Solo por una noche
¡Hola mis bellezas! Bueno confieso que este one shot quería escribirlo desde hace mucho y que mejor que sacarlo para halloween jeje ( En mi país no se festeja pero me vale xD) Tiene Yukifuyu y Mafuyama, al final se descubre quien poseerá el corazón del pequeño Mafuyu xD. Me base en la película pero no tiene canciones y el otro mundo no existe (quise hacerlo un poquitiiiito mas realista)
Era 31 de octubre, una fecha muy particular. Un ambiente tétrico adornaba el pueblo, una melodía triste sonaba de fondo. Las notas eran tan melancólicas como quien las ejecutaba. Su destino estaba sellado. El simplemente ansiaba libertad, ansiaba seguir su propio camino.
-Si te casas conmigo Yuki, prometo que tendrás todo lo que deseas- era un joven ingenuo, un alma que no entendía de maldad, un niño rico que decidió huir con aquella misteriosa dama, quien en un abrir y cerrar de ojos lo apuñaló, arrebatándole la vida que él tanto ansiaba vivir.
Salió en los periódicos, un chico vestido de novio fue encontrado en el bosque. Su familia lloró, el día se torno gris, su alma siguió allí. Nada lo libraría, nada lo haría estar tranquilo. Estaba condenado a sufrir en silencio.
Los días se transformaron en meses, los meses en años ¿Cuándo acabaría su condena? Aún no lo sabia, aún continuaba varado en aquel bosque, aún se encontraba entre la vida y la muerte. Tenía una misión que cumplir pero ¿Cuál era?
Lo supo cuando lo vio. Aquellos ojos tiernos estaban aterrados. Aquél chico quería huir, no le agradaba para nada lo que estaba a punto de hacer.
-Mafuyu debes casarte con el hijo menor de los Uenoyama. Solo así tendremos más dinero. Te hemos dado la vida, es hora de que nos retribuyas algo de todo lo que te ofrecimos- sus padres eran iguales que los suyos, su rostro era el mismo. En Mafuyu Sato Yuki Yoshida se vio reflejado.
-Lo sé- un suspiro salió de sus labios, su luz se apagó. Tenía que cumplir con lo que le habían impuesto, llorar no era una opción.
Al ingresar en aquella mansión quedó sorprendido por lo oscura que era: las ventanas estaban totalmente cubiertas, la luz no ingresaba, los candelabros eran exagerados. Si lo pensaba bien viviría en una prisión por el resto de su vida.
Dejó que sus padres y los padres de Ritsuka Uenoyama fuesen a charlar amenamente al gran salón mientras él se quedaba allí, expectante, recorriendo cada lugar con su mirada y una vez que se sintió totalmente seguro él cantó. Se liberó de sus emociones.
Con su bella melodía brindó algo de luz al lugar, acción que no paso desapercibida por el joven heredero quien se encontraba en el segundo piso, escuchando a su futuro prometido cantar. Aquello lo emocionó. Su canto realmente era salvador.
-Eres bueno- Sato se sobresaltó. No esperaba que nadie lo oyese, no esperaba encontrarse con su futuro esposo.
-Me gusta cantar pero no me permiten hacerlo frente a otros- para su familia expresarse no estaba bien visto. Debía comportarse como un señorito de sociedad.
-Pues...a mi me gusta tu voz. Sigue haciéndolo cuando estemos juntos-un pequeño sonrojo apareció en su rostro. Un amor inocente y puro estaba naciendo. Dos almas se estaban conociendo.
-Lo intentaré-luego de ese primer encuentro ambos fueron al comedor en donde tuvieron que quedarse callados, en donde el silencio reinaba, en donde nadie los escuchaba.
-Oí que la asesina serial sigue matando jóvenes cada 31 de octubre. Para mi son puras patrañas- la madre de Mafuyu no creía en cuentos.
-Es verdad. Son solo inventos que arma el pueblo para asustar. No son fiables- la madre de Uenoyama tampoco.
-Entonces la boda se realizara el 31. Es la única fecha en la que está disponible la capilla- ninguno podía huir de su compromiso ya que solo faltaban tres días.
