Capitulo 8
-¿Tenemos ya todo listo?
-Aún estamos a una semana señor
Amelie estaba reunida con su jefe.
-Sigo sintiendo que el tiempo nos alcanzará y olvidaremos algo.
-No se preocupe, pero si desea repetimos lo que ya se ha confirmado para el evento.
-¿La música?
-Listo.
-¿La decoración?
-También
-¿El banquete?
-Solo falta definir el postre, han agendado una fecha con usted.
-No puedo ve tú.
-Señor... - Lo miró extrañado. – Disculpe, pero... usted es quien ha aprobado las entradas y el plato principal, creo que lo más adecuado es que vaya a verificar el postre.
-Tengo ocupada toda la semana.
-Chequé su calendario y me parece que sí tiene fechas disponibles, agendé para el jueves a las cinco de la tarde. – Lo miró con determinación sin escuchar respuesta. - ¿Esta bien?
Su jefe se levantó y comenzó a caminar por toda la sala.
-¿Crees que fue mucho si invite a la mujer que te dije?
-¿La invitó?
-Bueno, se lo ordené.
-Y ella no lo ha visto ¿Verdad?
-Soy yo quien no la ha visto, ¿Me he pasado?
-Se lo advertí, cuando una mujer no tiene algo fijo con un hombre y menos conociendo quien es usted dudo mucho que hubiese querido aceptar y usted la presionó, así que ahí tiene las consecuencias.
-Pero ella no sabe quien soy, así que no creo que eso fuese un problema.
-Pero me ha dicho que se lo ordenó.
-Si solo le dije que debía estar en la gala, pero no sabe quien soy.
-¿Entonces como se han visto? ¿Le ha dicho un nombre falso?
-Acordamos que no nos diríamos nuestros nombres, ni a que nos dedicamos, absolutamente nada de ninguno de los dos.
Amelie lo miró incrédulo.
-Bueno, si ninguno sabe nada del otro, una cosa rara, ¿Entonces porque la invitó? Ella puede no ser una persona de confiar.
-¿Me crees tan ingenuo Amelie?
-Señor, lo siento yo no...
-No la conozco tal vez, pero confío en ella y sé que es buena persona si no lo fuera tal vez ella ya hubiese querido saber más de mí si eso es lo que piensas.
-¿Y que pretende hacer? ¿Llamarla?
-No tengo su número y por el momento espero poder volverla a encontrar.
-¿Encontrar? ¿Me esta diciendo que ni para verse tienen hora y fecha? ¿Qué clase de relación es esa?
-No lo entenderías.
-Creo que no, es complicado lo que fuese que tuvieran y además es muy riesgoso para su estatus social señor. No quiero hacer de menos a la otra persona, pero todo me parece confuso.
-Volvamos al trabajo mejor, sé que nos veremos antes de que termine la semana y es posible que ella acepte venir.
-Otra duda, si no se conocen bien y usted no le ha dicho quien es, ¿Cómo se le ocurre que se reconocerán si la gala es de máscaras?
-Porque por eso la reconoceré.
-¿Por una mascará? Dudo que ella le diga cual trae.
-Tal vez no me lo diga, pero intuyo cual tendrá puesta. – Su jefe se perdió en un punto ciego.
-Esta bien. – Dijo no convencida y partiéndose el cerebro para encontrar una relación lógica en la que podría estar involucrado su jefe.
Pasaron dos horas más hasta que su trabajo pudo estar en orden. El elevador del piso se abrió y de nuevo su exjefe estaba presente.
-Hola Amelie.
-Buenos días, señor William. – Como buena secretaria se levantó para recibirlo.
-Buen día Amelie, creo que lo hemos hablado antes... ¿Podemos evitar el señor? – Lo dijo algo avergonzado.
-Lo siento, pero... es parte de mi trabajo, si no mi jefe de poco humor no se lo tomaría tan bien.
-Esta bien, solo para que tu jefe no se moleste aceptaré el señor, ¿Se ha vuelto más gruñón estos días?
-La verdad está cambiando de humor muy rápido, aunque la mayoría de las veces anda preocupado, confundido o perdido.
-¿Crees que sea por la mujer misteriosa?
-Tengo poco conocimiento de eso, pero puede que si sea. Aunque relaciono sus cambios de humor por el estrés de la fiesta, ¿No lo cree? La fiesta de aniversario siempre es agotadora.
-Por cierto, ¿Cómo vamos con eso? Es el viernes de la próxima semana ¿No?
