☕ Dos tazas☕
El mismo día en que Hoseok habia perdonado a Yoongi decidieron formalizar, además de que se mudaron unas semanas después del hotel a una casa cerca del muelle.
El sol entraba suavemente por la ventana del pequeño estudio de Yoongi, iluminando las pinceladas de su última obra en proceso. Hoseok estaba sentado en el sofá, con una taza de té entre las manos, observando cómo Yoongi trabajaba en silencio. Aunque no hablaban mucho, la atmósfera entre ellos era cálida, como si cada respiro compartido fuera una conversación en sí misma.
Yoongi había estado dedicando más tiempo a su arte que nunca, pero esta vez era diferente: su inspiración no era la melancolía ni la presión de demostrar algo. Era Hoseok. Cada lienzo parecía vibrar con una energía nueva, un reflejo de cómo el amor había transformado su perspectiva.
― ¿Te gusta? ―preguntó Yoongi de repente, girándose para mirar a Hoseok con una sonrisa ligera.
Hoseok se acercó al cuadro, inclinándose ligeramente para observar los detalles. Era una mezcla de colores cálidos y brillantes, casi como si el cuadro mismo tuviera vida.
― Me encanta ―respondió sinceramente.― Es como si pudieras capturar lo que no se puede decir con palabras.
Yoongi dejó el pincel a un lado y se acercó a Hoseok, tomando asiento junto a él. Lo miró por un momento, con esa expresión suave que reservaba solo para él.
― ¿Sabes que todo esto es gracias a ti? ―dijo Yoongi, su voz apenas un murmullo.
Hoseok rió suavemente, apartando la mirada con un poco de timidez.
― No exageres. Yo no hice nada, solo estuve aquí.
― Eso es suficiente. ―Yoongi tomó la mano de Hoseok entre las suyas.― Eres mi equilibrio, Hoba. Antes de ti, todo era un caos.
Hoseok lo miró, con una mezcla de ternura y algo de duda.
― ¿Y qué pasa si algún día dejo de ser suficiente? ―preguntó en voz baja.
Yoongi frunció el ceño, sorprendido por la pregunta.
― ¿A qué te refieres?
― No lo sé... ―Hoseok suspiró.― A veces me pregunto si solo soy tu azúcar, algo dulce que disfrutas pero que no necesitas realmente.
La frase golpeó a Yoongi como un balde de agua fría. Sabía que Hoseok bromeaba, pero también podía sentir la inseguridad oculta detrás de esas palabras.
― Hoba, no digas eso. ―Yoongi entrelazó sus dedos con los de él.― No eres algo pasajero en mi vida. Eres la base que me mantiene de pie, la razón por la que puedo pintar, por la que quiero levantarme cada día.
Hoseok lo miró, un poco más relajado, pero todavía con una sombra de duda en sus ojos. Hoseok se habia estado sintiendo algo solo desde qué Yoongi se enfoco mucho en su trabajo y había dejado de tener tiempo para él.
― Entonces demuéstramelo. No con palabras, sino con acciones.
Yoongi asintió, entendiendo el mensaje. Desde ese día, comenzó a ajustar sus prioridades de manera más consciente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro