Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

23• Encuentros inesperados

JADE

Estamos esperando el almuerzo. Salimos de la universidad hace 30 minutos y no dejamos de hablar acerca de la devolución de nuestro trabajo de Investigación de Mercado.

—Creo que la nota es incorrecta —insiste Ema por cuarta vez al revisarlo—. ¿Un 8? ¿Es en serio? ¡Esto es más que un 8! —Se queja releyendo el informe como si fuese a cambiar por arte de magia.

—Me importa una mierda —acota Alison—. ¡Está aprobado, Ema! Considera que lo hicimos un día antes y nos la pasamos hablando de los problemas de cama de Jade.

—Ahora resulta que esa calificación es mi culpa, a mí tampoco me importa la nota.

—¿Dónde quedó la excelente alumna de Italia? —manifiesta con incredulidad—. No sé cómo le hacías allá para estar concentrada.

《Si supieras en qué estaba concentrada no harías tantos cuestionamientos, sentirías envidia》

La comida llega, le sacamos una foto para subirla a Instagram y etiquetar a Joshua; él debe entrenar, se lo pierde. Su respuesta no tarda en aparecer y las tres reímos, a pesar de todo lo extrañamos, Payne ama el Sushi.

—Reporte —exige Alison dando un bocado a su pieza de nigiri—. Quiero saberlo todo.

—Lo que se pueda saber sin que me ahogue con la comida, por favor.

—De acuerdo. —Mastico pensando en las palabras correctas—. La velada con Tadie fue perfecta. Cenamos, vimos una película y luego fuimos a dormir, yo estaba muy cansada.

—¿No hablaste nada?

—Sí lo hice—digo con la boca llena—. Me di cuenta de que no podía dormirme sin interrogarlo, entonces hablamos antes. Sucedió lo contrario. —Hago una pausa para beber algo.

—¡Primero dilo y después come, Jade! ¡Me desesperaras!

—¡Maldita sea, Alison, tengo hambre, idiota!

—Calma, chicas —murmura la castaña.

—Tad se quiere casar, tener hijos e ir hablar con mi padre cuanto antes —sonrío porque creo que suena bien, sus caras lo confirman.

—¿En serio? ¡Te lo dije! ¡Es el indicado!

—¡Cállate, megáfono móvil! —recrimina la pelinegro—. Déjala hablar.

—Eso es lo importante. Ahí tienes las respuestas a tus preguntas a futuro, ¿no?

—¿Te dijo que lo eligieras a él o mencionó algo respecto a su amigo?

—No sabe que he visto a Joan, piensa que continuamos alejados; pero sí me dijo que es una decisión mía, que no intervendrá, que si quiero puedo elegir a Joan, Kurt o a cualquier otro, pero que se lo diga.

—Claro, para no quedar como un cachudo —espeta en tono irónico — ¿Qué? ¡Es cierto, lo estás engañando con su amigo!

—Él cree que elegiré a Joan, mencionó que si lo extraño lo busque.

—Genial, entonces búscalo, tienes su aprobación y no te odiará.

—¡Alison! Escucha, Jade, esto es una mierda, te dije que esta estúpida técnica no resultaría porque ahora te gustan más de lo que ya te gustaban. A futuro es más confiable Tad, pero actualmente creo que Joan te gusta más, ¿no?

—Con Joan hubo sexo, con Tad no, esa es otra diferencia.

—De hecho... Sí hubo sexo con Tad— comento avergonzada.

—¡Sí, definitivamente esto se irá a la mierda —ríen — ¡Jade! Deja de ser tan sucia.

"¿Eres una perra sucia, Jadie?" sonrío como idiota.

—¿De qué te ríes?

—Tad confesó que me ama y respondí que también lo hago —Dejo de recordar para evitar los detalles—. No estoy mintiendo, lo amo. ¡Es que me pasan cosas con los dos!

—Esto es complicado, Jeffers, estás mal de la cabeza. ¿Pensaste en ir a terapia? Tal vez un choque de electroshock o un buen golpe te haga recapacitar.

Un mensaje de Joshua en nuestro grupo de chat nos alerta a las tres y desviamos la mirada hacia las pantallas.

