20• Red de mentiras
JADE
Mi horario de trabajo finaliza y, junto a mis dos amigas, camino hacia mi departamento. Hoy nos asignaron hacer fotografías en la inauguración de un local de ropa. La tarde se pasó volando, siendo beneficiadas con vales de descuento para nuestras próximas compras.
Ahora tenemos que estudiar y elaborar un trabajo para la universidad. Hemos decidido pasar la noche juntas para terminarlo, teniendo en cuenta que ni siquiera hemos avanzado en comparación con el resto de nuestros compañeros. Trabajar por las tardes nos acorta los tiempos, solo nos queda la noche disponible o saltearnos un par de clases.
Cenamos algo rápido y desocupamos la mesa para llenarla con nuestros apuntes y laptops; es momento de entrar en acción. Dividimos tareas donde cada una se concentra en lo suyo; sin embargo, eso no nos impide hablar, es imposible.
—Ahora dinos por qué faltaste esta mañana a la universidad, Jade— dice Alison con curiosidad.
—Está bien, pero no me interrumpan. —Suspiro—. Estaba con Tad en Manhattan y regresé un poco tarde.
—¿En Manhattan? —Se sorprende Ema y se cubre la boca al recordar que dije que no interrumpieran—. Perdón, sigue.
—Tengo que contarles algo importante —dejo de lado el trabajo para sincerarme con ellas—. Viajé con Tad, paseamos y bueno... nosotros...
—Follaron como si se aproximara el apocalipsis —acota sin quitar la vista de la pantalla.
—¡Ema! —reímos—. Sí, lo hicimos, pero... fue diferente.
—¿A qué te refieres con eso?
—Hicimos el amor —murmuro con vergüenza—. Fue muy suave conmigo, me besó mucho y dijo que me amaba.
—¿Y tú qué le dijiste?
—Que también lo amaba, siempre lo hice, lo seguiré haciendo.
—Entonces, ¿estás segura de amar a Tad? —interroga Ali jugando con un lápiz entre sus manos.
—Muy segura —asiento.
—¡Ya es un hecho! —Aplaude Ema—. ¡Son novios y me encanta la idea, se ven lindos juntos!
—¡No!... es que...
—¡Jeffers! —grita la pelinegro—. ¡Suelta toda la verdad de una vez! ¿Qué ocultas?
—Joan vino a verme, me pidió disculpas por distanciarse de mí y dijo que me amaba.
—Espera, ¿qué? —Detiene el movimiento del lápiz sujetándolo con fuerza.
—Lo que escuchaste, Alison, vino el sábado por la noche y hablamos.
—¿Solo hablaron? —Indaga la castaña elevando una ceja con picardía.
—¡No, claro que no! Tengo una debilidad por los dos —Hago puchero.
—¡Jay Jay, eres muy estúpida! Joan ya te había dejado, las cosas funcionarían con Tad, ¿por qué hiciste eso?
—Lo sé, no tenía en mente perdonarlo tan fácil, pero fue muy tierno, ¡Soy débil!
—¿Cómo seguirá todo?
—Joan ya se había salido del pacto, lo sé, pero ahora quiere que mantengamos lo nuestro en secreto.
—¿Y eso por qué?
—Porque él ya me había dejado, regresar como si nada puede que moleste a Tadie.
—Eso es verdad, pero entonces estarás engañando a Tad con Joan, no es justo. Él se quedó contigo, no puedes pagarle de esa manera.
—Es que... se supone que ya no estoy viendo a Joan, ¿entienden? No creo que Tad le platique sobre nuestros encuentros.
—¿Joan te ocultará de Tad y Tad te ocultará de Joan?
—¡Exacto! ¡Y puedo volver a estar con los dos!
—¡Jade! ¿Por qué lo dices tan feliz? ¡Eso está mal!! Es jugar a dos puntas —Insiste Alison—. Todo se irá a la mierda.
—¿Y qué hay de Kurt?
—No lo sé, hablamos de vez en cuando, pero no hay nada serio entre nosotros, solo somos amigos.
Ninguna se concentra en el trabajo, a esta altura nuestro profesor de Investigación de Mercado nos reprobará sin problema.
Mi cabeza piensa a contrarreloj entre seguir con esto, según mis planes, o solo elegir a uno de ellos evitando al otro en forma permanente. Las chicas parecen procesar la información para darme un consejo, aunque no sé qué puedan decirme que no lo haya pensado antes.
—Jade, mi opinión es que, si no vas a elegir a uno solo, los dejes a ambos, esto va a terminar muy mal.