-Estoy de acuerdo con Lord Sato. Les diré a mis sirvientes que preparen todo. Los ensayos comenzaran mañana-los novios no volvieron a hablar pero no les desagradaba la idea de permanecer juntos. Sus corazones latían sincronizadamente mientras se miraban.
Al día siguiente la historia comenzó a escribirse.
El ensayo fue un desastre, ambos estaban nerviosos por la presión que ejercían sus progenitores, ambos se olvidaban las frases, ambos estaban haciendo enojar mucho a quien los casaría, sin embargo todo entró en caos cuando Mafuyu arrojó sin querer la copa de vino en el vestido de Lady Uenoyama.
-¡Agh! ¡Este niño no sirve para nada! Quizás reconsidere casar a mi querido Ritsuka con él. No vale ni nuestro tiempo- el castaño se sintió pésimo, su familia iría a la ruina por su culpa, no había cosa que haga bien.
-Mamá no es para tanto- el azabache trató de defenderlo pero fue en vano.
-Claro que si ¿Qué pasaría si ocurre esto en la boda? ¿Eh? No lo permitiré- el más bajo no aguantó y salió corriendo de allí, con el anillo, con su traje, con todo lo que tenía. Quería escapar, quería gritar, quería simplemente desaparecer del mundo.
Cuando entró en el bosque una melodía llamó su atención, una cruel y sádica melodía que lo entristecía. Aquellas notas, aquél tiempo, aquella intensidad ¿De donde provenía?
Siguió caminando hasta encontrar una capilla abandonada en medio de donde estaba. Tenía terror de entrar allí, sin embargo su instinto fue mayor y abrió la puerta encontrándose a un rubio que tocaba el piano con mucha nostalgia.
Su traje estaba desgarrado, su piel era pálida, pero sus sentimientos parecían intactos. La soledad lo invadió de repente.
Sin querer interrumpir él se quedó escuchando. Su corazón dolió. Aquella alma necesitaba compañía.
Cuando terminó la pieza un llanto desalmado se escuchó. El pianista estaba dejando salir todo lo que había guardado, él necesitaba un abrazo de sus padres, él...ansiaba volver a vivir.
-No quiero molestar pero... ¿Por qué lloras?-¿De donde venía esa voz? ¿Por qué le sonaba tan familiar?
-Lloro por mi pasado, por mi futuro, por mi hoy y tú ¿Qué estas haciendo aquí?- sus ojos eran de un profundo marrón claro. Su cabello era tan rubio como el sol, sus manos eran grandes pero a la vez delicadas.
-No quiero volver de donde vine. No me necesitan. Soy inútil allí-Yuki se sentó a su lado. Así se sentía él con su familia.
-Entiendo muy bien eso. ¿Qué tal si te quedas aquí algunos días? Puedes hacerme compañía ya que la mayoría del tiempo estoy solo- ¿Confiar en aquél sujeto? ¿Estaba demente? No...sin embargo por alguna razón sentía que no le haría daño.
-Creo que aceptaré-sin más se presentaron. Yuki no iba a decir que estaba muerto ya que aún continuaba sin entender el porque seguía en el mundo de los vivos y Mafuyu tampoco deseaba hablar de su vida.
-Así que ¿Te gusta mucho el piano?- la respuesta era si. Al principio fue una obligación sin embargo se convirtió en lo único que lo mantuvo cuerdo en aquellos días.
-Es mi forma de expresar los sentimientos que guardo ¿Tú tienes alguna?- el castaño sin esperar se levantó de su asiento y comenzó a cantar la melodía que minutos atrás el mayor estaba tocando. Cuando Yuki salió de su asombro también lo acompañó con su instrumento. Piano y voz hacían el mejor dueto jamás escuchado.
-Tu voz....es desgarradoramente hermosa- ambos rieron. La facilidad con la que se acostumbraron el uno al otro fue aterradora.
-Huí porque no pude decir bien mis votos de matrimonio ¿Patético no?- claro que no. Él se los sabía de memoria por haberlos escuchado año tras año.
-Con esta mano, yo, sostendré tus anhelos- Sato estaba muy sorprendido. Yuki se acercaba lentamente mientras decía aquello-.Tu copa nunca estará vacía, porque yo seré tu vino- la dulce mirada que le ofreció lo mantenía cautivo. No podía apartar sus ojos de aquel rubio-.Con esta vela, alumbraré tu camino en la oscuridad- ¿Por qué el no era capaz de memorizar aquello?-.y con este anillo...-no pudo terminar la frase, le era imposible no recordar a esa mujer que lo hirió tanto, aquella doncella que lo destruyó.
-Yo te convierto en mi esposo- pero nunca esperó que Mafuyu terminara la frase y le colocara su anillo. Aquél gesto había sido tan sanador.
-Al menos te sabes la ultima parte-Yuki quería abrazarlo, necesitaba hacerlo pero ¿Cómo trasmitir calidez cuando él era el invierno encarnado?
-No me casaré. Es bueno que piensen que desaparecí. Uenoyama Merece a alguien mejor...- solo por una noche ambos fueron sinceros con ellos mismos, compartieron música, rieron a carcajadas, solo por una noche se permitieron vivir.
Al día siguiente Ritsuka se encontraba muy preocupado. Su pequeño prometido no había vuelto, la policía ya lo estaba buscando. Se sentía un inútil por no poder hacer nada.
-Mi pequeño...mi hijo...solo quiero que aparezca- Lady Sato lloraba sin parar mientras que los padres del contrario estaban muy enojados. La boda se cancelaría y todo era culpa de aquél niño.
- Si no aparece antes de que el sol se ponga la boda se cancelara y buscaremos otro pretendiente para nuestro Uecchi. Eso es todo- a ellos solo le importaba la unión. Daba igual lo que pasara con el chico.
-De acuerdo. Ya mandamos guardias a todos lados. Es imposible que no lo encontremos- Los Sato aún guardaban esperanza de encontrar a su fuente de dinero y Uenoyama decidió buscarlo por él mismo. No se quedaría de brazo cruzados ya que no deseaba casarse con nadie más.
Mientras tanto un espíritu atrapado y un novio en fuga se hallaban paseando por el bosque, el cual seguía igual que en la noche, espeluznante y tétrico.
-¿Cómo puedes vivir en este lugar? ¿No extrañas el sol?- la verdad era que Yoshida prefería aquél paisaje porque le recordaba la tragedia de ser ingenuo. Allí mismo Lady Nakamura lo asesinó.
-Para que ver el sol, cuando te puedo ver a ti- una sonrisa satisfactoria apareció en sus labios cuando el contrario se sonrojó levemente.
-No digas cosas extrañas- un roce de manos fue compartido, sin embargo Mafuyu se sobresaltó al sentir la mano del contrario tan fría.
-Lo siento...no debe ser agradable tocarme-pero al más bajo poco le importó ya que volvió a tomarla y sonrío como si fuese un niño pequeño.
-Entonces yo te daré calor-y así continuaron su camino. Ambos tomados de la mano, ambos compartiendo sueños y risas, ambos siendo el uno para el otro, o eso era lo que pensó Ritsuka al verlos.
¿Cómo pudo ser tan ingenuo? ¿Como se dejó engañar por aquél chico? ¿Por qué arriesgó su pellejo para ir a buscarlo cuando en realidad él estaba muy bien en los brazos de otro hombre?
Sin querer ver más se fue, dolido, triste, porque a pesar de no haber pasado mucho tiempo con el chico, su corazón si sintió una verdadera conexión. Que idiota.
Aquello no había pasado desapercibido por Yuki Yoshida, quien había visto al azabache irse pero poco le importaba. Mafuyu era su salvación, Mafuyu era su luz. No podría dejarlo ir, no quería.
-¿Ocurre algo?-el castaño vio el rostro triste del contrario y se preocupó.
-No es nada. Solamente que tu compañía me agrada mucho. Gracias-otro día pasó. Nadie los encontró, nadie los vio. Ellos siguieron creando un mundo alternativo mientras que la realidad era otra.
-La boda queda cancelada. Mañana es 31 y todavía no hay rastro de Sato. Que vergüenza, su hijo es un descarado- El menor se encontraba harto de aquello. No quería que lo mencionaran.
