron testigos de nuestras muestras de cariño, como aquel columpio amarrilo en donde le di su primer beso, las calles por donde transitábamos y montábamos bicicleta, la escuela en donde la enamoraba. La historia de nuestro amor la tengo tan presente que el paisaje a mi alrededor, es como un puñal que se clava en mí.
Las ganas que tengo de poder retroceder en el tiempo y cambiar el final de este cuento son enormes. Tengo que explicarle el por qué de mi decisión apresurada y el motivo de mi cobardía.
La frase tiempo al tiempo se convertirá en mi lema de ahora en adelante. No quiero presionarla por lo que dejaré que el transcurso de la vida haga su trabajo. Sin embargo, no significa que me voy a rendir tan fácil, sin importar con quién esté la recuperaré, cueste lo que cueste.
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