Quince
Jinnie:
¿Estás en casa?
Yo:
¿Bebé?
Claro. ¿Que pasó?
Jinnie:
¿Puedes bajar a buscarme?
Estoy abajo.
Yo:
¿Qué pasó?
Jinnie:
Luego te explico.
Solo venme a buscar.
.
Totalmente extrañado por la forma en que Hyunjin se leía desesperado, Jisung bajó hasta la puerta de su edificio. Había un taxi parqueado en el cual salió Hyunjin apenas lo vio.
El Omega tenía lagrimas corriendo por sus mejillas cuando se lanzó a Jisung. Se preocupó, tocando la espalda de Hyunjin esperando que no estuviera herido.
—¿Qué pasó, Jinnie? —preguntó el alfa preocupado.
—Entremos —dijo Hyunjin mirando a todos lados. Jisung no sabía qué pasaba pero sintió furia, porque lo que estuviera molestando a Hyunjin, era tan grande que lo tenía temblando.
Entraron al edificio y Hyunjin no dejó de temblar en los brazos de Jisung hasta que estuvieron dentro del apartamento del alfa y sentados en el sofá.
Ahí Hyunjin rompió en llanto. Jisung no sabía que hacer, solo tomó al Omega entre sus brazos, acariciándolo y repartiéndole suaves besos mientras lloraba. No supo por cuánto tiempo Hyunjin lloró, pero se mantuvieron en la misma posición hasta que el Omega dejó de llorar y Jisung lo alejó para mirarlo a los ojos.
—¿Qué pasó, cariño?
—Jiho —murmuró Hyunjin—. Yo... acababa de cerrar la cafetería y luego él apareció y me amenazó. Me llevó a un callejón oscuro y me tocó.
Oh Dios.
—Me tocó, Jisung. Si no fuera porque logré pelear hubiera sido peor.
Los colmillos de Jisung se afilaron. Estaba molesto, quería ver a ese sujeto y matarlo.
—Voy a matarlo —gruñó, secando las lágrimas de Hyunjin. Este negó con la cabeza.
—No vale la pena... solo... por favor Jisung no sabía dónde ir, tenía tanto miedo que supiera dónde vivo que lo primero que se me ocurrió fue acá.
—Hiciste bien, cariño —dijo Jisung besando la cabeza de Hyunjin, acariciando su pelo—. Hiciste bien.
—Mañana... mañana tengo que ir a la policía —Hyunjin ya sonaba más calmado. Jisung podía sentir como su corazón estaba supremamente agitado.
—Te acompaño, Jagi. Esto es el límite —Hyunjin negó con la cabeza.
—Esto no es nada comparado con lo que es capaz de hacer.
Jisung esperaba no averiguarlo.
.
Se acostaron luego de calmar a Hyunjin. Le dió algo de tomar y algo de comer. El Omega aún temblaba cuando se acostaron en la cama luego de que este fuera al baño a cambiarse.
Hyunjin se veía hermoso inundado en un hoddie de gran tamaño de Jisung. Sus piernas largas sobresalían tan a la perfección.
Se acostaron y se miraron, y Hyunjin acarició la mejilla de Jisung.
—Por favor, cariño —susurró Hyunjin—. Por favor bésame. Tócame hasta borrar las huellas que él dejó.
Y Jisung lo hizo.
Acarició las mejillas de Hyunjin secando sus lágrimas.
Besó sus mejillas, sorbiendo las lágrimas saladas. Repartió besos por todo su rostro, provocando temblores en Hyunjin. Besó sus labios, un beso tan suave y tembloroso, y Jisung quiso abrazar a Hyunjin y ocultarlo de todo mal.
Le dolía por lo que pasaba el Omega. Le dolía en su alma lo que le había sucedido. Quería matar al sujeto.
Se abrazaron, las manos de Jisung acariciando suavemente la espalda de Hyunjin escuchando la respiración ahora relajada del Omega.
Esperaba que este estuviera dormido, así que le sorprendió cuando la mano de Hyunjin se movió tomando la de Jisung y bajando la hasta su trasero.
—Tócame —susurró Hyunjin, haciendo que la mano de Jisung se metiera debajo del hoddie—. Borra sus huellas, por favor.
No era una forma de afrontamiento sano, eso sabía Jisung. Pero no podía negarle nada a Hyunjin.
