Capítulo V
—Adam, ¿puedes dejar de acariciar el cojín y alcanzarme esa bolsa de papas? —solicitó Blue, después de un rato.
Eva había decido hacerle trenzas africanas y llevaba una hora en eso. A mí no me molestaba mirarla trabajar, en tanto se regularizaba mi problemita, pero la otra chica estaba molesta ya que no podía moverse.
—Toma —le arrojé el paquete, sin despegar el almohadón de mis nobles partes.
—¡Está vacío! —se quejó, mirándome ceñuda. Si pensaba intimidarme con eso estaba errada. Las cejas afinadas atenuaban el efecto.
—Lo siento... —Me encogí de hombros.
Eva rio frente a nuestras pelas.
—¿Hace cuánto que se conocen? —preguntó.
—Desde primer año —comunicamos ambos al mismo tiempo.
—¡Qué lindo! Parecen hermanas. A mí me hubiera gustado tener una, pero una de mis madres es de la idea de hija única. La otra, bueno...es complicado.
Blue y yo intercambiamos una mirada compasiva. Cuando un adolescente dice es complicado lo más probable es que resuma en esa frase una larga historia de embrollos y de sentimientos encontrados.
—¿Quieres hablar de eso cielo? —indagó la peli azul, girando hacia ella. Seguro prefería desentrañar el drama de la vida de Eva antes que seguir aguantando el tortuoso peinado.
Ambas se levantaron de la alfombra donde estaban sentadas y tomaron asiento el somier. Al menos mi amiga se sentó. Eva, en cambio, se recortó prácticamente sobre mí, ya me gustaría, cojín, como si la cama fuera un diván.
Comencé a hiperventilar.
—Lo que sucede es que mis mamás se están divorciando... —comenzó.
—¡Solo por una discordancia en la planificación familiar! —exclamó Blue, indignada. Era fácil sacarla de sus casillas.
—Déjala explicar —la regañé.
—En realidad no fue por eso. Aquella discordancia, como la llamaste, es uno de muchos motivos. Pero el detonante fue un tema de... —Eva se mordió el labio— Violencia doméstica— desveló, apenada.
Tanto Blue como yo enmudecimos. Fui el primero en romper el silencio, para no incomodar a nuestra compañera.
—¿Qué tipo de violencia? —pregunté. Ok, no era bueno para calmar las aguas.
—Verbal, física...
—¡Dios mío! ¡¿Cómo es posible?! —cuestionó Blue—. Quiero decir... no es que no pueda pasar ahora que los hombres se extinguieron —rectificó—, pero es mucho más raro dar con estos casos. La Evas trabajan arduamente para quebrantar ese legado. ¿Tus madres no asistieron a terapia o a las charlas de la COWAV? —Esas eran las siglas en inglés para Consejo de Mujeres Contra la Violencia que habían surgido, luego de la extinción masculina, en cada ciudad. Su fin era preventivo, concientizador y, en cierta medida, correctivo. Las féminas que integraban el Consejo eran las encargadas de pasar el parte —sobre los diversos casos de violencia reportados— y las recomendaciones pertinentes, para que las autoridades implementaran las correspondientes acciones al respecto.
—Fueron, pero hay herencias muy pesadas y difíciles de erradicar. Trascienden épocas, géneros y sexos... —señaló la pelinegra.
—Entonces, ¿tú crees que la violencia no es algo exclusivo de los hombres? —averigüé. Aquello intensificó mi interés a sobremanera.
Eva posó su mirada azul sobre mí, provocando que me sumergiera en aquellos ojos oceánicos.
—Obvio. Creo que la violencia es algo constitutivo del ser humano. Como dije, es independiente del sexo, la edad, la clase social, formación cultural o el género, por eso es difícil, casi imposible de erradicar. —Noté la controversial mirada de mi amiga sobre ella. Por un segundo creí que la exiliaría de su casa.
—Pues sí —acordó Blue, dejándome pasmado. ¡Evangelina debía gustarle más de lo que pensaba! Me sentí un poco culpable por fijarme en ella también de esa forma. No quería entrar en una riña con la peli azul por otra mujer—. Aunque debes admitir que los hombres hicieron abuso de su fuerza durante años, y de otras condiciones biológicas, para someter a las mujeres —terminó de reformular la idea.
Okey, su atracción por Eva no llegaba a afectar su juicio a ese punto.
»¿No es verdad Adam? —preguntó, buscando apoyo.
¡Mierda!
Tiré del cuello de tortuga de mi camisón para ventilarme.
—Las consecuencias históricas del sistema Patriarcal son innegables y nefastas...
—Lo ves —interrumpió Blue.
—Pero, también es cierto lo que dice Eva. No podemos pasar por alto el hecho de que, en algunos casos, la violencia doméstica era bilateral, es decir, no fue un monopolio masculino. —¡Increíble que dijera eso en voz alta!
No sé si desfallecí unos minutos o estaba alucinando debido a los nervios, pero me pareció sentir el toque de un ángel, Eva, sobre mi mano.
También la mirada irritada y decepcionada de una diablesa, Blue, a quien le habían llevado la contraria, perforando mi lóbulo frontal.
—Como sea, lamento mucho lo que pasó con tus madres. Han hecho bien en iniciar el divorcio si no podían mejorar su relación —indicó mi amiga, dando por finalizado el debate.
—Ha sido lo mejor. Dafne, mi madre víctima, como la han llamado en el Consejo, aún sufre porque ama a su compañera, pero entiende que es mejor estar separadas. Abigail, la victimaria, también está mal, además de enferma. Pero, continúa una terapia ambulatoria y espero que pronto mejore por el bien de ambas —comentó Eva, con voz quebrada.
Me dieron unas ganas enormes de abrazarla.
—Entiendo, debe ser difícil para ti tener que vivir con una y visitar a la otra —señaló la peli azul—. Sobre todo ahora que te mudaste.
Vale aclarar que Eva venía de una ciudad aledaña, razón por la cual la habían transferido de colegio y había entrado a mitad del ciclo escolar al Instituto.
—¡Y lo es! Cuesta adaptarse a una nueva ciudad y a un cambio en la vida familiar. Pero Abigail y yo intentamos hacerlo llevadero.
—¿Abigail? —De nuevo mi amiga y yo hablamos a la misma vez.
—Ajá, es la mamá con la que vivo. Por eso le permitieron un tratamiento ambulatorio y no optaron por una reclusión —enunció Eva y, tras esa declaración, noté como el interés de mi compañera por ella se perdía por completo.
En cambio, el mío se había incrementado después de esa noche de confesiones.
En definitiva Eva era como una misteriosa y enigmática manzana que estaba decidido a probar para desentrañar sus secretos.
¡Hola queridos lectores!
En este capi los personajes intercambiaron puntos de vista sobre "la violencia". Me gustaría que ustedes también dejaran sus impresiones y opiniones sobre el tema en comentarios. Si se crea un debate, recuerden tratar la divergencia de puntos de vista con respeto y tolerancia. Comentarios ofensivos y denigrantes serán eliminados.
¡Un abrazo!
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