-Así es señor y para que se encuentre tranquilo la mayoría de los pendientes están listos, solo hace falta el postre por seleccionar y hoy me dan la relación de las invitaciones que han sido enviadas, se espera que todas hayan sido recibidas y hayan enviado la respuesta de aceptado.
-¿Por qué el banquete no está del todo listo? Eso siempre es lo primero por organizar.
-Su hijo ha estado programando algunas citas, y le he recordado hoy, pero me ha enviado y le he dicho que no puedo hacerlo.
-Tendré que hablar con él. Por favor encárgate del postre si ya te lo dijo y si hace falta algo consúltamelo, si esta en mis manos lo resolveré si no te pido que lo hagas.
-Pero señor... no me parece correcto, ¿No cree que se moleste el señor Patrick?
-Lo hablaré con él, además si te soy sincero no creo que lo moleste en lo absoluto si el está interesado en algo más. Solo espero que hoy me escuche, la noche de gala será no solo una fiesta para celebrar que la empresa sigue en pie y está creciendo, sino que cerraremos un nuevo contrato para el área de mercadotecnia.
-¿Estaremos en plan trabajo? Pensé que podía llegar como invitada, no como secretaria.
-No te preocupes solo será entre mi hijo, el actor, su representante y yo. Pero por si acaso te pide que estés cerca para firmar el acuerdo y establecer las condiciones de trabajo.
-¿Actor? ¿Contrataran un actor?
-Estamos enfocados por el momento en descubrir nuevas estrellas, para hacer planes de publicidad que ayudaran a empresas y también nos beneficiará para ayudarnos con inversiones a futuro.
-Pensé que el área de mercadotecnia se debía a que debíamos darle más alcance a las fundaciones que la empresa Kent maneja, no recordaba que estuviéramos hablando de esa área como una forma de ingresos.
-Decidí antes de retirarme que quería ampliar las oficinas Kent y en vez de hacer solo una empresa encargada de las innovaciones tecnológicas y de compra y ventas de edificios, nos vendría bien tomar otras ramas del negocio, así que, si esto sale bien, te aseguro que próximamente Kent Entreprises Inc. Será una de las más grandes en mercadotecnia y en un futuro tal vez seamos más que eso.
-No recordaba estar enterada de esto.
-Todo decidimos mantenerlo bajo el agua para que no haya fugas, sabes que me gusta tomar las cosas así.
-Si solo que... me cayó de sorpresa. – Amelie comenzó a hacerse ideas de un posible ascenso.
-Es por eso por lo que necesito a mi hijo muy centrado en esta gala. Pasaré a verlo por un momento.
-Adelante señor, es todo suyo.
-Muchas gracias, dulce Amelie.
Su exjefe le sonrió con dulzura y ella lo consideraba como su padre, desde el primer día él siempre se mostró muy amable con ella y la recibió con los brazos abiertos para apoyarla en lo que fuese necesario. Le gradece todo lo que hoy ha conseguido y en palabras propias le debe la vida.
Su hora de comida había llegado, y su jefe aún no salía de la reunión que tenia con su padre, tal vez tardarían más de lo previsto, así que ella decidió no molestar y dejar una nota sobre el escritorio que regresaría después del almuerzo.
Mientras tanto en la oficina de su jefe la platica entre padre e hijo no pintaba nada bien. Ambos tenían ideas diferentes sobre lo que debía ser la fiesta de gala.
-¿Por qué no solo la olvidas y ya está?
-Padre, es una mujer que me despierta todos los sentidos y creo que si acepta venir a la gala podremos más que ser amigos ocasionales.
-Patrick, no la conoces y si solo son amigos ocasionales como lo llamas, me parece que la relación no llegará a ninguna parte, aunque lo intentes, es probable que ella solo ande detrás de ti por tu dinero.
-No sabe quien soy.
-¿Entonces qué? ¿Le has dicho una vida falsa?
-No hemos hablado de nuestras vidas.
Su padre lo miró con asombro.
-¿De donde se conocen?
-Es difícil de explicar.
-Patrick siempre dices lo mismo y no insistiré es tu vida y ahora eres un adulto mayor de 33 años. Solo te recuerdo que tu reloj biológico corre más rápido. Ya no es solo sexo en esta vida, sino también necesitas a alguien que este a tu lado para apoyarte en todo momento y al llegar a casa tengas con quien desahogarte o compartir una taza de té, no siempre habrá una mujer o exactamente esa mujer esperándote en donde sea para tener sexo ocasional.
-Si lo supieras. – respondió bajo.
