36
Miles observó a la chica de pie en su puerta, tenía un sueter negro y su cabello atado a una coleta, no era común verla así, Lianne solía siempre vestirse de colores muy llamativos, nunca la había visto de negro. Ella le mostró una sonrisa cerrada y metió sus manos en los bolsillos del suéter.
—Necesito hablar contigo, Miles—fue lo que le dijo, Miles permanecía shockeado por tenerla al frente. No era martes, sino jueves y ya casi oscurecía por lo que no sabía qué estaba haciendo ahí—¿Miles? —le dijo dudosa.
El chico salió de sus pensamientos y la miró.
—Ah, yo, sí—le dijo incoherente. Se echó hacia un lado en la puerta—. Pasa—la pelirroja entró a su casa y juntos caminaron hacia el comedor.
—Siento que la conversación cuando conociste a Adam no estuvo completamente terminada—empezó a hablar—, disculpa que tardé mucho, pero no sabía cómo acercarme, me habías estado esquivando.
—Dejaste claro que sólo seríamos amigos—él le respondió—, entonces no debes darme una explicación.
—Lo sé, pero quiero que sepas que las cosas no deben cambiar entre nosotros—le dijo—. No quiero que cambien; soy la misma persona con la que hablabas tres semanas atrás, y sé que tú también. ¿Por qué siento entonces que no está igual todo?
«Porque me sentí traicionado»—pensó el menor.
—No sabía que tenías novio, yo de verdad pensé que podía tener una oportunidad—confesó sintiéndose expuesto ante ella—. Sé que esto de la amistad entre nosotros no funcionará porque yo no quiero ser tu amigo, Lianne.
—Miles...
El castaño suspiró, se sentía tan tonto contándole eso. Quería solo desaparecer, ¿por qué había ido a verlo? ¿Quería hacerlo sentir peor?
—Comprendo todo, sé que Adam es un buen chico y estoy celoso por eso. Alan me contó un poco de su historia y sobre Dione y comprendí por todo lo que ambos pasaron para estar juntos y sé que no debo entrometerme. En realidad no quiero entrometerme, me gusta que estés con él porque te hace feliz y creo que si quieres a una persona, debes dejar que sea feliz.
—Entonces, ¿qué sucederá? Entre nosotros...
—Intento verte como una amiga, el viernes saldré con Maia y ella me agrada, según Jensen puede que me guste un poco, así que estoy dándome una oportunidad para que eso suceda con ella—le dijo, Lianne sonrió. Ella de verdad se alegraba por Miles, ella quería que él estuviera con alguien. Era joven y muy tierno, dos razones por las que debía ser feliz. Y sabía que Maia podía lograrlo, aunque ella no la conociera.
—Eso es lindo.
—Sí, ella es linda, y cree que yo lo soy—comentó con la mejillas sonrojadas, Lianne sostuvo la risa por lo tierno que se veía—. La cosa es que es muy directa y a veces me pone muy nervioso eso. No sé cómo actuar con chicas cerca, hasta Marvin es mejor galán que yo, y es un gato.
—Entonces, ¿Cómo quedan las cosas entre nosotros? —Miles quedó pensando un momento.
—Seguirán igual, te esperaré los martes sólo para saludarte. Me cantarás una canción, hablaremos de cosas sin sentido mientras esperas a que te busquen y me aseguraré de que Adam se comporte como debe—dijo lo último con un tono serio—. Ya lo vi y no es tan musculoso así que si hace algo mal, puedo darle una lección, o puedo pagarle a alguien para que lo haga.
Bromeó, Lianne le sonrió. Al parecer las cosas quedarían bien entre ellos.
—Ya es tarde, ¿no deberías ir a tu casa? —la pelirroja asintió, ambos se levantaron de la silla y caminaron hasta la puerta.
— ¿Hasta el próximo martes? —le preguntó sonriendo.
—Sabes que estaré aquí esperándote—respondió, Lianne besó su mejilla para luego marcharse. Miles cerró la puerta y con una sonrisa satisfecha le escribió un mensaje a Maia.
Al final, no había sido tan malo fijarse en la chica que veía sólo los martes.
¿Fin?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro