Unos minutos después de que Luther, llegará a dicha novela.

El ascensor de ese estacionamiento, se abrió lentamente, casi en cámara lenta. Del interior entre un brumoso y espeso humo generado por un puro, salió un hombre fornido de aspecto elegante, su altura bien podría ser de 1.94 metros de altura.

Su semblante es sumamente imponente con esa seductora mirada almendra grisáceo oscuro, cuando te le quedas viendo fijamente, es como perderse en un bello abismo rodeado de una frialdad despiadada e inclusive podrían ser dos hojas afiladas a puntado tu garganta.

De sus sexis y rojos labios se escabulle el humo de ese puro que, es sostenido entre sus delgados dedos cubiertos por esos guantes de cuero negros. Su manera de fumar era como si estuviera modelado e incitandote a comprar esa marca de puros.

Toda su aura a su alrededor era la de un hombre peligro, pero a la vez tiene esa destructiva sofisticación, sobre todo cuando lleva puesta esa vestimenta negra de alta gama, resalta los deslumbrantes atributos de ese desconocido, le daba un aire de un ángel caído que terminó convirtiendose en un seductor demonio.

Al parecer algo no estaba yendo como él quería, en su expresión se notaba esa e irritación, sus cejas gruesas suavemente arqueadas se frunce con molestia.

-Vamonos.-Apaga el puro en el cenicero que sostenía uno de sus guardaespaldas.

Ese guardaespaldas hacia todo lo posible por no ser notado por su jefe, esas venas azules que les advertía su molestia resalta en esa piel de porcelana.

-Envia a los demás a limpiar esa maldita habitación-Se quita la gabardina, sin eso puesto los demás atributos que no se podían ver, quedaron al descubierto.

Esa camisa en definitiva era de alta gama, estaba resistiendo el no romperse al intentar cubrir esa sexy espalda, anchos hombros y unos brazos tan gruesos, especialmente esos pectorales, esos botones parecían estar gritando.

-Ya están yendo en camino, ¿creo que ya están allí?-Abre la puerta para su jefe.-Les llame dos minutos después de que saliéramos de ese lugar.

¿Malditos idiotas cómo pudieron tener la osadía de querer engañar al demonio de mi jefe? Admiró sus agallas y por culpa de esas agallas terminaron muertos. Se lo tenía merecido, aunque es un fastidio tener que limpiar esa habitación más de dos veces a la semana.

Sirvo a un jefe un tanto especial con un temperamento muy corto, aveces es muy frustrate. Pero, la paga es muy buena y conozco a mi malhumorado jefe desde siempre por lo que le tengo un poco de aprecio, pero aguanto todo por la paga, en verdad paga bien.

.-La próxima reunión es en el restaurante a unas cuadras de aquí, el director ya debe de estar esperándole.

-Entiendo...-Algo le puso inquietó por lo que detuvo todo movimiento.

Estaba por subir al auto cuando de repente escuchó los gritos desesperados y el poco aroma que desprende ese joven a unos metros de su auto.

-¿Suave y fresco con un toque a cítrico, floral?-Mueve un poco más su nariz-¿Flores de cerezo?-Ese gris se volvió más oscuro.-Todavía no es momento de que florezcan-Susurró.

¿Su olfato debe de ser anormal cómo para percibir ese olor? ¿Su olfato es e inclusive mejor que la de un sabueso quizás? podía percibir ese olor a flores de cerezo, desde la distancia en la que se encuentran este instante. Admirable.

Él no iba a prestarle atención más de esa poca que le estaba dando, "no era merecedor de ello" pensó. Ese pensamiento cambio al instante, cuando el joven giro un poco dejado al descubierto su hermoso perfil izquierdo de su rostro.

-¿Un sucubo?-Fue lo único que pudieron susurrar sus labios.

Ni siquiera pensó que era un ángel si no qué un sucubo, porqué a sus ojos ese joven era un peligro, es lo que le advierten sus instintos. Vaya forma extraña de admirar la belleza de una persona.

-¿Ceo Dean....?

Dean le dio una mirada filosa a su asistente, indicado que se callara. El asistente de elegante traje gris de cuadros, muy bien parecido de cabellos plateados, calló al instante, sabía que su jefe se encuentra con los nervios de punta.

-¿Él es?-Preguntó con su mirada fija en el joven de cabello blanco, le pareció gracioso e interesante su desquiciado comportamiento conflictivo.

Le entro una gran curiosidad por saber del porqué sus expresiones cambian en cuestiones de segundos, Y eso que Dean, no es de los hombres que sufran de curiosidad, o cosas así. Sin embargo, tiene un temperatura voratil.

-¿Quién? Averiguaré todo de él.-Ve a todos lados.-¡¿Oh, él?!

¿Por qué esa persona se encuentra en este lugar? ¿Desde cuándo el tercero hijo de los Astier, le gustan las apuestas? ¿Otro comportamiento alarmante en él? Pobre familia, un día caerá en la desesperación acusa de su gran amor por él.

-Si no me equivocó, es el tercer joven maestro de la familia Astier, Luther Astier.-Acomoda sus lentes-Un niño mimando y extremamente problemático. ¿Según las lenguas?

¿Que demonios está haciendo? ¿Es normal que un joven maestro como él, se comporte de esa forma extraña? Es como si estuviera peleando consigo mismo. Bien dicen que es un desquiciado arrogante.

-Fausto.

-¿Sí, Ceo....?-Se estremeció al ver esa mirada, Fausto tragó grueso casi inconciente.

¿Qué hice? Su mirada dice que quiere tirarme a la pecera donde se encuentra sus " preciosas mascotas" esos dos hambrientos tiburones, que viven y comen mejor que yo. En ocasiones también quiero ser un tiburón.

-¿Desde cuándo te pago para que creas todas las estupidezes que sueltan esas serpientes venenosas?-Frunce el ceño.

-¿Qué?

Fausto es quien terminó desconcertado, "¿Desde cuándo usted le importado que yo, hablé mal de una persona?" Es lo que quería preguntar, pero por su seguridad prefirió callar, quería seguir viviendo aunque la vida lo tratara como la mierda.

-Hasta sordo te estás quedando.-Niega con su cabeza.

"¡Si, me estoy quedando sordo por su culpa al momento de tortura esos pobres diablos que solo saben gritar!" Es lo que me gustaría decirle.

-¿Cómo se llamaba ese tipo de la última vez, el que quería una cita de negocios?-Apoya su cintura de sirena en el auto, juntando sus largas y muy seductoras piernas. Al parecer no tenía intenciones de irse.

-¿Cuál de todos?-Preguntó confundido.

Hay tantas personas que quieren reunirse con usted, que invierta en esos proyectos, aunque la mayoría de ellos no son nada prometedores a excepción de....

-¿Eren Astier?-Es el único proyecto prometedor, que valía la pena invertir, pero mi jefe ni siquiera quiso darle un vistazo.

Expreso que no le interesaba invertir en el desarrollo del nuevo complejo hotelero en la bahía Soleste. Y la Verdad, eso podría dar unas buenos ganancias, es un espléndido lugar, las personas no van mucho allí por la carretera que es un mierda, solo tenemos que arreglarla.

Ese lugar tiene una vista explendida y si logras abastecer con diferentes atracciones, las familias y parejas les encantará ir de vacaciones allí e inclusive realizar ceremonias sobre el agua.

Lo mejor de todo, que las personas de ese lugar, podrán vender sus productos como los mariscos entre otras cosas, tendrán más trabajo y así como ganacias.

-¿Es el mayor o el segundo?-Enciende un nuevo puro, soltado una bocarada de humo y entre ese brumoso humo que cubre su visión de a poco se fue dispensado, quedado a la vista el rostro de Luther-Muéstrame las fotos de esa familia.-Demandó.

Fausto encendió la tablet sin preguntar el "¿Por qué?" Él diligentemente busco una foto de esa familiar, le costó un poco encontrar una familiar. Es rara la ocasión en la que todos salga juntos porqué cada uno está ocupado en sus respectivos trabajos.

-Está es-Le entrega la tablet.

No se parece en nada a ninguno de esa familia. ¿Es adoptado? El viejo Astier es de cabello cobrizo y ojos marrones. La señora es de cabello rojizo y unos grandes ojos dorados. Cada uno de sus hijos mayores, se parecen a ellos a excepción de ese sucubo.

-El joven maestro Eren, es el mayor-¿Por qué tanto interés en esa familia? No hace mucho ni siquiera los ponía en sus ojos.

-Ya veo-Vuelve a entregarle la tablet.-Vamonos.

Una sonrisa fugaz apareció en sus labios antes de subirse al auto. Una sonrisa que fue vista por Fausto, al cuál casi le provoca un ataque al corazón.

-¿Que fue eso?-Mira alrededor-Sentí un espeluznante escalofríos bajo mi espina dorsal.-Frota sus brazos-¿Es por qué tengo que subir a esa motocicleta para regresar a mi nuevo hogar?

