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El Comienzo de la Masacre

Perspectiva en Tercera persona

Rin observaba en la lejanía, a través de la ventana de su salón, en el tercer piso, donde se podía apreciar lo pequeño que eran los árboles y cómo las personas parecían hormigas.

Esperaba con paciencia a que las clases terminaran, hoy se sentía realmente aburrida. Alicia no asistió por el hecho de ser aceptada en una academia prestigiosa, así que por consejos de mi hermana, le dijo que debería ir y si no era de su agrado que lo dejara.

Así que ahora Rin bostezaba, Alicia era su única gran amiga, tenía otras, pero no era lo suficientemente abierta como para hablarles.

—¿Qué debería hacer hoy?— Susurra Rin, sin apartar la vista de la ventana.

Como era de esperarse el timbre sonó y de un largo bostezo, Rin tomó su mochila y comenzó a caminar fuera del salón de clases, despidiéndose de las demás chicas.

Las chicas de su salón la consideraban alguien muy linda y temible, siempre diciendo que esos ojos rojos les asustaba, para algunos chicos le parecía excitante, así que también tenía varios pretendientes en las sombras. Sin embargo Rin siempre se mantenía amable y cordial ante todos, demostrando sus cálidos saludos y hermosas sonrisas.

Rin caminó por el pasillo y luego por la entrada de la escuela, con la decisión de irse a casa si no encontraba a su hermano.

De verdad era aburridor estar sola.

—¿Eres... Rin?— Una voz tímida se provocó detrás de Rin.

Una chica con un bastón plateado, con un encantador cabello morado, con sus párpados cerrados y sus mejillas sonrojadas de timidez, era difícil no reconocerla a simple vista, pocas mujeres son tan hermosas como ella.

—Oh, si. Soy Rin, me sorprende verte Lili.

Lilith usualmente salía tarde de la escuela, era de las estudiantes más ejemplares de su grado, por lo que era raro verla salir tan temprano del colegio.

Sin embargo, eso no era lo que más le preocupaba.

Rin rápidamente abrí ampliamente sus ojos al verla, un sentimiento de enojo se apoderó de ella y sus ojos brillaron con tal intensidad que parecía que esos ojos carmesí contenían sangre.

—Si... discúlpame si me veo un poco desarreglada, no es común en mi— Habla Lilith, dándose cuenta de que Rin la observaba con enojo— Solo me caí, no fue nada.

—No...— Rin apretó sus labios y se acercó hasta Lilith.

Rin con su mano sintió la hinchazón que tenia Lilith en su mejilla, como si la hubieran golpeado con fuerza, como una cachetada.

Luego Rin sostuvo las manos de Lilith, Lilith intentó forcejear, pero simplemente se dejó tocar de Rin.

—¿Por qué tienes tus manos llenas de tierra?— Dijo Rin, sabiendo que no iba a recibir una respuesta concisa.

—Como te dije, solo me caí...— Responde Lilith con nervios, dando unos pasos hacia atrás para alejarse de Rin.

Era imposible que se hubiera caído y hubiera recibido ese daño... pensaba eso Rin en su cabeza, algo que le hacía hervir la sangre.

—Ok... —Asintió Rin, esperando a que Lilith comenzara a caminar para que ella también lo hiciera.

—Si, no tienes que preocuparte por eso— Dice Lilith, comenzando a caminar.

Había algo que Rin no podía dejar pasar y era esto, su hermano se lo había enseñado.

"Destruye a todo el que se interponga"

Recordaba esas palabras, las palabras que tanto decía su hermano cuando era pequeño, cuando su padre lo entrenaba hasta que soltara lágrimas, pero era decisión de su hermano, querer volverse más fuerte, lo ansiaba.

Rin frunció su ceño, no debía dejar pasar esto, el linaje de su familia nunca la perdonaría si dejaran pasar algo como esto.

"Si es necesario, despedázalos hasta que mueran"

Su padre lo decía mucho también, Julián y su padre eran idénticos en su sentido de heroísmo, eran personas temibles, pero amables a la vez.

—Lili...— Habló con fuerza Rin, como si de su boca quisiera rugir— Dime qué es lo que debo hacer y lo haré.

—Te digo que no es nada serio...— Termina Lilith, cerrando sus labios... pero... Rin a su lado se sentía como una bestia, sentía que la miraba con tal fuerza en su alma, como si quisiera despedazar al que le hizo eso a Lilith...—Bien...

Lilith tuvo que reconocerlo, Rin era una aliada, su alma lo decía. Sin embargo Lilith no quería que Rin la conociera como era en realidad... Lilith era un demonio, sabía que los demás la consideraban un ángel, pero Lilith en su interior se despreciaba.

Despreciaba esos sentimientos de querer siempre destruir.

—Si quieres ayudarme tendrás que derramar sangre— Añade Lilith con una voz severa.

Rin tuvo que pensarlo y quedarse callada un momento, no era de las chicas que se arriesgan en cosas malas, sin embargo su corazón le decía que debía hacerlo. El miedo es lo único que nos detiene.

—Lo haré— Responde Rin, sin miedo en su mirada— Sé que estás haciendo algo espeluznante, no eres de las típicas chicas amables, lo se con solo verte.

—¿Ah si?— Lilith abre su boca en sorpresa, Rin era más observadora de lo que pensaba, perfecta para lo que debía hacer— Entonces préstame tus ojos y guarda el secreto, te lo ruego.

—Pase lo que pase esto quedará entre nosotras— Se apura en hablar Rin— Asi que dime ¿A quien debemos destruir?.

Lilith esboza una sonrisa al escuchar esas palabras tan diabólicas viniendo de una boca tan linda.

—Acércate Rin— Dice Lilith, obedeciendo Rin y acercándose hasta su boca— Destruiremos a Mia Smith.

—¿Mia? No la conozco.

—No hace falta que la conozcas, después de todo será otra persona luego de lo que le haré— Rin observa la sonrisa de Lilith, le parecía espeluznante.

¿Quién era en realidad Lilith?.

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—Wow, esa mirada es igual a alguien que conozco— Interrumpe Emma a Rin, haciéndola sobresaltar en su silla.

Rin estaba sentada afuera de la escuela el día después de comprometerse con Lilith, en el patio donde había una hermosa fuente que no dejaba de resonar los fluidos del agua. Allí, estaba Rin con su celular levantado y observando a la chica que tenía como objetivo. Observaba a Mia.

—¿Eh?— Rin avergonzada mira con detalle a Emma, dando un ligero gemido al reconocerla— Eres la que estaba compitiendo contra mi hermano.

—Entonces es tu hermano— Dice Emma, sentándose junto a Rin, acercando su rostro hacia Rin, como si dijera que ella es la superior aquí o en otras palabras, como si fuera a darle un beso— Tienes lindos ojos y ese rojizo natural no se ve en todos lados... Mientras más te veo más ganas tengo de besarte.

—¿Besarme?— Rin al instante se levanta y da unos largos pasos hacia atrás, alejándose de la chica de coletas azules— ¿Segura que no eres una pervertida?.

—Solo bromeaba— Emma suelta unas carcajadas y luego con unas palmaditas donde estaba sentada Rin, le indica que vuelva a sentarse— Solo ven, no te morderé.

Rin le muestra una notable expresión de duda, arqueando su ceja y apretando sus párpados. Al final decide acercarse a Emma y sentarse junto a ella, sin dejar de verla con desconfianza.

—Bien hecho amiga— Sonríe Emma, mostrándole confianza a Rin— Bien ¿Qué estabas haciendo?.

—Nada en particular...— Responde Rin con dudas.

—Sé lo que estabas viendo...— Dice Emma, uniendo su mirada con Rin, haciéndola atemorizar, esos ojos negros de Emma eran más espeluznantes de los que parecían, como si un profundo vació residiera en aquellos ojos.

—¿Qué... es lo que quieres?— Pregunta Rin, apartando su mirada de los ojos de Emma.

En esos momentos Rin se preguntaba quién era la que estaba a su lado, en el baile de antier era una chica hermosa, con ese traje y su elegante baile, una chica amable y delicada... pero, al verla a su lado era una chica de temer, en solo un momento hizo asustar a Rin, una chica que no se asusta con facilidad.

Emma era aterradora.

—Nada, quería conocerte, me pareciste muy linda e igual a tu hermana Julián, si no fuera por el color de sus cabellos serían idénticos, es más, le quedaría mejor a Julián el cabello rojizo que ese negro que tiene, si fuera así iría por el...— Termina de hablar Emma al ver que no le provocaba tal confianza a Rin... suspira y vuelve a hablar— Bien ¿Cómo te llamas hermosa?.

—Me llamo Rin... y si... soy hermana de Julián.

—Es que son idénticos en sus ojos... en fin— Se levanta Emma del borde de concreto de la fuente de agua— Sé a quién mirabas, te recomiendo que no lo hagas Rin, pequeña, ella es mi presa.

Emma le da una sonrisa malévola y se aleja, haciendo dudar a Rin.

—¡Espera!— Detiene Rin a Emma, haciendo llamar la atención de los demás.

Mia Smith y las amigas que estaban a su lado miran a Rin y a Emma.

—Emmmm— Rin avergonzada por las miradas se le olvidan sus palabras.

—¡Eres hermosísima!— Alza la voz Emma, dándole un fuerte abrazo a Rin.

Se sentía como cuando su hermano Julián le daba un abrazo, eran iguales en altura y por lo cual la cabeza de Rin chocó con los suaves pechos de Emma, cubriéndole el rostro.

—Rin— Susurra Emma— Pídele mi número a tu amiga Alicia y llámame en la noche, quiero que vengas también con tu amiga ciega, a mi casa. Si quieres puedes venir con tu hermano.

—Pero...

—Tenemos el mismo objetivo— Interrumpe Emma a Rin— Esos ojos me decían que estabas observando a Mia, quieres destruirla...

Emma se aleja de Rin, dejándola sin palabras en su boca. Emma solo se alejó y saludó a sus amigas a lo lejos de Rin, explicándoles quien era esa chica de cabello rojo.

—¿A poco te gustan las mujeres, Emma?— Dice Mia, con una voz arrogante, haciendo reír a las demás chicas que estaban junto a ella.

—¿Quién sabe?— Bromea Emma.

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