
CAPITULO 58.
Yeon Jun se despertó por la madrugada, a su lado dormía aquel castaño, quien se veía tranquilo. Sonrió con dulzura al verlo. Posiblemente los recuerdos no volverían, pero tenía otra oportunidad, y daría todo para volverlo a enamorar.
Se inclino y beso su frente. —Vuelve a mi, amor.
Se levantó de la cama y entro al baño, mientras que un Omega se removió en su lugar y un fuerte dolor de cabeza se hizo presente.
Los días pasaban y Tae Hyun tenía una bonita relación con el Omega pelinegro, le daba detalles y de vez en cuando salían junto al pequeño.
Beom Gyu estaba feliz, amaba al rubio y estaba feliz de tenerlo a su lado, pero sentía que algo no estaba bien, el rubio casi nunca lo besaba, y ni hablar de la intimidad, jamás habían estado juntos.
Sabía que el sexo no era tan importante, pero si era necesario.
El rubio se acercó al Omega en cuanto vio que estaba muy serio. —¿En qué piensas?
—Debo conseguir un trabajo. —mintió.
—Sabes que no es obligatorio.
—No pienso quedarme encerrado.
—¡No te estoy pidiendo eso! Solo quiero que pienses que es lo que realmente quieres. No deseo verte sufriendo en un trabajo que no te gusta.
El Omega se limpio las manos y se quito el delantal verde que cubría su ropa. —Tienes razón.
Beom Gyu se recargo en el pecho del alfa, suspiro y volteo a mirarlo, Tae Hyun sonrió encantado, se moría por besarlo... Y Beom Gyu pensó que lo besaría.
Unos pasos se escucharon por el pasillo, Tae Hyun levantó la mirada y alejo suavemente al pelinegro.
El pequeño castaño entro a la cocina con una enorme sonrisa. —¿Podemos ver una película?
Tae Hyun se acercó y cargo al pequeño. —Claro, ¿cuál quieres ver?
Beom Gyu suspiro, salió de la cocina y subio a su habitación azotando la puerta con fuerza.
—¿Papi está molesto?
—Creo que sí. —respondió sin saber el porque. —¿Qué película quieres ver?
Beom Gyu estaba acostado en su cama, no sabía qué hora era, solamente se había quedado pensando mientras miraba la ventana de su habitación.
Escucho la puerta abrirse y cerrarse, supo de inmediato que era Tae Hyun, quien se acercó y se sentó al borde de la cama.
—¿Estás dormido?— susurró acariciando su rostro. Beom Gyu no respondió, fingió dormir pensando que el rubio se iría, pero Tae Hyun se recostó suavemente y lo abrazo por encima de las cobijas. —Amor... ¿En verdad duermes?
Sintió los suaves labios del rubio sobre su nuca, así que se removió para mirar al alfa. —¿Qué haces?
—Pense que estabas dormido.
—Me despertaste. —mintió quedando de frente al rubio. —¿Y Eun Sang?
—En su cuarto, se quedó dormido ni bien comenzó la película. —Inconscientemente sonrió al recordar a ese pequeño. —¿Por qué estás molesto?
—No estoy molesto.
—Claro que si. ¿Qué sucede?
Tras pensarlo un poco, Beom Gyu cubrió la mitad de su rostro y dirigió sus ojos al otro lado de la habitación. —¿Por qué evitas besarme durante el día? ¿No te gustan mis besos?
—Me encantan.
—¿Entonces?
—¿En verdad crees que no me muero por besarte? Eun Sang siempre está cerca, no quiero que nos vea porque no se cómo lo tome.
—El acepto nuestro noviazgo.
—Si, pero no es lo mismo, me asusta que al darse cuenta de lo que realmente implica ser novios... Me odie.
—Eun Sang no podría odiarte. —Ambos se miraron, Beom Gyu conocía muy bien a su hijo, y no sería capaz de mentirle al rubio.
Tae Hyun sonrió y apretó suavemente la nariz del Omega. —Entonces, ¿Estas molesto por qué no te beso en todo el día?
—No me besas y no me tocas. Es como si fuéramos novios solamente de palabra.
Tae Hyun sonrió ampliamente, el Omega estaba hablando y podría jurar que no se estaba escuchando. —¿Quiéres que te toque?
El Omega abrió los ojos y sus mejillas se tornaron rojas. —ah... No~no es qu~que quise... ¡Ah! —Un suave gemido escapó de sus labios en cuanto el rubio le mordió la oreja.
—Muero por hacerte mío. —susurro cerca de su rostro.
Beom Gyu, con toda la vergüenza que aún le quedaba, lo miro directamente al rostro. —¿Y por qué no haces nada?
—Eun Sang está en la habitación de alado. Puede escucharnos.
—Entonces hagámoslo en silencio.
El rubio miro al Omega, aquel sonrojo en sus mejillas lo hacía ver aún más hermoso.
Se levantó de la cama y apartó las sábanas del cuerpo del pelinegro. Lo sujeto de las caderas y lo cargo entre sus brazos hasta el baño de la habitación.
Al entrar, lo sentó sobre el pequeño mueble de madera que estaba a un lado del lavabo y rapidamente abrió las llaves de la regadera, logrando que el agua cayera de inmediato.
Sin perder tiempo, se colocó entre las piernas del omega y comenzó a besarlo con deseo. En cambio Beom Gyu, lo abrazo por el cuello intentando acercarlo más, no lo iba a negar, quería hacer el amor con aquel rubio.
Fue Beom Gyu quien comenzó a quitarle la camiseta al alfa, quien en respuesta, hizo lo mismo, dándose cuenta que esa, y el boxer, eran las únicas prendas que vestía el Omega.
—¿Siempre duermes así? —preguntó con una sonrisa coqueta.
—Ah... Cuando hace calor.
—A partir de hoy siempre tendrás calor. —susurró mientras dezlizaba el boxer del Omega por sus delgadas y blancas piernas. —Todas las noches quiero que vistas como hoy. —dicho esto, comenzó a besar y succionar sus pezones.
—Tae Hyun... Ah... Nhg.
—Siempre quise que nuestra primera noche fuera romántica... Pero ya no lo soporto. —se acercó para besarlo con ternura. —Quiero hacerte mío.
Beom Gyu sonrió enternecido, lo sujeto del rostro y le beso la frente. —Y yo quiero ser tuyo.
Tae Hyun lo beso con pasión, pego sus cuerpos y frotó su miembro contra el del Omega, quien soltaba suspiros y mordía suavemente los labios del alfa.
Acomodándose, el alfa entro en el cuerpo del omega quien soltó un pequeño gemido y cerro los ojos con fuerza.
Tae Hyun miraba ese hermoso rostro, y el como empezaban a caer gotas por la frente del pelinegro.
Bajo sus manos a los glúteos del pelinegro y los apretó con fuerza y deseo, en cambio Beom Gyu, se aferró al cuello del alfa y comenzó a besarlo con desesperación sobre el cuello.
Las embestidas comenzaron a ser más fuertes, Beom Gyu rasguñaba suavemente la espalda del alfa, mientras que Tae Hyun le acariciaba las piernas y la espalda.
—Tae Hyun... Me gustas... Demasiado.
—Tambien me gustas mucho. —le acaricio el rostro y comenzó a moverse con más fuerza.
Al sentir que estaba por terminar, salió del cuerpo del omega, junto su miembro con el ajeno y comenzó a masturbar a ambos, logrando hacer que ambos terminaran al mismo tiempo.
—Ahora si, vamos a bañarnos. —el Omega sonrió encantado, sin duda Tae Hyun era un hombre maravilloso.
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