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55. Desasosiego

El colegio era un caos, aún no encontraban a Ginny, ya la habían buscado por todos lados y ni sus luces, Dumbledore no podía culpar a Pansy de su desaparición, porque desgraciadamente, no tenía una prueba palpable y ella había negado todo...

Se sentía triunfadora, porque habia causado el daño mas grande en su haber a una sangre sucia y estaba impune, sonreía abiertamente esa mañana en su tranquila mesa de Slytherin...

-¿Así que Draco bajo al mismo infierno por el alma de esa poca cosa? - Preguntaba mientras comía cereal, con el orgullo henchido y la sonrisa cruenta.

-Dilo bajo - Advirtió Millicent - Los chicos están susceptibles y el profesor Snape nos ha pedido que si no ayudamos, no estorbemos... por cierto ¿Dónde has estado? Como que tú eres la principal sospechosa...

-Sin pruebas, soy libre como el viento - sonrió intercambiando una breve mirada con Líam, en su mesa de Ravenclaw, el chico volvió la cabeza a su tazón de cereal... a unas cuantas sillas, estaba Luna contemplando su plato...

Cuando de repente, él cruzó el umbral y entró rápidamente al gran comedor... Paris estaba realmente cambiado y ella se quedo absorta... No era posible...

Tenía el rostro adusto, bastante serio, con una mirada de pocos amigos y sin duda, con ese porte, esa galanura y ese cabello oscuro y un poco largo que le llegaba a los hombros en unas suaves hondas y... ¿cabello oscuro? ¿Qué no Paris apenas un día antes tenia el cabello castaño acaramelado?

-No mires tan bobamente a París Kavner - dijo una de las chicas - De por si es un engreído porque era junto con Draco, los niños bonitos de slytherin...

-El no... El no tenia cabello castaño ... - Murmuró

-¿Paris? ¿Qué te pasa? Siempre ha tenido el cabello castaño oscuro y esos preciosos ojos color ámbar... ¿A qué no es divino? ¡Ah! Luna, me sorprendes que te fijes en un chico...

La rubia sintió un dejo de tristeza, si, al parecer si había cambiado en todo, en parte de su aspecto físico, sin ese pelo acaramelado que lo hacia mas tierno, ahora, de pelo negro se veía mas agresivo y miro de nuevo a Paris, el chico se acomodaba junto a Blaise y éste de inmediato le contaba lo que había sucedido.

-¿Qué dices? ¿Esa Weasley no aparece?

-No... ¿Por qué crees que casi no hay gryffindor en el comedor? La mayoría esta en el bosque prohibido, otros mas revisando todos los rincones del castillo.

-Bonita manera de perder el tiempo...

-Pues yo si espero que la encuentren - susurró Blaise

-Siempre te ha gustado ¿Eh? Pero la pelirroja está con Potter...

-Que amable eres por recordármelo...

-De nada...

-¿Son los mismos deseos que tienes para con Draco?

-Malfoy se fue a meter a la boca del lobo... si no sale con vida, es su problema... Hermione es una impura y creo que no valía la pena morir por ella...

Blaise rió bajo y siguió almorzando, claro, aunque ya todos tenían eliminado de su memoria lo que había pasado entre Paris y Luna, sabía que Paris nunca había compaginado con Draco... El Paris que era ahora, no tenía sentimientos... y le daban risa las desgracias...

Mientras tanto...

En otro lugar del inframundo...

-Psss... psss... despierta... ¡Oye! despierta - escuchaba una vocecita que le jaloneaba las ropas y se despertó con violencia.

-¿Qué? - preguntó Draco abriendo poco a pocos los ojos y apuntó con su varita... maldijo haberse quedado tan profundamente dormido en una tierra peligrosa.

-Hola viajero - sonrió una pequeña y era la niña mas bella que jamás hubiese visto, esa niña no podría tener mas de ocho años, era delgada y blanca como la nieve, tenía el cabello rubio, muy rubio, casi platinado, y largo, enrulado, unos ojos pardos expresivos, y una sonrisa tierna.

-¿Quién eres? - preguntó el rubio y se dio cuenta que había mas luz, pero sin sol y con los nubarrones negros amenazantes.

-Me llamo Hope - dijo la chiquilla - ¿y tu?

-Draco... Draco Malfoy

-No eres de aquí, tienes ropa de viaje... supongo que buscas el castillo de Lady Kirana

-¿Sabes dónde está?

