"Harry... Harry... Vamos amigo, despierta, llegó el jefe". El omega salto al escucharlo, rápidamente miró a Liam, pero el alfa le ofreció una sonrisa que lo hizo relajarse. "Te volviste a dormir en tu descanso".

"Lo lamento señor"

"No señor, ese es mi papá, solo dime Liam". Harry sonrió y terminó de despertar con un vaso de agua. "No se lo diré, pero vendrá más seguido y si te ve estarás en problemas".

"Lo sé, lo sé". Le dió un leve masaje a su cabeza, mientras disimuladamente jalaba su cabello para pensar en otra cosa que no fuera tomar una taza de té y dormir un día entero. "Solo, estaba un poco cansado".

"¿De qué? Si a este miserable lugar no llega nadie". Liam solo negó con su cabeza mientras Harry trataba de arreglar mejor su uniforme, su nuevo jefe le había resultado un viejo muy difícil de tratar, pero era ésto o volver a la freidora donde no ganaba más que para ayudar con una miseria en la casa de su mamá. "Pero eso cambiará cuando logre cerrar este trato con Tomlinson, todos los que se burlaron de mí caerán". Harry disimuló una cara de confusión al verlo reír como lunático y alejarse del lugar.

"Ignóralo, siempre dice lo mismo".

Harry asintió, en los meses que llevaba trabajando ahí ya había ganado un poco más de confianza con la familia de su jefe, sin duda no fue por ser el mejor empleado, influyó mucho que a pesar de todo fue el único que se quedó en ese trabajo en medio de una carretera, atendiendo una gasolinera y un pequeño hotel de paso, sin duda un trabajo que ya dominaba, pero hacer la mayoría de cosas solo era bastante cansado.

"Te traje tu merienda". Harry sonrió genuinamente, el alfa era muy agradable y en varios días era la única persona con la que tenía una conversación real.

"¿Te irás?". Asintió a lo que Harry no pudo evitar sentirse decepcionado, no quería volver a dormir solo en el hotel, probablemente los dos alfas se vayan y él cerraría todo, en contra de las órdenes de su jefe, pero eso lo ocultaba Liam para evitar que algo malo le pasará al omega.

"Pero mi papá se quedará". Liam rió ante la cara de Harry. "Él ya comió, así que no tienes que volver a verlo y lo convencí de que la gasolinera no sirve, pero te toca doble turno en el hotel". Harry asintió sin ganas de conversar más, si el viejo se dormía podía ir a dormir temprano. "Por favor, no importa que pasé, no dejes entrar a nadie, solo finge estar esperando a clientes".

"Siempre lo hago Liam". Ambos rieron y Harry lo acompañó hasta su auto, vió como su jefe se despedía y le indicaba no estar fuera en las noches.

"Bien hijo, ¿Ya comiste?"

"No, Liam me sorprendió con mi merienda". El viejo asintió y Harry lo ayudó a llegar a la recepción del hotel, dónde revisó algunas cosas y luego pasaron a la cocina y lugar de descanso de Harry, no era un lugar cinco estrellas, tampoco había comida especial, los desayunos y almuerzos eran muy básicos y no servían meriendas, era un desperdicio para Harry, que amaba cocinar, pero no para clientes groseros o borrachos, así que no le importaba tanto de todos modos.

"Ya deposite tu paga, y un pagó extra por hoy".

"¿Hoy?" Harry disimuladamente busco en su viejo teléfono la aplicación de su cuenta bancaria para verificar el pago.

"Si, necesito que esperes a mi socio, es un hombre muy ocupado e importante, así que apenas llegué le ofreces una habitación". Harry asintió con cansancio, el apellido de su socio no le recordaba a nadie, así que asumió su sería algún amigo del viejo. "Llegará en pocas horas, así que tómalo como horas extras". Harry evitó girar sus ojos, estaba despierto de milagro.

No había dormido bien toda la semana, su jefe quería el hotel reluciente y ahora entendía sus razones, además que por alguna razón llegaban más carros por gasolina, no en exceso, pero normalmente viajaban en las noches y mientras el viejo pasará en el negocio Harry debía atenderlos.

Así que si, estaba extremadamente cansado y quería dormir, y ahora debia esperar en vela por el socio de su jefe que estaría durmiendo cómodamente en su habitación mientras Harry debía estar atento toda la noche.

"Bien, toma todo el café y comida que quieras, pero espera a que llegue".

Harry se despidió amablemente y lo vió alejarse lentamente, mientras el omega suspiraba al quedarse en las penumbras de su trabajo.

Miró la hora, era muy tarde para llamar a su mamá o a su hermana, pero les envío un mensaje avisando que estaba bien, aunque definitivamente no lo estaba.

Lo único que podría hacer para matar el tiempo después de comer, sería hacer algo que le avergonzaba demasiado, revisar el perfil de la nueva esposa de su ex, no era muy bueno con los celulares, en realidad había estado en contra de qué sus hijos los usaran siendo tan pequeños, pero después de cinco años sin verlos el bendito teléfono habia sido su única vía para verlos crecer.

Sonreía con ternura al ver las fotos de la graduación de su hija mayor, había  terminando su escuela y organizaron una pequeña graduación junto con sus compañeros, mordía sus labios para ocultar una gran sonrisa al ver un vídeo de su pequeña sosteniéndo su diploma y sonreír a la cámara, leía la descripción de cada foto y amaba que todo estuviera bien detallado.

Cuando no habían más publicaciones nuevas, revisaba las anteriores, pero evitaba aquellas en las que aún sus hijos eran muy pequeños, le traían malos recuerdos, además él tenía sus propias fotos, que nadie más que él tendría, aquellas que el mismo tomo y se aseguro de guardar bien, eran devastadoramente hermosas.

Decidió cerrar la aplicación para poner música con sus audífonos, si ese tal Señor Tomlinson aparecia en medio de la noche, no sería agradable recibirlo con la cara llorosa, no es que le tuviera miedo ni nada de eso, si de algo podia sentirse orgulloso, era de su físico a los 32, era alto, y presumia de buena figura después de trabajar en varios lugares pesados, donde tuvo que mantenerse para sobrevivir.

A veces suele mirarse al espejo y no reconocerse a si mismo, lejos quedó el omega delicado y mamá estricta que solía ser, ya no era su única responsabilidad tener limpia su hermosa casa, cuidar a sus pequeños y arreglarse para su alfa, ahora era tosco, era fuerte, amargado y desconfiado, aprendió a la mala a ganarse cada centavo, incluso llegaban a confundirlo con un alfa, tal vez por eso el viejo le dió sin pensar el trabajo.

Fue complicado después, porque por más que Harry tenga fuerza, estaba muy por debajo de un alfa de verdad, y tampoco podía reprimir a su omega, él era dulce y estaba orgulloso por ser quién era, pero las cosas de la vida lo cubrieron con una armadura para evitar que se lastime de nuevo.

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"Mami, ¿Está todo bien?". Asintió mientras besaba la cabeza de su hijo, un pequeño omega, su segundo bebé, acomodó lo mejor que pudo su pijama mientras sostenía a su otro bebé, de tres años, un alfa seguramente, como su hija mayor.

Harry se quedó a su lado mientras el niño dormía, salió lentamente mientras cerraba la puerta y suspiraba con cansancio, en realidad nada estaba bien, hace ya semanas ha sentido su esposo diferente, más distante y a pesar de todos los esfuerzos de Harry, su alfa se aleja aún más.

Pero ese día las cosas llegaron a su límite, el alfa llegó con un olor muy fuerte pegado a su ropa, cuando Harry lo cuestionó una pelea surgió antes de que el alfa saliera enojado de la casa, mientras lo acusaba de arruinar el día para todos, y a pesar de qué el omega trato de que sus hijos no se vieran involucrados en sus problemas, la pelea los habia dejado intranquilos.

"Estás muy cansado, ¿Verdad amor? Despídete de Arti". El pequeño ya estaba muy dormido para escucharlo, así que Harry fue a revisar la habitación de su hija. "Despídete de Nina". El bebé asintió y agitó su mano mientras su hermana hacía lo mismo.

"Descansa Ryan, descansa mamá, te quiero".

"Igualmente preciosa, duerme bien".

Con un mejor humor Harry fue a dormir a su último hijo, el más difícil, pero con técnica lo logró, decidió ir a verificar que todo estuviera bien cerrado y mataba el tiempo mirando por las ventanas esperando por él auto de su esposo, para su suerte, no tardó tanto después de servirse un té y unas tostadas.

Sonrió arrepentido al verlo, su alfa venía tranquilo, pero el omega sentía ansiedad y su mordida picar un poco.

"Quiero el divorcio".

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Harry despertó asustado al soñar nuevamente con ese horrible día, dónde todo cambio, pudo sentir su corazón rompiéndose en pedazos, a su marca arder como el infinito días después cuando su lazo se rompió y ya fuera de su casa, enterarse que una omega más joven y con un notable embarazo llegaba a ser la nueva madre del hogar.

