Capítulo 11: ¿Cómo puedes ?
Allison
Desperté con su brazo a mi alrededor y ese olor característico suyo inundándome. Siempre me levanto antes para poder contemplar su cuerpo, su forma de dormir, sigo el ritmo de su respiración y me deleito con la hermosa vista. Para cuando abrió los ojos ya estaba vestida y luciendo resplandeciente como si el día de ayer hubiera sido borrado.
Le di un pequeño beso y me dirijí a preparar el desayuno. Como es domingo la casa se encuentra llena: mis abuelos, mi mamá, mi hermana. No tardarán en venir mis tíos y así disfrutaremos un rato en familia.
Ahora mi adorado novio se une a estos encuentros y sonrío al recordar todo el tiempo que pasó hasta que lo aceptaran. Aunque para mi familia seguirá siendo el muchacho rebelde de la moto, han aprendido a quererlo y se podría decir que hasta les cae bien.
Después del desayuno dominical Mateo y yo fuimos a su apartamento a recoger algunas cosas necesarias. Él vive en un cuarto encima de la casa de sus tíos, tiene un pequeño baño y una cocina. Es bastante acogedor y me gusta la independencia que goza, sin embargo, no me he atrevido a probar como sería vivir juntos, no estoy preparada. Por eso nos turnamos para dormir en un lugar o en el otro.
Visitamos a sus tíos y a Thomas. Me alegró compartir más con él y que se haya acercado a mí en el último tiempo de la escuela, convirtiéndose en mi amigo, ya que hasta el momento solo habíamos sido compañeros de aula. Se mostraba simpático y siempre trataba de ayudarnos cuando nos fajábamos. Hablábamos mucho y me entretenía cuando Mateo trabajaba en el lavado de carros.
Hacía un día precioso y quisimos tomar helado. La heladería estaba repleta de personas, muchas familias habían decidido salir a pasear. Mientras esperábamos nuestro turno, escuché que me llamaban. Era la voz de Ariana.
Me volví para verla saludándome con cara de preocupación y no tardé en darme cuenta del motivo. No estaba sola, a su lado Brian me sonreía e imitaba el gesto de su hermana.
Mateo
Allison se inquietó a mi lado. Seguí a donde se dirigía su mirada y fue cuando lo vi. Tenía que ser él porque su pelo rubio y ojos verdes idénticos a los de su hermana lo delataban. Parecían dos gotas de agua. Era alto y su cara de alegría al mirar a mi novia no me gustó nada. Recorrió su cuerpo de arriba abajo desnudándola con la mirada. Me enfureció su descaro y agarré del brazo a Allison para sacarla de allí. Ella no se resistió y siguió mis pasos.
Allison
Nunca me sentí tan expuesta como en los segundos en que sus ojos recorrieron mi cuerpo. Mis manos comenzaron a sudar y no sabía cómo comportarme en su presencia.
De pronto sentí cómo Mateo tiraba de mí y lo seguí sin chistar, lo único que sabía era que no me quedaría más tiempo ahí parada.
Si Mateo había observado de la manera que me miró Brian, era lógico que me reclamara y me sacara de allí. De estar en su lugar lo hubiera hecho, sin dudarlo.
Al pasar por su lado giré la cara solo pensando en que después tendría que hablar con Ari para disculparme por ser grosera. Sin embargo, ella tenía que haber fingido no verme para no llamar la atención de Mateo o para no hacerme sentir tan incómoda.
Para aumentar mi desgracia, Brian me tomó del otro brazo cuando pasé cerca de él. Lo hizo increíblemente rápido por lo que no pude reaccionar a tiempo para esquivarlo.
— Allison, ¿no piensas saludar? — dijo muy calmado, cosa que me desesperó.
— Ella no saluda a extraños — respondió Mateo con la rabia creciendo en él.
— Me parece que ella es lo suficientemente grandecita para saludar a quien quiera ¿no crees? — lo retó Brian. Le dirigí una mirada de odio y me solté de su agarre.