Joshua- ¿Cenamos esta noche, señoritas? Ustedes y yo, la cita ideal.

Alison- Esta noche no puedo.

Jadie- ¿Dónde?

Joshua- En el departamento de Jade 😊

Jadie- ¿Por qué siempre mi departamento, Payne? Tú tienes uno.

Joshua- Pero debería limpiar y no quiero.

Ema- No puedo hoy, lo siento.

Joshua- Solo tú y yo, Jade, piénsalo.

Jadie- Idiota, vayamos a comer fuera.

Joshua- ¡Que aprovechada eres! Yo te llevo y tú pagas

Jadie- Jaja de acuerdo, acepto

Joshua- Es una cita, búscame en tu auto jaja

Las cosas con Joshua volvieron a la normalidad, no de repente, pero después de aquella noche en la que apareció con helado en mi departamento todo pareció acomodarse. En la universidad nos frecuentamos en las clases, las chicas nunca se enteraron de nuestra pelea o distanciamiento, eso fue una ventaja para volver a relacionarnos.

—Te vendrá bien salir con Joshua, hace mucho que no se reúnen.

—Es verdad, desde que regresé de Italia nos vimos muy poco, entre mis exámenes y el trabajo.

—El trío —Se ríe Alison—. Joshua no sabe que te acuestas con los dos a la vez, ¿verdad?

—No, claro que no —miento— ¿Te imaginas?

—Joshua te quiere mucho—habla Ema—. Él es un chico increíble.

—¡No suspires por Payne! —digo seria—. Ya dile que te gusta, tal vez él también sienta algo por ti.

—¡Nunca! ¿Acaso no te das cuenta de que babea por ti?

—Ema, no sé qué película estás viendo, pero Payne es como mi hermano, nuestros padres son amigos. Es lindo, sí, pero que asquito. Él piensa lo mismo de mí. ¡La última vez dijo que ni si quiera me baño! ¿Puedes creerlo? Maldito idiota, lo publicó en Facebook.

—Se conocen de toda la vida —intercede Alison—. Ema, pienso que deberías decirle a Joshua que te gusta, en caso de rechazarte, lo hará como un caballero porque él es así, tierno.

Hablaré con él, después de todo Ema es nuestra amiga, pienso que harían linda pareja. Salvo lo que pasó conmigo Joshua es intachable, su familia es excelente, está en el equipo de baloncesto y sus notas van bien. Un gran candidato como él mismo lo dijo. Ese bobo merece una buena novia y la voy a conseguir.



Me encuentro en una sesión de fotos para una casa de modas. Me siento muy cómoda trabajando con mujeres, la belleza femenina siempre puede ser apreciada desde cualquier ángulo o perspectiva. Las modelos con las que he trabajado últimamente han sido muy agradables, lindas y carismáticas, la chispa perfecta para que la relación laboral fluya sin ningún tipo de complicaciones.

Ayer le dediqué gran parte de mi tarde a esto, razón por la cual no pude ver a las chicas sino hasta hoy en el horario del almuerzo; me toca la segunda y última sesión. Creo que todo quedará genial y lo mejor es que recién el lunes debo sentarme a editar los archivos definitivos. ¡Te amo, viernes!

—Señorita Jeffers, solo queda una de las chicas y terminamos con la sesión de hoy. —Me avisa la dueña del local.

—Muy bien, aquí la espero.

Cambio la batería de mi cámara, me aseguro de que el lente sea el correcto y hago algunas anotaciones. Últimamente estoy siendo muy torpe, anoto los datos importantes en un cuaderno que me acompaña a todas las sesiones, sin embargo, lo he olvidado y debo hacerlo en mi propia agenda para no pasarlo por alto.

—Hola —Escucho una dulce voz a mis espaldas.

—Hola, un gusto, soy Jade —digo sin visualizarla—. Pasa, ya estoy contigo, ponte cómoda. ¿Cuántos cambios de vestuario te fueron asignados?

—Son 3 cambios de vestuarios.

Es un alivio, esto será rápido, cuando menos lo espere me encontraré saliendo de aquí.