-Tu madre sueña con verte casado y con hijos, y yo también, solo espero que no llegues a los cuarenta y quieras sentar cabeza. Estoy viejo y algo cansado, me gustaría disfrutar de mi retiro de manera tranquila planear un viaje con nietos y tal vez mi futura nuera, sé que me escucho como tu madre, pero es lo que en un punto he llegado a desear, sí, sé que esto será muy apresurado para ti tal vez o que tomarás una decisión rápida de la que te puedes arrepentir si te presionamos tanto, pero recuerda que para estos negocios siempre debes tener a alguien con quien poder presentarte como pareja.
-Amelie puede ayudarnos.
-No Patrick, esto no es una relación laboral únicamente, te lo he dicho ya. Creo que no me estas escuchando o si lo haces no me entiendes. Necesitas a una mujer a tu lado o por lo menos que todos conozcan a una para que tomen a la empresa más seria de lo que parece. Tú sabes que en los negocios siempre valoran más un hombre que tiene familia a uno que anda por la vida disfrutando del libertinaje y eso es porque según los que son de familia conocen mejor sus objetivos, sino ¿Por qué se casan?
-¿Todo esto viene acompañado de que quieres cerrar el jugoso trato que tienes en manos sobre la nueva área de mercadotecnia?
-Sí. Necesito que te comprometas en esto y dejes de pensar en mujeres de una sola noche. Si en la gala cerramos trato con el actor que es más que un hecho que sí tendremos un contrato, esto quiere decir que comenzaremos con nuestra primera empresa, tendremos a toda la gama de productos de alimentos de primera necesidad a nuestro alcance y será muy grande la inversión.
-Pensé que habías firmado contrato con la empresa coreana sobre tecnología y que ahí es donde enfocarías tu primer trabajo de publicidad para esta parte de Londres.
-No se puede los de países asiáticos pretenden trabajar más con empresas sustentadas por familias, es un proverbio chino, así que hasta que tu no te comprometas o no logres tener una novia que tenga buena relación con ellos no podemos introducirnos a ese mercado.
-Eso es muy antiguo, tu tienes buenas relaciones con el señor Kim-Chan uno de los embajadores de la empres Maxwell encargada de crear prototipos de tecnología para el uso cotidiano, él es posiblemente hombre más rico de todo Japón.
-Sí, pero mi relación con él ahora es solo amistad, al renunciar a mi puesto no hay ningún trabajo laboral que nos une, y lo sabes,
-Puedo decirle a Amelie que finja ser mi pareja mientras cerramos tratos con él.
-Patrick, ¿Te has escuchado? Eso es mentir y una de las reglas morales que tenemos en esta empresa es que no se aceptan las mentiras, si tú llegas a romper alguna de las reglas, ¿Cómo crees que los empleados te verán? El respeto ya no será la base de la empresa y además, eso de crearte una historia con Amelie me parece lo más bajo que un hombre puede hacer, Amelie es una mujer muy eficiente en su trabajo y dudo que si le pides que mienta por ti no lo haga, solo que ella será quien sufra las consecuencias después de todo el atosigamiento social, sabes que una noticia sobre esa como el noviazgo del hombre rico soltero del momento no es algo que quede a escondidas. Me asombra que tu mente ahora solo busque soluciones rápidas.
Patrick se recostó sobre su asiento y resopló. Su padre tenía razón.
-Solo es... solo.... No puedo dejar de pensar en ella ¿Está bien?
-¿Por qué te tiene tan cautivado? ¿O estas amenazado?
-No padre, claro que no.
-¿Entonces? Siempre que hablamos sobre esto nunca sabes como explicarte y tampoco me dejas comprender el panorama, siento que me ocultas algo y comienzo a pensar que te has metido en algo peligroso.
-No afecta en nada a la empresa, te lo garantizo, sino que ha sido esto como una clase de cita a ciegas, pero siempre es así, ninguno de los dos conoce la vida del otro únicamente tenemos charlas pequeñas o comemos. – Al decir comer, pensó como sus cuerpos se complementaban uno con el otro. Y la imagen de la ultima noche se le refrescó en la mente.
-¿Y sobre qué es su plática?
-El restaurante, las calles, el clima, cualquier tema, no hay uno específico.
-¿Y como es que ninguno de los dos toca su vida privada?
-Se acordó desde la primera vez, tampoco tenemos nuestros números telefónicos porque quisimos ser diferentes si uno quiere ver al otro únicamente debe ir al restaurante habitual y con suerte el otro estará ahí.
-¿No es eso una perdida de tiempo y muy absurdo?
-No nos lo parece.
-Y si se congenian tan bien, ¿Por qué dices que es algo complicado?
-Porque padre... lo es, o bueno lo parece.