—Ali, tienes que entender que me cuesta mucho alejarme de uno de ellos. Si pudiera unificar a los dos en una sola persona todo estaría moralmente aceptado, pero no, no puedo hacerlo, me gustan los dos y quiero estar con los dos.
—¡Pero no se puede! —grita Ema enojada— ¡Ya basta, Jade!
—¿Qué tal una última prueba? —Sugiere mi amiga a modo de experimento—. Sal con los dos, sin levantar sospechas, y utiliza ese tiempo para saber cuál conviene más.
—¿Por qué le das esa idea? —Se queja—. Son personas, no una prenda de vestir que si combina te la dejas.
—Ema —Interrumpe su sermón—. Jade está actuando en forma estúpida, al menos que saque un último provecho antes que todo se vaya por el caño.
Suena fatal, sin embargo, la idea no es nada engorrosa. Si puedo utilizar el tiempo para acercarme a los dos, e interrogar a fondo sus intenciones conmigo, entonces podré tomar una decisión acertada.
—Lo haré. —Acepto como si se tratara de una oferta importante—. Saldré más, hablaré en profundidad y elegiré a uno de ellos.
—No podrás hacerlo.
—¡Ema! Se supone que debemos animarla.
—¡Se enamorará más de los dos! —bufa—. Haz lo que quieras, Jade, ¡yo solo te digo que deberías darle créditos extra a Tad! Siempre se quedó a tu lado, incluso te dio libertades, te llevó de paseo y, además, asumes que sentiste algo diferente al estar con él anoche. ¡Olvida a Joan!
—Hey, escucha—Se entromete la otra—. Joan regresó arrepentido y se nota que también quiere a Jade, solo la dejó porque se siente menos que Tad.
—¡Pero Tad nunca la dejó!
—Pero tampoco vino a ver a Jade —Sostiene—. Joan sí lo hizo.
—Alison, deja de defender a Joan, él hizo todo mal.
—¡Tú estás haciendo lo mismo con Tad! ¿Acaso no cometió errores?
—¡Ninguna me está ayudando! —Alzo la voz llevando ambas manos a mi frente— ¿Qué voy a hacer?
—Haz lo que te dije, Jade, ponlos a prueba dejando el sexo de lado; ya sabes, conocerlos.
—Es pésima idea —Persiste Ema con fastidio—. Como sea, haz preguntas importantes, a futuro.
—¿A futuro?
—Sí, ya sabes... noviazgo, relación formal, boda, hijos, etc.
—¡La idea es elegir a uno, no espantarlo! —Se opone la pelinegro— ¿Quién mierda se quiere casar y tener hijos? No somos del siglo XV.
—Claro, porque si lo fuéramos ya los habrían hecho arder en la plaza del pueblo, por promiscuos. —Argumenta.
—Sé que no está bien. —Intento aminorar la discusión—. Solo saldré con ambos uno días más y tomaré una decisión, lo prometo.
—Como sea, Jadie, no demores.
Sí, como si eso fuera sencillo.
TAD
Todo un día con Jade y mis sospechas se confirmaron, amo a esa mujer. Fue una gran decisión invitarla fuera de Brooklyn, aunque sea por un día, escaparnos para estar solos sin nadie que pueda conocernos merodeando o sacando conclusiones.
Estoy seguro de que esto afectará a Joan, mucho más cuando soy el precursor de la idea de alejarnos para no volver a lastimarla; pero no pude hacerlo, tampoco tengo intenciones de mantener esto en secreto por mucho tiempo, solo hasta que se lo diga a Grant, y espero que me entienda.
Jade comenzará con sus finales en la universidad, me ha pedido que nos comuniquemos por mensajes y llamadas, puedo comprenderla, no debo interferir en su tiempo más de lo que ya lo he hecho. Por las tardes tiene que trabajar, yo encargarme de la discográfica, debemos mantener nuestros ritmos de vida con normalidad. Me ha propuesto ir a dormir a su departamento algunas noches cuando se encuentre menos atareada, por lo tanto, estaré esperando su llamado.
Mi colega entra a la casa tras un largo día laboral. Hoy no aparecí por la empresa, decidí darme el lujo de trabajar desde aquí.
—¿Cómo te fue?
—Bien —asiento— ¿Cómo estuvieron las cosas en la oficina hoy?
—Normal, por el momento todo se ha mantenido estable. No hay cambios, ni secretarias que faltan —menciona entre risas.
—Si quieres puedes tomarte el día mañana y yo me ocupo.
—¿Y a qué se debe tanta generosidad? —Voltea a verme.
A que vi a Jade todo el día y me estoy sintiendo una mierda.
—¡A nada! Hoy no fui y te hiciste cargo de todo, solo eso.