—¿Te conozco? —pregunta logrando llamar mi atención.

—No lo sé—Sonrío—. Soy fotógrafa hace tiempo, no recuerdo haberte visto antes, pero quizás trabajamos juntas en alguna oportunidad. ¿Cómo te llamas?

—Soy Judith. Que tonta, no lo mencioné. Jade dijiste, ¿verdad?

—Así es —asiento estrechando la mano.

Ahora que lo pienso también me resulta conocida, aunque puedo estar confundiéndome, he trabajado con muchas modelos en estos últimos años.

—Nos conocemos de alguna parte. —Repite sin quitarme la vista de encima.

—¡No puede ser! —exclamo cuando logro recordarla— ¡Tú estabas en la fiesta de Halloween, de gatúbela!

—¡Selina!

—¡Sí! Bueno... No es mi verdadero nombre—aclaro con vergüenza.

—No importa, ¿cómo has estado, nena? ¡Subí nuestra foto a Instagram! —La busca en su celular—. Dime como te encuentro en las redes y te etiqueto.

El ambiente se torna jocoso, Judith me cae muy bien, poco le interesa saber al respecto de mi cambio de identidad.

—Listo, te encontré —ríe—. Ahora ya podemos empezar la sesión, luego tendremos tiempo para conversar.

Sus poses frente a la cámara son profesionales, no se inhibe en lo absoluto, además, es encantadora tanto cuando ríe como cuando denota seriedad. Sus labios maquillados de rojo resaltan y su pelo azabache se eleva cuando los ventiladores se le acercan desde los costados. Ahora puedo ver sus ojos oscuros en lugar de las lentillas de gato, es realmente hermosa.

¡Estúpido Joan Grant, claro que te acostarías con Judith si tuvieras la posibilidad! Enloquezco del solo pensarlo.

Los tres cambios de vestuario se realizan a tiempo, será difícil hacer el filtrado de fotos, una mejor que la otra. La sesión finaliza y ya podemos retirarnos del local. Mientras Judith se viste, yo me quedo guardando mi equipo con cuidado para que nada se rompa a causa de mi torpeza mezclada con las ganas de marcharme a casa.

—Vine en auto —dice cuando ha terminado de cambiarse— ¿Quieres que te lleve a tu casa?

—No quiero molestarte, no hace falta.

—¡No lo haces, vamos! De paso nos conocemos.

La conversación inicia respecto a la sesión fotográfica que acabamos de tener, ella es una excelente modelo con una gran carrera, no sé por qué no lo había pensado antes, es obvio. Tiene una figura escultural, debe entrenar y comer saludable, lo contrario a mí con la alimentación chatarra que vengo sosteniendo.
Pregunta sobre mi profesión, mis estudios, cosas que normalmente preguntarías, nada raro al menos. Finalmente, llegamos a la fiesta de Halloween y los estragos causados con nuestro disfraz. Al parecer varios nos confundieron, sus amigas pensaron que se había acostado con Joan cuando ese idiota entró al baño detrás de mí.

—¿Tú tienes algo con Joan? —Me pregunta curiosa.

—No. Lo conocí esa noche, fui a esa fiesta de casualidad. ¿Tú tienes o tuviste algo con él?

—¡No, claro que no! Grant tiene una pésima reputación con las mujeres, ya sabes, solo las quiere para una noche. Qué bueno que no cayeras en eso, Jade.

—¿Ah sí? No sabía eso. ¿Y qué hay de su otro amigo?

—¿Tad? Bueno, de él no se sabe mucho. Aparenta ser igual que Joan, pero no ha dejado evidencias —reímos—. Mas allá de todo lo que se dice y se conoce, ambos son excelentes personas y sus fiestas de Halloween son las mejores.

—Sí, eso parece. Y dime, ¿tienes novio? —Necesito cambiar de tema antes de que me interrogue acerca de esa confusión extraña.

—No, pero me interesa alguien, aunque está lejos de mi rango de alcance.

—Eres muy linda, cualquier chico querría estar con alguien como tú.

—Ese es el problema, no es un chico.

—Ah... Entiendo...

—No, Jade, no soy lesbiana —aclara entre risas—. Me refiero a que es todo un hombre.

—¡Oh, ya veo!

—¿Tú tienes novio o sales con alguien?

—Es complicado. No tengo novio, aunque sí estoy saliendo con alguien, nada serio por ahora. —Es la verdad después de todo.

—Tienes suerte de tener a alguien que te quiera. ¿Cómo es él?

—Vivo en la próxima calle, no estaba tan lejos—menciono al notar la cercanía.

—De acuerdo, estacionaré lo más cerca.

Empecé a sentirme incómoda justo al momento de llegar, es una buena señal, ya no habrá más preguntas.

—Woah, ¿quién es ese chico tan atractivo? ¿Algún vecino de esos sexys?

—No, es casi mi hermano, se llama Joshua, saldré con él esta noche.

—Entonces, ¿sales con él?

—¡No, claro que no! Te digo que es como mi hermano. Cosita fea.

—Pues es la cosita fea más sexy que he visto —expresa sin dejar de ver en su dirección—. Bueno, Jade, nos vemos, cuídate.

—Gracias por traerme, Judith, espero verte pronto, adiós.

Bajo del auto y la saludo agitando la mano, poco a poco el vehículo se aleja. Estoy respirando otra vez, temí meter la pata al tener que hablar sobre mi supuesto amigo novio o como quiera entenderse.

Judith me ha dado una perspectiva distinta, un pantallazo de lo que se dice, mas puede ser errónea, a veces las apariencias engañan. He convivido con estos dos hombres por meses, los conozco más que el resto, tengo una ventaja en eso.

—¿Qué haces aquí, Payne? ¿No se supone que tenía que buscarte?

—Era broma, cosita fea —Se burla—¡Sorpresa! Cena en casa de mis padres.

—No iré. —Camino hacia las escaleras.

—¡No te estoy preguntando, Jeffers, vístete! Me enviaron por ti.

—¿Te enviaron? O sea que...

—Exacto, el General Jeffers estará allí —Imita pose militar.

Dejo mi equipo sobre la mesa una vez que ingresamos a la sala. Me sirvo un vaso con agua y lo bebo mientras observo a Joshua sonreír con los brazos cruzados.

—Lo sabías, ¿verdad? ¿Qué se traen ahora?

—Me enteré hace unas horas y tenemos que ir con nuestra mejor cara, yo no quiero problemas con tu padre.

—Haces ver a mi padre como un ser despreciable, él te adora.

—Lo sé, ¿no es genial?

—Sí, genial cuando te patee el culo al enterarse de que me vendiste.

—¡Jadie, no digas eso! —resopla—. Ya no sé qué hacer para que me perdones. Cuando creo que todo está bien, sacas a la luz lo sucedido de nuevo, me lastima.

—¡A mí también, por tu culpa estoy mal de la cabeza!

—¡Ah no! ¡No me culpes por eso! Ya venías así de fábrica.

Nuestro trato no ha cambiado. Quizás frente a las chicas nos comportamos, pero dentro de cuatro paredes nos tratamos de lo peor y sabemos que el otro no se ofenderá en lo absoluto.

—¡Si llegas a mencionar algo de Joan o Tad eres hombre muerto!

—No lo haré, lo prometo. Hablaré bien de ti, de tus calificaciones, tu trabajo, la limpieza de tu departamento —Observa con detenimiento.

—Yo diré que tú estás jugando muy bien en baloncesto, fin.

—Ya vete a cambiar o más bien bañarte, ¿no?

—Créeme que me baño cada vez que tengo sexo y eso es muy seguido —guiño el ojo—. No podría asegurar lo mismo de ti —Volteo a verlo— ¿Te bañas cada vez que te haces una paja al menos?

—¡Dios, cállate! —Cubre su rostro—. ¿Qué te han hecho? No eras así de atrevida. Vete, te espero mientras veo televisión.

Casa de los Payne. Mis padres ya se encuentran aquí y se acercan a saludar tan solo vernos pasar por la puerta. La madre de Joshua es una mujer encantadora, lo único que hace cada vez que me ve es halagarme y suplicar a los dioses del más allá que su bobo hijo consiga a alguien como yo. Esto no le hace ninguna gracia a la cosita fea, puedo entenderlo, porque mi padre alude a que Joshua es un gran candidato y este se lo cree sintiéndose orgulloso.

—¿Por qué demoraron? —pregunta Olivia, la madre de mi amigo.

—Porque Jade no tenía ganas de bañarse.

—Salí de trabajar y me enteré de la cena, tuve que apurarme para no hacer esperar a Joshua, él me grita cuando me demoro. —Imbécil, toma eso.

—Es mentira, mamá, nunca le he gritado, ¡Jadie!

—¿Ves? Estás gritándome otra vez.

Los presentes carcajean, ya nos conocen, saben que acostumbramos a pelear, piensan que es nuestra forma de encubrir un romance; pero no, es nuestra forma de decir lo mucho que odiamos las actitudes infantiles del otro.

—¿A qué se debe la cena? —Me atrevo a preguntar.

—A nada importante, hace mucho que no nos reuníamos los seis.

—Hace mucho que no vas a casa con Joshua—acota mi padre.

—Es que él está muy ocupado en el equipo de baloncesto de la universidad, es uno de los mejores —digo sin saber, jamás he ido a uno de sus juegos—. Y yo estoy muy ocupada con el trabajo.

—¿Sigues con la fotografía? —Insiste la señora Payne.

—Sí, ¿y a que no saben? —Miro a mis padres emocionada— ¡Hice una sesión de fotos para Robin Lane!

No tienen ni puta idea de música moderna. Creí haberles comentado alguna vez que Robin es mi amor platónico, uno de los cuantos, aun así, parece que no me prestaron atención.

—Es cantante —interviene Joshua—. Es muy popular, sus letras son buenas. J&T Discográfica se contactó con la agencia de Jade, su trabajo llegará lejos.

—No me contaste nada de eso —expresa mamá. Últimamente no he tenido contacto por estar de ninfómana.

—Olvidé contártelo, después hablaremos bien, ¿de acuerdo?

—Ya es hora de que vayas a quedarte un tiempo a casa, tú también puedes quedarte, Joshua, lo sabes.

—Gracias, señora Jeffers —Sonríe pateándome por debajo de la mesa.

—Es que estamos ocupados, mamá, épocas de examen y todo eso.

—Déjalos que estudien —Se entromete papá—. Después pasaremos unas buenas vacaciones.

—¿Vacaciones?

—Iremos a San Diego para pasar las fiestas de fin de año ¿Qué les parece? —anuncia Jacob, el padre de Joshua.

—Qué bueno, papá, nos encanta la idea. ¿Verdad, Jadie?

—Sí, San Diego es un lindo lugar.

¿Cuál es la parte interesante de viajar con nuestros padres, Payne? Es lo único que quiero cuestionarle ante tanta alegría de su parte. No tengo ganas de ir, pero al menos eso significa que son pagas, ellos nos están invitando, algo bueno después de todo.

Con el pasar de las horas contamos anécdotas y proyectamos las futuras vacaciones en un par de días. La familia Payne me encanta, estamos acostumbrados a pasar tiempo juntos. Nuestros padres son amigos, se puede decir que nuestra amistad es el resultado del hartazgo de tener que frecuentarnos en reuniones, en la escuela y hasta en vacaciones de fin de año.

Desde que vivo sola que no he vuelto a viajar con ellos, Joshua tampoco lo ha hecho al encontrarse en un intercambio durante más de un año a causa del deporte. Tal vez extrañan que sus pequeños hijos los acompañemos o sigan pensando en que en un futuro contraeremos matrimonio y tendremos hijitos rubios y feos como Joshua.

—Nosotros tenemos que irnos —dice Payne y por fin siento que hace lo correcto—. Llevaré a Jade a su departamento.

—¿Tan pronto? —cuestiona Olivia.

—Mamá, tengo cosas que hacer por la mañana y prefiero que Jadie llegue bien. Salvo que quieras quedarte otro rato —Contiene las ganas de reír.

—¡No! También tengo cosas que hacer por la mañana, me iré contigo.