-¿Ves? Ahí esta de nuevo confundiéndote. Patrick si no me quieres contar lo que verdaderamente tiene no hay problema, pero si me gustaría que consideres que no eres un adolescente que está experimentando que le gusta y que no.
-Soy adulto, sé lo que hago.
-Eso espero. ¿Vienes a cenar a casa? Tu madre estará muy alegre.
-No lo creo, estaré muy ocupado.
-¿Iras a buscarla?
-No padre, debo verificar algunos documentos de la empresa que he estado aplazando.
-Espero que no la invites a tu departamento.
-Te he dicho que no.
Desesperado de la situación invitó a su padre a dejar su oficina, al salir ambos se percataron que Amelie no estaba en su lugar habitual y leyeron la nota.
Señor Patrick, he salido a almorzar, si desea algo puede llamarme no estaré lejos, regreso rápido.
-Deberías subirle el sueldo a esa mujer.
-Solo ha ido a almorzar, es su hora.
-Pero estoy seguro de que se ha marchado apenas, siempre es muy fiel a su trabajo, deberías valorarla.
-No se ira, ni mucho menos renunciará, ¿A qué viene eso?
-Es candidata para ser la nueva gerente del área de mercadotecnia.
-¿Se lo has dicho ya? – Mencionó asombrado.
-No, pero si todo sale bien deberías buscarte nueva asistente.
-Amelie no me dejará. Te fue fiel a ti y por el respeto que te tiene seguirá aquí.
-No tendría muchas esperanzas si fuera tú. – Miro su reloj. – Voy tarde al almuerzo con tu madre en el club. Espero que llegues a casa en la noche.
Patrick miró marchar a su padre y pensó sobre si Amelie dejaría el puesto que todos quieren tener con tal de ser una colaboradora más en el edificio. Amelie siempre lo salvaba y tenían buena relación hace dos años. Ella siempre le salvaba el culo cuando él cometía un error. No podía perderla. Hasta ahora su agenda siempre fue muy bien organizada gracias a ella, y había aprendido algún habito.
Amelie regresó al terminar su hora de almuerzo y se extrañó al ver que no tenía algún mensaje de parte de su jefe, tal vez seguía en reunión con su padre.
Ella envió un recordatorio a su jefe avisándole de la reunión con el servicio del buffet de la fiesta de gala para el postre, a lo cual su jefe respondió con un <<Ok>> ¿Eso que significaba? Su jefe siempre respondía, estoy de acuerdo, lo he agendado, estaré en cinco minutos o algo parecido, pero un ok, era muy raro y casi siempre significaba que estaba molesto o no le haría caso.
Decidió omitir la respuesta y siguió con lo suyo, verificó a los asistentes y comenzó a buscar al mejor periodista que se podría llevar las exclusivas fotografías de la noche. Esa parte siempre la ponía en dudas si había escogido al mejor fotógrafo, porque cada aniversario pensaba que las fotos podrían salir mejor y esta vez no era una cena más, sino que por fin llevaban una temática y los encabezados deberían ser más deslumbrantes.
Su jornada laboral terminó y recogió sus cosas. Aquel piso parecía más silencioso que en una película de terror por suerte estaba familiarizada a quedarse hasta tarde y no les temía a los fantasmas. Tocó la puerta de su jefe como era costumbre para notificarle que ya se iba a casa.
Miró por el umbral de la puerta y su jefe mantenía la vista perdida Con la mano derecha sostenía una pelota de esponja que apretaba sin parar.
-Señor, he terminado me marcho. – Anunció. - ¿Necesita algo antes de irme?
-No, estoy bien.
No la miraba y fue aun más extraño.
-Entonces hasta mañana. – alargó las últimas palabras.
Fue directamente al estacionamiento y partió a casa. Hoy era día de su madre de ir al club de baile con el señor Badminton y ella debía cuidar al pequeño Dan.
-Les he dejado la comida lista en el horno.
-¿Te marchas ya? – Preguntó con confusión, apenas eran las siete y media de la tarde.
-Si, Phillip me invitó por un café antes.
-¿Phillip? – Mencionó extrañada.
-El señor Badminton – Contestó su mamá quitándole importancia.
-¿Se llama Phillip? ¿Lo llamas por su nombre de pila?
-Tengo que irme, adiós.
Su madre salió casi corriendo del departamento para que su hija no siguiera con el interrogatorio.
-Bueno Dani, creo que solo seremos tú y yo hoy. Lávate las manos, pondré la mesa.
