Esperábamos, protegiéndonos, mientras poco a poco el polvo se desvanecía, poco a poco lográbamos ver el acontecimiento de la explosión, no era algo agradable, algo que no le desearía a cualquiera.

Lilith a pesar de no poder ver, podía imaginarse lo que sucedió, un líquido verde fue expulsado de su boca, su vómito nos había empapado levemente las manos, dejando un charco espeso y fétido en el polvoriento suelo.

El gran hedor de sangre era notorio, tanto que ni se sentía el olor a vómito...

Huesos, desmembramientos, riñones, cerebros, corazones, ojos, estómagos... Eso solo era poco de lo que se lograba apreciar.

El interior del cuerpo humano se podía apreciar en su pleno apogeo.

El horror que guarda el interior de una persona.

—R----Ren...—Sin poder contener las lágrimas, Lilith habló gimoteando— ¿Do-Donde está Haruka? dime dónde está...

La tímida Lilith había perdido la cordura, su mente era ahora todo un caos, el horror que se expresaba en su rostro te hacía sentir escalofríos.

—¡¿DÓNDE ESTÁ?! NECESITO A HARUKA...— Chilla Lilith, sintiéndose esa increíble tristeza que albergaban sus palabras.

Ren lo único que podía hacer era abrazarla, intentando calmarla. No podía culparla, era muy poco probable que Haruka sobreviviera a aquella explosión.

De hecho, era realmente complicado que alguien pudiera haber sobrevivido a esa explosión...

Además.

¿Cómo pudo suceder un explosión como esta en la escuela?.

De tan solo ver el gran cráter que se había convertido un aula de clases me hacía temblar.

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¿Cómo fue que sucedió esto?, fue algo que nunca imaginé que sucedería en mi vida. Me separo de Ren y Lilith, levantándome para ver el entorno lleno de polvo y quitándome la ahora sucia camisa y llena de sangre ajena.

—Ayu---------Ayuda...— Múltiples voces provinieron del salón de clases

Esas voces que se quebraban de dolor y pavor comenzaban a hacer una sinfonía de terror dentro del aula de clases.

Era un caos, sentí el horror frente a mis ojos... Inesperadas náuseas se apoderaron de mi cuerpo, quería vomitar...

El simple hecho de estar en la entrada del aula, viendo el fin de las personas te hace provocar desmayarte, vomitar y en el peor de los casos, llorar en plena agonía.

Me acerco al profesor...

Pedía ayuda, pero no había nada qué pudiera hacer. La parte superior de su cuerpo se había separado de la inferior, en pocas palabras. Su cuerpo había sido separado en dos, sus intestinos reposaban en el agrietado suelo y sus lamentos se desvanecían en el aire. Aquellos ojos blancos que sentían el inimaginable dolor parecían querer descansar.

Moriría de cualquier manera. Lo ignoré y busqué, en medio de todos los cadáveres y escombros, algo que sea de Haruka, cualquier cosa, hasta la más insignificante que me mostrara que realmente Haruka fue una más que murió.

Con solo echar un vistazo a mi alrededor era imposible... Solo habían cosas horripilantes por todo mi alrededor, no podía soportarlo más, las náuseas se apoderaban de mí al ver cómo el ser humano podría convertirse en algo tan horripilante...

Quería vomitar...

Y aún más al ver esos ojos que rogaban por vida y muerte, personas sin extremidades me veían, pidiendo ayuda, aquellos seres horripilantes me rogaban, con esas voces aterradoras que salían desde lo más profundo del alma y el dolor.

Aruñé con fuerza mi brazo, enterrando mis uñas en mi antebrazo, generando un pequeño dolor que me hizo volver a la realidad.

Con ello volví a buscar, alzando escombros, moviendo cuerpos, ensuciandome las manos con sangre fétida y parecía que había hallado algo, algo horripilante...

Una... mano... debajo de una caja torácica había una mano... Una mano con una manilla llena de sangre...

No había dudas, era de Haruka, pude verle esa manilla que comparte con Lilith cuando la conocí... Me acerqué y vi la mano, era espeluznante, solo estaba su palma y parte de la muñeca, sus tendones colgaban, mostrando su sangre y huesos, y sus dedos también habían sido destruidos por la explosión, solo quedaba su dedo meñique intacto, de resto, solo sobresalen los huesos de sus dedos.

Con miedo agarré la mano, sintiendo grandes náuseas al ver aquellos huesos y carne escurriendo sangre...

Escuchaba las sirenas de los Policías acompañados de ambulancias y bomberos, pero continué con mi labor.