La pequeña señaló y Draco al volver la vista, se dio cuenta que se había quedado a dormir en la entrada del castillo, había un largo camino para llegar a el y éste era de piedra y muy grande, rodeado de rosales negros y rojos.

-¡Oh!

-Tú no eres como nosotros - dijo la chiquilla, quien lo miraba extasiada, como si fuera la cosa más delicada y más bella que ella hubiese visto... cuando era ella, la cosa mas hermosa.

-¿Cómo ustedes? ¿Cómo son ustedes? ¿Qué son?

-Yo soy un alma que aún no nace, no tiene cuerpo... bueno - sonrió tristemente - somos muchas que aún no sabemos si naceremos, por eso estamos aquí con nuestras cuidadoras, esperando el momento...

-No pareces un alma - dijo Draco y la tocó delicadamente - ¿Dices que te llamas Hope?

-Si...

-¿Quién te puso ese nombre?

-Mi papá - respondió con certeza - aunque aún no lo sabe...

-¿En serio?

-Tienes que entrar al castillo - se volvió la pequeña - Lady Kirana sabe que estás aquí y se molestará mucho si no entras ya...

-Si, claro...

-¡Ten cuidado con ella! - murmuró Hope a su oído - ¡A veces es engañosa! Pero si no entras al castillo, entonces será peor...

-Si, gracias por el consejo

-¿Puedo verte otra vez? - le preguntó la pequeña tímidamente - solo así podría entrar a jugar en los rosales del castillo... ser un alma en espera suele ser aburrido... sobre todo cuando no la escuchas...

-¿Cuándo no escuchas que?

-La voz de la madre... cuando te habla, cuando te canta, cuando te pone canciones de cuna, o cuando discute, o cuando se pone triste... yo no escucho nada...

-¿Cómo?

-Algunos se la pasan escuchando todo el día la voz de su madre... y dicen que es un canto celestial... pero yo no oigo nada... dicen que es porque a lo mejor no me quiere o... no naceré...

-¿En serio?

-La única vez que escuche su voz, solo gritaba... y sentí un dolor muy feo y raro ¡Se supone que no debía sentir! Pero después de eso... solo ha sido silencio... siempre me quedó en silencio por si la escucho, pero nada...

-No te pongas triste...

-¿Entonces puedo venir a verte el tiempo que permanezcas aquí?

-Claro que si... - respondió y extrañado entró a los territorios del castillo, mientras Hope se alejaba hacia el grupo de almas de niños que caminaban de un lado a otro, siguiendo a un ser luminoso alado.

Draco llegó a las puertas del castillo, en donde dos guardias estaban apostados, eran altos, muy altos y luminosos, delgados, como libélulas, hombre y mujer, ambos de color azul, con enormes alas delgadas, y lanzas en sus manos largas, de rostros largos, pero bellos y cabelleras largas que le daban a los tobillos.

-¿Nombre? - preguntaron cruzando sus lanzas en la puerta para impedir la entrada

-Draco Malfoy...

-Asunto Mr. Malfoy... usted no es un alma, es un mago humano...

-Quiero hablar con Lady Kirana...

Los guardias se quedaron en silencio un momento y después quitaron sus lanzas y la puerta se abrió, dejando ver un interior hermoso, elegante, exquisito y lleno de riquezas.

-Pase Mr. Malfoy, Lady Kirana, lo espera...

Draco entró maravillado, el lugar era precioso, la estancia enorme, y veía hombres y mujeres, seres alados que iban de un lado a otro y al levantar la vista, se asustó un poco, al ver un remolino luminoso de almas que daban vueltas y vueltas.

-"El torbellino de las almas perdidas" - dijo de pronto una voz y el rubio se volvió rápidamente - Bienvenido a mis dominios Draco Malfoy... Soy Lady Kirana, catadora de almas...

Lady Kirana estaba ahí, sentada en una poltrona, ataviada con un vestido de telas vaporosas echas de seda e hilos de plata y oro, era morena, de ojos verdes intensos, rostro bellísimo, como de porcelana, con una corona majestuosa, y un cabello rojizo que le arrastraba a los pies.

-Gracias - dijo Draco turbado, en su vida había visto mujer más bella

-Sé a lo que has venido, se por quien has venido, yo la tengo aquí, en mi castillo, sirviéndome...

-¿Sirviéndote? - preguntó extrañado.