-Lo sentimos mucho. Es muy difícil para nosotros no haberlo encontrado -Aunque por fuera lo sentían, por dentro estaban furiosos con su hijo.
- ¿Interrumpo?- todos voltearon para contemplar a una hermosa joven, de cabello oscuro como la noche y ojos tan azules como el mar. Aquella mujer era símbolo de una belleza envidiable.
-¿Quién eres tú?- Lady Uenoyama no quería más sorpresas
-Pues escuché que su hijo quiere casarse y yo enviudé hace poco. Quisiera compartir mi gran fortuna con alguien más. Soy Kaori Nakamura- ¿Kaori Nakamura? ¿La mujer más rica de allí?
-Pero por supuesto que te aceptamos en esta familia. Él es nuestro heredero, Uenoyama Ritsuka-¿Quién era ella? ¿Y por qué ahora estaba condenado a casarse?
-Es un placer. Eres muy apuesto y de seguro tienes muchos sueños que realizar ¿No es así?- ¿Por qué hablar con ella le resultaba tan esperanzador?
-Claro que si- sin esperar más ambos dieron un paseo por el gran establecimiento. La extraña joven parecía querer todo lo que el contrario anhelaba, estaban conectados, en sincronía. A Uenoyama no le pareció tan mala idea, sin embargo, su corazón aún dolía por Mafuyu.
El día de la boda llegó, los preparativos estaban siendo realizados, los padres de Uenoyama se encontraban felices por la unión. Nada podía salir mal. La noche era resplandeciente las estrellas igual, la luna estaba en su punto máximo. Aquél paisaje era aterradoramente bello.
-Mi querido prometido... ¿Me harías el honor de acompañarme al bosque? La luna esta muy bella y quisiera verla antes de nuestra boda-¿Por qué querría aquello?
-De acuerdo. Solo por unos instantes ya que mis padres se molestaran-otro ingenuo chico pasaría a ser la victima de la asesina serial. La profecía del 31 de octubre se cumpliría nuevamente.
Yuki estaba muy nervioso. Aquella fecha le traía horribles recuerdos, aquella fecha era horrorosa, sin embargo ahora que tenía a Mafuyu a su lado nada podía ser tenebroso. Con él todo era más bonito.
-Mafuyu...debo confesarte algo...yo... en realidad estoy muerto-no quería que le tuviese asco, no quería asustarlo, simplemente ansiaba llevarlo con él, quería ser libre, quería que estén juntos por toda la eternidad.
-Vaya...pero ¿Cómo es que puedo verte?- aquello le atormentaba.
-Aún no estoy del todo muerto. Es como una maldición. Tengo una misión que cumplir y ya sé cual es, debo casarme contigo. Tú me has ayudado, eres mi luz, mi salvación, lo único que hizo que yo sonriera luego de tanto tiempo. Un día como hoy morí y un día como hoy volveré a ser feliz-¿Estaba hablando enserio?
-Yuki...yo...no lo sé- por su mente aún rondaba su familia, su prometido, sus sueños, sus anhelos ¿Era capaz de dejarlo todo?
-Por favor... ya no quiero estar solo nunca más. Me acostumbré a tu compañía-¿Hasta que la muerte los uniera? No lo sabía...pero aquél rostro, aquellos ojos, no tuvo corazón para abandonarlo, no quiso hacerlo.
-De acuerdo. Lo haremos- en aquella pequeña capilla una unión iba a realizarse.
Ambos tenían sus trajes puestos, ambos sentían amor, ambos estaban decididos, ambos estarían juntos mas allá de la muerte.
-Yo...Mafuyu Sato...prometo sostener tus anhelos. Tu copa nunca estará vacía porque yo seré tu vino. Con nuestra luz iluminaremos los caminos mas oscuros y con este anillo te considero mi esposo- su pequeño era tan hermoso, aquellos ojos soñadores, aquella voz tan dulce. Todo él era perfecto.
-Yo... Yuki Yoshida...prometo ser quien sostenga tus anhelos. Tu copa nunca estará vacía porque yo seré tu vino. Con nuestra luz iluminaremos los caminos más oscuros que tengamos que pasar y con este anillo...con este anillo...-no, no podía condenarlo, no a él, no con aquél anillo maldito. Mafuyu era lo más hermoso que tenia, no quería arrastrarlo a una vida en la oscuridad por su egoísmo.
-¿Qué sucede Yuki?- para estar con él Mafuyu debía renunciar a su vida, una vida que todavía podía vivir, una vida que a él le arrebataron.
Antes de poder contestar unos gritos se escucharon. Sin dudarlo ambos salieron del lugar y la escena que contemplaron fue aterradora: allí se encontraba esa mujer, tratando de quitarle la vida a otro joven.
-¡Suéltame! ¡Mi familia se enterara de esto!- Ritsuka luchaba con todas sus fuerzas mientras Kaori con su velo de novia y su cuchillo sonreía.
-Los muertos no hablan cariño. Es hora de quedarme con toda tu fortuna y luego ir por mi siguiente victima-pero antes de que pudiese hacer algo Mafuyu gritó.
-¡No!- La mujer levantó su mirada, encontrándose con aquél niño y con...no,no, era imposible.
-¿Me recuerdas?-¿Qué estaba viendo?
-Esto es imposible. Tú...tú... ¡Estas muerto!- por causa del shock Uenoyama pudo liberarse y fue corriendo a los brazos de Mafuyu quien lo abrazó tiernamente.
-Lo estoy pero por alguna extraña razón sigo aquí. Quizás mi destino es arrebatarte la vida- en un cerrar de ojos Yuki la asesinó. De la misma manera en la que ella lo había echo. Por fin la justicia había llegado.
-Yuki...- Uenoyama lo había apresado tan fuerte en sus brazos que él no podía liberarse.
-Mafuyu...creo que esto tenía que hacer. Debía acabar con esta locura. Ahora entiendo, que tú no podías salvarme, tú no puedes pertenecerme, nuestros caminos deben separarse-las lagrimas del menor no tardaron en aparecer-. Ustedes deben ser felices. Veo que hay amor y ambos están vivos. Disfruten de la vida, realicen sus sueños, dejen de ser marionetas de sus padres. Aprovechen la oportunidad que tienen...la cual yo tiré a la basura por ser tan disconforme e ingenuo. Mis padres quizás me esperan, tal vez encuentre a alguien allí arriba- tanto el castaño como el azabache asintieron. Sin embargo antes de irse Mafuyu lo besó.
-Gracias por traer luz a mi vida Yuki. Quizás yo no pude salvarte...pero tú me salvaste a mí- había echo lo correcto, su alma se encontraba en paz.
-Jamás dejes de expresarte Mafuyu, tu voz merece ser escuchada por todos- envuelto en una hermosa niebla él desapareció, dejando el mundo mortal.
-Nunca te olvidaré Yuki- siempre llevaría en su corazón al rubio.
-Entonces... ¿Quieres realizar sueños conmigo?- el azabache sonrío. A pesar de todo su corazón le habló con honestidad. Él se encontraba enamorado de Mafuyu.
-Claro que si- ambos chicos se fueron lejos, lejos de sus familias, lejos de aquél pueblo. Ambos decidieron vivir ya que se lo prometieron.
Mafuyu se volvió un cantante muy reconocido. Su talento era deslumbrante y su manera de transmitir las emociones enloquecía a las personas que pagaban buenas cantidades para verlo.
Uenoyama por su lado se volvió escritor. Su libro "La asesina que viste de blanco" se volvió muy famoso, revelando así su propia experiencia y con ello pudo dar credibilidad al mito de la asesina serial del pueblo en donde vivían.
Ambos siguieron juntos hasta el final de sus días.
Quiero aclarar por que termino así xD: para mi en la película Emily no quiso ser egoísta y arrebatarle la vida a Victor por un amor que no sabían si funcionaria, yo pienso que ella decidió que el vivirá lo que ella no pudo y por eso lo dejo ir con Victoria. Quizás a muchos no les gusto el final pero yo pienso que fue la mejor decisión<3
Listo era eso jeje, millones de gracias a quien se tomo el tiempo de leer esto<3
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