V
Como se aclaró, los servicios sociales visitaron a Víctor y Mayo en su propiedad. El equipo iba acompañado de Ari, más los papeles de adopción, pues si todo salía bien, se podrían firmar los documentos ahí mismo.
Mayo era una persona con cabello morado teñido, ojos celestes y medía 1.68 de altura. Contaba con 26 años de edad, siendo menor que su compañero.
Licenciatura en Pedagogía y aprendiz de Policía.
Víctor era alguien de cabello castaño, ojos verdes y midiendo 1.79 de altura. Contaba con 27 años de edad, siendo mayor al otro.
Él hizo su carrera policial, formando parte de la Secretaría de Seguridad Pública y, con los recientes sucesos, es policía de investigación designado.
El domicilio de la pareja constaba de una casa realmente más grande de lo normal, ya que ahí también vivían muchas personas, todos amigos de ambos.
La lista de los inquilinos era la siguiente:
• Javier, alias "Trollino", el mayor de todos con 31 años de edad; pelinegro y de ojos azules.
Obtuvo su Licenciatura en Derecho, especializándose en abogado de familia.
• Rubén, alias "Timba", el segundo mayor de 29 años, pareja de Javier; cabello azul teñido y de ojos negros.
Finalizó la Licenciatura en Medicina y se especializó en Pediatría.
• Ramón, alias "Rius", es considerado el niñero de la familia con 25 años de edad; cabello blanco con puntas rojas, ojos heterocromáticos de color rojo (derecho) y negro (izquierdo).
Completó su Licenciatura en Psicología y por eso es el responsable de los pequeños.
Los dos más jóvenes del hogar:
• Andrés, alias "Sparta", de ocho años de edad, hijo de Timba; cabello castaño claro y ojos cafés del mismo tono.
• Miguel, alias "Mike", 6 años de edad, hijo de Trollino; cabellera rubia y de ojos color gris.
Estos últimos mencionados vendrían a ser hermanos debido a la relación de sus progenitores. Asisten a la escuela, pues todos los miembros de la casa se preocupan por su educación.
Lo explicado anteriormente fue el perfil de las personas que compartían techo con los futuros padres y eso se entregó a los encargados de verificar que existiera un vínculo sólido para que Raptor viviera en completa tranquilidad con su próxima familia.
—Bien —habló uno de los trabajadores checando los datos—. Parece que todos aquí tienen una profesión relacionada al bienestar de los niños. ¿No laboran en el Departamento Integral de Familias? —les cuestionó.
—Lamentablemente no. Solo nos dedicamos a cuidar de nosotros —respondió el de ojos celestes.
—Está perfecto y... Al parecer no tienen antecedentes de ser mala gente. Como ya saben, el pequeño Ari viene de un lugar donde fue criado por puras mujeres y que cambien sus alrededores, puede ser difícil. También el hecho de lo que ocurrió en el orfanato y la pérdida de sus compañeros.
—Lo entendemos, así que haremos lo que esté en nuestras manos para darle la vida que merece —prometieron.
—Entonces —se colocaron documentos y un bolígrafo sobre la mesa—, depende de ustedes aceptar a Ari —sonrió.
El primero en firmar la petición fue Mayo y lo hizo con una expresión de suma felicidad en su rostro. Víctor le siguió, pero más relajado.
A lo último, la pareja agradeció a los otros con un apretón de manos y, con su solicitud llena, se fueron a recibir a su nuevo hijo. Lo encontraron en la recepción del centro de adopción, siendo custodiado por una empleada del lugar.
Cuando ambos vieron al castaño oscuro, el menor de los dos se posicionó en cuclillas e intentó llamarle.
—Hola, pequeño —saludó amable—. Hora de ir a casa.
Él se veía desconfiado, aunque después recordó que ellos lo habían salvado y fue fácil convencerlo; seguía siendo un niño muy inocente. Fue junto al pelimorado y le brindó un abrazo rápido, para separarse luego.
—¿Cómo te sientes con todo esto? —le cuestionó Mayo.
—C-creo que bien —titubeó—. E-estoy nervioso.
—Es normal —agregó el de ojos verdes—, pero en nuestro hogar también hay dos niños; uno de tu edad y el otro más pequeño.
—¿E-en serio? —dudó el más chico.
Los mayores afirmaron moviendo su cabeza y tomaron cada uno de las manos al de ojos bicolor, así dándole más confianza.
[...]
Después de media hora, ellos tres llegaron de vuelta a la casa y allí los recibieron los traviesos que se encargan de hacer felices a los adultos; Mike y Sparta.
—¡Víctor! ¡Mayo! —gritaron ambos al unísono y fueron a recibirlos.
Mientras el rubio se enganchaba a la pierna del de ojos celestes, el castaño claro lo hacía con su contrario. Por su parte, Raptor solo veía desconcertado, escondido en la espalda del pedagogo.
—Ay, jaja, siempre tan enérgicos —mencionó el pelimorado.
El más grande de los niños logró notar que había alguien adicional junto a la pareja y al asomarse, vió a quien sería su nuevo mejor amigo.
—¿Y él quién es? —preguntó el de ojos cafés.
—Oh, je, eh... Él es nuestro hijo, Spartita —le respondió Víctor—. Empezará a vivir con nosotros a partir de hoy.
—¿¡En serio!? —se emocionó con la noticia—. ¡Síí! ¡Tenemos alguien más con quien jugar!
Este jaló de la mano a su compañero y lo llevó a su habitación, riendo por el camino. Al ingresar al cuarto, Andrés comenzó a enseñarle sus juguetes al pelicastaño oscuro y unos segundos más adelante, también entró su hermanito.
—T-todo está muy bonito —halagó el de ojos heterocromáticos—. ¿Cómo te llamas?
—Andrés, pero me dicen Sparta —sonrió—, ¿Y tú?
—A-Ari y m-me decían Raptor —dijo tartamudeando.
—¿Raptor? ¿Por qué?
—P-porque me gustan mucho l-los dinosaurios, n-nada más que mi ropa s-se quemó.
—¿Cómo?
—U-un accidente.
—¿Qué pasó?
El de ojos cafés era un pequeño bastante curioso y jamás le había dado miedo o vergüenza preguntar cosas que quería saber.
—Ehh... U-unas personas quemaron el lugar e-en donde vivía antes y m-muchos murieron; me quedé solo un t-tiempo.
—Ohh, bueno, aquí ya estás seguro —afirmó Sparta—. Seremos amigos tú, yo y mi hermano —presentó al mencionado—. Él es Miguel y le decimos Mike de cariño.
—Ho-hola —movió Ari su mano de lado a lado.
El de ojos grises realizó la misma acción, tomó uno de sus peluches y se lo otorgó al nuevo.
—Este me hace sentir mejor —declaró Mike—. Puedes dormir con él las noches que lo necesites.
—G-gracias... A l-los dos —mostró una sonrisa en su rostro.
Desde fuera del dormitorio se encontraban los padres del recién llegado. Escuchaban la conversación para asegurarse de que realmente los menores tendrían una buena convivencia.
—Parece que no fue mala decisión —convenció Mayo a su pareja y lo abrazó por un costado.
—Tienes razón —correspondió—. Ser padre es una experiencia nueva para mí...
—Pero sé que lo lograrás, amor —interrumpió brindándole apoyo—. Ambos lo lograremos.
—¿De verdad no sobrevivió nadie? ¿Ningún niño más?
—Solo los que ese científico loco se llevó y no sabemos dónde seguir buscando —informó con tristeza.
—Deseo que esta pesadilla termine de una vez.
—Yo también —soltó un suspiro—. Ya habrá paz, tranquilo.
Los dos se retiraron a la cocina, pues debían preparar la cena para cuando todos estuvieran reunidos.
[...]
20:28.
A esta hora ya se hallaba completo el grupo, sentados al frente de la mesa y solo faltaban los niños.
Andrés y Miguel corrieron con sus respectivos padres biológicos, saltaron a su regazo y unos pasos más lejos, el castaño oscuro contemplaba la escena, quieto.
Al percatarse de la presencia de este último, los integrantes voltearon a verlo, provocándole sus problemas de ansiedad al más chico.
El pelimorado notó eso, entonces fue con él, se agachó a su lado y lo abrazó.
—No pasa nada, pequeñito —acarició su espalda—. Ellos igual serán tu familia de ahora en adelante, ¿Sí?
Este asintió.
Cada una de las personas se presentó con Raptor y cuando terminaron, al mismo tiempo dijeron:
—¡Bienvenido a tu nuevo hogar, Raptorcito!
De este lado, él ya estaba teniendo el amor que siempre quiso e imaginó.
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[N/A]
[🖤🥀] Y ahí quedó la descripción de los personajes que estarán en esta historia. Son poquitos y ahora creo que no haré propios :^
¡¡¡Bye!!!
-AshleyHgoRdz
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