Jisung se dió cuenta que Hyunjin no tenía ropa interior, así que tuvo fácil acceso a su coño. Lo toco suavemente, acariciando sus labios inferiores y recorriendo su polla.
Hyunjin soltaba pequeños ruiditos de placer. Jisung nunca había creído que un toque en una zona íntima sería más reconfortante que sexual. Le gustó. Estaba acostumbrado a sentir muchas cosas por primera vez con Hyunjin y esta no era la excepción.
Hyunjin comenzó a gemir y Jisung pudo sentir que su coño comenzaba a humedecerse.
—Mételos, por favor.
Jisung metió un dedo y comenzó a acariciar su interior. Hyunjin gimió, metiendo su rostro en el cuello de Jisung y comenzando a chupar y dejar diminutos mordiscos en la piel que Jisung apreció.
Jisung agregó un segundo dedo y Hyunjin se arqueó y gimió de placer. Abrió más sus piernas para que Jisung tuviera un mejor acceso.
—Más rápido —sollozó Hyunjin y Jisung obedeció. Haría lo que fuera por su Omega, además que él también estaba disfrutando dándole placer.
Las piernas de Hyunjin temblaron cuando se corrió sollozando cuando los dedos de Jisung salieron.
Jisung no se había dado cuenta que su polla estaba erecta hasta que Hyunjin lo puso de espaldas y bajó hasta su entrepierna y, de rapidez, se metió la polla en la boca.
Fue una mamada rápida. Jisung se corrió con fuerza y rápidamente con la mano enterrada en el pelo de Hyunjin. Y antes de que él se pudiera levantar para limpiar a Hyunjin, él mismo lo hizo, yendo al baño a limpiarse. Volvió con rapidez, volviendo a acostarse al lado de Jisung ronroneando como un gato mientras se apretaba en un abrazo con el alfa.
Su alfa.
.
La pierna de Hyunjin brincaba de arriba a abajo. La oficina de la estación tenía un ambiente sombrío que le erizaba los vellos a Hyunjin.
La mano de Jisung le apretó en la rodilla brindándole tranquilidad. Hyunjin suspiró cubriendo esa mano. Miró su teléfono, los mensajes de Minho pidiendo saber donde estaba para poder llegar.
Hyunjin le había dicho que estaría con Jisung, pero aun así el omega mayor insistia en estar, autoproclamandose el protector de Hyunjin y su cachorro.
A Hyunjin no le molestaba mucho, pero a veces se sentía inutil porque sus amigos tenían que protegerlo y no podía hacerlo él mismo.
El policía entró, trayendo un papel y dejándolo frente a Hyunjin.
—La denuncia está puesta, se mantendrá al sujeto en custodia por 24 horas para buscar pruebas. Se tomará como prioridad debido a la orden de restricción —Hyunjin asintió. Sabía que era posible que dejaran salir a Jiho después de las 24 horas, estaba aterrado de lo que pudiera pasarle— Ten en cuenta de que no podremos hacer más nada si no hay pruebas.
Hyunjin sabía que no había pruebas, no había cámaras alrededor de la cafetería de Chan. Sabía que tenía que hacer algo, sabía que tenía que resolver las cosas.
No podía quedarse de brazos cruzados.
.
Mientras Jiho estaba en custodia, Hyunjin decidió que podía salir a trabajar con normalidad.
No se iba a quedar encerrado, no le daría el gusto.
Aprovechando la hora suave, Hyunjin revisó el instagram de Jiho. Tenía años que no lo hacía y estaba dispuesto a hacer algo por sus propios medios: Hablaría con la esposa de Jiho.
Seguramente, la mujer no sabía por qué habían capturado a su esposo. Una parte de él pensaba que era estúpido acusarlo con su esposa, pero Hyunjin esperaba que la mujer tuviera fuerza en las opiniones de pareja.
Bajó hasta encontrar una foto de ellos juntos y conseguir el instagram de la mujer.
—Kim Sunhee —murmuró Hyunjin abriendo el instagram y buscando donde trabajaba. No iba a hacerle una emboscada, sólo quería hablar con ella y decirle la clase de persona que era su esposo.
Sunhee era una alfa, ya sabía por qué Jiho decía que no podía quedar embarazada. Era escritora en jefe de una revista de moda. No le sorprendía que los padres de Jiho lo hicieran casarse con una mujer con una vida arreglada. Sus padres estaban en los mismos círculos sociales que los suyos: gente rica que le gustaba cruzar familias con sus hijos.
La razón por la cual sus padres no aprobaron a Jiho no tenía nada que ver con el maltrato que el alfa le daba, tenía más que ver con que sus padres y los de su ex eran enemigos jurados. De empresas rivales. Por eso Hyunjin se había aferrado al alfa, solo para contradecir a sus padres.
—Eres un idiota —se dijo—. Mira dónde te llevó esa rebeldía.
Maltrato, drogas, sobredosis, coma, usar el sexo como metodo de afrontamiento y por esa promiscuidad, embarazado.
Se secó las lágrimas y se frotó el vientre.
No, de ti no me arrepiento.
No de su cachorro. No de Jisung.
Buscó el nombre de la revista y encontró el edificio en donde estaba situado.
Ya sabía que haría al día siguiente.
.
Hyunjin suspiró cuando miró el edificio. Lo importante era parecer como si debería estar ahí, así que entró por la puerta principal cuando entraron varias personas.
El guardia no lo miró siquiera, saludando a todos con una sonrisa amable y un levantamiento de cejas. Hyunjin ingresó al ascensor y presionó el botón del piso 16.
Estaba respirando lentamente, tratando de calmarse. Se frotó el vientre, tratando de tranquilizarse. De alguna forma, encontraba relajante ese movimiento. Podía sentir a su cachorro moviéndose de vez en cuando, recordándose que estaba haciendo esto por la salud de ambos.
Salió del ascensor cuando llegó al piso y se acercó a la recepcionista.
Estaba nervioso.
—Buenas —saludó Hyunjin. La mujer lo miró de arriba a abajo.
—¿En qué puedo ayudarle?
—Estoy buscando a Kim Sunhee.
—¿Eres el modelo de la línea de maternidad? —preguntó la mujer mirando su vientre. Aunque no era tan notable, esa mañana llevaba una camisa que le entornaba un poco más.
Hyunjin aprovechó la oportunidad, le brindó una sonrisa.
—Por supuesto —respondió.
La mujer asintió, se levantó y lo guió hacia la puerta. La abrió, le dijo algo a la mujer y dejó pasar a Hyunjin.
Kim Sunhee era preciosa, tenía un cabello oscuro y largo hasta la cintura. Y se veía poderosa. Hyunjin se sentía un poco intimidado con el poder de las mujeres alfas. Le recordaban a su madre.
—Sigue —dijo Sunhee ofreciéndole la silla frente a su escritorio. Cuando Hyunjin se sentó, suspiró.
—No soy ningún modelo —dijo antes de que la mujer abriera las fotos de un modelo embarazado que claramente no era Hyunjin. Sunhee frunció los labios—. Solo necesitaba una excusa para hablar contigo.
La mujer enarcó una ceja.
—¿Qué sucede?
—Ayer tu esposo fue llevado en custodia ¿no? —hubo una oscuridad en los ojos de Sunhee—. Tal vez no conoces bien como es Jiho, no sé de qué manera te trata o se presentó frente a ti, pero no es bueno. Yo soy un ex de él —la mujer enarcó una ceja y miró el vientre de Hyunjin—. No es de él, yo tengo pareja.
—¿Entonces a qué vienes?
—Yo fui quien lo demandó. Le tengo una orden de restricción porque hace cuatro años me violó e intentó asesinarme. Hace un mes me encontró en mi trabajo, y hace dos días me tomó mientras cerraba y trató de abusar de mí. Estás viviendo con un hombre salvaje, un homicida y un violador.
Sunhee lo miró. Hyunjin esperaba que la mujer lo comprendiera. Sin embargo, la mujer soltó una risa que erizó los vellos de Hyunjin.
—Qué tontería —dijo la mujer—. Jiho no es capaz de nada de eso —Hyunjin sintió que su corazón latía a gran velocidad ¿Cómo ella no podía ver la clase de persona con la que vivía?— Eres Hyunjin ¿no? —¿Cómo sabía su nombre?—. Jiho me habló de ti, el drogadicto.
Mierda.
—Me dijo que salió con un Omega que se drogaba, que incluso tuviste una sobredosis y él se fue a USA para no meterse en todos los problemas en los que lo metiste antes.
—¿Problemas en que lo metí? —cuestionó Hyunjin, sorprendido en todas las mentiras que dijo Jiho a su esposa—. Sorprendente —gruñó.
—¿Tienes más mentiras que decir acerca de mi marido? —Hyunjin se sintió sonrojar, la furia hirviendo en su interior.
—Solo quería advertirte.
—Y acusarlo con mentiras —gruñó Sunhee y le hizo una señal a la puerta—. Puedes irte —Hyunjin frunció el ceño y se levantó.
Con furia, salió de la oficina de Sunhee y sin siquiera despedirse de la recepcionista se dirigió al ascensor.
Ya estaba cerrando cuando unas manos masculinas abrieron la puerta.
Hyunjin quedó paralizado, contra el fondo del ascensor cuando los ojos furiosos de Jiho le devolvieron la mirada.
El alfa entró, cubriendo la puerta contra cualquier posible escape de Hyunjin y puso el ascensor en marcha.
No había bajado nada cuando presionó el botón de detener el ascensor, justo entre dos pisos, dónde sabía que Hyunjin no iba a escapar.
—Eres muy problemático, Hwang Hyunjin —dijo Jiho acercándose. Hyunjin sabía que estaba en problemas, estaba en el territorio de Jiho. Hyunjin no debió haber ido ahí, sabía que Jiho podía hacerle cualquier cosa y no tendría nada de repercusiones.
—La cámara —gimió Hyunjin, aterrorizado. Jiho gruñó y solo tomó el cuello de la camiseta de Hyunjin y lo presionó contra la pared del ascensor.
—Deja de meterte en mi camino. No te voy a perdonar nada de esto. En algún momento, Hwang Hyunjin, me voy a vengar por lo de ayer. Has manchado mi imagen.
Hyunjin sintió que su miedo comenzaba a bajar y la furia comenzaba a subir.
—Es lo que te mereces —gruñó con los dientes apretados—. Tienes bien dominada a tu esposa que cree que eres un ángel —Jiho soltó una risa petulante que provocó en Hyunjin ganas de vomitar.
—No te incumbe.
—Déjame en paz, Jiho. Nada de esto hubiera pasado si me dejaras quieto. Estás casado, tienes un trabajo. Manténlo porque cada vez que intentes hacerme algo, voy a denunciarte y manchar aún más tu imagen.
La furia brilló en los ojos de Jiho. El alfa levantó la mano y Hyunjin creyó que iba a golpearlo. Se encogió, protegiendo su vientre. Sin embargo, Jiho lo que hizo fue tomarlo de las mejillas.
—Te dejaré quieto por ahora. Pero prepárate, Hwang Hyunjin, que esto no va a quedarse así.
Y lo soltó.
Volvió a activar el ascensor, se bajó en el siguiente piso. Cuando la puerta se cerró, Hyunjin sintió que todo su valor bajaba.
Quiso encogerse y llorar.
.
—¡¿Qué hiciste?! —exclamó Minho. Hyunjin frunció el ceño mirando hacia otro lado— No me evadas la mirada como un cachorro rebelde, Hwang Hyunjin, te estoy hablando.
—No sé para qué quieres que te lo repita.
—Es que no puedo creer que hayas sido tan idiota de ir al trabajo de su esposa ¿Como no creiste que no te lo encontrarías ahí?
—No lo pensé ¿sí? —Minho gruñó, pasándose las manos por la cabeza y caminando de un lado para otro.
—Ese es tu problema, no piensas —aquello le generó furia en Hyunjin. Gruñó.
—¿Por qué tienes que actuar como si fueras mi madre? —Minho lo miró con los ojos entrecerrados.
—No quieres que actúe como tu madre —Hyunjin rodó los ojos.
—Me refiero a que me estás sobreprotegiendo, estás actuando como si fueras una madre. Soy un adulto, hyung, no un niño.
—Un adulto lo hubiera pensado mejor que enfrentarse a la esposa del sujeto que intentó matarte. Y que de paso te acorraló en el ascensor.
—Le hice frente, no me congelé. Puedo valerme por mi mismo.
—No, no puedes hacerlo, estás preñado —Hyunjin frunció el ceño y se levantó haciéndole frente al otro omega.
—¡Estoy harto de que no me dejes tomar mis decisiones! Actúas como si yo no supiera lo que es bueno para mí.
—¡Mírate, Hyunjin! ¿Qué decisiones has tomado que han sido buenas para ti? —Aquello fue como un balde de agua fría. Sus ojos se llenaron de lágrimas y no pudo ver el arrepentimiento en el rostro de Minho— Jinnie, lo siento, no quise decir eso —fue a acercarse pero Hyunjin se alejó de un salto.
—¡No! ¡Vete!
¿Eso era lo que pensaba Minho de Hyunjin? ¿Que nunca había tomado una buena decisión en su vida y por eso tenía que hacerlas él? ¿Que malas decisiones había tomado? ¿Eso también incluían a Jisung y la decisión de quedarse con el cachorro?
No se dio cuenta que comenzó a llorar, su brazo cubriendo su vientre.
—Dios, Hyunjin —dijo Minho, como dándose cuenta que era lo que pensaba el joven omega—. No, bebé. Tu cachorro fue una buena decisión —se fue a acercar nuevamente y Hyunjin volvió a retroceder.
—Vete —sollozó—. Solo vete.
Minho suspiró y rodeó al chico. Hyunjin seguía sollozando cuando la puerta sonó cerrándose.
Se dirigió a su cuarto y se lanzó a su cama. En su nido, tomó sin pensarlo una camiseta de Minho. El suave olor del omega mayor inundando su nariz. Estaba tan molesto, estaba tan frustrado, estaba tan dolido.
Solo quería dormir.
.
Minho sabía que se iba a arrepentir de esto. Pero nadie amenazaba a Hyunjin y se salía con la suya y Jiho se había salido muchísimas veces con la suya.
Esta vez no sería así.
Esperó en el aparcamiento vacío a que el hombre saliera del hospital hasta su auto.
Contestó el mensaje de Chan mintiendo diciendo que seguía en JYP cuando estaba planeando una diminuta advertencia.
Un gruñido salió de su interior cuando lo vio, el hombre se acercaba a su auto con su bata blanca en el brazo. Le daba asco la sociedad que encubría criminales solo porque tenían dinero.
Se acercó lentamente por detrás de él.
—Hey, Jiho —saludó Minho con voz sombría. Jiho se sobresaltó un poco y se giró a Minho con una sonrisa burlona.
—Vaya, Minho. Hoy me han sorprendi- —Minho le interrumpió dándole un puñetazo en la nariz. Fue a prepararse para otro pero el alfa le devolvió el golpe.
Entrenado en boxeo, Minho esquivó dos más antes de golpear al alfa en la entrepierna y darle tres puñetazos más. Cuando el alfa cayó al suelo, Minho le dio varias patadas. Estaba tan lleno de ira, estaba tan molesto que quería matar al alfa.
Pero no se rebajaría a su nivel.
Le escupió.
—Deja a Hyunjin en paz o te dejaré peor —le gruñó y decidió alejarse escuchando los gemidos de dolor del alfa detrás de él.
Corrió hacia su auto con el corazón latiendo a velocidad y la adrenalina bajando. Le dolía la cara por el puñetazo y la mano por los golpes que dio.
Había aliviado su frustración de la pelea con Hyunjin. Porque toda la culpa la tenía el alfa, toda la culpa de las cosas que le han pasado al omega eran de él, y por eso Minho tenía que desquitarse.
Manejó con una sola mano, ya que le dolía un poco doblar la otra, tendría que ponerse hielo en la herida y decirle la verdad a Chan.
Llegó al conjunto de apartamentos y subió a su piso. Su cuerpo todavía vibraba con los restos de la adrenalina.
Entró y se dirigió a la sala, se dio cuenta de la forma en la cual el rostro de su alfa cambió totalmente.
—¡Min! —exclamó Chan tomando a su novio de los hombros— ¿Qué pasó?
—Puedo explicarlo.
—Por Dios, bebé —murmuró Chan tocando un lado del labio de Minho. El omega se quejó ante el dolor, no había sentido el sabor de su sangre. Se sentía todavía en las nubes, no podía creer que había hecho eso.
Chan lo llevó hasta el sofá y lo dejó sentado mientras buscaba una de sus compresas de hielo y una servilleta para limpiar la sangre del labio de Minho.
—¿Te metiste en una pelea, Min? —preguntó Chan. Minho le sonrió.
—Golpee a un alfa, bebé —dijo Minho con una sonrisa. Chan tardó un poco en reaccionar porque Minho no era violento, no golpeaba así como así, así que solo significaba...
—¿Estás loco, Lee Minho? —exclamó Chan— Te puede demandar.
—No lo va a hacer —dijo Minho—. Es la clase de alfas que no van a admitir que un omega los golpeó.
Minho siseó cuando el hielo fue puesto en sus nudillos magullados.
—¿En qué cabeza cabe que puedes ir a golpear a la gente?
—Atacó a Hyunjin, Chan. Y hoy lo volvió a amenazar. Dime si no quieres golpearlo.
—Claro que quiero hacerlo, Min... Pero hay formas... —Minho frunció el ceño y miró hacia otro lado. Se erizó cuando la palma de Chan acarició su mejilla—. Pudo haberte herido... Y no me lo podría perdonar —Minho apoyó su rostro en la mano de Chan. El movimiento siempre le había parecido al alfa como un gato. Suspiró—. Hay algo más, Min. ¿Por qué lo hiciste?
—Discutí con Hyunjin. No me habla —Chan soltó una risita.
—¿Así que tu mejor idea fue usar de saco de boxeo a ese imbécil?
—Lo necesitaba, no quiero que se acerque más a Hyunjin —Chan le brindó una sonrisa.
—No puedes protegerlo para siempre, Min.
—Haré lo que sea posible mientras pueda.
.
—En las manadas, el alfa principal es el que cuida a todos. Sin embargo, quien en verdad se hace cargo de la manada no es el alfa, sino su pareja, el omega principal. Dicho omega, es quien se encarga de cuidar y velar por el bienestar de los otros omegas y de los cachorros. Son más agresivos cuando se trata de los omegas preñados.
—Deja de intentar excusar a Minho hyung, Félix —dijo Hyunjin acostado en su cama observando su cuaderno de bocetos.
—No lo estoy excusando, estoy leyendo en voz alta —Hyunjin miró la página web que Felix le mostraba "Dinámica de manadas: una guía para el lobo de ciudad."
—Es tonto, me puedo valer por mí mismo.
—Nadie está diciendo que no puedes...
—Minho hyung lo hizo.
—Estaba alterado. El sujeto te acorraló en el ascensor y si no hubiera habido cámaras te hubiera hecho algo. Entiéndelo, es su instinto protegerte a ti y al cachorro.
—Hablas como si el cachorro fuera suyo.
—Imagina que somos una manada y Chan hyung es el alfa principal. Que podría ser tan cierto porque ellos te han acogido desde hace seis años. Minho hyung es su pareja, lo que lo convierte en el omega principal. Siente que es su deber cuidarte a ti, siendo un omega menor, y al cachorro. Es el primer cachorro de la manada, es obvio que va a tener especial protección contigo —Hyunjin frunció el ceño, en verdad le dolía todo lo que Minho le había dicho, pero en verdad comprendía la necesidad de protección de su amigo— Además, siento que también tiene que ver con...
No terminó de decir, pero Hyunjin lo entendió. Y también había pensado en eso por un momento. Antes no lo había pensado, porque Minho se encargó de dar a entender a todos que nada de eso, de lo sucedido hace tres años, había pasado.
Pero Hyunjin ahora lo comprendía.
Si había especial razón por la cual la sobreprotección de Minho con Hyunjin y su cachorro tenía que ver con su pérdida hace tres años.
Hubo una época en la cual Hyunjin y Félix fueron los que cuidaron de Minho. Cuando Minho estaba en su momento más frágil: Tirado en el piso sangrante de un baño de JYP después de haber tenido un aborto espontáneo.
No había sido facil de ver. No había sido facil de calmar a Minho que seguía diciendo "mi cachorro" viendo los coágulos de sangre. No había sido fácil hacerlo salir de esa depresión que duró meses.
—Él no debería... no debería consolar su pérdida con mi bebé.
De igual forma eran solo suposiciones que hacían. De pronto Minho solo no quería que el cachorro de Hyunjin tuviera el mismo destino que el suyo.
Minho sabía por todas las que Hyunjin había pasado. Minho lo conocía tan bien y sabía lo frágil que Hyunjin podía ser. Pero también le incomodaba que lo trataran como una copa de cristal, que no podía ser tocada porque se rompía.
Hyunjin sabía que no había tomado buenas decisiones. Desde su único novio que intentó matarlo hasta sucumbir su trauma con sexo con alfas con los que podía jugar, los cuales muchos terminaban maltratándolo, siguiendo el mismo ciclo. Y Minho había estado ahí, viéndolo y reprendiendolo. Y yendolo a buscar para que no se devolviera solo, y acompañandolo en las fiestas donde no quería que terminara en sexo.
