Dieciocho
Hyunjin se sentía en las nubes cuando despertó en los brazos de Jisung.
Su cabeza aún flotaba por la sesión de sexo tan romántico que tuvieron el día anterior. Jisung se retorció detrás de él.
—Buenos días, mi amor —saludó Jisung y Hyunjin se retorció de placer ante las palabras dichas.
—Buenos días —sonrió. Los labios de Jisung recorrieron su cuello, besando su glándula haciéndolo gemir. Hyunjin no quería irse de la cama. No quería alejarse de Jisung por nada del mundo. Se dió la vuelta entre los brazos de su alfa y lo besó en la boca—. Quiero chuparte la polla —dijo luego del beso.
Jisung soltó una risita.
—Bueno... pero yo también quiero comerte —Hyunjin sonrió, acostando a Jisung boca arriba y subiéndose a él. Su coño se presentaba en la cara del alfa mientras se acomodaba para chuparle la polla.
Jisung acarició sus muslos.
—Nunca voy a cansarme de decirte lo hermoso que te ves con ese vientre de embarazo —dijo Jisung—. Redondo, lleno de cachorros —Hyunjin se sonrojó. Había tanta inseguridad en su cuerpo por los cambios que su vientre de embarazo estaba ocasionando, tanto miedo de ya no verse atractivo para Jisung que el que su alfa estuviera diciéndole eso lo hacía regodearse. Su Omega meneaba la cola de placer.
Decidió que tenía que recompensarlo así que lo primero que hizo fue meterse la polla entera en su boca sorprendiendo al alfa.
—Oh Dios —gimió Jisung, sus manos estaban sobre sus nalgas—. Dios bebé, eres tan bueno.
Siguió chupando, escuchando los deliciosos sonidos de Jisung mientras acariciaba su coño. Luego sintió la lengua recorriendolo, entrando en su interior y saliendo provocando que cerrara las piernas en torno a la cabeza de Jisung y hundiera más la polla en su garganta ahogándose soltando gemidos de placer.
Las manos de Jisung apretaron sus muslos y lo acercaron más para que su cadera quedara más cerca de su cara.
Hyunjin se sentía en el cielo. Se sentía con el placer inundandolo completamente. Jisung sabía dónde tocarlo, dónde acariciar, dónde chupar.
Jisung apretó fuerte su muslo (Hyunjin esperaba que quedara la marca de los dedos) cuando se corrió con fuerza en la boca de Hyunjin. El Omega lo soltó y se apoyó en el pecho de Jisung cuando éste atrajo más el coño a su boca.
Hyunjin cabalgó sobre el rostro del alfa, soltando gritos de placer que esperaba que los vecinos no dieran importancia. Se corrió con las piernas temblando, su semen manchando el pecho de Jisung.
El alfa lo apartó suavemente y Hyunjin pudo contemplar la boca húmeda del chico y una sonrisa autosuficiente. Hyunjin sonrió cayendo en la cama, se sentía en las nubes.
.
Al salir de la ducha, Hyunjin encontró a Jisung viendo los zapatos amarillos de bebé que había comprado hace varios meses.
—Hey —le saludó llamando la atención del alfa. Jisung le miró, había algo en su mirada que Hyunjin no lograba comprender, pero que le daba una calidez en su pecho.
—¿Quieres ir de compras hoy? —preguntó Jisung— Quiero comprarte algo a ti y al cachorro.
Las mejillas de Hyunjin se sonrojaron.
—Ji, no es necesario...
—Quiero —sentenció—. Quiero hacerlo. Quiero comprarles algo a ambos.
Hyunjin le brindó una sonrisa.
.
Nunca habían salido en público de la mano. Menos desde la vez que los descubrieron. Pero ahí estaba Jisung, aunque con un tapabocas y gorro, de la mano de Hyunjin.
Estaban en la sección de bebés, Hyunjin mirando a Jisung con una ceja enarcada.
—¿Es una broma? —preguntó.
—¡Para nada! —exclamó Jisung señalandole unos mamelucos. Hyunjin volvió a mirarlos y volvió a mirar a Jisung.
—¿De Goku? ¿Enserio Jisung?
—¡Y de Naruto! ¡También de Deku! —Hyunjin soltó una risa negando con la cabeza—¡Vamos, Hyun! Va a verse adorable.
—Mi hija no va a vestir...
—Déjame... es un regalo de mi parte —los ojos grandes que le ponía Jisung eran los más adorables que alguna vez había visto en su vida.
—Está bien.
—¡Sí! —exclamó Jisung tomando los tres mamelucos—. Dios, bebé, va a verse adorable. Si vamos a tener una hija, debe vestir lo mejor.