Me acerqué a Lilith quien lloraba sobre el pecho de Ren.

—Lilith...—Dije con gran amargura— Esto es lo único que pude encontrar— Acerqué lo poco que quedaba de la mano de Haruka.

Al estirar la mano de su mejor amiga, ella me la arrebata y la abraza. Lilith sonreía entre lágrimas, su tristeza y melancolía era contagiosa, pero Ren y yo haciéndonos los fuertes también queríamos ahogarnos en la tristeza contagiosa de Lilith.

—Vámonos de aquí— Totalmente exhausto le hablé a Ren.

—Si... es lo mejor— Dicen Ren ayudando a levantar a su amada.

¿Un villano o un héroe?...

Esos dos roles infundaron mi mente al pensar en el causante de la explosión.

¿Qué tan psicópata debes ser para plantar una bomba a personas inocentes? o ¿Qué tan fuerte debes ser para matar a personas culpables de grandes pecados?.

¿Cuál será la verdadera razón de esta masacre?.

Dejé de pensar en eso y caminamos entre los escombros, alejándonos de aquel espeluznante lugar.

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—¿Qué pudieron ver? cualquier cosa nos sirve— Con libreta en mano un grupo de policías actuando como detectives nos interrogaban exhaustivamente. Ren, Lilith y yo estábamos siendo bombardeados con preguntas, nosotros fuimos los que estábamos más cerca del lugar de los hechos, así que somos los principales testigos.

—Cómo les digo, no sé qué sucedió. Solo pasábamos por ahí hasta que sucedió la explosión— Conteniendo mi irá, hablé con desánimo.

—Es muy extraño— Se rasca la cabeza el policía— Solo sobrevivieron 3 personas, además de ustedes 3, de 40, solo sobrevivieron 3... ¿Cómo pudo suceder esto? ¿Sabe algo tu compañera? no ha querido decir nada— Decía el policía observando a Lilith.

—No la molestes— Con ira interviene Ren— murió una amiga muy importante, es mejor que nos dejen en paz...

Era un hecho.

Haruka había muerto.

Era un gran misterio, yo estaba lleno de preguntas, pero Lilith era la única que sabía las respuestas.

A lo lejos podía ver el gran agujero que la explosión ocasionó, pensé que esto iba a ser algo que nunca presenciaría en mi vida

Tampoco pensaba que una reciente amiga moriría tan pronto, y de manera tan brutal, a pesar de todo yo no derramé ni una sola lágrima. Ya no sentía pena por las muertes, después de todo lo que ha sucedido en mi vida, esto es solo algo más al montón.

Parece que me he vuelto más blando...

Haruka sufría de arritmia, era fría, pero sonreía al lado de Lilith. Nunca hablé demasiado con ella, nunca supe nada de su vida privada... Pero nos aceptó como amigos...

Familias, estudiantes y amigos lloraban por la tal tragedia. Sucedía lo mismo con Lilith y Ren, lloraban sin control. Lilith conservaba la deteriorada mano de su amiga, ocultándola debajo de su camisa, me compadezco de Lilith, ha de ser un golpe muy duro para ella.

—Gracias— Agradecí a un enfermero que trató las heridas de mi espalda, protegiéndolas con vendaje.

—Lo había olvidado...— Susurré para mí mismo.

Lo había olvidado, había olvidado las palabras que Amelia me dijo ayer: "Espero que me protejas".

Por fin lo recordaba.

Esta explosión no era lo único que iba a suceder...

¿Qué iba a suceder con Amelia? ¿Dónde estaba? ¿Por qué me dijo eso?...

Miré por todos los alrededores, buscando desesperadamente a aquella chica de cabello blanco, presentía que algo muy malo iba a suceder, con solo recordarlo, con solo recordar su mirada de seriedad era porque iba muy en serio.

No la conozco, pero puedo asegurar que esas palabras que me dijo ayer guardaban algo de oscuridad.

¿Vida o muerte?, tal vez esté exagerando, pero no podía pensar en otra cosa.

—¡Amelia!— Exclamé casi gritando.

La había encontrado, ella estaba siendo jalada de su cabello por una chica, se dirigen a la parte trasera de la escuela, parecía que esa chica estaba aprovechando la conmoción de la explosión.

Pero, algo me aterraba.

No eran las únicas, atrás había alrededor de 15 personas, del mismo colegio y otros, unos normales civiles de gran edad, hombres y mujeres por igual... Amelia estaba sola, siendo intimidada por todas estas personas.

Un problema tras de otro...

Sin pensarlo dos veces corrí tras de ellos.