Después de comprar la ropa necesaria, ambos regresaron a casa con varias bolsas de tiendas de ropa.

La beta miro con decepción a la pareja, ella era la que más anhelaba que ambos dejarán de darle vueltas al asunto y comenzarán una relación seria. —Llegaron temprano, pensé que tardarían un poco más.

—Olvidé el medicamento que debo tomar para poder consumir comida hecha por otra gente. —habló el Omega con un poco de tristeza reflejada.

Yeon Jun le rodeó por los hombros y lo miró con su típico semblante serio pero fugazmente amable. —Ya te dije que no es para tanto. Deja de hacer drama y vamos a subir las cosas.

Ambos se dirigieron a las amplias escaleras siendo observados por los mayores.

Al entrar a la habitación del Omega, este se dirigió a la cama y se sentó al borde de esta. Dibujó una enorme sonrisa y habló animadamente. —Hace mucho tiempo que no salía.

—¿En serio?

Soo Bin sonrió mirando como el alfa dejaba las bolsas sobre un pequeño sillón blanco. —Mi abuelo estaba en cama, no podía salir a la calle, yo siempre estuve atento a él y me negué a salir con mis amigos.

Comenzaba a notarlo, el doctor Dae Hyun le había dicho que ese adorable Omega fingía sus sonrisas, y se estaba comenzando a dar cuenta de ello.

Se acercó al Omega y suavemente lo envolvió entre sus brazos, Soo Bin se sorprendió, pero aún así se dejó mimar por ese alfa. —prometo que te llevaré a todos los lugares que quieras visitar. —Un pequeño beso fue depositado en su frente, con una ligera sonrisa el alfa se alejo. —Comoda la ropa en el armario, ahora vuelvo.

El Omega pelirrojo caminaba buscando algo con la mirada. El alfa rubio lo miraba con atención, le causaba curiosidad saber lo que buscaba.

—¿Qué buscas?

—Un establecimiento de crepas, se me acaba de antojar.

Tae Hyun observó el lugar, no tardó ni cinco minutos en encontrar uno. —Por allá hay uno.

Ambos se acercaron y el Omega pidió su postre, una crepa de Nutella con frutilla.

Decidieron sentarse en una banca del lugar, Tae Hyun veía como el Omega devoraba el postre.

Al notar la mirada del alfa en su persona, retomo su actitud de Omega serio y grosero. —¿De qué querías hablar?

—De nada en especial.

El omega frunció el ceño. —Tengo muchas cosas que hacer antes que perder el tiempo.

Tae Hyun soltó un pequeño suspiro. —Me gustaría saber porque estás triste. —Huening Kai se paralizó. —¿Qué es lo que causa esa mirada tan apagada?

Dejo de comer y bajo la mirada. —Mis padres son muy anticuados, tenemos costumbres antiguas y son ellas las que me tienen así.

—¿Por qué?

—Me voy a casar con un alfa después de acabar la escuela. Ni siquiera lo he conocido, solamente se su nombre.

—Si no te gusta deberías negarte, ya no son los tiempos de antes y ahora puedes hacer lo que tú desees.

—Hablar con mi familia no servirá. —aseguró con tristeza. —Soo Bin quería irse a Londres al finalizar la escuela, me escaparé con él.

—¿Y estarás bien contigo mismo? —preguntó haciendo dudar al Omega. —Sinceramente negarse no es malo, y huir no creo que sea una opción.

—No puedo hacer nada más.

—Claro que puedes. Tienes voz y tienes derechos. Si tu familia no te apoya después de negarte seré yo quien te apoye.

—No necesito la ayuda de un alfa.

—¿Por qué tienes ese odio tan vacío hacia los alfas?

—Por que solamente se creen superiores, porque piensan en ellos y no en los demás.

—Si pensará solamente en mí no estaría aquí tratando de ayudarte, no estaría alentandote de hablar. —Tae Hyun finalmente había dicho lo que necesitaba decir, al ver aquella triste mirada quiso ayudar. —Si necesitas ayuda yo puedo acompañarte para hablar con tus padres.

Huening Kai sonrió para sus adentro, un alfa capaz de ayudarlo había llegado.

—No gracias. —se levantó y volvió a morder su postre. —Me voy a casa.

Tae Hyun se levantó y camino detrás de aquel Omega, quien por dentro estaba lleno de irá y con su corazón confuso.

No veía el final, había sacado toda la ropa del armario y ahora ya se había cansado de doblar y colgar.

—¡¿Por qué tengo tanto ropa?! —se preguntó molesto, pues aún ni siquiera había sacado la ropa que habían ido a comprar.

Un suave golpe se escuchó en la puerta, Soo Bin lo ignoro y siguió acomodando su armario.

—¿Qué haces? —el Alfa entró con un pequeño tazón en manos.

—Acomodando la ropa.

—¿Pero por qué la sacaste toda?

—Porque pensé que sería fácil.

Yeon Jun pudo notar la molestia en el Omega, dejo el tazón en una mesita de noche y se acercó a él, lo sujeto suavemente del brazo y lo llevo a la cama. —Descansa un momento.

Le entrego el tazón y Soo Bin sintió como su boca se hacía agua. —¿Qué es esto?

—Fresas con crema, en la escuela dijiste que tal vez sería un antojo el aroma que según tu oliste.

—Se ven deliciosas.

—Pues comelas, no vas a necesitar el medicamento de la comida, las preparé yo mismo.

—¿En verdad? —Yeon Jun asintió y el Omega comenzó a comer sin miedo de regresar la comida. —¡Están deliciosas!

Con el cubierto pinchó un trozo de fruta y lo acercó a los labios del alfa, quien negó. —Comelas tú.

—Anda, come conmigo.

—Solamente unas cuantas.

Y esas "cuantas" se convirtieron en muchas, tanto así que el postre no les duró casi nada.

—Se acabaron.

—¿Quiéres más?

—No, gracias. Quiero terminar de limpiar aquí. Pero las fresas con crema estaban deliciosas.

—Dejame ayudarte.

—No hace falta.

—Insisto.

—Acepto solamente porque no le veo final a esto.

Conforme acomodaban la ropa que el Omega usaba al no tener su vientre abultado, se imaginaba como sería haberlo visto vestido con algunas prendas.

Soo Bin se sentía bien, en su casa solamente había tenido a su abuelo y de vez en cuando hablaba con Ji Min, pero en esa casa se sentía bien, tenía a su amigo rubio, los padres de esa familia que también lo adoraban, y tenía a Yeon Jun, quien le brindaba una calidez impresionante.

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