Al día siguiente, Soo Bin y Tae Hyun le contaron todo a los otros dos alfas, Min Gyu y Chan Yeol, quienes reprendieron al rubio por su estúpida acción, Tae Hyun en ningún momento dijo nada, sabía que sus amigos tenían razón, había cometido una estupidez demasiado grande, aún así le hicieron saber al castaño que tenía su apoyo.

Ese día Soo Bin no tenía clase con Yeon Jun, y no cabía la posibilidad de toparselo por los pasillos, así que optó por no entrar a su última clase, que constaba de dos horas, y decidió esperarlo en el estacionamiento, ya conocía el coche de su profesor, pues Tae Hyun le había dicho reiteradas veces cuál era.

A los treinta minutos de espera, el azabache entro al estacionamiento, mirando con odio al Omega que estaba de pie junto a su coche. Soo Bin lo vio acercarse, un escalofrío le recorrió el cuerpo, ese alfa tenía un aura que le daba cierto miedo.

—¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase.

—Es la primera vez que faltó a mis clases —mintió. —Quería hablarte sobre los exámenes que debes hacerte.

—Habla.

—Aquí anoté la dirección del laboratorio de inseminación. —le entregó un papel doblado a la mitad. —Debes ir y preguntar por el doctor Kim, dile que vas para realizarte los exámenes correspondientes del paciente Choi Soo Bin, él te atenderá.

El alfa miro el papel con la dirección, después al omega. —¿Entrarás a clases?

—No creo que me permitan entrar, ya pasó mi tiempo de tolerancia.

Yeon Jun arrugó la hoja y la aventó, Soo Bin miro aquel acto con indignación, y cuando estaba por reclamar, vió como al alfa abría la puerta del copiloto de aquel coche rojo. —Sube.

La imagen de un auto volcado, y sus padres muertos y ensangrentados, llegó a su mente.

Su cuerpo tembló. —Yo creo que no.

—Tú vendrás conmigo para realizarme los exámenes, no te dejarán salir del colegio antes de tú hora asignada. Sube.

—Pero...

—¿Quieres los malditos exámenes o no? —el miedo aumento, claro que los quería, pero su temor aún seguía intacto.

Con las piernas temblando, y sus manos sudando, se dirigió al coche y subió dudando un poco. Yeon Jun cerró la puerta, y Soo Bin comenzó a sentir un calor horrible, estaba seguro de que en cualquier momento podría desmayarse.

Yeon Jun subió del lado del conductor, encendió el motor y Soo Bin abrazo a su mochila.

Yeon Jun pudo percibir las feromonas amargas que el Omega desprendia, intento evitar formar una cara de asco, no soportaba a los omegas.

—Abrocha el cinturón de seguridad.

Soo Bin comenzó a palpar a sus lados, su mente no analizaba bien las cosas, sus manos se movían sin saber que hacer.

El alfa trono la lengua, arrebato la mochila del Omega y la arrojó a los asientos traseros para poderle abrochar el cinturón, Soo Bin se sentía estúpido.

Pasar por la reja del estacionamiento no fue difícil, las ventanillas oscuras ayudaban mucho a que el Omega pasará desapercibido.

Al entrar el coche a la avenida, podía sentir como si el coche fuera andando a una velocidad rápida, aún no fuera así.

—¿Crees... Qué puedas disminuir la velocidad?

El alfa frunció el seño. —Ni siquiera voy rápido. —la noche en la que el Omega fue a su casa llegó a su cabeza. Recordó las palabras y el miedo del Omega, sin pensarlo dos veces, comenzó a disminuir la velocidad. —Iremos entre calles, por la avenida será más complicado a la velocidad que vamos.

En cuanto el coche se detuvo, Soo Bin bajo rápidamente y trato de respirar con normalidad, algunas personas lo miraban de forma extraña.

—¿Estás bien? —preguntó el alfa, más por deber que por curiosidad.

Soo Bin respiro, trata de relajarse y nuevamente sonrió.—ahora si.

—¿Por dónde entramos?

Soo Bin comenzó a caminar junto al alfa, entraron a la clínica y subieron por las escaleras tres pisos más. Se acercaron a uno de los tres escritorios.

—Buenas tardes, ¿El doctor Kim?

La chica levantó la mirada con una sonrisa. —Hola. Me puede decir su nombre.

