Querido Diario:

Nunca pensé que fuera a enamorarme, nunca pensé que el amor sería tan duro, tan doloroso, me siento tan débil después de ser herida por un balazo más grande que mis ilusiones al punto que las apagó para siempre.

No pude continuar en la fiesta manteniéndome de pie, les dije a mis padres que me sentía mal y el vals se fue al olvido. Me sentía débil, me destrozó en vida.

Mateo, yo sí te quería, yo sí te he perdonado todo lo que me has hecho con tan solo ver tu sonrisa, pero me di cuenta que yo nunca iba a ser suficiente para ti. Me hiciste caminar por tus mentiras creyendo que estaba en el cielo para luego empujarme hacia el infierno. Lo lograste, ¿sabes? Todo dentro de mí está roto.

En mi mente se quedó el reto de tener lo que todos dicen que es difícil obtener, y no me daba cuenta de que estaba cayendo en una ilusión muy grande. Lo peor de todo, que incluso llegué a enamorarme.

No me estaba dando mi valor. No, no respetaba mis decisiones aceptando las oportunidades para que una persona interesada pudiera lastimarme.

Incluso lucía nervioso cuando me miraba empapada de lágrimas, cuando estaba por llegar la hora de su confesión.

¿Y entonces qué pasó con mis sentimientos? ¿Qué significaban sus muestras de nerviosismo?

¿Se veía nervioso porque no quería herir mis sentimientos, o porque quería herirlos de verdad?