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capitulo 48

Una suave brisa agitó las cortinas permitiendo que la luz de la madrugada, se refleja en esos ojos grisáceos e iluminará un poco la oscura habitación donde yacía un hombre con su mirada brillante sobre el rostro de esa persona reposando en sus brazos.

Parecían ser las cuatro y media de la mañana, Dean no se fue a su casa la noche de ayer, todo indicaba que ambos alfas se dieron mucho amor y hubieran seguido sino fuera porque Luther terminó desmayando en la cuarta ronda, esa última llegada al climax lo dejo sin resistencia alguna.

Era imposible que Luther no terminará de esa forma, inconciente, cuando Dean ese alfa mueve sus filosas, sensuales caderas y estimula el cuerpo de Luther de todas las formas posibles.

Y en esta ocasión a Dean le tocó limpiar minuciosamente cada rincón de la habitación, luego de limpiar el cuerpo de Luther Por supuesto, porque para el lo más importante era el joven de ojos celeste.

Solo que en toda la noche de ayer el alfa mayor no puedo pegar el ojo como le hubiese querido, no cuando estaba al pendiente de que nadie entrara a la habitación de su seductor Súcubo.

‹Este es el jodido paraíso, el cielo. Quiero despertar siempre asi, junto a él. Compartiendo nuestro calor, es una lastima que no podre ver esos vivaz ojos celeste al despertar.› Acaricia el cabello desordenado, blanco.

Sonrió tontamente enamorado al ver a Luther babeando, y por momentos mordiendo su pecho mientras sonreía pícaro, a Dean eso le pareció tan jodidamente adorable.

—Me traes tan loco mi Súcubo, estoy perdidamente enamorado de ti.—Besa la frente de Luther.—Por ti estoy dispuesto a todo eso incluye destruir este mundo si me lo pides, también lo destruiría si un día mis ojos no logran encontrarte.

El rostro del joven alfa es suavemente acariciado por los dedos de Dean, se frotan cariñosamente en las mejillas del sonriente Luther. Dean al ver que su novio disfruta de sus caricias aun estando dormido, siguió haciéndolo. Trasmitiendo sus sentimientos de todas las formas posibles.

—¿Por qué debería de existir un mundo donde no pueda verte y mucho menos encontrarte? No puede existir tal cosa cuando tú eres mi mundo, mi Lut—Confesó—Despues de todo esa persona quizás si tenía razón con respecto a que soy un monstruo.

Sus ojos brillaron todavía mas con gran oscuridad al recodar cierto recuerdo de su infancia, "¡Eres un maldito monstruo! ¡Eres tan espeluznante que con solo verte es aterrador, nadie podría amarte! Solo muere, muere." Es algo que le dijo la persona que lo dio a luz, mientras lo estrangulaba.

Todo porque Dean no sonreía y si lo hacía les pareció alguien espeluznantes, las demás mujeres de su padre le solían decir a la mamá de Dean, que su hijo era una cosa defectuosa que solo tenías que verlo para darte cuenta que tenía cara de psicópata.

Lo decían y se expresaba de esa manera de Dean como si todos ellos fueran unos santos, cuando toda esa familia era la culpable de crear un cascarón vacío, solo dejando de sentir compasión por los demás, Dean logró sobrevivir en ese infierno de hogar en que nació.

—Podre ser un monstruo temible y despiadado para todos, pero al contemplar mi reflejo en tus ojos no veo nada de eso. Tú me miras sin miedo y sin temor a ofenderme, no sabes lo perdido e incrédulo que me sentí la primera vez que te vi.

Dean por primera vez supo lo que sentía sentirse e indefenso ante la mirada de alguien mas, ese celeste brillante no le tenía miedo y eso le hizo sentir mas curiosidad por saber cómo lo vería luego de enterarse de quién era él. Pero para su sorpresa y alegría eso ojos celeste lo seguía viendo como la primera que se vieron, sin miedo.

—Esos ojos celestes imperturbables mirándome fijamente, y descaradamente fue una explosión de emociones que no estaba consiente que podría sentir o existir en mí...

