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Algunos días después.
Estábamos abordando el avión a casa, Jos nuevamente me pidió cerrar con llave la habitación, desde el día que estuve con Mariana en el lago y hablamos me he mantenido alejada de Jos lo más que puedo, solo estoy con el para lo que necesita y bueno ya no necesitaba fingir frente a su hermana y padre quienes ya saben la verdad por la señora Mariana y ellos aún así siguen felices conmigo, Jos está intentando quitarse sus tenis, me acerqué y se los quite sin más, después de que el quiso tomar mi mano yo me aleje y salí de la habitación por agua, regrese a esta y note que Jos no estaba, alguien cerró la puerta detrás de mí que hizo que brincara del susto, Jos logro agarrarme y acorralarme entre la puerta y su cuerpo.
—Estoy arto de que me estés evadiendo —Dijo y estampó sus labios contra los míos.
Solté el agua que tenía en la manos y le seguí el beso, estaba desesperada por un beso de el, me había controlado bien pero aún así tenía miedo, Jos apagó la luz la cual no estaba lejos de mi, puso seguro a la puerta y me llevo a la cama.
—Jos —Dije y el detuvo sus besos en mi cuello.
—¿Quieres que me detenga? —Pregunto y yo negué obvio no me podía ver así que uní mis labios con los de él.
Estaba decidida a entregar mi virginidad a Jos, lo quería y amaba, necesitaba quedarme con buenos recuerdos cuando me vaya, me quito mi ropa y yo a él la suya, empezó a tocar mi cuerpo como si se lo estuviera grabando, me sentó sobre sus piernas y pude sentir su gran erección.
—Me has tenido frustrado sexualmente desde los besos —Dijo y yo reí levemente.
—Ya no más frustración —Dije y el sonrió y volvió a unir nuestros labios.
Me quito mi ropa interior y ahora viajaron sus manos por mis pechos y el resto de mi cuerpo, empezó a repartir besos por todo mi cuerpo, después regresó a mi boca, se quitó su bóxer y yo miré a su gran amigo, tenía miedo eso sí, era mi primera vez y tenía miedo, Jos noto que temblaba.
—En el momento en el que me pidas que me detenga lo haré —Dijo y yo suspiré y dije si.
Me enderece y me sentó poco a poco en el, sentí un gran dolor en mi parte íntima y toda la columna, después de eso el dolor se convirtió en placer, empecé a gemir y Jos río levemente.
—Nos van a escuchar —Dijo y yo reí levemente.
—Tu provocas eso —Dije y el sonrió y beso mi boca.
Las embestidas eran cada vez más rápidas y el placer subía cada vez más, los gemidos que ambos proporcionamos tratábamos de mantenerlos guardados pero pinche Jos quería que escucharan hasta los pilotos, ambos llegamos al famoso orgasmo y Jos calló a mi lado con su respiración acelerada, este chico estaba matándome hace unos días y hoy puedo decir que me mató, miré a Jos y este sonreía como nunca.
—Te amo —Dijo y yo sonreí y bese su boca.
—Te amo más —Dije y el sonrió y me abrazó por la cintura.
Poco a poco ambos nos quedamos dormidos.
(...)
—Despierta hermosa —Dijo Jos y yo abrí los ojos algo asustada.
—¿Qué pasa? —Pregunté y el sonrió.
—Llegamos al aeropuerto, por favor cámbiate —Dijo y yo suspiré algo cansada y después me pare de la cama algo adolorida.
—Te odio —Dije y el río levemente.
—Eso no decías anoche —Dijo y yo le avente un cojín del mueble.
Me cambié rápido y no quería caminar, me dolían las caderas, piernas y todo el ¡maldito cuerpo!, Jos me abrazó por la cintura y salimos de la habitación, encontrándonos con Fernanda su hermana.
—¿Qué les pasó? —Dijo y yo suspiré.
—Tu hermano no me dejo dormir por la turbulencia del avión —Dije y ella río.
—Vaya turbulencia —Dijo Jos y Fernanda le dijo miedoso.
Salimos del avión y yo le metí un pellizco a Jos, este río, Jos iría a su casa y yo a la mía, mis abuelos habían decidí mandar mi carro al aeropuerto hace algunas horas.
—Lindo auto —Dijo Fernanda y yo sonreí mirándolo.
—Gracias —Dije y ella sonrió.
—Iré a casa, mañana quiero verte en la comida de mis abuelos no creo que faltes ya conozco a tus abuelos, a partir de este momento eres mi novia y eso tengo que festejarlo —Dijo y yo sonreí, me gustaba la idea pero tenía que mentalizarme, en unas semanas Jos yo me iré de tu vida.
—Te veo después —Dije y bese su boca para después subir a mi auto y salir de ahí a toda velocidad.
Maneje hasta la casa de seguridad de mis abuelos la cuál estaba en una residencia aún más cara y era muy difícil conseguir una casa ahí por los precios pero para mis abuelos lo hay costó cuando se trata de sus nietos, llegué a la casa y estacione el carro afuera, me baje, unos guardias me tomaron por los brazos.
—¿Quién es usted? —Pregunto con su voz ronca y sería.
—Mi nieta —Dijo mi abuela y me soltaron y se disculparon.
Me dejaron entrar a la casa y abracé a mi abuela después de cruzar el portón, sonrió como nunca y la miré con esperanza, después de años iba a ver a mi hermano, caminé al interior de la casa con ella y al entrar miré a un chico de espaldas, estaba en tan crecido.
—Hola —Dije y el se giró para verme.
Ahí estaba mi hermano después de años podía verlo, corrió a mi y me cargó en un abrazo, solté mis lágrimas y cuando me bajo junto su frente con la mía.
—Te amo hermana —Dijo y yo sonreí.
—Te extrañe tanto, no sabes cuánto —Dije y lo abrace llorando.
—Por dios ______ estas tan grande, ya no eres una niña —Dijo y yo sonreí.
—Tengo tanto que contarte —Dije y el asintió.
—Por fin están juntos, ahora ambos lucharán por su felicidad y eso implica pelear contra sus padres —Dijo y yo miré al abuelo.
—No dejare que mi padre y madre alejen de nuevo a mi felicidad, ya no soy una niña que podían manipular, si mis padres quieren guerra, guerra tendrán —Dije y mi abuelo sonrió contento.
—Esa es mi nieta —Dijo y nos abrazó.
—Yo también quiero un abrazo —Dijo mi hermana y de unió.
Después la abuela llegó y nos abrazó, tendría mucho que hablar con Javier, también tengo una plática pendiente con el abuelo, amaba a mi familia, está era mi familia, tendría que también hablar con Javier, tal vez lo que le cuente no le guste pero después tal vez si con lo que le propondré, aún pensaba en Jos y en qué tengo una cuenta pendiente con el.
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