—Choi Soo Bin —La chica comenzó a buscar información en su computadora, tecleó algunas cosas y asintió.

—Muy bien. Vengan conmigo. —la chica se puso de pie y la "pareja" comenzó a seguirla. —El doctor informó que tenía un cita pendiente contigo, nos pidió que te lleváramos con él en cuanto llegarás.

Caminaron a lo largo del pasillo, el alfa comenzó a notar como la decoración cambiaba, de paredes blancas y asientos azules, pasaban a ser asientos color amarillo con pequeños puntos blancos, el piso alfombrado de azul con puntos blancos simulando estrellas.

Las paredes eran color crema, en algunas partes podían verse dibujos que claramente eran dirigidos a niños.

—Es aquí. —la chica se detuvo al igual que el Omega.

Yeon Jun levantó la mirada, la puerta era de cristal, y había un ventanal enorme que dejaba ver hacia adentro de dicha habitación.

—Muchas gracias. —la chica hizo una pequeña reverencia, después se alejo. Soo Bin observó a su profesor, aún sabiendo que ese alfa lo odiaba, le sonrió. —Espérame aquí, le informaré al doctor que ya estás aquí.

Yeon Jun vio al Omega entrar a aquella habitación. La habitación en si era grande, habían niños recostados en algunas camillas, mientras que otros estaban intentando caminar, siendo ayudados por algunos médicos.

El Omega salió de la habitación con el médico a un lado. —Listo.

—Buenas tardes. —el médico extendió su mano hacia el azabache, sin dudar, acepto el saludo.

—Hola.

—El joven Soo Bin ya me explicó la situación, lamento que usted haya sido involucrado.

—No hay nada que lamentar. —habló el Omega mientras tocaba su vientre con dulzura. —Estoy en cinta.

El médico sonrió enternecido mientras le acariciaba la cabeza. —Claro que todo para tí resultó bien. Síganme por favor.

—¿Necesito ir yo? —cuestionó el Omega.

—No. Pero pensé que querrías estar presente.

—Me quedaré aquí. Quiero ayudar a los médicos a las terapias.

—Bien, volveremos por tí.

El médico comenzó a caminar mientras era seguido por el alfa, quién solo se limitaba a caminar con la mirada fija al frente.

—¿Estás o estabas en celo?

—Estaba en celo. Me imagino que por esa razón el Omega quedó en cinta.

—Ya veo. Aunque no deberías sentirte culpable o responsable, Soo Bin quería un bebé, y ahora está en espera, siempre ha dicho que él se encargará solo de ese bebé. —la imagen de Soo Bin a una corta edad llegó a su cabeza, la imagen de un niño que admiraba a una familia que algunas vez había tenido. —Desde muy joven ha querido una familia.

—¿Perdón?

—Solo estaba pensando. El señor y la señora Choi eran muy amables, buenas personas y una calidez impresionante. He trabajado para esa familia desde antes de terminar mis estudios, mi padre trabajo para ellos, él fue mi maestro y me llevaba a esa casa para darme lecciones y explicarme lo que debía hacer. —Abrio la puerta de una pequeña habitación, ambos entraron y le indico al alfa que tomara asiento. —Vi a Soo Bin crecer, pero también lo ví romperse. El día en el que sus padres murieron el viajaba con ellos, de ahí su miedo a los automóviles y su odio a los días de lluvia. —Con una aguja pinchó el dedo del alfa, de dónde comenzó a gatear sangre. —Lo recuerdo llorando, el tiempo que tardó en recuperarse fue algo extenso, su abuelo logro currar el dolor, pero todos los que lo conocemos desde niño sabemos que sus sonrisas son falsas. —la imagen del Omega que siempre estaba sonriendo llegó a su cabeza, no podía ser verdad, siempre sonreía y nunca parecía ser fingida. —Él ya no sonríe como lo hacía antes.

—¿Está de acuerdo? —el beta le miro con duda. —Usted lo ha visto crecer, ¿De verdad aprueba que él esté haciendo esto?

—No lo apoyaba en un principio, pero su abuelo está por morir, no tiene más familiares cercanos, y no desecha la idea de tener un bebé. No tiene mucha gente que lo apoye, así que es lo menos que puedo hacer.

Un Omega que sonreía tan seguido y con tanto brillo no podría estar tan roto por dentro, o al menos eso pensaba el alfa azabache.

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