¿Vamos?
—¿Vamos? —preguntó Hyunjin. Jisung se detuvo y miró a Hyunjin con las mejillas encendidas y miedo en su mirada. Hyunjin no quería ver ese miedo.
—¡Oh Dios, bebé lo siento! Yo... pensé... digo... es que estamos juntos... y ella va a nacer... y no lo diré si no te gusta...
Hyunjin sentía que las lágrimas venían. Jisung no merecía esto. No merecía no saber que este bebé si era suyo. Jisung merecía saberlo. Merecía saber que ese bebé que estaba amando era suyo.
—¡Oh Dios no llores por favor! No me gusta que estés molesto.
Hyunjin se secó las lágrimas.
—No... no... no estoy molesto, Jisung. Solo... me sorprendiste. No espere que la quisieras... que estar conmigo significara estar con ella.
—Claro que sí, cariño —dijo Jisung acariciando la mejilla de Hyunjin. Le seco suavemente más lágrimas—. No estoy del todo preparado para ser padre pero por algo me quedé. No voy a desaparecer cuando des a luz. Pretendo quedarme ahí y mucho después. Todo lo que me sea posible contigo. Te amo, lo sabes.
—Disculpa —aún se estaba secando las lágrimas—. Estoy lleno de hormonas —Jisung le brindó una sonrisa. Hyunjin tenía que decírselo. Tenía que hacerlo—. Ji... yo...
—¡Oh, Hyunjin! —una voz femenina que le causó escalofríos resonó. Hyunjin miró a Sunhee, una sonrisa brillante había en el rostro de la mujer—. Que lindo verte.
—Sunhee-ssi —saludó Hyunjin. Miró detrás de ella esperando ver a Jiho, pero el hombre no estaba ahí.
—Está afuera —dijo Sunhee con una risita—. Te ví y le dije que se quedara afuera, no quería que lo metieras a prisión nuevamente —Hyunjin se enderezó. La mujer era más alta que él por unos centímetros y su aura lo hacía sentir pequeño.
—¿Quien es usted? —preguntó Jisung. Los ojos de Sunhee le miraron, era una mirada aguda que erizó los vellos de Hyunjin atravesaron los ojos de la mujer.
—Kim Sunhee —se presentó—. Editora en jefe de la revista Beauty Korea...
—La esposa de Jiho —complementó Hyunjin al ver que la mujer no proseguía.
—¿El imbécil de tu ex? —Hyunjin asintió. Jisung le frunció el ceño a la mujer—. Solicito que se aparte, señora. No nos importa sus amenazas.
—Vengo en son de paz —dijo la mujer, le extendió una tarjeta a Hyunjin—. Vengo a ofrecerte un empleo, Hwang Hyunjin. Estoy necesitando a un Omega masculino en estado para una sesión fotográfica.
—No está interesado —respondió Jisung.
—Deja que él responda.
—No estoy interesado —respondió.
—Pago bien. Y velo por tu seguridad. Ten por seguro que Jiho no estará por ninguna parte durante tus sesiones, ni antes ni después, es por el bien de los dos. Y si deseas puedes llevar a tu pequeño alfa a qué te cuide —La forma en que dijo pequeño alfa fue en son de burla. Hyunjin no recibió la tarjeta pero la sonrisa de Sunhee no se borraba—. Piensa en la vida que podrías darle a esa criatura como modelo, mejor que en la cafetería. Puedes sacar provecho de esa panza tan bonita. Incluso, aún después de dar a luz, si me gustas, puedes seguir trabajando en la revista.
Jisung gruñó. Su olor se expandía a la alfa femenina. Una pelea por el poder, por la seguridad de Hyunjin. El olor a laurel de Sunhee estaba calmado, brindándole una sonrisa a Hyunjin. Ella metió la tarjeta en el bolsillo de la camisa de Hyunjin.
—Piensalo —dijo. No se había alejado cuando la mano de Jisung la tomó de la muñeca.
—No vuelvas a tocar a mi Omega —gruñó Jisung. Sunhee no respondió a la amenaza, sino que le volvió a sonreír soltándose de Jisung.
—Nos vemos, Hyunjin —dijo sonriendo, ignorando completamente a Jisung y dando la vuelta.
La miraron alejarse, Hyunjin sentía un cosquilleo ahí donde habían dejado la tarjeta.
Era tan mala idea, pero a la vez buena idea. Podía trabajar, siempre había soñado ser modelo, luego de ser Idol pero lo había dejado abandonado cuando se convirtió en bailarín.
—No estarás pensándolo ¿Verdad? —preguntó Jisung. Hyunjin hizo una mueca y le arrebató de las manos los mamelucos.
—Vamos a pagar —dijo—. Luego vamos que quiero un helado —la mirada de Jisung se suavizó y asintió.
Se dirigieron a las cajas.
.
—La verdad si lo estoy pensando —dijo Hyunjin rompiendo el silencio. Jisung estaba embutiendose adorablemente el cheesecake. Hyunjin sonrió suavemente, observando a Jisung con anhelo.
El alfa tragó y se limpió la boca con la servilleta.
—¿Que cosa?
—El trabajo —Jisung negó con la cabeza.
—Es una pésima idea.
—Tengo que vivir de algo y pronto mi vientre será demasiado grande para trabajar incluso en la cafetería.
—Sigo pensando que no es buena idea.
—Puedes ir conmigo a las sesiones fotográficas. Ella dijo que él no estaría.
—¿Cómo puedes estar tan confiado?
—Porque el culpable es él. Ella no es mala, no me ha dado razones para serlo más que ser una esposa dominada.
—¿Estás nervioso por ella? —Hyunjin hizo una mueca—. Cariño... no puedes...
—Ella no sabe el monstruo con el que está casada. Tal vez si me conoce mejor, se da cuenta que yo soy sincero. Cariño... me asusta ella, con quién vive. Tal vez... tal vez si sabe con quién está casada y es su forma de pedirme ayuda...
—No puedes rescatar a todos.
—No es a todos... es a ella —Jisung lo miró, pudo notar confianza y valentía en sus ojos. Y amó eso. Amaba todo de Hyunjin. Pero estaba aterrado. Aterrado de lo que ese sujeto podría pensar.
—No puedo cuidarte siempre —dijo Jisung tomándolo de la mano—. Tengo una gira, Hyunjin. No me hagas escoger entre dos cosas que amo.
—No te estoy poniendo a escoger, Jisung. Puedo ir con Felix o con Changbin si quieres a alguien más amenazante. Tengo muchos amigos alfas que pueden cuidarme. No es solo tu tarea. Solo... déjame hacer algo para que mi alma esté en paz. Quiero rescatarla del infierno que debe vivir.
Se quedaron en silencio.
—Nunca te impongo nada, cariño. Pero sigo creyendo que es una pésima idea.
—No estaré solo. Si vamos el primer día y vemos que no es lo que esperaba, me voy. Lo juro —Jisung se mordió el labio y negó con la cabeza—. Al final del día es mi decisión, Han Jisung —dijo Hyunjin con voz fría.
—Lo sé —dijo Jisung—. Sé que es tu decisión y yo la apoyaré y te seguiré. Solo ten presente que sigo creyendo que es una pésima idea.
Hyunjin torció la boca.
—Yo estoy lleno de malas decisiones.
.
—Es una terrible idea —dijo Minho paseándose de un lado a otro. Hyunjin no lo miraba, le lanzaba una mirada furibunda a Jisung por haberlo traicionado y haberle dicho a Minho. Aunque definitivamente tarde o temprano se iba a enterar.
—Es mi decisión.
—Otra pésima decisión.
—Que gracioso eres.
—Estoy lleno de chistes.
—Todos estamos de acuerdo que es una pésima idea —dijo Jisung interponiéndose entre los dos omegas. Miró a Hyunjin—. Por favor entiende que es una pésima idea.
—Ustedes actúan como si Jiho fuera a aparecer ahí y me asesinaría frente a todos. No es un estúpido.
—Bueno, no —dijo Minho— pero... —Hyunjin le miró con la ceja enarcada—. Tienes razón es lo que se me viene a la mente.
—Él tiene una imagen que mantener. No va a hacerlo en público y yo voy a tener un guardia. Es un trabajo, tomemoslo como tal —Minho frunció el ceño. Hubo un silencio que se prolongó.
—Le dirás que tú harás tus horarios y serán cuando yo tenga tiempo libre. Y serán dos guardias los que tendrás: yo y un alfa.
—¿Aceptarás que haga esta locura? —cuestionó Jisung. Minho asintió.
—Si no lo hacemos con él, lo hará solo y va a ser peor. Lo conozco y cuando le entra un tema en la cabeza no se le quita.
—Entonces está hecho. Tengo nuevo trabajo.
—No dejarás todavía la cafetería —dijo Jisung. Hyunjin le sonrió con dulzura.
—Claro, cariño.
Hyunjin tomó su teléfono y escribió un mensaje.
Yo:
Me gustaría intentarlo.
Se sintió bien haciéndolo.
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