CAPITULO 44.
En cuanto el rubio vió que aquel Omega cruzaba la puerta de entrada, se acercó de inmediato. —¿En dónde estabas? Iba a salir a buscarte.
—Fui a comprar algo para comer.
Tae Hyun se dio cuenta de que algo sucedía, pues el Omega emanaba unas feromonas de angustia. —Hay algo que no me estás diciendo. ¿Qué sucedió?
—No es nada, solo... —Beom Gyu dudaba en hablar, no quería meter en problemas a la persona a la que le debía tanto.
—Te escucho.
Beom Gyu dudo, pero sabía que de cualquier manera no podría hacer nada contra el padre de su hijo, pues sabía perfectamente hasta donde podía llegar.
—El padre de Eun Sang, me encontró en la calle, quiere que nos reunamos mañana en el parque.
Tae Hyun se molestó, no por el Omega, sino porque el padre de Eun Sang había causado que el Omega estuviera intranquilo. —Bien. Iremos. Solo quiere ver al niño, y no pienso dejarlos solos con él.
—No puedes ir. Se molestará y las cosas serán peor.
—¿No oíste? No dejaré a Eun Sang ni a tí a solas con ese alfa prepotente.
—Tae Hyun...
El rubio lo abrazo para tratar de calmarlo. —No están solos. Tienes que empezar a confiar en mí, nunca los abandonaré.
Era extraño, los brazos de aquel alfa por algún motivo lo hacían sentir seguro. —Te lo agradezco.
Tae Hyun no lo quería soltar, pero tampoco podía tenerlo en un cálido abrazo para siempre. —Ve a tomar un baño, despertaré a Eun Sang para cenar.
—Bien.
El Omega se fue al baño y el alfa se acercó al pequeño que dormía plácidamente sobre el sillón, comenzó a hacerle pequeñas cosquillas en las mejillas y en su pequeña naricita.
El menor despertó con una amplia sonrisa. —¿Y mamá?
—Esta por ducharse. Ya vamos a cenar. —El menor tallo sus ojos. Tae Hyun lo miraba y no podía evitar lo que quería preguntar. —Puedo preguntarte algo, ¿Quiéres ver a tu padre?
De inmediato el menor borro su sonrisa y retomo su actitud seria. —No, a mamá le hace mucho daño.
—¿No quieres verlo?
—Ya no. Nunca.
—Bien. Ahora quiero hacer un trato contigo. —se sentó en el sillón y mirándolo a los ojos sujeto sus pequeñas manitas. —Ya no están solos, nunca jamás lo van a estar. Así que ya puedes jugar y comenzar a conocer más cosas.
—¿Pero y mamá?
—Me encargaré de protegerlo, a ambos. —Sin pensarlo demasiado, el alfa abrazo a ese pequeño. —Quiero que vivas cosas de acuerdo a tu edad, mamá necesita a un niño dulce y amigable.
Aquel abrazo era cálido, no eran los brazos de su madre, pero sin duda eran cálidos. —Nunca nos dejaras solos... ¿Cierto?
—Nunca.
El pequeño Eun Sang comenzó a llorar entre los brazos del rubio, algo que no podía haber hecho con su madre omega, pues su madre ya había pasado por mucho dolor como para sufrir al ver llorar a su pequeño.
Beom Gyu había escuchado todo, estaba oculto tras el muro. Lloraba en silencio, lo asustaba la idea de que aquel rubio estuviera jugando, pero muy en el fondo su corazón le decía que aquel amable rubio no mentía. Así que se arriesgaría a confiar en él.
A la mañana siguiente, el Omega estaba asustado, que sin pensarlo dejaba liberar unas amargas feromonas, al notar aquello, Tae Hyun libero feromonas para tratar de tranquilizarlo.
Pero el momento fue interrumpido por el sonido del celular, Beom Gyu miro a Tae Hyun con miedo. —Pon el alta voz.
—Quiero a mi hijo en 20 minutos, frente a la fuente del parque de siempre.
—Estaremos ahí a esa hora. —Habló Tae Hyun sin importarle si aquel alfa se molestaba.
—Disculpa. Pero son asuntos entre la madre de mi hijo y yo.
—Lo lamento pero no pienso dejarlos a solas contigo.
—... En 20 minutos Beom Gyu. No tardes.
—Traere a Eun Sang. Enlistate en lo que salimos. —El rubio terminó la llamada y se acercó al Omega, sin pensarlo dos veces beso la frente de Beom Gyu.
Se dirigió a la habitación que el Omega compartía con el pequeño, al verlo jugando con un peluche sonrió encantado, tal vez ahora podría disfrutar de su niñez como era debido.
—¿Qué sucede? —pregunto el pequeño al percatarse de la presencia del rubio.
—Vamos a salir... Sabes algo, iremos con tu padre.
La cara del pequeño cambio a un completo terror. —Pero... Tú dijiste...
—No los dejaré solos. —aclaró mientras lo envolvía entre sus brazos. —N9 quiero que les haga daño, pero quiere verte. Si las cosas se ponen peor está vez yo estaré ahí para protegerlos.
—Tengo miedo.
—Nada malo pasará.
Al llegar al parque aquel alfa ya se encontraba ahí. La "familia" se acercó, Tae Hyun cargaba al pequeño entre sus brazos.
El alfa frunció el ceño mientras se acercaban. —No pensé que dejarías que cualquier imbecil se acercara a mi hijo.
—Su nombre es Tae Hyun.
—Deja de hacer tanto drama, debes volver a casa. No puedes estar estorbando en la vida de este joven. —el alfa estaba por tomar del brazo al Omega, pero Tae Hyun fue más rápido y logro hacerlo para atrás, evitando que aquel alfa lo tocase.
—A nadie le estorba. No regresarán a ningún lado, estarán conmigo un largo tiempo.
El contrario comenzó a reír. Entre risas observo al Omega. —¿Eres tan estupido como para creerle a este oxigenado? ¿Aún no comprendes que eres un Omega? ¿Qué de bueno podría haber contigo? Solo quiere meterse entre tus piernas.
El rubio apretó el puño, y con el pequeño entre sus brazos le dio un fuerte golpe en la mejilla, logrando que el alfa cayera al suelo. —Sigue diciendo tonterías y voy a romperte la boca.
El contrario se levantó molestó, dispuesto a pelear.
—¡Basta! — grito el pequeño queriendo llorar. Entre sollozos miro a su padre. —No te quiero cerca papá, me asustas. Y no me gusta como tratas a mi mamá... Uff... ¡No te quiero cerca!
El pequeño comenzó a llorar como si su vida dependiera de ello. Para el alfa padre, era la primera vez que miraba a su hijo llorar de aquella manera, en todos esos años pensaba que su hijo no veía la situación que pasaba entre su madre y él.
—Eun Sang. —susurro mientras comenzaba a alejarse.
—Calmate. Todo está bien. —El Omega intentaba tranquilizarlo, finalmente su pequeño estaba siendo capaz de sacar aquel dolor que había en su pequeño corazón.
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