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CAPITULO 35.

La ceremonia se había llevado a cabo en el jardín de aquella hacienda, todos estaban disfrutando de la fiesta, Huening Kai y Terry estaban recorriendo el amplio jardín para saludar a los invitados.

En cambio, Yeon Jun miraba con diversión la cara de enojo de su amado Omega castaño.

—¿Por qué estás molesto? —preguntó aún sabiendo cuál sería la respuesta.

El Omega se cruzó de brazos y sus mejillas se inflaron un poco. —Me veo fatal.

—Te ves hermoso. —el alfa se acercó para poder besar los suaves labios del menor, pero Soo Bin solo volteo la cara con vergüenza.

—Eso lo dices para hacerme sentir mejor.

—Por supuesto que no. —le sujeto del mentón de forma en que ambos se mirasen. —Yo solo digo la verdad. Eres el Omega más hermoso.

Antes de poder besarse, los recién casados llegaron a la mesa donde la pareja estaba.

—Hola. —saludo el pelirrojo. —Lamento interrumpir.

El alfa se alejo del Omega y observó a la pareja. —Descuida.

—Queremos decirles algo, pero nadie más sabe.

—¿Es malo? —cuestionó el Omega preocupado.

—No. —Huening Kak sonrió y se aferró a su alfa con una enorme y brillante sonrisa. —Estoy embarazado.

Yeon Jun y Terry sonrieron, pero Soo Bin sintió un nudo en su estómago.

—Felicidades. —hablo el alfa pelinegro.

—Aprovecha tu ropa, después no podrás usar ropa con estilo. —comento Soo Bin un poco disgustado, no con su amigo, sino con sigo mismo.

Yeon Jun pudo notar la cara desconcertada del Omega pelirrojo, sonrió nervioso y abrazo a Soo Bin. —Esta molesto porque debe vestir con ropa holgada.

—Pero te ves bien. -le consoló su amigo con una enorme sonrisa.

—Suficiente ayuda mental. —sentencio el Omega poniéndose de pie. —Quiero algo dulce.

Al ver que su Omega se marchaba directo a la mesa de golosinas, Yeon Jun se levantó y se acercó al ruso. —Los antojos por la noche son lo peor, ayer me hizo salir a las doce de la noche para compara sandía que terminó vomitando. —Yeon Jun pudo ver a Soo Bin babeando por unas fresas con crema, sonrió ampliamente y nuevamente se mentalizo la dulce carita que tendría su cachorro. —Se que al final valdrá la pena.

Ji Min estaba de paseo por las amplias calles de Londres, Soo Bin lo había invitado a la boda de su mejor amigo, pero el mayordomo se había negado diciendo que debía hacer otras cosas.

Lo que realmente quería hacer era caminar y pensar un momento, no sé sentía de ánimos y sentía que en cualquier momento podía perder las fuerzas.

Decidió sentarse en una banca de un establecimiento que estaba de paso, le comenzaba a doler la cabeza y sentía que la vista comenzaba a irse.

—Encontré un gatito. —aquella voz poco conocida, logro hacer que el beta levantará la mirada.

Frente a él estaba aquel alfa de cabellos negros y largos, quien vestía un pantalón oscuro y una bata blanca.

—¿Qué haces aquí?

—Trabajo en el hospital de la avenida central.

Ji Min llevo sus manos a su cabeza, recordó las palabras de ese alfa y comenzó a molestarse. —¿Me dijiste gato?

—Oh, no. —levanto su mano derecha y mostró aquel gatito negro de ojos verdes que había recogido. —En verdad encontré un gatito.

—Es bonito.

—¿Estás enfermo? —Yoon Gi acercó su mano a la frente del beta, comprobando que no era una temperatura normal. —Tienes fiebre. Ven conmigo, debo atenderte.

—No hace falta.

El alfa se inclinó quedando frente a frente del beta. —Como médico no puedo ignorar a un paciente.

—Estoy bien.

—No lo estás, déjame ayudarte. —Ji Min no pudo evitar mirar aquellos bellos ojos del alfa, parecían como un océano.

El hospital en si no era malo, pero no le gustaba, desde muy pequeño había odiado esos lugares, también odiaba el aroma que estos poseían por tanto medicamento.

Estaba en una habitación privada conectado a un suero, la televisión estaba encendida pero no capturaba su atención.

La puerta se abrió y cerro, dejando ver al médico que conocía. —¿Estás mejor?

—Se podría decir.

El alfa de acercó a la camilla, se sentó en el borde y acercó su mano a la frente del beta. —La fiebre se fue. Hazme espacio.

Ji Min se recorrió un poco, el médico se acostó y se acomodó quedando frente al beta, quien miro con curiosidad al pelinegro. —No deberías meterte así en la cama de un paciente.

—Estoy cansado. —habló soltando un suspiro. —Trabajé toda la noche, venía de cambiarme y ducharme cuando nos encontramos.

—¿Tienes sueño o solo estás cansado?

–Creo que solo estoy cansado. —Un pequeño silencio se hizo presente, Yoon Gi se levantó un poco y observó al beta con dulzura. —Te invito a cenar, ven conmigo a mi casa.

—¿Por qué habría de ir?

—Porque Yeon Jun y Soo Bin están en una boda en una hacienda de muchos kilómetros, los rusos les darán hospedaje ahí.

—Bien, vamos a tu casa. Pero si haces algo te rompo la cara.

—No deseo hacerte daño. —El médico se levantó y rápidamente le beso la mejilla. —Debo regresar al trabajo, mandaré a una enfermera a checarte. No te preocupes por la cuenta del hospital, ya cubrí tus gastos.

—No debiste hacer eso.

—Es poco en realidad. Pasaré por tí a las nueve, espero no me dejes plantado.

—Suerte. —El alfa sonrió y salió de aquella habitación con una enorme sonrisa.

Al terminar la fiesta, algunas personas que vivían lejos se les ofreció una habitación en aquella hacienda, algunos aceptaron y algunos otros se negaron.

Yeon Jun y Soo Bin habían aceptado la invitación, pues aunque tenían coche, no podían viajar toda la noche, Yeon Jun no quería poner en riesgo a su cachorro y a su pareja.

La habitación era linda, demasiado grande para gusto de ambos, pero era hermosa.

Soo Bin estaba en la cama, lo primero que había hecho había sido tirarse en la cama boca arriba.

—Estoy enorme. —Se quejo.

—¿Sigues con eso? —preguntó el alfa un poco molesto, no le gustaban las ideas del Omega sobre si mismo.

Subió a la cama y le beso suavemente los labios. —Ya te dije que eres hermoso.

Yeon Jun de acurrucó junto a su Omega, amaba aquel aroma de rosas que el Omega desprendía con fuerza.

—¿Crees qué al bebé le guste mi vientre?

—Imaginó que si.

—Deberías buscar un nombre, de niña y de varón.

—¿Cuál te gusta?

—No lo sé. Todos los nombre son hermosos.

–Eso si.

Yeon Jun pudo ver qué el camisón "elegante" que el Omega vestía, dejaba ver parte de su pecho.

Se inclinó y comenzó a besarle el cuello con suavidad, Soo Bin se estremeció, el cuello era su punto débil.

Yeon Jun comenzó a bajar sus besos basta el pecho del Omega. Soo Bin entrelazó sus dedos entre el cabello del alfa y comenzó a soltar pequeños suspiros.

—Espera. —susurro estremecido por aquellos besos tan suaves y dulces. —¿Qué estás haciendo?

—Quería probar tu piel, solo eso.

Yeon Jun estaba por levantarse, pero Soo Bin le sujeto del brazo, provocando que el alfa lo mirará con curiosidad.

Soo Bin enrojeció al ver que había captado la atención del alfa. Se aferró a su pareja y agachó la mirada. —¿Le preguntaste a tu hermano... Sobre el sexo?

—Dijo que no había problema, que en lugar de ser malo es bueno.

El Omega sonrió enternecido, se acerco al alfa y este lo abrazo mientras le depositaba un beso en la frente.

—¿Quiéres hacerlo? Ha pasado mucho tiempo desde que lo hicimos.

El alfa se sorprendió, miro con asombro al Omega. —¿Quieres hacerlo?

El Omega asíntio mientras colaba su mano por debajo de la camisa del mayor. —La verdad es que quiero sentir a mi alfa.

Yeon Jun acaricio el rostro ajeno, lo beso en las mejillas y últimamente en los labios. —Si te hago daño no dudes en decírmelo.

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