—Mmm—¿Quién me está hablando de esa manera? Hay tanto sentimiento en su tono de voz...—¿Dean?—Frota su rostro en la "personalidad" desnuda, babeada, mordida y cubierta de chupetones de Dean.—¿Sigues aquí conmigo?—Mis ojos pensa, sigo teniendo mucho sueño.

Luther estaba escuchando todo, pero al mismo tiempo tiene mucha somnolencia. No es para menos si él se quedó dormido como a las tres y media de la mañana.

—Estoy aquí.—Susurró cerca del oído del contrario.—Sigue durmiendo mi Súcubo, me iré en unos minutos.—Besa la coronilla del joven ojos celeste.

—Sera un pesar despertar y no verte ahí, junto a mí.—Sus ojos a penas podían mantenerse medio abiertos.—Sin embargo, me dejas una nota.—Besa la mejilla de Dean.—Antes no tenía tantos deseos, solo uno y se me cumplió aunque ese deseo traía consigo problemas...ahora tengo uno nuevo.

—¿Cuál deseo?—Él está hablando entre dormido y despierto.—Y prometo dejar una nota antes de irme.

—No soy una persona codiciosa, he estado rodeado de dolor la mayor parte de mi vida.—Para que fue eso, Dean ya estaba rodeado de oscuridad y frialdad pura en sus ojos grisáceos.—Es por eso que está vez seré muy codicioso, y mi deseo es que yo este en tu presente y futuro...me gustas mucho mi Dean.—Cerro sus ojos, quedándose dormido.

Dean no dijo nada y solo arrullo en sus brazos a Luther, sin embargo esa aura fría y oscura al igual que la de su mirada lo decía todo. Si el diablo existiera en ese mundo entonces sería Dean, en estos momentos en verdad parecía un ser de las tinieblas.

—Nos veremos mas tarde.—Arropó a Luther.—Tu deseo ya se hizo realidad.—Susurro dulcemente cerca del oído del contrario.—Ya eres mi presente y futuro.

Dean no quería irse pero tenía que hacerlo antes de que sea atrapado, y como prometió dejo una nota baja el celular de Luther. Acto seguido salió de la habitación cerrado bien las ventanas antes de bajar.

Sus ágiles movimientos y saltos de aquí para allá eran como los de un tigre. No le costó absolutamente nada y ni si quiera había una gota de sudor en su frente.

—¡Dios!—Fausto pego un severo brinco, por poco y su cabeza impacta con el auto.

No se esperaba que al abrir sus ojos, lo primero que vería sería a Dean ahí de pie, tocando la ventanilla del auto. Fausto por un momento pensó que el diablo venía por su alma, oh a ofrecerle un trató millonario el cual le costaría rechazar.

El pobre y muy eficiente asistente a penas y se había quedado dormido, ya no podía seguir despierto para que al final cuando recién pega el ojo venga su jefe y le quite la somnoliento de un buen susto.

—¿Estabas durmiendo?—Preguntó, entrando al interior del auto.—Darte prisa y elimina mi salida de la habitación de mi Súcubo, antes de que Eren vaya a revisar.

Mi cuñado si que es alguien persistente y algo paranoico aunque equivocado no está, tiene todas las razones para sentirse inquieto y presentir que algo no anda bien.

—No como cre.—Por su culpa mis ojos parecen los de un panda.—Nada mas mi estómago ya no puede con tanta cafeína.—No nos enojemos, pensemos en ese hermoso cheque con esos deslumbrantes cero "Suspira" ya me siento muy mejor.

No he podido pegar el ojo por estar manipulando las cámaras de seguridad, ese joven maestro Eren es un hueso duro. Estuvo por varios minutos revisado que nadie haya entrado a la habitación de sus hermanos o padres, pero más en la de Luther, ahí estuvo como media hora analizando que la cinta no estuviera manipulada, en ese instante me sentí tan orgulloso de mis habilidades. Eren no se dió cuenta de nada.

—Jefe, Fausto si estaba durmiendo.—Informó Vladi.—Me ha tocado tirarle agua un par de veces porque no despertaba, era como si fuera una piedra al momento de cerrar sus ojos.—Parecia un niño pequeño quejándose con su padre.—No aguanta nada...