—Avísame cuando llegues, Jade.

—¡Sí, papá, ya no soy una niña!

—No se preocupe, señor Jeffers, yo me encargaré de que llegue sana y salva.

—Claro que sí, Joshua, siempre has cuidado de mi Jadie.

¡Uh sí! ¡Cuidó su billetera también!

Nos acompañan hasta la puerta, los cuatro se quedan mirando para asegurar de que estamos yéndonos, es un hábito innecesario. Junto a mi tonto amigo nos miramos cómplices antes de subir al auto cual desesperados. Una vez que arranca soltamos el aire al alejarnos y perderlos de nuestro rango de visión.

—Gracias por venir, Jadie, extrañaba salir contigo.

—Yo también, ¿pero no crees que sería más fácil si le decimos a nuestros padres que nunca estaremos juntos?

—No, mejor que lo sigan creyendo. Es más práctico, nos joden una vez cada tanto porque confían en que nos cuidamos mutuamente.

—Bueno, es una ventaja —Me quito los zapatos soltando un quejido de alivio.

—¿Por qué usas eso si te hace doler?

—Porque no me cansaré de recibir halagos de tu madre aludiendo a que soy una reina.

—Mamá es una exagerada, pero te quiere. Nunca podré conseguir a una chica que este a tú altura, siéntete feliz por eso.

—Diría lo mismo, pero no quiero engañarte.

—Déjate de chistes y dime en qué quedó tu confusión amorosa.

—Estoy saliendo a escondidas del otro.

Gira para verme regresando la vista al frente, va manejando, lo que menos quiero es que choquemos.

—Salgo con Tad a escondidas de Joan y salgo con Joan a escondidas de Tad.

—¿Por qué? ¡No entiendo! ¿Acaso Grant no te había dejado?

—Sí, lo hizo. ¿Recuerdas la tarde que llegaste a mi casa con helado? Después de que te fuiste, Joan fue a verme y me pidió disculpas. Luego decidimos regresar, pero a escondidas de Tad para evitar problemas.

—¿Qué problemas? ¡Si él ya te había dejado! —Se queja al volante—. ¿No era más fácil asumir que es un imbécil y que todo volviera a ser como antes? Aunque sigue siendo estúpido.

—No sé...

—¿Y qué más? —Suena molesto.

—Al día siguiente o mejor dicho a las horas, porque fue en la madrugada, Tad vino a casa a verme y me propuso ir de viaje.

—¿De viaje? ¿A dónde?

—Algo casual, fuimos a Manhattan.

—¿Te fuiste a Manhattan? Jadie, ¿estás tonta? Te he dicho muchas veces que no debes andar con extraños, menos viajar, no lo conoces tanto, podría estar demente, que tal si... —Guarda silencio al darse cuenta de lo estúpido que está sonando—. Perdón, continúa.

—Tad no me pidió ocultarle nuestro viaje a Joan porque él y yo seguimos juntos, pero aun así lo hice, ¿se entiende?

—Para resumir tu historia de mierda; estás engañando a Tad con Joan y Joan está traicionando a Tad. Por consiguiente, Bennett está aprovechando que Joan te dejó.

—¿Qué? ¡Ay no sé, Payne! La cosa es que Alison y Ema dijeron que salga con ellos un tiempo más antes de elegir a uno. Ya sabes, están a prueba.

—Puedo creerte eso de Alison, ¿pero Ema? Jamás estaría de acuerdo con algo tan estúpido.

—Bueno, está bien, Ema no está de acuerdo, pero ya está al tanto de todo. ¡Y ahora no sé qué hacer!

—¡Ir al neuropsiquiátrico!

—¡Joshua, ayúdame! Eres hombre, ¿cómo puedo saber cuál de ellos me quiere de verdad?

—Escucha, yo creo que los tres tienen problemas mentales—Argumenta ceñudo—. Y no, no estoy burlándome, esto es grave; actúan raro, no como gente mayor. Puedo entenderlo de ti, tienes 20 años, sin embargo, ellos no son unos niños.

—Nunca han tenido una relación seria.

—¿Y crees que la querrán tener contigo?

—Tad quiere hablar con papá.

—¿Qué? ¿En serio hablará con el General?

—Sí, ¡él quiere formalizar! Ya hablamos de familia, hijos, matrimonio, quiere todo eso conmigo.

—¿Qué hay de Grant? —indaga haciendo una mueca extraña.

—Él hablará con papá si se lo pido, estoy segura, pero... No quiere casarse ni tener hijos, al menos no sin ser presionado.

—¿Y qué piensan del otro? ¿Cómo se lo dirán?

—Se admiran entre ellos, se quieren, son amigos. Tad dice que si extraño a Joan lo busque, que él va a entender, pero que se lo diga.

—Y sí, seguro sospecha que le metes el cuerno, eres una tonta, Jade —bufa—. No debes hacer eso.

—¡No le meto el cuerno porque no somo nada!

Puedo hasta leerle el pensamiento, cree que estoy quedando como una chica fácil y que en gran parte es su culpa por haberme metido en todo esto. No lo niego, hasta hace no mucho también lo creí; no obstante, recuerdo que Tad dijo que si así lo queríamos estaba bien, que nadie debía enterarse de esto.

—¿Quieres bajar un rato? —Lo invito al llegar a la puerta del edificio.

—¿Necesitas desahogarte más? Te acepto una taza de chocolate caliente.

—Jadie, llevamos más de 2 horas hablando, vete a dormir, porque no hay nada de lo que te diga que te haga cambiar de opinión —expresa enojado.

—¡Pero es que tú no entiendes, Payne! Me estás pidiendo que los deje a ambos y no puedo.

—¡Sí puedes! —grita—. Esto no está bien, ¿no lo ves? Es obsesivo, te tienen cuando quieren, incluso tú también los estas manipulando y no lo percibes. ¡Mejor me voy de aquí!

Busca su chaqueta y encamina hacia la puerta. A todo esto, mi corazón ya está desecho, no puedo contener las ganas de llorar por el reto recibido porque en definitiva tiene razón, soy una tonta.

—Quédate a dormir conmigo —suplico casi en un susurro.

—¿Tan mal estás como para pedirme eso? Dos veces en la vida he dormido contigo. La primera, cuando te enteraste de que Jackson Lander se iba de Brooklyn; la segunda, cuando te diste cuenta de que eras muy fea para la sociedad. —alude con sarcasmo—. Ahora me estás pidiendo que... No, no Jadie, lo siento, no llores.

La chaqueta vuela hacia el sofá en un intento desesperado por evitar mi llanto. No puedo más, tiene razón en todo lo que dice, quizás hasta a él mismo lo he manipulado por años. Me merezco el trato y todo lo que me pasa.

Mis manos cubren mis ojos porque a pesar de que Joshua sabe que estoy llorando, odio que me vea así, odio que tenga razón.

—No quise hacerte llorar, pero está bien que te descargues. A ver, mírame, ¡ay por Dios que cosa horrible! —reímos.

—Eres un tonto, Payne, siempre me haces sentir mal. ¡Aquella vez en que me sentí fea, tú lo aceptaste!

—¡Porque odias que te lleve la contra! Bien sabes que no eres fea, ni tú, ni yo.

—Tú si lo eres —tiro el comentario ganándome cosquillas hasta llegar a mi cama— ¡Ya para! ¡Está bien, no lo eres!

—¡Deja de ser bipolar! Voy a hablar con el General Jeffers si no te comportas. Vamos a dormir, ¿está bien? si quieres te acaricio el cabello y tú mañana me preparas el desayuno u ordenas mi departamento.

—¡Pff, que abusado eres! ¡Ni un favor puedes hacer sin pedir algo a cambio, se supone que eres como mi hermano!

—¡Exacto! Eso hacen los hermanos. Ahora duérmete, tonta, porque mañana será un largo día.

Sollozo un rato más entre los brazos de Payne agradeciendo que esté conmigo en estos momentos. Es quien me dice la verdad sin anestesia, sin importar que tan mal me caiga o que tan idiota resulto ser.

Nunca pensé decirlo, pero tampoco quiero que me deje, no quiero perderlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro