31
Miles sentía que todo estaba saliendo perfecto, llevaba casi dos horas en la feria y no se sentía incómodo, Maia sin duda era una grandiosa compañía, era divertida, amigable y sabía hacerle sentir escuchado en cada palabra que él le dijera, y eso le gustaba.
Claro, no podía olvidar a Lianne de un día a otro pero Maia hacía que no pensara en ella cuando estaban juntos y eso a él le encantaba. Iban de parque en parque montándose en cada una de las atracciones de la feria, incluso Miles ganó al tiro al arco obteniendo de regalo dos entradas para la firma de autógrafos de Joanne Jones, una joven escritora que había debutado ese año.
—Esta es la mejor cita que he tenido—le dijo Maia tomándolo del brazo, Miles estuvo de acuerdo con ello—Gracias, Miles.
—Gracias a ti, hiciste que me divirtiera como nunca. —respondió, se asombró cuando la chica lo abrazó sin embargo correspondió a su abrazo.
Se sentía lindo. Estaba seguro de que ella se convertiría en alguien especial, tampoco quería apresurar las cosas pero todo le indicaba que sucedería.
—Te apuesto una comida en La Clave de Sol a que no puedes subirte a la Rompe Huesos y salir sin vomitar—le retó Maia señalando la montaña rusa.
Miles se mostró tranquilo, aunque por dentro le daba nervios subirse a ella.
—Trato.
Apretaron sus manos y juntos hicieron la fila para la montaña rusa.
—Quiero un frappé cuando gane—le dijo Maia.
—Te muestras demasiado segura—respondió él—, quiero lo mismo.
Cuando se montaron, sólo escuchaban gritos. Maia del miedo tomó la mano de Miles y la apretó con fuerzas, esté intento tranquilizarla pero lo único que logró fue una mano roja al terminar el recorrido. En resumen, Miles ganó y Maia le debía un frappé de chocolate en la Clave de Sol.
—Aun me duele la mano—le dijo riendo—Tienes mucha fuerza, Lee.
—Disculpa, sentí por un minuto que me iba a caer del carrito—el castaño le sobó la cabeza despeinándola ganándose una queja de parte de ella.
Ella lo miró reírse y retuvo un suspiro, era apresurado, lo sabía pero había caído por el chico desde el primer momento en que lo vio. Dio un salto quedando frente a él, haciendo que se detuviera.
—Miles—el chico la miró.
— ¿Sí?
— ¿Sería descortés besarte en este momento o estás de acuerdo con que te bese ahora? —preguntó, el castaño se quedó sin respiración por un momento de lo nervioso que se puso.
Bajó su mirada a sus pies y los miró por un tiempo.
Ella era muy directa.
Subió su cabeza y la observó.
—Estoy de acuerdo con que me beses Maia.
Eso bastó para que la chica se acercara a él con una sonrisa en su rostro. Tomó los brazos del castaño y los llevó a su cintura, se acercó unos centímetros más rodeando su cuello con sus manos y decidió que ese era el momento perfecto para besarlo.
Ella podía sentir que Miles era primerizo si de besos se trataba; él era sin duda, el chico más tierno que había conocido. Su beso fue algo lindo, el primero fue corto, luego ella volvió a besarlo, esta vez con más ganas. Él creyó por un momento estar en una película, sentía que el ambiente, la chica, todo, era como en las películas y se alegró de ser en ese momento el protagonista.
Cuando se separaron, ella lo abrazó nuevamente.
—Eres muy lindo, Miles.
—Tú eres genial. Me gustó salir contigo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro