CAPITULO 41.
Aquella cafetería era hermosa, el Omega pelinegro jamás había visitado ese lugar.
-Aquí estás las bebidas. -El alfa rubio llegó con las bebidas y algunos postres. Al primero en entregarle fue al pelirrojo. -Te pedí una crepa de fresas con chocolate, se que te gustan. Estas son para Eun Sang. -le entrego un chocolate caliente y tres pequeñas donas con glaseado rosa y chispas de colores. Después se dirigió al Omega pelinegro. -No se exactamente que te guste pero, te pedí una rebanada de pastel de chocolate con fresas.
-Gracias.
-¿Cómo te va en el trabajo? ¿No es pesado? Con la escuela y el trabajo. - cuestionó el Omega pelirrojo, pues casi no entablaba conversación con aquel rubio que alguna vez quiso.
-Un poco. Pero creo que valdrá la pena.
Antes de poder devorar aquella deliciosa crepa, su celular comenzó a sonar. Sonrió y se puso de pie. -Disculpen un momento. Ya vuelvo.
-Se nota que lo aprecias mucho. -comento Beom Gyu en cuanto el pelirrojo se alejo.
-Es un gran amigo.
-Creí que eran pareja. Se nota que lo aprecias.
-Hace algún tiempo tuve la oportunidad de hacer las cosas bien, pero no fui capaz de dar un simple paso, conoció a alguien, se enamoró... Y lo perdí. Aunque no me arrepiento, ahora es feliz, tiene un esposo y dentro de poco tendrán una familia.
-¿Tienes hijos? -interrumpió el pequeño castaño.
-¡Eun Sang!
Tae Hyun sonrió dulcemente. -No tengo hijos. Pero si una sobrina, aún es pequeña, pero pueden ser amigos.
-¿Eres amigo de mi mamá?
-Ahora lo soy.
-Me caes bien. Así que no le diré nada a mi papá. -el Omega se estremeció. -Él se molesta si mamá tiene amigos, no le gusta que... -Beom Gyu le cubrió la boca a su hijo.
Tae Hyun miro al Omega, pero este parecía asustado.
Cuando estaba por hablar, el pelirrojo llegó y tomo asiento. -Era mi esposo. Ya viene a recogerme.
La habitación estaba a oscuras, las cortinas cerradas y las sábanas desacomodadas, encima de ellas, estaba un beta despertando.
-¿Yoon Gi?
-Dime. -Al otro lado de la habitación, estaba el alfa con una laptop sobre sus piernas.
-Pense que te habías ido.
-¿A dónde? Literalmente eres lo único que tengo en esta ciudad.
-Mentiroso, está tu papá y tu hermano.
-Bueno. Es tarde y no quiero molestarlos. -Hizo a un lado la laptop, se acercó a la cama y se acostó junto al beta.
-¿Qué hacías?
-Enviando solicitudes de empleo y mi currículum, necesito trabajar, amo mi trabajo y quiero ejercerlo.
-No debiste renunciar a tu empleo en Londres.
-Valio la pena. -rápidamente el pelinegro comenzó a besarlo, mientras una de sus manos comenzaba a acariciar nuevamente aquella piel desnuda.
-Suficiente. -sentenció rompiendo el beso y volteando la cara. -Debo descansar, mañana tengo clases.
-Bien. Pero me vas a abrazar.
-¿Cuántos años tienes? ¿Cinco?
El silencio en aquel coche era incómodo, el pequeño Eun Sangvya se encontraba dormido, así que no había quien hiciera preguntas inocentes o sin sentido.
-En la siguiente a la derecha, es el edificio azul.
El alfa obedeció, más sin embargo se detuvo a tres edificios antes del indicado. -¿Te parece si paramos aquí? No quiero que tengas problemas con tu esposo.
-En realidad somos solo Eun Sang y yo. Su padre no vive con nosotros. Él viene siempre que quiere, dice que lo hace para ver a Eun Sang, pero nunca juega con él. Tampoco me ayuda con los gastos pero... Lo tolero porque Eun Sang quiere verlo.
-Es difícil cuando es así. Mi madre es una buena mujer, pero mi padre siempre le fue infiel, la insultaba siempre que podía... Recuerdo que la llegó a golpear... Jamás hice nada... Me arrepiento de no haber hecho algo. Afortunadamente mi madre volvió a encontrar el amor, él es lo contrario a mi padre, la cuida y la ama como no tienes una idea.
-Es bueno saber que encontró a alguien con quién compartir su vida sanamente. -la mirada del Omega fue directo a su hijo, quién descansaba en su regazo. -Muchas veces aguantamos de todo para que nuestro hijos crezcan con ambos padres... Pero nos rompemos en el proceso.
El alfa noto como aquel Omega comenzaba a perderse en sus pensamientos. -¿Beom Gyu?
El pelinegro sacudió su cabeza, nervioso abrió la puerta del coche. -Debo irme, es tarde y Eun Sang debe descansar. Te agradezco por todo. -sin esperar respuesta, cerró la puerta dirigiéndose a su edificio.
Tae Hyun se quedó atónito, no sabía que acababa de pasar.
Antes de las clases los profesores se reunían en su sala, Yeon Jun estaba organizando algunas hojas, hasta que sintió unos brazos rodeandolo por el cuello.
-¿Me extrañaste?
-¿Dónde te habías metido, tonta? Nadie sabía nada de ti. -el alfa intento quitarse de encima a la pelinaranja.
-¿Estabas preocupado?
-No seas ridícula. -la rubia jalo a la pelinaranja del suéter, logrando que soltara al alfa. -Ya eres adulta deja de ser tan infantil.
-No te metas conmigo oxigenada.
-Cállate Barbie.
-¡¿Oíste eso Yeon Jun?! ¡Me llamo Barbie! ¿Será que finalmente acepto mi belleza?
-Te llamé Barbie no por bonita, sino por plástica.
-¿Disculpa?
Yeon Jun sonrió ampliamente, sin esas dos locas sin duda estaría aburrido en la sala de profesores, Chae Won y Yun Jin eran sus mejores amigas.
Tres días después, Yeon Jun, Soo Bin, Tae Hyun y Terry, estaban en aquella sala de espera, finalmente aquel día, Huening Kai había dado a luz a una pequeña pelirroja.
-Es hermosa. -susurro Tae Hyun mirándo a la pequeña que descansaba en los brazos de su padre.
Soo Bin se acercó con su pequeña en brazos. -Mira Eun Ji, ella es como tu hermana. Tienen que llevarse bien.
-¿Han pensado en algún nombre?
-Me gusta He In. -De inmediato el alfa miro a su esposo.
-Ese es...
-El nombre de tu abuela. -sonrió. -La relación con mis padres no es muy buena, y más familia no tengo, cuando me contaste sobre tu abuela y todo el amor que te dio... Es una buena forma de honrarla.
Terry sonrió entre lágrimas, se acercó a su esposo y lo beso dulcemente. -Te amo. Y mucho.
-Tambien te amo.
El celular del rubio comenzó a sonar, al ver qué era un número no registrado, optó por responder fuera de la habitación.
-¿Diga?
-¿Tae Hyun?... Tae Hyun, papá está golpeando a mamá.
•━━━━━━━━━━•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro