Prologo
En una habitación estaban tres personas, un hombre y dos niños, los tres estaban rodeando la cuna con dos bebes durmiendo en ella.
Tenri Hiragi uso la inseminación artificial para tener a sus hijas, la madre de las niñas fue poseída por un demonio, aún estaba viva y planeaba usarla nuevamente para tener otro hijo, solo que aún no era el momento pero algún día lo haría.
Los dos niños en la habitación no sabían cómo reaccionar, nunca recibieron afecto de sus padres, ni entre ellos se dieron afecto, aunque en parte lo entendían, a sus padres le enseñaron a no tener sentimientos y desde pequeños los torturaban para no mostrar emoción ante nadie, ni con sus hijos. Ninguno de ellos sabia cómo mostrar amor a alguien.
Ninguno de los dos conoció a su madre, ya que tenri uso el mismo método que con las gemelas para tenerlos a ellos dos.
Kureto miro a sus hermanas y metió su pequeña mano en la cuna tocando la mejilla de la menor de ellas.
-son muy pequeñas -susurro seishiro pinchando la mejilla de la otra con curiosidad.
-son bebés es obvio -susurro kureto sin apartar la mirada de sus hermanas.
Tenri solo miraba a sus hijos, era notable que esos cuatro serian poderosos, los tres se quedaron quietos al escuchar quejidos de parte de una de las bebés. La mayor abrió los ojos mostrando dos ojos miel como su madre, el cabello de las dos era violeta como su padre, sus dos hermanos mayores salieron con el cabello negro y los ojos rojos a su madre. La bebé estiro sus brazos y se reía mirando a sus hermanos que la miraron curiosos, hasta que su miraba paro en la menor que no había abierto los ojos.
-oto sama, por qué no abre sus ojos?- pregunto seishiro mirando a su padre que lo miro y luego a sorpresa de ellos tomo a su hija menor.
Ella respiraba y estaba sana, tenri la miro con curiosidad y ésta abrió lentamente sus ojos haciendo que se sorprenda, la bebé tenia heterocomia, uno era violeta como el de él y el otro era dorado, la pequeña lo miro curiosa y estiro su mano tocando su nariz haciendo que tenri sonriera a sorpresa de sus hijos.
Su padre nunca sonreía, era la primera vez que lo veían sonreír, éste volvió a ponerse serio y dejo a la bebé en la cuna junto a su gemela.
-la mayor sera mahiru y la menor hotaru- dijo para luego salir de la habitación no sin antes darle un ultima mirada a hotaru.
Los dos niños miraron a sus hermanas y miraron a hotaru que estaba tranquila mientras que mahiru balbuceaba y estiraba sus brazos para que alguien juegue con ella.
-hotaru no muestra emociones -dijo seishiro mirando a la nombrada.
-es como si nos entendiera -dijo kureto mirando con curiosidad los ojos de su hermana que los miraba seria y sin emociones.
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Todo iba normal, kureto y seishiro eran entrenados, tenri se seguía encargando del ejercito demoníaco imperial japones como era debido, mientras buscaba la forma de acabar con los vampiros, las gemelas eran cuidadas por las criadas
Sin embargo a tenri le seguía llamando la atención hotaru, no solo el color de sus ojos si no que ésta no actuaba como una bebé normal, nunca lloraba, siempre estaba seria y tranquila.
Ahora se dirigía a la habitación de las gemelas, en el camino vio a una de las criadas con mahiru en brazos dirigiéndose al baño.
-hiragi sama- dijo la sirvienta haciendo una reverencia- iré a bañar a mahiru sama, hotaru sama esta en su habitación con otra de las criadas -hablo con temor la criada ante la mirada de tenri.
Éste no dijo nada y siguió su camino, al llegar abrió la puerta y entro, todo estaba a oscuras la luz de la luna iluminaba el cuarto y la ventana estaba abierta, el viento hizo que la cortina blanca se mueva y tenri pudo ver a una persona al borde del balcón con hotaru en brazos, abrió los ojos sorprendido y en cuestión de segundos puso su mano en su espada.
-yo no haría eso si quieres ver a tu hija viva -dijo la persona, al parecer un hombre, tenia una capa blanca y su ropa también era blanca, al lado de él estaba la supuesta criada que cuidaba de hotaru.
-qué quieren con mi hija vampiros? -dijo tenri con veneno en su voz al darse cuenta de quiénes eran.
-hehe~ nada en especial solo que esta pequeña es un gran trofeo -hablo el vampiro sin dejar ver su rostro- vamos chess -ordeno para luego saltar del balcón con hotaru en brazos.
Tenri los estaba por atacar pero la tal chess blandió su espada contra él y lo hizo chocar contra una de las paredes, al momento de levantarse ninguno de los tres estaba en la habitación, apretó su espada y los guardias entraron junto a sus dos hijos.
-oto sama que sucedió? -pregunto kureto al ver la pared con un cráter y a su padre con su espada en mano, tenri frunció el ceño y grito a los guardias.
-busquen y traigan vivo a cualquier vampiro que este en la zona! -grito lleno de furia, los guardias salieron corriendo al saber lo sucedido.