Suspiro enojado y dolido, trato de calmarse, cuando se sintió mejor vió la hora, era de madrugada, casi amanecia y en realidad no había dormido mucho, y ese alfa aún no aparecía.

Golpeó su cabeza contra el mostrador, no había ni rastro de un carro  kilometros y faltaba poco para que su turno de la mañana empezará.

"Estúpidos alfas".

Pasaron las horas entre tazas de café, Harry ya vió el sol llegar, pero no hubo rastro de ningún socio, ya se lo esperaba en el fondo, ¿A quién le interesaría ese lugar?

Después de tomar un desayuno reconfortante y lavar bien su cara, pudo ver una camioneta acercándose, con música a todo volumen, para Harry no era nada graciosa la impuntualidad, con que ese era el idiota que debía aparecer hace horas para que pudiera dormir.

"Buenos días". Era mucho más jóven de lo que Harry esperaba.

"Buenos días, su habitación es la número 3, ya pasó la hora del desayuno y está es su llave, de nada". A Harry no le importó dejar con la boca abierta al alfa, ni escuchar sus quejas por la falta de desayuno.

"Espera, espera, debía reunirme con un socio de mi papá".

Harry le sonrió con cinismo, estaba tan cansado que ni siquiera podía fingir.

"El señor despertará dentro de poco, como muchos deberíamos hacer". El alfa se quedó callado, tal vez por la fuerza que uso Harry, o por su cara de pocos amigos, encerio estaba enojado y mal dormido.

"Yo... Está bien, esperaré aquí sentado". El alfa, un poco más bajo que Harry, se fue despacio hacia unos pequeños sillones en la recepción, al omega realmente no le importaba hacerlo esperar, su jefe tardaría en despertar y comer, así que decidió organizar las cosas para empezar el día, ato su largo cabello en un moño rápido y fue a abrir la gasolinera.

Era algo rutinario, encendía todo, verificaba números, revisaba que todo funcionará, a veces recibía cargamento, pero nuevamente, al ser un lugar desierto no había muchos clientes, eso también le traía paz.

Solía pasar algunas horas afuera, caminando, pensando en sus hijos, en su mamá, en su hermana y sus sobrinos, en lo rápido que cambiaba el tiempo y lo diferente que era ahora, eran temas de conversación que tenía consigo mismo un centenar de veces, tanto que a veces era doloroso y aburrido.

Rápidamente llegó a su mente el recuerdo del alfa aún en esos sillones incómodos, su cara de arrepentimiento y confusión, y se sintió un idiota por tratarlo mal, también era un empleado, de su padre, pero igual debía seguir órdenes. Además Harry había vivido en carne propia lo horrible que puede ser la gente con personas que solo están trabajando para poder vivir, eso lo hizo sentir aún más miserable.

"Disculpa, puedes llenar mi tanque, creó que no tengo nada para volver". Harry escuchó su intento de risa nerviosa, lo cual lo relajó, y era bueno saber que no tenía una reacción grosera después del trato que le dió Harry.

"Claro, no hay problema". Fue una interacción más amable y calmada, el alfa fue un buen cliente y pagó sin tratar de tener un descuento. "Uh... Espera, es demasiado, no tengo tanto dinero para darte el vuelto".

"Es la propiana, por los daños causados". Harry no escucho ni vió en su rostro algo malévolo, parecía agradable y no pudo evitar sonreír, aunque muy poco, negó mientras trataba de rechazar tanta propina.
"Está bien, está bien, al menos déjame compensarte invitandote a desayunar".

Harry se lo pensó demasiado.

"Se acabó la hora del desayuno y no pienso hacer nada hasta el almuerzo". Termino de hacer la venta y el alfa no se movió, por lo que no sabía que hacer ahora.

"No es por ofenderte, pero ya mismo es medio día y estoy seguro que soy tu primer cliente". Harry giró sus ojos y sonrió, el alfa hizo lo mismo y se sintió más seguro. "Además tu jefe parece dormir demasiado, ¿Qué tal si te invito a almorzar?".

"No puedo irme, pronto despertará y tengo que atender". Miró al alfa y antes de pensar en otra razón llegaron dos autos y una fila de camiones, solo le dió una sonrisa fingida al alfa y estaba listo para irse cuando el alfa lo llamó una última vez.

"¡Espera! Dile a tu jefe que volveré para la cena, que disculpe mi retraso y que mi padre no podrá llegar, pero vendré yo, y traeré la comida".

Aceleró ante los gritos de los otros conductores, Harry río un poco y asintió a lo que le dijo, se despidieron a través de una pequeña sonrisa y el omega lo vió irse antes de girar para atender a los demás clientes.