— Creo que eres lo suficientemente grandecito — dije utilizando su propia frase sarcásticamente— para darte cuenta cuando alguien te ignora porque no quiere tu saludo.
Su cara se ensombreció, no esperaba que fuera tan dura, pero la muchacha dulce y sensible que fui a su lado, había crecido.
— ¡Basta! no vayan a formar un escándalo en este lugar— intervino mi amiga y aproveché la oportunidad para seguir caminando.
Por supuesto no se iba a cansar y fue detrás de nosotros.
— Cuando Ariana me dijo que tenías novio no imaginé que fuera del tipo que te controlara. Has cambiado Allison — gritó a mis espaldas.
Mateo iba a responder cuando me viré tan deprisa que por poco pierdo el equilibrio. Enfocando sus verdes ojos le respondí:
— En el caso de que así fuera, no es de tu maldita incumbencia. No creas que sabes todo de mí y no te atrevas a aparecer de nuevo en mi camino. Si por casualidad sucede, finge que no existo — riposté y me fui molesta.
Mateo
— Me pareció que si querías saludarlo — le dije sin pensar cuando doblamos la esquina, dejando atrás a Ariana y a su hermano.
— ¿Eso es lo que crees?—me respondió y dejó de caminar quedando frente a mí, entonces continuó— claro, estoy súper contenta porque me encontré con el bastardo que me abandonó y se lo voy a presentar a mi nuevo novio para vivir felices por siempre— contestó irónicamente.
— ¿Entonces por qué te quedaste quieta como una piedra mirándolo?— grité.
— Lo que menos necesito en estos momentos es un ataque de celos por tu parte. Es más, piensa lo que quieras — dijo Allison y salió corriendo.
Sentía la ira transportarse por mi cuerpo, quería ir tras ella, pero mi orgullo no me lo permitió y fui directo a mi casa.
Allison
No podía creer lo que escuché de su boca. ¿Cómo podía armar una escena de celos? ¿Cómo?
Estaba tan molesta que lágrimas de impotencia comenzaron a caer por mis mejillas. ¿Por qué tenía que ser así? ¿ Por qué en estos momentos? ¿Por qué Mateo no me entendió como debía haberlo hecho? Mi mente se iba inundando de profundos pensamientos, los que me consumían lentamente.
Me volvía a demostrar que sus celos lo controlaban y que reaccionaba de la peor manera.
Sentí vibrar mi celular, era su nombre en la pantalla. Colgué sin intención de hablar con él.
Volvió a sonar insistiendo pero esta vez era Ariana, no contesté tampoco. Apagué el teléfono y me tumbé en la cama mirando el techo.
Mateo
Rechazó mi llamada y no la culpo. Ahora que pude pensar con más calma no la traté bien. Descargué toda la rabia en ella y sabía que eso la lastimaba, pero me alteré demasiado al ver al imbécil ese hablándole como si yo no estuviera a su lado. Reconocía sus agallas pero estar en aquella posición no me pareció divertido.
Intenté hablar con ella de nuevo pero su teléfono estaba apagado.
Decidí ir a su casa. Necesitaba verla, disculparme y saber que todo entre nosotros volvía a estar bien, como siempre.
Tenía que aprender a convivir con estos sentimientos porque ella me importaba mucho y no iba a permitir que la estancia de ese insignificante personaje destruyera lo que habíamos construido.
Manejé muy rápido, violando algunas regulaciones del tránsito porque la urgencia de verla latía en mi pecho.
Al llegar, la puerta se encontraba abierta y su mamá hablaba animadamente con alguien. Me quedé en el umbral y desde allí pude presenciar la peor de las escenas. Allison bajaba las escaleras para reunirse con él. Parece que yo no era el único que necesitaba hablar con ella. Me hervía la sangre.
Bajaba tan calmada y parecía que había llorado. Me sentí mal por ser una de las causas de su sufrimiento y me di cuenta que no actúe mucho mejor que aquel sujeto.
Al momento que notó mi presencia la palidez de su rostro me confirmó lo asustada que estaba.
Negando con la cabeza le di la espalda y salí.
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