El pequeño hizo caso y después de cinco minutos estaban disgustando un poco de macarrones con queso y pollo, una de las comidas favoritas del pequeño y extrañada mente de su madre durante el embarazo.
-¿La abuela se casará con el señor Badminton? – Preguntó el pequeño.
Su madre se quedó muda al escucharlo.
-No lo sé. – Respondió y mirando el panorama de la relación de su madre con el señor.
-Si se casan o son novios, ¿Debo decirle abuelo?
Se quedó asombrada por las preguntas de su hijo.
-Bueno, eso no puedo contestarlo, porque es el señor Badminton a quien debes decírselo, él tal vez te diga que lo llames abuelo o solo por su nombre, a veces, aunque una persona se casa con un familiar, ya sea con la abuela, con la tía, con la mamá, no necesariamente debes decirle como le corresponde.
-Si tu te casaras, ¿Tendría que decirle papá a la otra persona?
-Solo si tu quieres, sino puedes llamarlo por su nombre, nadie te puede obligar a hacer algo que no quieres.
-En el colegio mi amigo Peter dice que, si la abuela se casa, ella se mudará de casa y casi no la veremos y que tendré que decirle abuelo al señor Badminton porque eso hacen las familias.
-Cariño, ya lo he dicho antes no es necesario que le pongas un titulo por solo unirse a la familia, además no creo que la abuela se case, aún se están conociendo. ¿Te gustaría que ella fuese feliz?
-Claro que sí, la abuela es una magnifica mujer, me gusta estar con ella, pero no quiero que se vaya de casa.
-No tiene por qué irse, además si se diera el caso de que ella tenga que irse porque así lo desee tu puedes quedarte con ella las veces que quieras, la abuela te ama demasiado que no te dejará solo.
-¿Y tú? ¿Me dejarías solo?
-Por supuesto que no cariño, Dani eres lo mejor que me sucedió en la vida – Le tomó la mano por encima de la mesa. – y por ti haría lo que fuese, por ti siempre pienso en ser mejor, en superarme y buscar una vida más digna, no me quejo de lo que tenemos, pero siempre voy a desear más para ti, eres al único hombre que amo y así será hasta el final de mis días, no tengas dudas.
-Yo también te amo mami. - el niño sonrío.
Amelie le envío un beso en el aire y ambos siguieron disfrutando de su cena mientras conversaban sobre las nuevas lecciones que Daniel había aprendido en clase.
Ya en su cómodo sofá, disfrutando el momento libre de Daniel para ver la televisión Amelie redactó correos pendientes y una nueva notificación apareció en su pantalla. Cristina estaba haciendo una videollamada.
-¡Amelie! – Gritó la chica al verla a través de la pantalla.
-¡Tía! – El pequeño dejó de mirar la televisión para poder cruzar palabra con la mejor amiga de su madre.
-Hola pequeño, ¿Cómo estás? ¿Tu madre te dio la nueva historieta que te conseguí?
-Si mamá me lo dio, le terminé en un día, ¿Puedes creerlo?
-¡Vaya! Eso es un gran logro, creo que comenzaré a buscar historietas un poco más largas, ¿De que te apetece ahora? ¿Fantasmas? ¿Niños en el campo? ¿Superhéroes?
-¡Quiero uno de animales! – Respondió enseguida.
-Bueno, no creo poder encontrar uno de esos, pero tal vez si consiga un libro enorme, ¿Te gustaría?
-¡Si! – Alzó sus manos en forma de victoria.
-Entonces ya está, a partir de mañana saldré a buscarlo. ¿Cómo va todo? -Preguntó a Amelie.
Ella apenas tuvo tiempo de abrir la boca cuando el pequeño ya había dicho oraciones.
-¿Crees que la abuela ya tiene novio?
-¿Carolina? ¿Estamos ablando de la misma Carolina?
-Si, es nuestro vecino, ¿A que no es bueno eso? Así si la abuela se casa y se tiene que ir de casa podré visitarla todos los días y hasta quedarme con ella.
-¿Se casa? Pero ¿Cómo? ¿cuándo?
-Solo se están conociendo, no es nada formal todavía. – Respondió Amelie. – Dani, puedes quedarte otro rato más mirando el televisor mientras hablo con la tía Cris, ¿Va?
-Esta bien mami. Adiós Tía Cris, te quiero. – se dirigió a la pantalla.
-Y yo a ti pequeño, te enviaré próximamente el libro de los dinosaurios, no lo olvidare. – Le aventó un beso virtual.
El pequeño respondió de igual manera y Amelie se levantó para ir a la mesa principal, así podría hablar con su amiga y mirar a su hijo. Conectó los auriculares por medio de bluethoo y le dio su atención a su amiga.
-¿Cómo es eso de que tu madre ha conseguido un novio? ¿Cuándo planeabas decírmelo? Y de paso ya hasta harán una boda, y yo ni enterada.
-Te lo he dicho ya, no son novios, se están conociendo y yo también apenas me he enterado. Mi madre lo mantenía a escondidas pensando que me enojaría, pero a Dani se le ha escapado, así como contigo.
-Quien lo diría, tu madre ha encontrado más rápido un novio que tú.
Rodó los ojos.
-No estoy en busca de eso.
-Pues ellos detrás de ti sí.
-¿Por qué hablas en plural?
-Me contactó un chico que te sirvió una copa el día de la fiesta, un amigo de un conocido, pidiéndome tu numero telefónico, que porque te le hiciste guapa y quería invitarte una copa.
-¿Y se lo has dado?
-No que va, le he dicho que lo había perdido porque cambie de compañía de celular y que como somos primas lejanas pues no tengo mucho interés en contactarte.
-Es bueno saberlo.
-Pero hay alguien que si no ah dejado de llamar.
-Por favor no lo menciones.
-¡Derek! – gritó. – Si no le envías un mensaje o una señal de humo, me veré en la obligación de mandarle tu numero de teléfono, porque ese chico me trae loca, no hay día que me libre de él.
-No puedes hacer eso.
-Siempre llama preguntando si ya te comunicaste, que, porque te ha buscado por cielo mar y tierra y no te ha encontrado, hasta ha hecho escrutinio en las redes sociales y simplemente aparecen otras Ameléis que no le interesan, me lo ha dicho.
-Se cansará ten paciencia.
-Has dicho eso desde hace semanas que te fuiste y mira, el pobre sigue gastando saldo en llamarme.
-No estará así por toda la vida, habrá algún punto donde se dará por vencido, así como hace seis años atrás, esta vez no será diferente.
-Hace seis años no conocía ni tenía la remota idea de que te había dejado embarazada. Ahora ambos tienen un motivo.
-Ni se te ocurra decírselo.
-He dicho que cumpliría con mi palabra de llevármelo a la tumba si así lo deseas, pero sabes que estas siendo muy egoísta.
-Estamos mejor así, mi hijo tiene un padre muerto y lo lleva bien, yo amo mi trabajo, mi madre está teniendo algo con el vecino, todos salimos ganando.
-Sabes que no es cierto, tú hijo tiene un padre vivo que podría verlo casi diario y tu tienes una oportunidad al amor que no sea el trabajo, te estoy diciendo que te puedes volver a enamorar, tal vez no de Derek, pero si de alguien que te merezca.
-El amor ya no es una prioridad.
-Pero si una necesidad.
-Si fuese una necesidad ahora mismo tu estarías casada, con hijos y viviendo lejos de tus padres, no andarías de libertina aún.
-Estamos hablando de ti, no de mí.
-Entonces tampoco pongas consejos que no sigues.
-Cupido no entra.
-No eres cupido.
-Si, soy tu cupido personal porque tu eres quien merece recibir mucho amor, eres una persona entregada y has sufrido mucho por otros, has peleado batallas que no te corresponden y siempre pones a los demás por sobre ti.
-Gracias por mencionar mis casi defectos.
-No son defectos son virtudes mal empleadas, ayudar a los demás es bueno, pero dejar que ellos se aprovechen eso ya no está bien y lo sabes, pero tu eres tan noble que cualquier acto de desfachatez lo vez como si fuese inocente.
-He cambiado.
-Si ese fuera verdad, ¿Por qué no le dices a tu jefe que Rachel te hace la vida casi imposible en su empresa?
-Solo es un problema de mandos, nadamas, lo pedo resolver.
-¡Ves! Ahí esta de nuevo, Amelie, Rachel no está enojada porque hayas terminado el trabajo que le correspondía, sino que esta cabreada porque tu trabajas con el jefe sexi y millonario todos los días, mientras que ella apenas y lo puede ver y le cabrea más saber que él te prefiere antes que ella y que le has robado el crédito que le correspondía de la ultima presentación.
-No es algo grave, lo repito, llevo años trabajando en la empresa y con Rachel solo se trata de mantenerla a raya.
-Si no haces algo, ella terminará sacándote de en medio y después lo lamentarás, serás tú quien termine perdiendo, así como con Alice cuando se volvió la novia de Derek cuando tú debiste ser su novia.
-Eso es del pasado, no deberíamos hablar de ello.
