🥫2 cucharitas🥫
El viaje de regreso a Seúl fue silencioso y pesado para Yoongi. Cada kilómetro que recorría hacia la ciudad que una vez había sido su hogar y su pesadilla le recordaba todas las decisiones que lo habían llevado hasta ese momento. Ahora, con Hoseok en su vida, sabía que no podía seguir dejando que Jimin manipulara su presente y amenazara su futuro.
Cuando llegó al lujoso apartamento de Jimin, el lugar no había cambiado en absoluto: todo seguía impecable, deslumbrante, pero frío, como siempre había sido Jimin. Lo encontró en la sala, esperándolo con una copa de vino en la mano y una sonrisa tranquila en el rostro, como si nada hubiera pasado.
― Yoongi ―dijo Jimin, con su tono despreocupado habitual―, me alegra que vinieras. Sabía que al final harías lo correcto.
Yoongi apretó los puños. Había venido dispuesto a terminar con todo de una vez por todas.
― Jimin, estoy aquí para dejar las cosas claras ―dijo con firmeza, plantándose frente a él.― No voy a aceptar tu propuesta.
La sonrisa de Jimin se desvaneció por un instante, pero la reemplazó con una expresión burlona.
― ¿No vas a aceptarla? Vamos, Yoongi, sabemos que no eres tan ingenuo. Si no lo haces, el escándalo caerá sobre ti también. No olvides que la gente aún te asocia conmigo.
― Eso ya no me importa ―respondió Yoongi, con un tono más seguro del que esperaba.― He pasado años siendo tu sombra, cargando con tu caos y perdiéndome a mí mismo en el proceso. Pero eso terminó. No voy a permitir que vuelvas a usarme, y mucho menos que lastimes a alguien a quien amo.
Jimin lo miró, sorprendido. Era raro que Yoongi hablara con tanta determinación, pero no parecía dispuesto a ceder esta vez.
― ¿"Alguien a quien amas"? ―repitió, con un dejo de incredulidad.― ¿Es ese chico, Hoseok?
― Sí ―dijo Yoongi sin vacilar.― Y no voy a dejar que arruines lo que tenemos.
Hubo un momento de silencio entre ambos, hasta que Jimin se rió, pero sonaba más nervioso que genuino.
― Bueno, supongo que ya no hay nada más que decir ―dijo con indiferencia, aunque sus ojos reflejaban una ligera frustración.― Espero que no te arrepientas si algo le pasa a tu chico, Yoongi.
― Lo único de lo que me arrepiento es de haberme quedado tanto tiempo atrapado en este círculo contigo ―respondió Yoongi, antes de girarse para marcharse.
Salió del apartamento con una sensación de alivio que no había experimentado en años. Sabía que había tomado la decisión correcta, aunque también entendía que ahora debía enfrentarse a algo más difícil: Hoseok.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro