Catorce
Minho hizo un pequeño ruido de arrullo cuando apareció la diminuta mancha en la pantalla. Hyunjin soltó una risita.
—Dios, es muy pequeño —dijo Minho. La doctora soltó una risita.
—Sí, mide 9 cm aproximadamente. Si se dan cuenta, ya tiene forma y ya se pueden escuchar latidos de su corazón ¿Quieren escucharlo? —ambos asintieron. La doctora hizo algo más, colocando el sonido y de repente, Hyunjin pudo escuchar un pequeño latido.
Su corazón se calentó al escuchar, verdaderamente estaba teniendo una vida en su vientre. Alguien que crecería y se convertiría en un hermoso bebé con las mejores características suyas y de Jisung.
—Maldita sea —dijo Minho—. Necesito que Chan me embarace —Hyunjin rió. La doctora soltó una risita.
—No eres el primer omega que quiere embarazarse luego de que alguien cercano lo hace también —dijo la doctora quitando la máquina del vientre de Hyunjin y dándole una servilleta.
—Estoy seguro que Chan lo haría con mucho gusto —dijo Hyunjin.
—Sobre todo ahora que se acerca su rutina —murmuró Minho, la doctora rió.
—Ya se te ve un poco el vientre, Hyunjin —dijo la doctora. El corazón de Hyunjin latió velozmente y se miró. Definitivamente se veía un pequeño bulto en su vientre bajo, como si hubiera subido de peso—. Es normal, tienes 14 semanas. Ya dejaron las náuseas ¿Verdad?
Pero Hyunjin no estaba escuchando a la doctora. Estaba aterrado porque ya se le estaba comenzando a notar el vientre y todavía no le había dicho a Jisung.
—¿Hyun? —llamó Minho y Hyunjin miró a su amigo, éste le hizo señas para que se relajara y respirara.
Está bien, todo está bien.
Hyunjin miró a la doctora que también se lo había quedado mirando.
—¿Pasa algo, Hyunjin? —preguntó. Hyunjin negó con la cabeza.
—Nada... Yo... Estoy saliendo con alguien —la doctora le envió una sonrisa suave.
—Si estás preocupado por los cambios en tu cuerpo...
—Es que él no sabe —respondió Minho lanzándole una mirada a Hyunjin que estaba mirando a otro lado.
—Tienes que decirle, Hyunjin —dijo la doctora.
—Lo sé, planeo hacerlo —suspiró—. Aun no me siento listo —Hyunjin notó que la doctora le lanzaba una breve mirada de lástima, pero decidió no prestarle atención. La doctora prefirió cambiar de tema.
—Tienes un cachorro sano, Hyunjin —dijo la doctora—. Aun no se puede saber el sexo, pero podemos intentarlo dentro de dos semanas. Puede que comiences a sentir cuando se mueve en tu interior, así que no te asustes ¿correcto? —Hyunjin asintió.
.
Salieron del consultorio en silencio, Minho tomando su mano, aún vigilando como un águila. Hyunjin había leído que los omegas en las manadas se ponen más sobreprotectores con los que están embarazados, así que eso debía ser lo que le pasaba a Minho.
—¿Es cierto lo de querer un bebé? —preguntó Hyunjin. Minho lo miró un poco sorprendido. Sus mejillas se enrojecieron.
—Es solo el instinto —respondió el omega mayor encogiéndose de hombros—. Te veo a ti, lo iluminado que te ves.
—¿Iluminado? —preguntó. Minho asintió.
—Y radiante, así te ves cuando estás embarazado. Y eso hace que quiera hacerlo yo. Pero es solo una idea —Hyunjin soltó una risa.
—¿Crees que aun me veré radiante cuando tenga una enorme panza y sea redondo? —Minho le brindó una sonrisa dulce a Hyunjin y le besó en la mejilla.
—Vas a tener la panza más linda del mundo.
Hyunjin se regodeó.
.
Había llegado el momento, eso lo sabía Hyunjin mientras estaba esperando en la puerta del estudio de Jisung.
Abrió la puerta, equilibrando las dos bebidas que tenía en sus manos y los panecillos de miel en la bolsa colgando de su brazo.
Cuando entró, arrugó la nariz al sentir el aroma de alfa estresado. Jisung estaba sentado, con los audífonos colocados mirando la pantalla de su computadora.
A pesar de que Hyunjin le había avisado que iría, el alfa al parecer no estaba de buenos ánimos. Tenía los hombros tensos y se mordía el labio con frustración.
—¿Hola? —saludó. Jisung miró a Hyunjin y éste pudo notar las bolsas debajo de los ojos que tenía el alfa. Sin embargo, aunque el cansancio se le notaba a Jisung, el alfa hizo su esfuerzo en brindarle una preciosa sonrisa al omega.
—Hey —saludó quitándose los audífonos. Hyunjin le brindó una pequeña sonrisa temblorosa "esto es una pésima idea" se dijo y se sentó en el sofá.
—Te traje algo de tomar —dijo Hyunjin. Jisung asintió, guardó lo que tenía en el computador y se fue a sentar al lado de Hyunjin tomando su bebida.
—Manjar de los dioses —murmuró Jisung para luego beber. Hyunjin lo miró mientras el alfa se comía con avidez los panecillos, hinchando sus mejillas como una adorable ardilla.
"Espero que herede sus mejillas." pensó estirando su mano y limpiando la acolchada y suave mejilla. Quería morderla.
—Estabas hambriento —dijo Hyunjin.
—No he comido desde esta mañana —respondió Jisung con la boca llena. Hyunjin le golpeó suavemente en el hombro.
—¡Traga y luego hablas! —exclamó haciendo reír al alfa. Comieron en silencio, sintiendo comodidad con la mera compañía del otro— ¿Por qué te veías como si quisieras apuñalar tu laptop? —preguntó Hyunjin. Jisung resopló.
—Los directivos quieren que vaya a programas de música.
—¿Y tú no quieres?
—No sé. Se supone que es algo de solo ídolos, no soy un ídolo —Hyunjin se encogió de hombros.
—Creo que es mejor porque recibes más exposición.
—Es más trabajo.
—Piensa que generarás más fans —le sonrió Hyunjin—. Eres impresionante, los televidentes quedarán hipnotizados por ti —le dio un golpecito con la pierna—. Votaré por ti para que ganes wins —Jisung le sonrió suavemente.
—Me convenciste.
Terminaron de comer y se sentaron en silencio. Jisung abrazó a Hyunjin por los hombros. Hyunjin recargó su nariz en el cuello de Jisung aspirando su aroma ahora tranquilo, pero todavía con un toque preocupado.
No podría decirle, no hoy. No cuando se veía tan agotado, no cuando tenía tantas cosas encima que pareciera que no pudiera.
Hyunjin quería quitarle todo, toda la frustración, todo el cansancio, todas las preocupaciones.
Tuvo una idea.
Se levantó y se dirigió a la puerta cerrándola con seguro.
—¿Bebé? —preguntó Jisung con un toque de nerviosismo. Hyunjin se dio la vuelta para mirarlo con ojos ardientes y se apoyó en la puerta.
—Hey, yeobo ¿Necesitas que te relaje? —las orejas de Jisung se pusieron totalmente rojas y Hyunjin arrulló en su mente. Se acercó a Jisung y, sin perder el tiempo, se puso de rodillas.
—Oh Dios —gimió Jisung—. Bebé, no tienes que hacerlo... —Hyunjin puso los ojos en blanco.
—Quiero hacerlo. Estás estresado y necesitas liberarte —le brindó una sonrisa torcida—. Y a mí me gusta chuparte la polla.
Jisung soltó un pequeño chillido, ese que Hyunjin adoraba escuchar porque significaba que había puesto nervioso al alfa. Tomó eso como un acuerdo y se dirigió a quitar el botón y bajar la corredera
La polla de Jisung ya se veía un poco interesada. Solo medio dura ante la idea de ser chupada en un lugar público.
Comenzó con caricias suaves y lametones delicados, esperando endurecer aquel delicioso miembro. Lo metió en su boca, aprovechando que no estaba totalmente dura para llevarla hasta su garganta.
Jisung se atragantó.
—Eres tan bueno —gimió Jisung acariciando el cabello de Hyunjin haciéndolo cerrar los ojos. Pudo sentir como la polla se endurecía en su boca. Comenzó a chupar lentamente, tomándose todo su tiempo para hacer temblar a Jisung.