Luther ve fijamente esa hermosa motocicleta negra, antes de llegar aquí, era un milagro si le alcanzaba para el autobús. Por lo que ver esa costosa motocicleta, causa felicidad y un poco de ironía ya que morio al ser arrollada por una.

-Es bueno que no haya quedado con traumas, seria una lastima el no poder conducirla.

Pasa sus manos sobre ese pulcro color negro. Esa motocicleta es un modelo limitado por su rugiente e inigualable motor y la velocidad sobre todo.

-Debo de estar agradecido de ver aprendiendo a conducir en aquel entonces.

Hubo un tiempo en el que Luther, trabajo como repartidor de comida entre otras cosas. Su jefe fue bueno y le enseñó pacientemente en ese momento Luther tenía tan solo 14 años. Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo.

-Bueno, es mejor que me marcher antes de que alguien me observa y piense que estoy loco por hablar solo.

Luther protege su cabeza con un casco negro, sube y hace rugir el motor escandalosamente, un rugido muy grandioso de escuchar. Salió disparando sin mirar atrás.

Me he adaptado muy rápido a mi nueva vida, al mal tiempo buena cara. No me sirve de nada el llorar sobre la leche derramada. Aparté, no es como si mi anterior vida fuera mejor que está.

Mis padres murieron y mis tíos me a llevaron a su casa, en ese momento creí que ellos, en verdad se preocupaban por mí. Pero, no era así.

Solo me recogieron por la simple razón de que mis padres, habían comprado póliza de más de un millón de dólares. Siendo yo, el único beneficiario.

Me enteré de eso luego de que cumplió 18 años, en ese momento ya podía disponer de dicho dinero, pero fue arrebatado por mis tíos. Acusándome de inestabilidad y con problemas de depresión, fuí tan tonto.

Ese dinero así como vino se fue de rápido, sirvió para mis tíos, enviaran a su hijos a una buena universidad, mientras yo. Me tocó asistir a una pública.

Una semana antes de cumplí 19 años, me arrepentí el ver dado ese dinero sin quiera luchar por ello, era mío, me pertenecía.

Sin embargo, ya era demasiado tarde. No es que no haya pensado irme a vivir solo antes de mis 18 años, cuando por fin me iría de esa casa, mis tíos empezaron a esparcir todo tipo de rumores a dónde sea que fuera.

Sus mentiras eran tan creíbles que todos le crían, siendo echado de mi trabajo o me echaban de el departamento que rentaba. Todo para que siguiera viviendo con ellos y viendo a costa mía.

En ese entonces, no sabía del porque me pasaba eso, me enteré de casualidad, cuándo los escuché hablando a mis espaldas mientras, contaban el dinero que les daba por la renta, si, vivía en esa casa como si fuera un departamento el cual tenía que pagar.

De seguro ni siquiera lloran mi muerte, o tal vez sí. La gallinita de huevos de oro se les murió. Van a llorar de dolor porque ya no podrán vivir una buena vida...

-¡Vaya!

Luther se sorprendió al ver el gran portón dorado de esa inmensa y ostentosa villa. Uno de los guardias de seguridad, pincho el botón del control remoto para desliza hacia un lado dicho pontón.

¡Woah! ¿Esté lugar será mi nuevo hogar? Tanto a la derecha como izquierda se encuentra un jardín abastecido de diferentes flores.

En el centro de todo el lugar se encuentra la gran casa de tres plantas, terraza, y un pequeño mirador para observar todo lo que se encuentra al rededor de la Villa. En especial ese lago donde puedes andar en bote e incluso nadar, se ve tan azul. ¿Cuánto dinero costaría o se gasto en la construcción de está espléndida villa?

Luther estaciono su motocicleta frente a la entrada de la casa, a unos metros de esa pequeña fuente. Dejando el casco sobre sobre la moto.

Él Suspiró profundamente, preparándose mentalmente para actuar justamente como el anterior Luther. Solo será por unos días hasta que sea el momento de armar un escándalo en ese compromiso, y de esa manera ser desterrado.

-Bienvenido, tercer joven maestro-Habla respetuosamente la ama de llames, Carmen.-¿Cómo le fue en su salida con el joven maestro Lander?

-Fue una salida agradable-Hablo con sarcasmo-Estare en mi habitación, no quiero que nadie vaya a interrumpir mi sueño a menos que sea importante.

Subio a su habitación, guiándose por los recuerdos de igual manera que llegó a la villa. Suspirando aliviado de que la ama de llaves, no haya notado nada raro en él.