-No sé porque siempre evitas el tema cuando sabes que tengo razón.
-Porque no cambiará nada decirte que, si tienes razón, ambos tenemos vidas distintas ahora y Alice ya no es algo que me preocupe.
-No se como somos amigas si a veces eres muy testaruda.
-Entonces deberías dejar de intentar algo que paso hace años.
-Solo porque nuestra amistad es de años sigo de pie y además porque eres la única que me comprende y porque me has dado al sobrino más maravilloso del mundo, sino te hubiese dejado de hablar hace tiempo.
-Si claro, alaba nuestra amistad y después tírale mierda. Creo qué debo decir gracias.
-Sabes que te amo y siempre serás mi mejor amiga, mi hermana y la segunda madre de mis hijos.
-Y yo a ti Cristina, te aguantaré por los siglos hasta que tu marido o novio en turno te deje plantada.
-Chistosa. – Rodó los ojos Cristina.
-Tendré que dejarte, es la hora de dormir de Dani, mañana tiene colegio y no me gusta que se duerma tarde.
-Cuando vaya de visita nos dormiremos hasta la madrugada, ese niño debe conocer lo que es romper las reglas.
-Solo no le enseñes las cosas ilegales para su edad.
-Me lo pensaré. – Sonrió.
-Hasta mañana Cristina.
-Hasta luego Amelie. Te quiero, ah y por cierto dile a tu madre que a la próxima le enviare una lencería sexy de la tienda para que se lo presuma al tal vecino que tiene por novio.
-No te atreverías.
-Enviare dos pares, uno para tu madre y uno para ti, a ver si así ya encuentras a alguien digno.
Amelie rio y terminó la llamada, si no colgaba ahora mismo sabía que su amiga la acorralaría hasta crearle un perfil nuevo en Tinder.
Sin darse cuenta, Amelie había terminado en el club nocturno sin saber exactamente que buscaba, hoy la lujuria no la acompañaba, pero se sentía atraída por algo. Evitaba pensar que la realidad de ese algo fuera un alguien.
Sin darse vuelta sintió un cuerpo detrás, que lentamente comenzó a subirle la pequeña falda tratando de encontrar sus típicas bragas de encaje. El susodicho llegó al arco de las pompas y tanteo el terreno, al no encontrar nada siguió su camino hacia la vulva, pero indeciso se apartó.
-¿No encontraste lo que buscabas? – Amelie se volteó a verlo.
-No pensé que tú...
-Si estamos aquí es porque todos venimos en busca de algo y no es específicamente una taza de café. ¿Volverás a lo que tenías planeado o será para otro día?
Sin pensarlo dos veces el desconocido devoró sus labios y se bajó la cremallera. La penetró con dureza sobre una de las mesas en la entrada y cuando el orgasmo los alcanzó a ambos decidió que era el momento para salirse de su vagina.
Amelie estaba sorprendida por aquello, no pensó que el desconocido que tenía semanas conociendo en la cama esta vez llevaría las riendas del sexo. Sus deseos estaban agradecidos con aquello, pues su dureza la hizo querer pedir más.
Lo tomó de la mano, subieron a su habitual dormitorio. Ella se desvistió sin perder tiempo y él hizo lo mismo, solo que fue quien decidió lo que debían hacer. La tomó del cuello y le rosó apenas los labios. La puso de rodillas y se adueñó de sus labios alrededor de su pene.
Como si aquello fuese un caramelo Amelie hizo su trabajo, lo saboreo de arriba abajo con el ritmo que la mano del hombre sostenía su cabello. Comenzó a respirar con la nariz para no atragantarse y logró que ambos alcanzarán un nuevo orgasmo.
Ambos cuerpos comenzaban a estar empapados de sudor, como si se tratase de una supervivencia, el dominante de la noche no perdió el tiempo y con su fuerza sometió a Amelie debajo de su cuerpo, no pensaba penetrarla analmente, pero si regresarle el favor, así que una vez más se sumergió en su ya mojada vulva y admiró la curvatura de su espalda mientras mantenía un ritmo considerable de caderas.
Un gemido de satisfacción inundó toda la habitación y le siguió un gruñido ronco. Amelie dejó caer su agotado cuerpo sobre las finas sabanas rojas de seda y él cayó a su lado. La abrazó a su musculoso abdomen y enredaron las piernas para sentirse más cerca.
Él le acaricio el cabello y le separó los mechones que se le pegaban a la mejilla con el sudor, le mordisqueo la oreja en señal de adoración.
-¿A qué ha venido todo esto?
La pregunta de Amelie lo dejó pasmado y frío.