Jugó con el pene en su boca, rozandolo con el interior de su mejilla, chupando solo su cabeza. Jisung soltaba ruiditos y acariciaba la cabeza de Hyunjin como si fuera un buen chico.
Era un buen chico.
Su interior se revolvió con placer ante la idea de ser un buen chico para Jisung. No se sentía como un objeto como otros alfas lo hacían sentir. Se sentía importante. Porque para Jisung, Hyunjin sabía que era algo más que un Omega. Algo más que solo un agujero para follar.
Jisung había demostrado querer a Hyunjin más que solo para follar. Había demostrado sentir tanto por el Omega. Lo cuidaba, lo protegía como si fuera su pareja y Hyunjin era un maldito romántico que caía por eso.
Fue instintivo, Hyunjin no podía culparlo, Jisung levantó las caderas y la polla se fue hacia su garganta.
—¡Oh Dios, lo siento, bebé! —exclamó Jisung cuando Hyunjin se apartó tosiendo. No es que no pudiera pero no estaba preparado.
—Fóllame la garganta —gimió Hyunjin.
—¿Qué?
—Sé que quieres, follame la garganta.
Jisung soltó un gemido ahogado.
—Vas a ser mi perdición —Hyunjin le brindó una sonrisa traviesa y volvió a meter la polla en su boca. Relajó su garganta y luego comenzó a sentir la deliciosa entrada y salida rápidamente de la polla.
Jisung ya estaba cerca, así que no tardó mucho en correrse en la garganta de Hyunjin haciendo que este soltara un quejido.
Jisung lo apartó rápidamente y lo levantó para que se sentara en su regazo y lo besó sin importarle sentir el sabor de su propio semen en su boca.
Las manos de Jisung se metieron dentro de los pantalones de Hyunjin amasando su trasero y Hyunjin quería, no, anhelaban que le metieran la polla. Sentirse lleno, algo.
—Haz algo, por favor —gimió. Jisung fue a levantarle la camisa y Hyunjin de repente recordó lo que la doctora le había dicho esa mañana—. No —gimió Hyunjin bajando su camisa antes de que Jisung pudiera ver algo.
—¿Pasa algo? —preguntó Jisung con un ceño fruncido de preocupación. Hyunjin negó con la cabeza.
—Sólo no... déjame la camisa. Pero aún así quiero que me metas los dedos, la polla, lo que sea —el ceño fruncido de Jisung desapareció y volvió a besar a Hyunjin. Lo hizo sentarse en el sofá y ahora fue Jisung el que estaba arrodillado entre sus piernas bajando sus pantalones hasta sacar una pierna y dejar el pantalón colgando de la otra.
No tardó nada en hundir su boca en la polla de Hyunjin mientras metía dos dedos en su coño. Hyunjin se retorció de placer gimiendo fuerte y colocando su mano en la cabeza de Jisung.
Jisung lo chupaba con fuerza, como si quisiera absorber su alma y Hyunjin estaba feliz de ser absorbido. Sus piernas temblaban, Jisung lo había subido a sus hombros y Hyunjin no había pensado que sería una imagen tan provocativa, tan hermosa. Quería tomarle una foto y plasmarlo en su cuaderno para siempre.
Que bien se veía Jisung con sus piernas en sus hombros, como si pertenecieran ahí por siempre.
Hyunjin no tardó mucho en correrse con un grito, Jisung tomando todo su semen en su boca y tragandolo. Estaban respirando de forma agitada, en silencio mientras Hyunjin aún miraba estrellas.
El teléfono de Jisung sonó, sacándolos de su bruma. Jisung lo tomó frunciendo el ceño y Hyunjin supo que su trabajo había terminado. Comenzó a ponerse los pantalones.
—¿Es tu manager? —preguntó. Jisung también se colocaba los pantalones. Asintió.
—Dice que el ingeniero de música me mandó unos arreglos. Debo ponerme a trabajar —Hyunjin se levantó y le dió un suave beso en los labios.
—Entonces te dejo.
—No te vayas —pidió Jisung haciendo pucheros como un cachorro. Hyunjin soltó una risa.
—Debo hacerlo. Puedo venir algunas noches a hacerte compañía —Jisung le sonrió y le dió un beso en los labios, luego le apretó el trasero.
—Un día de estos te voy a follar en el sofá, me diste inspiración —Hyunjin soltó una risita.
—Estoy ansioso.
.
—¿Me estás diciendo que aún no le has dicho a Jisung sobre tu embarazo y como no quieres que se de cuenta cuando venga a la cafetería quieres usar un hoddie? —preguntó Chan. Hyunjin le brindó una sonrisa inocente pestañeando rápidamente.
—Digamos que sí.
—Tienes que decirle, Hyunjin.
—¡Lo sé! Sé que tengo que hacerlo. Pero aún no. Está trabajando muy duro y esto lo va a distraer —Chan rodó los ojos.
—Los demás empleados creerán que tengo preferencia por ti —por otros empleados se refería solo a uno que había contratado hace poco porque la cafetería se estaba volviendo un poco más famosa y necesitaba un mesero extra.
—Yeonjun hyung sabe que tienes preferencia por mí, todos lo saben ¿Cierto, hyung? —llamó Hyunjin al otro chico. Yeonjun detuvo lo que hacía y los miró.
—Por supuesto —dijo el chico haciendo reír un poco a Chan que negaba con la cabeza.
—Por favor, Chan —pidió Hyunjin—. Compadecete de un Omega embarazado que no quiere que su novio rapero lo sepa aún —y volvió a pestañear provocando que Chan rodara los ojos.
—Está bien —aceptó Chan. Hyunjin soltó un pequeño grito y abrazó el cuello del alfa. Agradeció y luego se dirigió a la parte detrás a buscar su mochila y sacar el hoddie de Jisung que había llevado. Sabía que Chan aceptaría.
Se miró al espejo, con su uniforme se le notaba un poco más el vientre, debido a que la camiseta iba por dentro del pantalón. Pero el hoddie tapaba correctamente su cuerpo y Hyunjin simplemente parecía inundado en la tela.
Cuando volvió a la barra, dónde sería su puesto ya que Yeonjun atendía las mesas, se dió cuenta que Chan había vuelto a su oficina.
Yeonjun se le acercó mientras Hyunjin comenzaba a preparar las cosas para el día de trabajo.
—¿Es cierto que no le has dicho a tu novio que estás embarazado?
—No. No quiero que sepa todavía. Apenas comenzamos a salir —Yeonjun lo miró extrañado al comienzo y luego, al parecer lo captó todo.
—Oh, entiendo. Ya estabas embarazado cuando se conocieron.
—Digamos que sí —respondió Hyunjin—. Así que silencio.
—Comprendo —Yeonjun continuó limpiando las mesas cuando Hyunjin creyó ver algo afuera de la tienda.
Miró, su cuerpo tensado, pero se relajo al notar que no era nadie.
Debía admitir que todavía estaba asustado porque Jiho podría aparecer en cualquier momento. Al parecer, no le importaba que Hyunjin hubiera puesto una orden de restricción. En su mente no tenía validez cuando efectivamente no podía acercarse a él legalmente.
Sus amigos ya habían bajado un poco más la guardia, pero todavía mantenían un ojo puesto.
Hyunjin había vuelto a tomar el tren de ida y regreso a casa como si nada pasara. Pero aún tenía que mirar por encima de su hombro a cualquier figura alta que se le acercara demasiado.
Suspiró.
Esperaba poder quitarse ese miedo para siempre.
.
Jinnie:
¿Terminaste?
Yo:
Sí. Practiqué todo el día.
Jinnie:
¿Estás solo?
Yo:
Sí ¿Por?
Jinnie:
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Disfrútalo.mp4
Jisung dejó caer su teléfono en su escritorio y saltó de la silla tapándose la boca.
La verdad no esperaba esto.
No esperaba que Hyunjin le enviara eso.
Se acercó nuevamente a su teléfono y lo tomó para mirar, con agua en la boca, la deliciosa foto que Hyunjin le había enviado.
Debió haber sido tomada con un trípode, porque era la única forma razonable que Jisung podía creer para que Hyunjin tomara este ángulo.
El Omega, SU OMEGA, acostado de lado en su cama. Dejando ver esos deliciosos muslos y el coño húmedo.
Maldita sea, Jisung iba a entrar en combustión.
Estaba aterrado de ver el vídeo. Pero su polla se lo suplicaba.
Se levantó, cerró la puerta del estudio con seguro y se sentó en el sofá. Reprodujo el vídeo.
En el vídeo, solo podía tener una imagen de la parte inferior del cuerpo de Hyunjin, sus manos, delicadas y bonitas, tirando del músculo de su muslo para que Jisung pudiera ver el coño húmedo que se le presentaba.
—Ah, Jisung... —gimió Hyunjin en el vídeo. Tarde se dió cuenta Jisung que Hyunjin estaba tocando su polla. Pero no le importaba, porque la estimulación estaba haciendo que más mancha brotara de su coño humedeciendolo más y haciendo agua la boca de Jisung—. Ah. Ah. Jagiya.
La mano de Hyunjin bajó hasta que introdujo dos dedos largos y bonitos dentro de su coño.
—Lléname, por favor, alfa —suplicó el omega. Jisung se tocó sobre su pantalón, su polla erecta y necesitada.
Los dedos de Hyunjin se clavaban más y más y Hyunjin se retorcía de placer. Tocaba su polla con una mano y se metía los dedos con la otra. Estaba pasándola tan bien y Jisung sintió furia por no haber sido él quien lo hiciera retorcer de esa manera.
Los gemidos de Hyunjin iban en aumento, Jisung lamento no poder ver su rostro. Amaba verlo correrse. Amaba ver esas lágrimas de placer recorriendo su bello rostro.
Jisung soltó un gemido lastimero. Su Omega se había estado dando tanto gusto y él estaba trabajando ahí.
Jisung contempló la forma en que Hyunjin se corrió con un grito. Sacando sus dedos y mostrándole un coño húmedo y palpitante, anhelando el nudo de Jisung.
Maldita sea.
—Alfa... Sungie... —Hyunjin lloriqueó en el vídeo finalizando. Jisung suspiró y miró la erección en sus pantalones, tenía que hacer algo por eso. Iba a guardar ese vídeo por siempre.
Metió su mano dentro del pantalón y estaba a punto de reproducir el vídeo nuevamente cuando la puerta sonó. Jisung maldijo por lo bajo y se sacó la mano de sus pantalones.
Maldita sea ¿Cómo iba a atender a gente así?
—¿Sí? —preguntó, temblorosamente.
—Soy yo —dijo una voz que Jisung no había escuchado hace mucho gimiendo su nombre. Jisung se levantó, abrió la puerta y jaló a Hyunjin dentro y volviendo a cerrar la puerta.
Hyunjin soltó una risita y se sentó en el sofá.
—Eres una maldita amenaza —dijo Jisung. Hyunjin sonrió. Llevaba el suéter grande más lindo que alguna vez Jisung hubiera visto. Todavía hacía un poco de frío, así que le encantaba ver a Hyunjin así.
Hyunjin le brindó una sonrisa y se levantó.
—¿Quieres ver la sorpresa que te traje? —y se bajó el pantalón para dejar a Jisung casi rezando en el lugar.
Llevaba unas bragas de encaje.
—Maldita sea.
—¿Necesitas ayuda? —Jisung suspiró. Se acercó y tomó la nuca de Hyunjin para jalarlo a él y darle un fuerte beso en los labios.
—Debemos ser rápidos —murmuró y con otro beso, le dió la vuelta a Hyunjin para que se apoyara en el sofá.
Jisung tomó un puñado del trasero de Hyunjin y pegó su polla vestida al culo. Hyunjin gimió y Jisung estaba complacido por el ruido. Tenía que satisfacer a su Omega.
Se bajó un poco los pantalones y apartó a un lado las bragas de Hyunjin para hundir su polla en el coño húmedo. Hyunjin lloriqueó de placer cuando Jisung comenzó a moverse rápidamente, soltando ruiditos sin palabras, su cerebro hecho papilla por lo bien que lo estaban follando.
—Eras tan vocal en el vídeo —gimió Jisung, sus manos apretando aún más las caderas de Hyunjin—. Y ahora solo puedes gemir.
—Extrañé tanto tu polla —logró gemir Hyunjin—. Alfa te extrañé tanto y que me follaras así.
Sí, tenían rato sin follar. Solo una semana en la cual Hyunjin se estaba volviendo un mocoso hasta el punto de mandarle fotos pervertidas a Jisung.
—Me encanta complacerte, bebé —dijo Jisung—. Mi polla es toda tuya, ven cuando quieras.
Gimieron con fuerza. Era lo único que se escuchaba en el pequeño estudio y Jisung agradeció que tuviera insonorización. Le encantaba la forma en que Hyunjin se retorcía de placer en su polla. Le encantaba llenarlo de besos en el cuello y mordisquearle la piel.
Quería morderlo. Jisung estaba loco por morderlo pero no habían hablado de eso.
Luego de mi comeback.
Cuando Jisung ya estuviera desocupado podía pedirle a Hyunjin que lo dejara por fin morder. Con su nariz pegada al cuello de Hyunjin, Jisung pudo sentir un pequeñísimo aroma a flores que decidió ignorar cuando se sintió tan cerca. Su nudo queriendo explotar en el coño de Hyunjin y llenarlo bien.
—Te voy a llenar, jagiya —gimió Jisung en el oído de Hyunjin—. Te voy a llenar con mis bebés.
Hyunjin lloriqueó. La mano de Jisung fue a la polla y tiró. Y Hyunjin se corrió con un grito lastimero. Y Jisung se corrió después, entrando completamente en el coño de Hyunjin, su nudo enganchado.
Por suerte, al no estar en rutina su nudo bajó en menos de un minuto.
Pronto, Hyunjin estuvo acurrucado en el sofá de Jisung mientras éste lo limpiaba y limpiaba el sofá. Y ambos se quedaban un rato más en él, bajando de sus nubes.
Jisung besó el cuello de Hyunjin.
—Te adoro —soltó. Pudo sentir a Hyunjin sonrojarse y brindarle una sonrisa.
—También.
.
Una semana después, a Hyunjin le dejaron volver a tener los turnos de cierre.
Bajaron más la guardia, al ver que Jiho no había aparecido en casi un mes desde que habia aparecido en el café. Dos semanas después de la última vez que Hyunjin lo había visto en la plaza de comidas. Hyunjin se los había pedido, porque le gustaba tener su independencia también y no quería molestar a sus amigos.
No era mucho esfuerzo físico el que debía tener al cerrar. Más que todo encender las alarmas y verificar que todo estuviera en su lugar.
Antes de salir, Hyunjin se pasó una mano por el vientre notando como este sobresalía un poco más. Todavía estaba bien ocultarlo con hoddie y suéteres enormes. Pero Hyunjin sabía que se le acababa el tiempo y no podía seguir usando suéteres grandes y diciendo que solo había subido de peso.
Suspiró y tomó las llaves de la puerta principal. Salió y cerró con seguro.
Cuando ya todo estuvo cerrado y guardó las llaves en su mochila, Hyunjin sintió que tomaban su brazo y lo jalaban para atrás.
Antes de comenzar a pelear sintió una mano fuerte atrapando sus muñecas y una mano tapando su boca.
—Quieto, príncipe —la voz de Jiho resonó en su oído y la sangre de Hyunjin se heló—. Sabes de lo que soy capaz, así que si no quieres que te haga daño, obedece —Hyunjin tembló, pudo sentir cómo era arrastrado hacia atrás, seguramente al callejón que estaba a un lado de la cafetería de Chan.
Un impulso. Pudo sentir que la mano en su boca se aflojaba y él aprovechó para morder con fuerza.
Jiho gritó soltandolo y Hyunjin aprovechó para correr. Sin embargo, no llegó muy lejos cuando sintió que volvían a tomarlo. Comenzó a luchar, tratando de golpear, morder y rasguñar. Pero a pesar de todo Jiho solo se reía cruelmente tomando sus muñecas y torciendo sus brazos a su espalda. Lo golpeó contra la pared del callejón y Hyunjin lloró de dolor. Luego, sintió cuando el alfa se acercaba y olía su cuello.
—¿Por qué bloqueas tu olor, cariño? —preguntó Jiho— ¿No quieres que caigan ante tu dulzura?
—Déjame, por favor —lloró Hyunjin en vano. Sabía que era en vano, sabía que nada podría evitar lo que estaba por pasar. Y se dió cuenta cuando la mano libre de Jiho bajó sus pantalones hasta debajo de sus nalgas.
—Ah... —suspiró el hombre tomando un puñado del trasero de Hyunjin—. Un culo tan bonito como siempre ¿Eh? —le dió una palmada y Hyunjin volvió a llorar. Estaba paralizado, se sentía tan idiota.
La mano de Jiho bajó más hasta meter dos dedos dentro del coño de Hyunjin haciéndolo arder por la intrusión y hacerlo llorar.
—Tan apretado y húmedo como siempre —los dedos salieron y sintió la forma en que chupaba sus dedos—. Y tan delicioso ¿Sigues igual de sensible, Hyunjinnie? —La mano esta vez se metió debajo de la camisa hasta tocar su pecho. Hyunjin era sensible, pero ahora por el embarazo era aún más. Gritó y lloró. Sintiendo dolor por todo su cuerpo cuando Jiho pellizcó duro sus pezones. La mano de Jiho bajó hasta su estómago con la intención de tomar la polla de Hyunjin cuando se detuvo en su vientre— ¿Hm? —cuestionó Jiho. Sus manos comenzaron a palpar su vientre como lo haría un doctor.
Y Hyunjin sabía que se daría cuenta. Porque los embarazos eran la especialidad de Jiho en su trabajo.
—Esto no es por subida de peso —murmuró. Luego soltó una risita y mordió el lóbulo de la oreja de Hyunjin. Quiso vomitar—. Así que mi precioso Hyunjin está embarazado —Hyunjin tembló—. Ah, bebé. No puedo creer que fueras tan idiota de dejarte embarazar. Asumo que no tienes pareja por como veo ese delicioso cuello sin marcas.
La mano se presionó más y Hyunjin lloró. La polla erecta dentro de los pantalones de Jiho rozando el trasero desnudo de Hyunjin.
—Basta. Basta.
—Ah, ¿Sabes el deseo que tengo por tener sexo con alguien embarazado? Las ganas que tuve que contenerme de no follarme a mis pacientes. Es una lastima que a mi esposa se le haga tan difícil embarazarse.
—Déjame, por favor —suplicó Hyunjin.
—Tal vez debería llevarte a mi casa y amarrarte en una cama en el sótano. Follarte todos los días. Llenarte y ver cómo esa barriga se llena de más y más semen a ver si puedes contener más cachorros.
Hyunjin lloró. Estaba desesperado. Estaba asustado. Nadie vendría en su ayuda.
Tal vez no debería esperar ayuda. Impulsó su pierna y logró acertarle un golpe a Jiho en la entrepierna. Mientras el alfa se cubría y chillaba de dolor, Hyunjin se subió los pantalones y corrió. Corrió con rapidez, olvidando el miedo y el cansancio. Olvidando todo, más que salvarse a sí mismo.
Pudo ver un taxi que comenzaba a cruzar la calle cuando él llegaba a la carretera. No esperó detenerlo, simplemente se lanzó frente a él hasta que el taxi se detuvo en un frenon.
—¡Oye, niño! —gritó el taxista y a Hyunjin no le importó. Rodeó el taxi y subió.
—¡Conduce! ¡Conduce! —exclamó. Sabía que no había perdido a Jiho. No sabía dónde estaba pero sabía que podía estar siguiéndolo. Y su corazón no se calmó hasta que estuvo a dos kilómetros del lugar.
—¿Vas a decirme a dónde vamos, chico? —dijo el taxista. Hyunjin asintió. Ya iba a darle su dirección cuando sintió que no debía hacerlo. Jiho podría seguir el taxi y ver dónde vivía. Hyunjin vivía solo, Jiho podía encontrar la forma de entrar al departamento de Hyunjin.
Decidió que la mejor decisión era ir donde Jisung.
Dió la dirección.
Nota: Siento que cada vez que les doy un capítulo lleno de sexo, también está presente las malas noticias.
Lo siento!!!
Dato: Hyunjin ya tiene 16 semanas de embarazo y nos estamos acercando a un momento muy importante.
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