-No se que pasó con esa alma, se supone que debió llegar completa y no es así, no pudo seguir su camino y como necesito muchos sirvientes, que limpien mi castillo, se unió al resto de las almas para hacerlo.

-¡Ella no es ninguna sirvienta! - dijo entre dientes.

-Mi querido niño - se puso Lady Kirana de pie, dejando ver un cuerpo perfecto a través de las telas vaporosas - las almas que llegan aquí, no saben quienes son... las almas... no tienen memoria, hasta que llegan a destino paraíso... y aquí no es...

-¿Qué?

-Te daré una habitación - dijo Lady Kirana - serás mi huésped y tal vez mas tarde la veas... en este castillo hay mas de quince mil habitaciones, así que ella estará en alguna...

-¿Por qué no puedo verla ahora? - gruñó

-Nadie dijo que era tan fácil... ¿Acaso no te gusta mi hospitalidad?

-Claro que si... gracias...

-¡Bien! - sonrió Kirana de nuevo - ¡Hiro, llévate a nuestro distinguido huésped a sus habitaciones, el podrá disponer de todo lo que guste! ¡Ah! solo una cosa más, procura no intentar buscarla, porque si te pierdes, no enviaré a ningún sirviente a buscarte...

-Está bien - respondió Draco con paciencia, pensando que a la primera oportunidad de ver el alma de Hermione, saldría huyendo del castillo con ella.

Aunque con quince mil habitaciones...

La labor sería titánica y nada sencilla... Así como la que llevaban a cabo en Hogwarts... Harry no tenia su mapa del merodeador, porque Paris se lo había quitado y no se lo había devuelto y ahora ni se acordaba que lo tenia...

El moreno estaba desesperado, igual que Ron, y es que Ginny, la principal testigo, estaba desaparecida y sin rastro, porque solo Líam sabía en donde la había llevado, tan rápido y toda la zona estaba siendo peinada...

No en el castillo, ni en el bosque, ni en el pueblo, ni en otro lugar al que se pareciera.

Arthur y Molly ya lo sabían y todos sus hermanos estaban enviando cartas, preguntando, volviendo a buscar en el mismo lugar, inclusive Harry habia bajado a la vieja cámara de los secretos y nada...

El colegio era un caos, aún no encontraban a Ginny, ya la habían buscado por todos lados y ni sus luces, Dumbledore no podía culpar a Pansy de su desaparición, porque desgraciadamente, no tenía una prueba palpable y ella había negado todo...

Se sentía triunfadora, porque habia causado el daño mas grande en su haber a una sangre sucia y estaba impune, sonreía abiertamente esa mañana en su tranquila mesa de Slytherin...

-¿Así que Draco bajo al mismo infierno por el alma de esa poca cosa? - Preguntaba mientras comía cereal, con el orgullo henchido y la sonrisa cruenta.

-Dilo bajo - Advirtió Millicent - Los chicos están susceptibles y el profesor Snape nos ha pedido que si no ayudamos, no estorbemos... por cierto ¿Dónde has estado? Como que tú eres la principal sospechosa...

-Sin pruebas, soy libre como el viento - sonrió intercambiando una breve mirada con Líam, en su mesa de Ravenclaw, el chico volvió la cabeza a su tazón de cereal... a unas cuantas sillas, estaba Luna contemplando su plato...

Cuando de repente, él cruzó el umbral y entró rápidamente al gran comedor... Paris estaba realmente cambiado y ella se quedo absorta... No era posible...

Tenía el rostro adusto, bastante serio, con una mirada de pocos amigos y sin duda, con ese porte, esa galanura y ese cabello oscuro y un poco largo que le llegaba a los hombros en unas suaves hondas y... ¿cabello oscuro? ¿Qué no Paris apenas un día antes tenia el cabello castaño acaramelado?

-No mires tan bobamente a París Kavner - dijo una de las chicas - De por si es un engreído porque era junto con Draco, los niños bonitos de slytherin...

-El no... El no tenia cabello castaño ... - Murmuró

-¿Paris? ¿Qué te pasa? Siempre ha tenido el cabello castaño oscuro y esos preciosos ojos color ámbar... ¿A qué no es divino? ¡Ah! Luna, me sorprendes que te fijes en un chico...