Minho siempre había estado ahí, como una sombra siempre al cuidado de Hyunjin y de lo que podía hacer.
Suspiró, recostandose en su nido.
El teléfono de Felix sonó inundando el silencio de la habitación.
Felix contestó, estaba todo tranquilo hasta que el chico soltó una exclamación.
—¡¿Qué hizo él?!
.
Hyunjin entró como una furia, casi pateando la puerta principal y evadiendo a los gatos que se le trataban de pegar en la pierna.
—¿Estás loco? —exclamó. Minho se estaba vendando la mano en el momento que el omega más joven, con los ojos brillantes de lágrimas contenidas, se sentaba frente a él.
—Un poco, podría admitirlo —respondió Minho.
—¿Por qué hiciste eso? —sollozó Hyunjin, su mano temblando al intentar tocar el rostro de Minho— ¿Por que hiciste esto, hyung tonto? Pudo haberte hecho daño —Minho hizo una mueca cuando el dedo de Hyunjin rozó su labio partido.
—Tenía que hacerlo, bebé —murmuró Minho—. No quiero que te sigas escondiendo.
—¿Cómo no sabes si va a ser peor? —Cuestionó Felix— Es muy orgulloso.
—No lo será —dijo Minho—. Sabe que entonces un omega va a volver a golpearlo —Felix hizo una mueca, no muy convencido.
—No puedes tomar siempre todos los golpes tú —dijo Hyunjin—. No puedes... No puedes enfrentarte siempre a los peligros por mí, hyung. No soy un cachorro.
—Sabes que no temo hacerlo, bebé. Y nunca dejaré de hacerlo.
—Algún día saldrás más herido, hyung. Tienes que dejarme luchar mis propias batallas a veces —Minho hizo una mueca—. Promételo.
—No.
—Hazlo —Minho volvió a hacer una mueca. No era fácil para él esto. No desde que había casi perdido a Hyunjin hace años. No podía. Sin embargo, tampoco podía perder a Hyunjin por su terquedad.
—Está bien —respondió. Era casi una mentira, porque todavía protegería a Hyunjin y al cachorro con su vida. Hyunjin sonrió, aunque en sus ojos había un brillo, sabiendo que no le creía del todo pero se conformaba.
Minho jaló al omega para abrazarlo.
—Perdóname por lo que te dije —susurró—. No pienso que no seas capaz de tomar buenas decisiones, solo quiero protegerte.
—Lo sé —suspiró Hyunjin—. Tampoco es que haya tomado las mejores decisiones del mundo —Minho soltó una risita y acarició la espalda del omega aspirando su aroma. Hyunjin hizo lo mismo. Chan y Felix se dirigieron a la cocina para dejar a los omegas acicalándose en su propio mundo.
.
Sunhee soltó una risa cuando vio a su esposo entrar por la puerta.
—¿Quién te golpeó?
—Cállate —gruñó Jiho. La alfa solo volvió a reír. Jiho se acercó al refrigerador tomando una compresa de hielo y colocándolo en su ojo. Se sentó en el sofá, al lado de Sunhee.
—Oye, ese ex tuyo, Hyunjin, llegó a mi trabajo.
—Lo sé, lo vi.
—Me dijo varias cosas tuyas.
—¿Y le creíste?
—Por supuesto que sí, sé que eres así... Solo... Está embarazado —dijo con anhelo en sus afilados ojos oscuros.
—Lo está.
—No es tuyo ¿Verdad?
—Ya quisiera.
—...
—...
—Lo quiero —sentenció Sunhee—. Al cachorro —Jiho sonrió, acariciando la larga pierna de su esposa.
—Lo que quieras, mi amor.
Nota: No sé por dónde comenzar lsbsksbsks supongo que no se esperaron lo de Minho. Pues sí, ya saben porque anda demasiado sobreprotector con Hyunjin (además que lo ama off course). Min ya superó su pérdida totalmente, pero no quise mencionar en el cap anterior lo de que quería que lo embarazara otra vez porque no le gusta mencionarlo. Y por eso evade la pregunta de Hyunjin sobre querer un cachorro.
Sobre lo último que escribí, bueno, ya saben que se viene más drama pero ¿Por qué nos vamos a centrar en eso ahora? Sigamos con el amor.
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