Tenri gruño enojado, sabia perfectamente que no volvería a ver a su hija pero haría sufrir a los compañeros de esos vampiros. Sus hijos lo miraron confundidos y un tanto temerosos, miraron a su alrededor y al no ver a su hermana menor también lo
entendieron.
Aunque quisieran buscarla desde el fondo de su ser sabían que no volverían a ver a su hermana por un largo tiempo.
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Los vampiros con hotaru en brazos entraron a una mansión, hasta que llegaron a una sala donde estaba un hombre de cabello blanco con ojos rojos que se estaba riendo mientras que una peli rosa le gritaba y otro de cabello negro con ojos rojos suspiraba, otra vampiresa rubia de cuerpo esbelto trataba de calmar a la peli rosa pero le era imposible, al sentir una presencia humana miraron a los recién llegados.
-ara~ crowley kun, por qué traes a una humana aquí? -pregunto freid con diversión.
-freid sama esta pequeña es muy importante -dijo chess sonriendo mientras que crowley dejaba ver el rostro de la bebé y ellos miraron sus ojos con gran curiosidad, mientras hotaru los miraba con aburrimiento.
-pero si es..... -dijo el joven, asura tepes.
-nii san, ella es... -dijo krul tepes mirando a su hermano, éste la miro de reojo y ella entendio.
-no creí que la leyenda fuera verdad -dijo la vampiresa rubia, horn skuld.
-pues es verdad -dijo crowley contento por haber encontrado a la bebé de la leyenda.
-no lo es -dijo asura llamando la atención de todos, se acerco a crowley agarrando a la bebé.
-eh?, pero si tiene los ojos que dice la leyenda -dice freid confuso.
-claramente la leyenda dice que la elegida debe de tener un gran poder que solo los vampiros puedan sentir y debe tener una marca en su pecho, claramente esta niña no lo tiene -dijo asura destapando el pecho de hotaru dejando ver que no tenia ninguna marca.
-eh, entonces todo fue en vano? -suspiro freid aburrido.
-no lo fue -dijo krul con una sonrisa- sera un gran ganado -dijo esta mostrando los colmillos.
-no -dijo asura- no podemos devolverla, su familia debe estar buscándola y ante cualquier vampiro que aparezca lo mataran, ella es una hiragi, no?- pregunto mirando a crowley que asintió- no debemos dejar que viva, la matare yo mismo, sus ojos solo salieron de distinto color por el ADN de sus padres -dijo asura claramente mintiendo y mirando a la bebé con repulsión.
-eh~ -dijo crowley con un puchero.
-bien nos vemos pequeño ganado -dijo chess pinchando con su dedo la mejilla de hotaru que hizo un puchero y mordió su dedo.
Todo quedo en silencio.
Hasta que chess grito de dolor.
-ah!, me mordió..... el ganado me mordió!- chillaba mientras su dedo sangraba.
-parece que no le agradas -dijo horn con burla.
-cállate! -le grito chess así las dos empezaron a pelear mientras freid y crowley charlaban sobre cómo encontrarían a la elegida, krul miro de reojo a su hermano mientras que éste le devolvió la mirada y asura se fue de la mansión de freid.
Al llegar sin que nadie se diera cuenta camino hasta el sótano donde nadie tenia permitido entrar, nadie sabia de su existencia solo asura y krul, al llegar a una pared poso su mano en ella y se mostro una puerta dándole paso, al entrar la puerta se cerro volviendo a parecer una pared normal, solo con las huellas de la familia tepes podías pasar a ese lugar.
El lugar era amplio, era como un pequeño laboratorio, había dos sillones y una mesa ratona, una pequeña biblioteca, un refrigerador pequeño con comida y misteriosamente una pequeña cuna color lila con rosa, asura se acerco al sillón y se sentó en él dejando en su regazo a hotaru, le saco la manta celeste que tenia y ella lo miro curiosa.
-menos mal que teníamos todo preparado -susurro asura mientras ponía su mano en la cabeza de hotaru- me da gusto tenerte aquí, al parecer aún no has dejado salir a la luz tu poder -dijo sonriendo un poco.
-nii san -dijo krul entrando al sótano, mientras se acercaba a su hermano y a hotaru, que los dos estaban teniendo una competencia de miradas.
Krul los miro con una gotita ante esa escena.
-krul esta niña es importante para nosotros, solo tú y yo debemos de saber su poder y quién es verdaderamente -dijo asura mientras krul agarro de la ropa a hotaru haciendo que la mire, la acerco a su rostro y la miro fijamente.
-sus ojos son lindos para ser una humana- dijo mostrando sus colmillos sádica mente mientras hotaru molesta hizo un puchero y miro con furia a krul mordiendo su nariz- como ez que ezta niña laztime zi no tiene dientez -susurro krul con una ceja temblando al sentir que hotaru le lastimaba la nariz al morderla.
-al parecer su desarrollo es mas rápido al tener sangre demoníaca en su interior -dijo asura tratando de no reírse.
-no te rías nii san! -le grito krul dejando a hotaru en el otro sillón, mientras asura se reía y krul le gritaba avergonzada, hotaru miraba a los hermanos con aburrimiento y sonrió un poco sin ser notada.
~Sin notarlo esa pequeña humana, la raza que para ellos era comida, los hizo ser levemente humanos por segundos al momento de reír con libertad olvidandose de su estatus y de quiénes eran. ~
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