-He querido iniciar nuestra noche.
-A esto no se le llama nuestra noche, deberías haberlo entendido ya.
Él se quedó sin palabras, deseaba que todo lo que tuviesen se pudiese volver realidad, dejar de esconderse en máscaras y no solo poder encontrarse en las noches por sexo ocasional.
-Creí que esta noche podríamos iniciar diferente.
-¿Esto no es por qué quieres que asista a la dichosa fiesta?
-Deberías asistir, si te sientes más tranquila te puedo decir que es un baile de máscaras nadie te reconocerá solo yo.
-¿Y cómo sabré quién eres?
-Lo sabrás al instante, nuestros cuerpos se reconocen.
-Está establecido que no debemos mantener contacto fuera de esta mansión, va en contra de las reglas.
-Si ambos estamos de acuerdo, eso no es romper las reglas. Solo será una noche, ¿Lo pensarás por favor?
-¿En qué me beneficia? ¿A caso pretendes poseerme enfrente de todos en esa gala?
-De ser necesario sí, podemos ser el espectáculo que todos esperan.
-Te podría creer si tu personalidad fuese otra.
-La gala es la oportunidad para que me conozcas bien, si deseas que nos veamos fuera de la muchedumbre en la empresa Kent existen otros espacios secretos alejados de todo.
Amelie abrió los ojos asombrada y dejó que su razonamiento lógico saliera a flote, ¿Empresa Kent? No podía ser posible a quien fuese que se estuviera cogiendo aquella noche y las anteriores también trabajaba con ella.
Se separó del hombre, se enrolló la sabana en el cuerpo y se quedó sentada en el otro extremo mirándolo con la espalda apoyada en el cabezal. Miró al hombre que estaba recargado con su brazo apoyando la cabeza y se notaba la confusión en sus ojos.
-¿Trabajas para la empresa Kent? – Fue lo primero que logró decir.
-Si, bueno no...
-¿Entonces?
El acompañante se tomó su tiempo y la dejó más confusa.
-Soy un pasante.
-¿Un pasante? – Ella no recordaba que se hubiesen abierto las plazas para los estudiantes.
-¿Cuántos años tienes?
-27 – no dudó.
-¿Cuándo te inscribiste en el plan de pasantías?
-Hace... seis meses.
Amelie lo pensó, aquello estaba siendo extraño, ella como secretaria personal del jefe mayoritario de la empresa y la encargada de que su jefe siempre firmara los nuevos planes de pasantías, no podía recordar que una nueva plaza se hubiese abierto después de las fechas establecidas.
-¿Por qué me invitas si solo eres un pasante?
-Me han obsequiado un boleto extra.
-¿Por qué a un pasante le obsequiarían otro boleto? Las empresas de ese tipo no logran ni siquiera tomar en cuenta a pasantes cuando se trata de un evento tan grande.
Él se sintió avergonzado.
-No conoces este tipo de empresa.
-Y no tengo el gusto de hacerlo.
-Si eres tan objetiva con lo superficial, entonces dime, ¿A qué te dedicas tú? Así puedo hacer una observación de lo que trabajas.
-No estamos hablando de mí, y esa es información confidencial.
-Entonces, deberías aceptar mi invitación y acompañarme, así podrás conocer quienes me han dado la oportunidad de trabajar.
-Técnicamente no estás trabajando, solo has ido a aprender...
A punto de rendirse él propuso otra idea.
-Si lo deseas no necesariamente debes pasar la velada conmigo, tengo una compañera, se llama Amelie... - Ella se quedó pasmada al escuchar su propio nombre y el corazón le latió de prisa. Se colocó en modo alerta. - ¿Me estas escuchando? Te has tensado.
-Si, solo que... ¿Podrías repetirlo?
-He dicho que con mi compañera estarás toda la noche, ella puede ser tu compañía, si lo deseas no tenemos que vernos, solo estaré contento de saber que has asistido.
-¿Cómo sabrás que asistí?
-Lo sabré. No insistiré más, si crees conveniente asistir estaré muy agradecido por ello, pero si decides no hacerlo podré con ello.
Se levantó y comenzó a vestirse, le dio un beso en la frente y no la miró más mientras salía por la puerta, ella sintió un vacío inundarla y se preguntó que era aquello, no podía tener sentimientos por ese hombre que apenas conocía y mucho menos debía ir a esa estúpida fiesta como la amante que era.
Envuelta en sabanas salió en busca de su próxima víctima, lo encontró nadamas al doblar hacia las escaleras y lo invitó a su habitación para poder quitarse los estragos de la aventura anterior.
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