La rubia sintió un dejo de tristeza, si, al parecer si había cambiado en todo, en parte de su aspecto físico, sin ese pelo acaramelado que lo hacia mas tierno, ahora, de pelo negro se veía mas agresivo y miro de nuevo a Paris, el chico se acomodaba junto a Blaise y éste de inmediato le contaba lo que había sucedido.

-¿Qué dices? ¿Esa Weasley no aparece?

-No... ¿Por qué crees que casi no hay gryffindor en el comedor? La mayoría esta en el bosque prohibido, otros mas revisando todos los rincones del castillo.

-Bonita manera de perder el tiempo...

-Pues yo si espero que la encuentren - susurró Blaise

-Siempre te ha gustado ¿Eh? Pero la pelirroja está con Potter...

-Que amable eres por recordármelo...

-De nada...

-¿Son los mismos deseos que tienes para con Draco?

-Malfoy se fue a meter a la boca del lobo... si no sale con vida, es su problema... Hermione es una impura y creo que no valía la pena morir por ella...

Blaise rió bajo y siguió almorzando, claro, aunque ya todos tenían eliminado de su memoria lo que había pasado entre Paris y Luna, sabía que Paris nunca había compaginado con Draco... El Paris que era ahora, no tenía sentimientos... y le daban risa las desgracias...

Mientras tanto...

En otro lugar del inframundo...

-Psss... psss... despierta... ¡Oye! despierta - escuchaba una vocecita que le jaloneaba las ropas y se despertó con violencia.

-¿Qué? - preguntó Draco abriendo poco a pocos los ojos y apuntó con su varita... maldijo haberse quedado tan profundamente dormido en una tierra peligrosa.

-Hola viajero - sonrió una pequeña y era la niña mas bella que jamás hubiese visto, esa niña no podría tener mas de ocho años, era delgada y blanca como la nieve, tenía el cabello rubio, muy rubio, casi platinado, y largo, enrulado, unos ojos pardos expresivos, y una sonrisa tierna.

-¿Quién eres? - preguntó el rubio y se dio cuenta que había mas luz, pero sin sol y con los nubarrones negros amenazantes.

-Me llamo Hope - dijo la chiquilla - ¿y tu?

-Draco... Draco Malfoy

-No eres de aquí, tienes ropa de viaje... supongo que buscas el castillo de Lady Kirana

-¿Sabes dónde está?

La pequeña señaló y Draco al volver la vista, se dio cuenta que se había quedado a dormir en la entrada del castillo, había un largo camino para llegar a el y éste era de piedra y muy grande, rodeado de rosales negros y rojos.

-¡Oh!

-Tú no eres como nosotros - dijo la chiquilla, quien lo miraba extasiada, como si fuera la cosa más delicada y más bella que ella hubiese visto... cuando era ella, la cosa mas hermosa.

-¿Cómo ustedes? ¿Cómo son ustedes? ¿Qué son?

-Yo soy un alma que aún no nace, no tiene cuerpo... bueno - sonrió tristemente - somos muchas que aún no sabemos si naceremos, por eso estamos aquí con nuestras cuidadoras, esperando el momento...

-No pareces un alma - dijo Draco y la tocó delicadamente - ¿Dices que te llamas Hope?

-Si...

-¿Quién te puso ese nombre?

-Mi papá - respondió con certeza - aunque aún no lo sabe...

-¿En serio?

-Tienes que entrar al castillo - se volvió la pequeña - Lady Kirana sabe que estás aquí y se molestará mucho si no entras ya...

-Si, claro...

-¡Ten cuidado con ella! - murmuró Hope a su oído - ¡A veces es engañosa! Pero si no entras al castillo, entonces será peor...

-Si, gracias por el consejo

-¿Puedo verte otra vez? - le preguntó la pequeña tímidamente - solo así podría entrar a jugar en los rosales del castillo... ser un alma en espera suele ser aburrido... sobre todo cuando no la escuchas...

-¿Cuándo no escuchas que?

-La voz de la madre... cuando te habla, cuando te canta, cuando te pone canciones de cuna, o cuando discute, o cuando se pone triste... yo no escucho nada...

-¿Cómo?

-Algunos se la pasan escuchando todo el día la voz de su madre... y dicen que es un canto celestial... pero yo no oigo nada... dicen que es porque a lo mejor no me quiere o... no naceré...

-¿En serio?

-La única vez que escuche su voz, solo gritaba... y sentí un dolor muy feo y raro ¡Se supone que no debía sentir! Pero después de eso... solo ha sido silencio... siempre me quedó en silencio por si la escucho, pero nada...

-No te pongas triste...

-¿Entonces puedo venir a verte el tiempo que permanezcas aquí?

-Claro que si... - respondió y extrañado entró a los territorios del castillo, mientras Hope se alejaba hacia el grupo de almas de niños que caminaban de un lado a otro, siguiendo a un ser luminoso alado.

Draco llegó a las puertas del castillo, en donde dos guardias estaban apostados, eran altos, muy altos y luminosos, delgados, como libélulas, hombre y mujer, ambos de color azul, con enormes alas delgadas, y lanzas en sus manos largas, de rostros largos, pero bellos y cabelleras largas que le daban a los tobillos.

-¿Nombre? - preguntaron cruzando sus lanzas en la puerta para impedir la entrada

-Draco Malfoy...

-Asunto Mr. Malfoy... usted no es un alma, es un mago humano...

-Quiero hablar con Lady Kirana...

Los guardias se quedaron en silencio un momento y después quitaron sus lanzas y la puerta se abrió, dejando ver un interior hermoso, elegante, exquisito y lleno de riquezas.

-Pase Mr. Malfoy, Lady Kirana, lo espera...

Draco entró maravillado, el lugar era precioso, la estancia enorme, y veía hombres y mujeres, seres alados que iban de un lado a otro y al levantar la vista, se asustó un poco, al ver un remolino luminoso de almas que daban vueltas y vueltas.

-"El torbellino de las almas perdidas" - dijo de pronto una voz y el rubio se volvió rápidamente - Bienvenido a mis dominios Draco Malfoy... Soy Lady Kirana, catadora de almas...

Lady Kirana estaba ahí, sentada en una poltrona, ataviada con un vestido de telas vaporosas echas de seda e hilos de plata y oro, era morena, de ojos verdes intensos, rostro bellísimo, como de porcelana, con una corona majestuosa, y un cabello rojizo que le arrastraba a los pies.

-Gracias - dijo Draco turbado, en su vida había visto mujer más bella

-Sé a lo que has venido, se por quien has venido, yo la tengo aquí, en mi castillo, sirviéndome...

-¿Sirviéndote? - preguntó extrañado.

-No se que pasó con esa alma, se supone que debió llegar completa y no es así, no pudo seguir su camino y como necesito muchos sirvientes, que limpien mi castillo, se unió al resto de las almas para hacerlo.

-¡Ella no es ninguna sirvienta! - dijo entre dientes.

-Mi querido niño - se puso Lady Kirana de pie, dejando ver un cuerpo perfecto a través de las telas vaporosas - las almas que llegan aquí, no saben quienes son... las almas... no tienen memoria, hasta que llegan a destino paraíso... y aquí no es...

-¿Qué?

-Te daré una habitación - dijo Lady Kirana - serás mi huésped y tal vez mas tarde la veas... en este castillo hay mas de quince mil habitaciones, así que ella estará en alguna...

-¿Por qué no puedo verla ahora? - gruñó

-Nadie dijo que era tan fácil... ¿Acaso no te gusta mi hospitalidad?

-Claro que si... gracias...

-¡Bien! - sonrió Kirana de nuevo - ¡Hiro, llévate a nuestro distinguido huésped a sus habitaciones, el podrá disponer de todo lo que guste! ¡Ah! solo una cosa más, procura no intentar buscarla, porque si te pierdes, no enviaré a ningún sirviente a buscarte...

-Está bien - respondió Draco con paciencia, pensando que a la primera oportunidad de ver el alma de Hermione, saldría huyendo del castillo con ella.

Aunque con quince mil habitaciones...

La labor sería titánica y nada sencilla... Así como la que llevaban a cabo en Hogwarts... Harry no tenia su mapa del merodeador, porque Paris se lo había quitado y no se lo había devuelto y ahora ni se acordaba que lo tenia...

El moreno estaba desesperado, igual que Ron, y es que Ginny, la principal testigo, estaba desaparecida y sin rastro, porque solo Líam sabía en donde la había llevado, tan rápido y toda la zona estaba siendo peinada...

No en el castillo, ni en el bosque, ni en el pueblo, ni en otro lugar al que se pareciera.

Arthur y Molly ya lo sabían y todos sus hermanos estaban enviando cartas, preguntando, volviendo a buscar en el mismo lugar, inclusive Harry habia bajado a la vieja cámara de los secretos y nada...

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