—Te tomaré la palabra, Bennett, tal vez falte mañana, o el viernes para estirar mi fin de semana —dice sonriendo.
—¿Pedimos algo para comer? Tengo hambre.
—Iré a darme un baño, luego llamo al delivery, déjamelo a mí.
Analizo si es oportuno decírselo o si es mejor continuar ocultando mis encuentros con Jadie. Después de lo que pasó en Manhattan el deseo interno de estar con ella se intensifica con el pasar de las horas. Lucho con la tentación para no abandonar esta casa e ir directo a sus brazos. La extraño, por más que intente remar contra marea, sé que terminaré ahogándome.
Jade Jeffers es perfecta, lo supe desde el primer día que la vi, cuando me observaba con sus ojos de cachorro pidiendo auxilio ante el avasallamiento de Joan. Supe que ser paciente con ella no era una opción, sino una solución, y aunque mi forma de ser no es así, con ella me nace.
Solía tratarla tierno porque incluso lo ameritaba, era una nenita y yo quería ser su protector. Quería que confiara en mí para poder acceder a centímetros de piel que otros no habían podido llegar. Suena enfermo, lo es, pero solo fue el inicio.
Cuando el juego se dio vuelta, tuve las de perder, estaba cayendo bajo los encantos de una niña de 20 años. De hecho, estoy más que aniquilado. Ahora soy yo quien confía en ella, estoy dando todo de mí, como nunca lo hice. La amo, estoy dispuesto a todo con tal de no perderla.
JOAN
El día en la oficina fue muy atareado, no quise decírselo a Bennett, se veía muy tranquilo después de su viaje; además, me siento culpable por traicionarlo. Nuestra amistad de años se ha visto afectada por la misma mujer y es solo un decir, porque se ha visto afectada por mis acciones.
Jade nunca quiso mentirle a Tad, pero es necesario. Los dos habíamos acordado no volver a acercarnos a ella y lastimarla de nuevo, mas no pude cumplirlo. Le supliqué mantener esto en secreto, se negó, obvio, después trató de entender mis motivos.
No podremos vernos como tanto quiero, no obstante, debo respetar esa distancia. Acordamos que solo lo haríamos cuando ella me avisara, quizás pueda visitarla o tal vez salir los dos solos, algo que nunca hicimos. Entiendo que tiene una carrera universitaria que cumplir, un trabajo al cual asistir y sus amigas, aquellas dos chicas de las que tanto habla. Por mi parte, una empresa sobre la que debo velar sin desproteger mis funciones dentro de ella. Tenemos que hacer nuestra vida con normalidad.
Debo decirle a Tad lo que está pasando, a pesar de que su reacción no sea de las mejores. Él es una increíble persona; sin embargo, no tolera las mentiras ni las traiciones, y sé que soy el menos indicado para pedirle que me perdone otra vez.
Jamás en mis 30 años me había enamorado y, por más que lo intento, no logro procesar el momento exacto en el que sucedió. Donde pasó a ser más que atracción física y placer ocasional para convertirse en casi una necesidad.
¿Cómo podría darme cuenta de que si esto no es amor es una obsesión desmedida? Porque eso también me lo he cuestionado, innumerables veces sin obtener respuestas certeras.
Salgo de la ducha y me visto con ropa cómoda antes de bajar a la sala. Tomo mi celular para enviarle un mensaje a Jade, quiero saber cómo está, ayer no pude verla y hoy tiene otros compromisos.
Joan—Te extraño mucho, Jadie, tengo ganas de verte
✔✔
Jade— También te extraño. Ahora estoy estudiando con las chicas,
pero si quieres podríamos vernos un rato mañana
✔✔
Joan— Mañana te envío un mensaje y paso por ti. Te amo
✔✔
Jade— Te amo, Joan
✔✔
Sonreír como estúpido cada vez que tengo noticias es mi nueva realidad. Escribirle o decirle que la amo, también. Sale con fluidez, no me avergüenza, y viniendo de mí es completamente extravagante. Meses atrás podría asegurar que el amor jamás llegaría a mi vida, tampoco quise buscarlo, pero ahora es distinto. Y aunque cueste, caminaré con el viento en mi contra, porque Jade y yo estaremos juntos, lo sé.
Aquí el capítulo 20, ¿Qué les ha parecido? Ahora tienen las perspectivas de los tres 👀
Gracias por leer esta historia y dejar sus opiniones. Las leo todas y trato de responder, pero otras las dejo para no afirmar ni negar nada. Siéntanse libres de opinar entre ustedes, que AMO todo lo que dicen. 💜
Nos leemos el viernes! Buena semana!
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