—¡Cállate maldito!—Tira sin piedad de las orejas de Vladi, mientras lo crucifica con la mirada.—Nadie te estaba preguntando porque tienes que ser tan hablador, eres un dolor de culo.

Tuve que soportarlo toda la noche y madrugada como para seguir escuchandoló, es una lastima que esa cara y ese cuerpo lo posee un ser tan irritante como él. Desde que le jugué esa broma en el hospital no me ha dejado en paz, busca cualquier oportunidad para hacerme enojar.

—Soltarme, y podré ser un dolor de culo pero no en el tuyo—Agarra las manos de Fausto.—Eres tan débil, te hace falta entrenamiento...

—¡¿Uh?!

Vladi no midió su fuerza al momento de jalar las manos de Fausto hacia adelante, provocando que Fausto terminará impactado la cara contra el marcado pecho del guardaespaldas.

—¿Terminaron?—Dean los veía como dos enfermos con enfermedad metal muy severa.

Solo nego con la cabeza para luego ver el fondo de pantalla en su celular, era Luther durmiendo sobre su pecho. Si Luther llega ver esa foto puede que se enfurezca porque seguramente pensara que no se ve bien ya que, está babeando al "personalidad" de Dean. Con una expresión pervertida.

—¡No nos mire así!—Fausto se enderezó luego de darle una mirada de odio a Vladi, este también hizo lo mismo.—Solo vámonos de aquí, necesito darme un baño y dormir. Principalmente dormir.

Cómo sea a trave nuestro jefe a habernos como dos locos, cuando él no está en posición de hacer eso porque el único loco aquí y es él. ¿Quién en su sano juicio se tatua una mordida de alguien que ni siquiera era su pareja? Solo él, pero se salió con las suyas. Logró capturar el corazón de Luther Astier, ¿cómo lo hizo? Quién sabe, tal vez brujería que se yo. Solo Luther Astier tiene las agallas de ser el novio del diablo.

—Solo cállese, dormiré un rato. Tu también puedes hacerlo, Fausto.

—No pues, gracias.—Mira su reloj.—Solo que ya no lo veo necesario.—Ya son las cinco y media de la mañana.—Tengo que organizar sus reuniones y los proyectos que se podrán en marcha con el de la familia Astier...—Cayo dormido sin darse cuenta, de verdad se encontraba muy agotado.

—Tan débil, le enseñaré lo que me enseñaron en la marina.—Bufo Vladi pero aun así cubrió del frío a Fausto, con su chaqueta.

Mientras ellos iba de regreso al penthouse de Dean, en la mansión de los Astier, Luther yacía despertando no porque lo quisiera. Si fuera por el seguiría durmiendo pero las ganas de ir al baño no lo dejaba dormir cómodamente.

—¡Ahh, maldición!—Frota su cintura y espalda.—Ayer y hoy en la madrugada me sentí en el cielo, pidiéndo más, pero ahora me siento como la mierda.

No había sido buena idea el levantarse bruscamente de la cama, no cuando ayer Luther tuvo en su interior aquella cosa de tan alto calibre.

—¿Ya se fue?—Toco el lugar donde había estado acostado Dean.—Sigue medio tibio, eso quiere decir que se fue no hace mucho.—Sonríe al ver la nota de bajo de su celular.—La leeré cuando no este somnoliento como estoy ahora.—Bostezó de igual manera que iba frotando su cintura y caminando despacio, porque cada vez que daba un paso la incomodidad en su espalda lo mataba.

Ya estando en el baño y hizo sus necesidades, se lavó las manos pero cuando estuvo apunto de irse nuevamente a dormir, vio su reflejo en el espejo.

"¡¡Voy a matar a ese pervertido doberman desvergonzado!!" es lo único que sus cuerdas vocales lograron articular al ver su aparecía en el espejo. Eso ojos celeste eran como ver dos hermosos y sorprendidos platos, mirando los puntos rojos en todo su cuello hasta su clavícula.

Por mas que lo quisiera ser pasar por picadas de mosquitos por dejar la ventana abierta, sería imposible de creer, ese “mosquito” con nombre y apellido se encargó de enrojecer ese pálido cuello, chuparlo deliciosamente.

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